El trabajo de Fritzia Irízar (Culiacán, 1977) cuestiona el valor del dinero y su poder adquisitivo. Irízar juega con la revalorización económica y simbólica de los objetos cuando pasan de su ámbito común para integrarse al arte. Asimismo, su trabajo da cuenta de que la historia y las ciencias son casi ficciones, construidas sobre pequeñísimas parcelas de conocimiento sujetas a la decisión de unos cuantos individuos. Sin embargo, son ficciones que deseamos sostener: como actos de fe, de pertenencia, de voluntad o de certeza.
La artista recibió Gatopardo durante el montaje de su más reciente exhibición Golden Green – Greening Gold en la galería Arredondo Arozarena.
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Fritzia Irízar recibió Gatopardo durante el montaje de su más reciente exhibición Golden Green – Greening Gold en la galería Arredondo \ Arozarena.
El trabajo de Fritzia Irízar (Culiacán, 1977) cuestiona el valor del dinero y su poder adquisitivo. Irízar juega con la revalorización económica y simbólica de los objetos cuando pasan de su ámbito común para integrarse al arte. Asimismo, su trabajo da cuenta de que la historia y las ciencias son casi ficciones, construidas sobre pequeñísimas parcelas de conocimiento sujetas a la decisión de unos cuantos individuos. Sin embargo, son ficciones que deseamos sostener: como actos de fe, de pertenencia, de voluntad o de certeza.
La artista recibió Gatopardo durante el montaje de su más reciente exhibición Golden Green – Greening Gold en la galería Arredondo Arozarena.
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