La línea amarilla trazada en el primer piso del monumental Museo Nacional de Arte (MUNAL) guía el camino para llegar a Caravaggio. La travesía no es corta, pero sí gratificante. En este recorrido, 16 obras exponen sin reservas la poderosa influencia que el italiano tuvo en otros pintores desde Europa hasta México; la fuerte huella del tenebrismo, la belleza de la teatralidad y lo ríspido de su naturalidad para, al final, enfrentarnos con La Buenaventura (1596), que encierra todos estos elementos en una audaz obra de arte. Eso fue la exhibición “Caravaggio. Una obra, un legado” que se mantuvo abierta del 23 de febrero al 20 de mayo de 2018 y registró la asistencia de 152 mil 340 personas, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Tuvieron que pasar 42 años para que una de las pocas obras existentes del maestro milanés volviera a pisar suelo mexicano y lo hace subrayando la marcada influencia que el uso de los recursos tuvo en otros artistas como José de Rivera o Antonio Rodríguez. Tal y como lo mencionó Alivé Piliado, curadora de la exhibición, Caravaggio “cambió la manera de ver los cuerpos” y es claro que también modificó la forma de retratar y jugar la luz a través de sus luces y sombras pues, cada obra de esta selección de distintos museos nacionales, es un ejemplo de ello.[caption id="attachment_208183" align="aligncenter" width="398"]
Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, 1958 - Madrid, 1664). "Magdalena penitente, s.f.". Museo Nacional de San Carlos, INBA.[/caption]El título de la exposición queda claro al revisar las tres etapas que la conforman. La primera lleva el nombre De Italia a México: el legado de Caravaggio y acentúa la apropiación de los elementos que constituyen el llamado “Caravaggismo” y su peso en el trabajo pictórico, que revela el naturalismo que nos habla de una realidad palpable en retratos con pies, manos o expresiones crudas o compadecidas; el tenebrismo plagado de claroscuro en donde la luz cobra otro sentido en la forma de iluminar su proyección y, finalmente, la teatralidad con la que los cuerpos se manifiestan en un movimiento contenido, captado con exactitud y perfección.En la segunda etapa, estos recursos plásticos se transportan a las obras de pintores novohispanos y mexicanos como Felipe Santiago Gutiérrez y, a manera de conclusión y sorpresa, la exhibición llega al punto cumbre, y tercera etapa, con la develación de La Buenaventura, obra en la que el autor muestra su osadía al dejar la pintura por encargo y escoger un tema propio, sobrepasar la capa pictórica de su lienzo, dejar de lado el fondo, jugar de manera diferente con las luces y las sombras y volverse un director de escena al delatar la fechoría de una provocadora gitana italiana que pone en sus manos de uñas sucias, la palma de un personaje rico que se deja leer la fortuna y en ese juego de piel es despojado del anillo que porta en el dedo anular.[caption id="attachment_208186" align="aligncenter" width="715"]
Michelangelo Merisi da Caravaggio (Milán, 1571 - Porto Ercole, 1610)."La buenaventura", 1596. Museos Capitolinos, Roma.[/caption]La Buenaventura entonces cautiva por mostrar lo que no se había retratado antes: un delito perpetrado por una mujer que en su acción no abandona el contacto visual de su víctima, trazando una sonrisa en la que se esbozan dientes y se pone de relieve ese naturalismo que tan protagonista es en toda la curaduría y que crea un manifiesto del detalle, que luego continuaría en la obra de Caravaggio.Dejando atrás la tradicional sala de museo, la visita culmina con la instalación multisensorial Caravaggio Experience, dirigida por Stefano Fake de Fake Factory. Aquí se revisan 57 obras del pintor para ser diseccionadas y puestas a detalle en una proyección continua, que Fake define como un regreso al útero materno con la única intención de hacer que los sentidos se conecten con la obra a través de los ojos, la música y el olfato, además de la libertad de ir y venir por la sala alfombrada en la que incluso la gente puede rodar para apreciar desde donde considere sea el mejor ángulo, cada uno de los golpes visuales. Hay una búsqueda especial en los fragmentos, la oscuridad que nos obliga a ser parte de los cuadros, a la música con la que las imágenes parecen bailar frente a los ojos expectantes en medio de un olor a mediterráneo.
“Creo que lo que hemos hecho aquí es entrar de una forma muy dulce pero muy intensa con la pintura de Caravaggio”, advierte con razón el creador y videasta y es que, con esta experiencia de 48 minutos, lo revisado en la sala anterior, cobra un sentido total a través de una nueva forma de mirar el arte y en este caso, la pintura del maestro italiano enmarcada por la música original de Claudio Strinati y la percepción de fragancias creadas en exclusiva por la Farmaceutica di Santa Maria Novella.Este espacio es para sentir, para que cada asistente descubra a su manera los secretos del trabajo de Caravaggio y los viva en libertad; tal vez una con la que el propio artista no vivió al desencajarse de los moldes pictóricos para hablar con sus trazos de una realidad no mostrada, con individuos que antes no se tomarían como modelos y dejar la santidad para dar paso al defecto y con él, paradójicamente, a la belleza que ahora se valora.Curada por Abraham Villavicencio y Alivé Piliado, esta exhibición se presentó del 23 de febrero al 20 de mayo, mientras que la instalación permanecerá abierta hasta el 1º de julio.[caption id="attachment_208185" align="aligncenter" width="715"]
Autor no identificado, Taller de José Ribera "El Españoleto", "Jacob apacentando el rebaño de Laban", Museo Nacional de San Carlos, INBA.[/caption]“Caravaggio. Una obra, un legado”23 de febrero al 20 de mayo de 2018“Caravaggio Experience”23 de febrero al 1 de julio de 2018Museo Nacional de Arte (MUNAL)www.munal.mx/en
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