Por más de treinta años, la artista cubana Tania Bruguera (La Habana, 1968) ha desarrollado un arte político que empuja los límites de la disciplina al insertar su obra en el cuerpo social y en el terreno del poder. El performance, su principal medio artístico, le ha permitido situarse en el umbral del simulacro y la realidad, lugar desde el que subvierte imaginarios políticos encarnados en la sociedad y desde donde impulsa a su audiencia a pasar de un estado pasivo a uno activo. Más allá de hacer arte, Bruguera lo implementa en la vida colectiva.
Concebida por el Yerba Buena Art Center for the Arts de San Francisco, la exposición “Tania Bruguera: Hablándole al Poder” tiene como segunda sede el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC). Bajo la curaduría de Lucía Sanromán y Susie Kantor, la muestra se centra en los proyectos de largo plazo, en los que la artista, al trabajar con una temporalidad extradisciplinaria moldeada por contextos particulares de la esfera social, prueba si el arte realmente puede generar cambios sostenibles en la realidad. “El argumento base de nuestra exposición es que Tania, en realidad, es una artista que utiliza las formas del poder, las interviene y hace alternativas de ellas”, indica Sanromán.
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Lucía Sanromán es una de las curadoras con las que la cubana Tania Burguera trabajó para montar su exposición en San Francisco y ahora en el MUAC. - Fotografía: Diego Berruecos[/caption]
Esto se puede ver en piezas como Memoria de la Posguerra, en la que se apropia de un medio del poder, el periódico, para crear uno propio independiente del gobierno de los que logró imprimir tres ejemplares a pesar de ser ilegal en Cuba; y El susurro de Tatlin #6, una acción realizada en 2009 durante la Bienal de La Habana que consistió en colocar un pódium con un micrófono abierto —símbolo también de poder— para que los ciudadanos cubanos pudieran dar un discurso libre por un minuto, algo inaudito en cincuenta años en el país.
De esta forma, Bruguera logra hablarle al poder con su mismo lenguaje y deja que, en ocasiones, él mismo sea quien termine las obras con la forma como se reaccione ante ellas —ya sea la censura, la represión o la tergiversación—. “Es una artista que realmente quiere que el proyecto construya civismo y nuevos modelos de ciudadanía, mucho más activa y empoderada. En el contexto de Cuba, Tania es una artista que reta y que siempre está pidiéndole al gobierno que complete la oración de la forma correcta”, apunta Sanromán.
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Además de este diálogo, Bruguera se dirige a la utopía realizable —como ella misma la denomina—, un arte que se inserta al mismo tiempo en el presente y en el futuro. Como señala la artista en entrevista para Gatopardo, “vengo de un país socialista, donde nunca vimos la utopía como algo imposible, siempre era como una meta a corto plazo. Me da miedo la utopía vista como imposibilidad porque es un lugar de irresponsabilidad, de puro deseo porque es inalcanzable. A mí me interesa la idea de utopías posibles; por ejemplo, la justicia social es posible, pero no se está dando porque hay personas corruptas en el poder a quienes no les interesa, pero es algo por lo que deberíamos de trabajar”.
Un ejemplo es La Asamblea del Partido del Pueblo Migrante —actualización del Movimiento Inmigrante Internacional—, que busca crear un partido político global a través de impulsar diálogos entre grupos pro derechos de los inmigrantes con abogados, activistas y personajes públicos. La exposición dedica una sala como espacio de conversación sobre el tema. “Es una invitación abierta a que vengan las asociaciones que trabajan con los inmigrantes aquí en México y a los inmigrantes de América Latina para que hagan suyo este espacio”, menciona Bruguera.
Por otro lado, la muestra integra el proyecto pedagógico Escuela de Arte Útil y su archivo, que tiene como objetivo atender los retos a los que los artistas se enfrentan a través de proyectos y metodologías con los que se puede generar una historia paralela al arte. La idea es continuar y nutrir la conversación que se generó en el Yerba Buena Art Center con un grupo de activistas, maestros y estudiantes de diferentes instituciones locales, poniendo al centro el complejo contexto político de México.
En sus proyectos Bruguera juega un rol más apegado al de iniciadora, que en sus palabras “es llegar con una idea a un lugar y reconocer el rol de los grupos que están colaborando, no sólo en la ejecución de la obra sino en el contenido y los cambios que ellos ejercen en la idea inicial. Uno está educado como artista en la idea de la autoría, pero cuando trabajas con el cuerpo social ya eres uno entre tantos. Entonces son más que nada procesos de negociación de tu visión con la visión de los otros, procesos de implementación y no de producción”.
La exposición, que estará abierta hasta el 30 de septiembre, se compone de la documentación de algunos de sus proyectos, dos performances que pueden ser reactivados por el público, espacios de actividad y un diccionario que recoge los términos que Bruguera ha acuñado a lo largo de su trayectoria y que han sido el eje de su práctica.
Tania Bruguera: Hablándole al PoderHasta el 30 de septiembreMUAC - Museo Universitario de Arte Contemporáneomuac.unam.mx