El arte tropical de Juni Figueroa
El artista puertorriqueño Radamés Juni Figueroa expone su estética tropical con “Sabroso veneno” en Anonymous Gallery.
¿En qué momento se encuentran la estética tropical y el arte contemporáneo? El trabajo de Radamés Juni Figueroa une esas dos burbujas que en la vida cotidiana lucen tan desconectadas e irreconciliables. El artista, originario de Puerto Rico, expone en Anonymous Gallery la instalación interactiva “Sabroso veneno”, un espacio que invita a crear comunidad desde un formato que ha unido a las comunidades latinoamericanas por décadas: El salón de baile.
Figueroa ha creado proyectos similares alrededor del mundo, los cuales complementan su visión junto a sus singulares piezas: Macetas en forma de balón de futbol, persianas que fungen como tendederos y hacen referencia a la utilitaria forma de ver el mundo en América Latina. “Tiene mucho que ver el que vengo de una isla”, dice Juni en entrevista para Gatopardo. “Visualmente, tengo mucha influencia de Puerto Rico, país de donde vengo”.
“[Algo que] tiene como parte de su trabajo es construir espacios de arte o piezas que más bien son pretextos para la interacción”, señala Nika Chilewich, directora de Anonymous Gallery. El primer proyecto de este tipo creado por el artista fue Casa club, una pequeña choza construida en las afueras de San Juan con materiales que encontró y residuos de plantas. Figueroa reprodujo la misma pieza en el Whitney Museum of American Art en 2014, y su pasión por crear algo que realce las capacidades del espacio público, lo llevó a crear una pieza para “Mutations”, colección que se exhibe en el parque lineal The High Line, en Nueva York.
En “Sabroso veneno”, Juni reúne los elementos que caracterizan los espacios tropicales de vida nocturna a lo largo de América Latina y el Caribe: Una estética explosiva con colores brillantes. Las luces de neón se unen a mesas y sillas de metal son los pilares de una noche para bailar y disfrutar. Complementando la estética están un par de cuadros pintados por el artista, los cuales son reproducciones de portadas de álbumes del músico puertorriqueño Luis Perico Ortiz, figura clave de la música caribeña desde la década de los 70.
“Me interesa mucho la idea de diseñar una experiencia”, afirma Juni. Para él, no basta con crear una pintura o una escultura; hay que revisar cada uno de los detalles, desde los colores y la música, hasta lo que la gente va a beber. “Quiero que la gente sea parte de la instalación”. Para él, crear una instalación interactiva es muy saludable. “La gente lo disfruta, siempre el resultado estético me encanta, y surgen otros proyectos porque la gente siempre está hablando. Siempre involucrar al público puede traer más oportunidades”.
El artista busca que “Sabroso veneno” se convierta en un salón de actividades que vayan más allá del baile. Por ejemplo, una de las primeras cosas que tuvieron lugar en la instalación fue una charla de santería caribeña. “La idea es que sea una plataforma para que sucedan muchas cosas y también involucrar gente que a lo mejor no ha tenido la oportunidad de estar en una galería o exhibir este tipo de trabajo”, dice Juni.
Para él, acercar lo tropical y caribeño a las visiones contemporáneas de lo que puede ser exhibido en un museo o galería, es una forma de pervertir un poco el mundo del arte. “Nunca tuve miedo de juntarlos”, asegura Juni. “Encuentro que el arte, al menos lo que he notado en México y otros países, a veces es demasiado formal. Si bien está bien que se tome con seriedad, a mí me gusta también jugar con eso, con lo que la gente piensa que debe ser arte”, concluye.
Sabroso veneno
Hasta Agosto 24
Anonymous Gallery
Lago Erne 254
anonymousgallery.com
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