Los que hablan por los muertos
El documental Hasta los dientes, de Alberto Arnaut, exhibe uno de los casos más lamentables de la fallida «guerra contra el narco».
La cámara sólo captura el ir y venir del freno de boca de un fusil. La grabación obtenida por dicho aparato, es la única testigo del asesinato de Javier Arredondo y Jorge Mercado, dos jóvenes estudiantes del Tecnológico de Monterrey que fueron acribillados por elementos del ejército mexicano en marzo de 2010. El hecho, sucedido durante la fallida «guerra contra el narcotráfico» emprendida por el gobierno de Felipe Calderón, es el eje principal del documental Hasta los huesos, ópera prima del cineasta Alberto Arnaut que finalmente llega a los cines después de una exitosa corrida en festivales.
Durante el primer acto de su documental, Arnaut presenta, mediante entrevistas con amigos y familiares, las historias de Jorge y Javier, dos amigos de la infancia que habían sido admitidos en el Tec de Monterrey con becas del 90 y 100%. Como cualquier historia de esperanza, el filme muestra la emoción con la que sus familiares recibieron la noticia de su ingreso a la institución, con la promesa de dar un futuro mejor a los dos jóvenes; ese futuro se vería súbitamente interrumpido la noche del 19 de marzo de 2010 cuando, a su salida del campus sede, fueron confundidos por soldados durante un enfrentamiento con presuntos miembros de la delincuencia organizada.
Utilizando grabaciones de las cámaras de vigilancia de la universidad y entrevistas con testigos presenciales e itinerantes, el filme expone los últimos minutos de ambos jóvenes. La imagen difusa desarrolla mediante viñetas pausadas una historia desoladora: un joven corre de un extremo a otro, se esconde y regresa poco después al lugar del que huía. Minutos más tarde, en el borde de la grabación, vemos a un soldado levantando su rifle y golpeando con él algo. La posición de la cámara respecto al lugar donde sucede la acción nos impide ver la cruda escena.
A la mañana siguiente, los medios reportaron el asesinado de dos sicarios dentro de las instalaciones del Tec. Ellos, como el ejército difundió horas antes, iban «armados hasta los dientes». Durante los próximos minutos, el documental se enfocará en presentar la serie de inconsistencias a las que autoridades mexicanas y el propio Tecnológico de Monterrey recurrieron para justificar la agresión y la negación que cometieron en las horas posteriores al homicidio de Javier y Jorge, un evento que al momento, ocho años después, continúa en la impunidad.
«Esta película se presenta como un manifiesto de una generación a la que le tocó vivir esa guerra, y sufrir las transformaciones del país en torno a una política de seguridad equivocada», comenta el director durante la presentación del documental, «Es una generación dolida y llena de rabia que quiere transformar el país».
En una decisión hábil, Arnaud decide convertir su filme, hecho originalmente para honrar la memoria de su amigo Javier, en una denuncia contra el discurso de las autoridades y su ineficacia para reconocer su culpabilidad. Así, incluso recurriendo a una serie de revelaciones en el último acto de su documental, contrarresta palabra a palabra la versión oficial y pone en duda si la presencia del ejército en las calles es una medida válida para la protección de los ciudadanos. «Uno de los objetivos principales del documental es que la gente que piensa que la guerra contra el narco y la presencia del ejército en las calles está bien, cambie de opinión», sentencia el realizador.
Aunque esta última propuesta no es tan efectiva como aquella que realizan los familiares de las víctimas colaterales de la violencia en nuestro país, quienes desde el momento de la identificación de los jóvenes, han peleado por que se conozca la verdad. A diferencia de trabajos como Tempestad o La libertad del diablo, donde su construcción en escena potencializa su discurso, Arnaud recurre a un ejercicio tradicional, enfrentando las declaraciones frente a la cámara a los padres de los chicos y las autoridades escolares que se vieron rebasadas por el suceso, con escenas ordinarias que esconden la normalización de la violencia a la que el país se ha tenido que acoplar.
Es en ese aspecto, donde Hasta los dientes, se convierte en un ejercicio potente para nuestros tiempos. Desnuda una realidad velada, la que nos indica que la guerra contra el narco se perdió desde su nula planificación, al mismo tiempo que representa a una sociedad golpeada, que se ve superada por las trabas de quienes nos gobiernan y que, en la búsqueda de la justicia, se han encontrado con puertas cerradas, mentiras y dolor. Aquellos que luchan por darle voz a quienes no pueden defenderse pues, como aparece en una de las declaraciones emitidas por el jefe de unidad responsable del asesinado de Javier y Jorge, los muertos no hablan.
Paralelo al estreno del documental, que también forma parte de la programación de la «Fiesta del Cine Mexicano«, Amnistía Internacional realizará una petición para continuar la investigación de los hechos con debida diligencia y llevar a los responsables ante la justicia. También solicitará realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad del Estado como una medida que contribuya a la reparación integral del daño por las violaciones a derechos humanos cometidas. La petición puede ser firmada en alzatuvoz.org/estudiantes.
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