Este 1 de septiembre llegó a la plataforma de streaming Netflix la tercera temporada de una de sus series latinoamericanas más célebres, Narcos. Tras la muerte de Pablo Escobar (Wagner Moura) y la caída del cártel de Medellín, la serie se enfocará en la siguiente organización criminal que tuvo el control del tráfico de drogas en Colombia durante los años noventa: el cártel de Medellín. De las temporadas anteriores vuelve Pedro Pascal como el agente Javier Peña, quien encargado de detener a los hermanos Rodríguez Orejuela, quienes tomaron el mando del negocio con la desaparición de Escobar.

Al frente de esta organización está Gilberto Rodríguez Orejuela (Damián Alcázar), un hombre cuyo liderazgo en el mundo de las drogas estaba más basado en respeto que en temor. Su estilo era menos sangriento que el de Escobar y su visión de negocio estaba inclinada hacia un crecimiento empresarial. Alcázar lo interpreta con cierta ferocidad, una energía palpable que él actor emite al hablar de su personaje y de los temas tan vigentes que trata la serie.

Con una prolífica carrera en cine y televisión, Damián Alcázar se encontró en Netflix con una producción distinta de lo que estaba acostumbrado. “Aquí tienes tiempo para preparar tu personaje”, explicó en entrevista con Gatopardo. “No hay prisas innecesarias y por eso salen las cosas con calidad. Si quieres elaborar mejor tus diálogos te lo permiten porque estás trabajando al personaje, lo conoces incluso mejor que los escritores”. Para él, en Narcos tuvieron todas las posibilidades para hacerlo bien, por lo que no tienen excusa alguna si sale mal.

Narcos no ha escondido la violencia que rodea al crimen organizado y la época que narra en Colombia. Con telenovelas, películas y series sobre narcotráfico apareciendo constantemente, Damián Alcázar considera que sigue siendo importante contar estas historias. “Veíamos algunas escenas en la segunda temporada en donde la policía y el ejército buscando que delaten a los capos, matan niños y hay abuso de autoridad. Entonces debemos saber que el abuso de autoridad es una cosa inadmisible, que no podemos estar de acuerdo”, comentó. “El abuso de poder no se debe permitir jamás. Para eso está justamente la ley, habría que seguirla al pie de la letra”.

Alcázar siempre ha sido crítico del sistema político mexicano, así como de los gobernantes en turno. De inclinación política abiertamente de izquierda, se pronuncia molesto ante los recortes de presupuesto federal a la producción y difusión de la cultura en México. “Es obligación del Estado promover la cultura en todos sus aspectos y también la cinematografía en su país”, afirma. “No es posible que recorten a cultura y recorten a cinematografía para seguirse llevando estos señores como Duarte, como Borge, como Yarrington. Es latrocinio puro”.

Sobre las diversas instancias de corrupción y violencia en México, Damián Alcázar opina que nunca deben echarse esos temas bajo la alfombra. “Todo este tipo de crisis y sobre todo las violentas, tienen que tener un espacio más o menos grande para poder tocarlas de manera libre y de manera profunda”, dice. “Hay que tocar todos los temas, absolutamente todos: el tráfico de personas, la pornografía infantil, la corrupción absurda, impune y terrible de los partidos políticos, la compra de votos, las trampas de las elecciones, todo eso debería tocarse pero que incide en la vida constante del país”, concluye.

La tercera temporada de Narcos ya está disponible en Netflix.

También te recomendamos leer:

La fuerza de Wagner Moura.
La caída de los cárteles colombianos y el ascenso del Chapo Guzmán.