Porsche: tomarse en serio la electricidad
Luis Mendoza Ovando
Ilustraciones de Jimena Estíbaliz
El nuevo Porsche Taycan Turbo S es un auto deportivo eléctrico cuya línea de diseño, potencia y tecnología lo posicionan como última frontera.
Hay algo en los autos deportivos que trasciende lo mecánico. En la proeza tecnológica de un auto deportivo está plasmado el sueño de ir cada vez más rápido. Que Porsche hable de Taycan, su nuevo auto deportivo 100% eléctrico en términos del alma, no es una exageración, sino un reconocimiento del poder de lo intangible.
“Corazón eléctrico. Espíritu Porsche” es el término que eligió la marca para describir su capacidad de ir de cero a cien kilómetros en tan sólo 2.8 segundos en la versión Turbo S, la más rápida de las siete modalidades de este vehículo. Este trepidante milagro se basa en la Ley de Ampère: toda corriente eléctrica genera un campo magnético. Porsche llevó ese principio hasta sus últimas consecuencias y adaptó al auto dos potentes motores eléctricos síncronos de imán permanente.
Esta tecnología funciona a través de imanes fijos que rotan a altas velocidades junto a una serie de bobinas en una posición estratégica para aprovechar el campo magnético que genera la rotación. Las bobinas funcionan como un carrete que, en lugar de hilo, tiene enrollado un alambre de algún metal conductor, como el cobre, con un centro hueco que asemeja un túnel. Cuando un campo magnético atraviesa ese túnel se genera una corriente eléctrica que se intensifica por el número de vueltas de alambre que hay en la bobina. Ese principio básico de la física, gracias al diseño de avanzada de Porsche, permite que el nuevo Taycan sea un vehículo líder en términos de aceleración.
La belleza técnica de su interior está en perfecta armonía con el aspecto exterior del Taycan. Su línea de diseño, ensanchada y de baja estatura, lo posiciona como última frontera, paralela al horizonte. Su delicada silueta, tomas de aire laterales denominadas air curtains, y el techo de cristal perfilado son, en conjunto, una oda a la velocidad.
Las amenidades al interior del Taycan vuelven a sorprender. En el caso de este vehículo, la electricidad no es sólo la fuente de energía y potencia, sino el eje conductor entre el diseño exterior, la mecánica y la experiencia del usuario.
De entrada, los botones digitales preservan intacta la limpieza de su diseño. Por su parte, el Porsche Communication Management, un sistema integrado de control de audio, navegación y comunicación, sintoniza la experiencia de conducir con las emociones de quien va al volante. Éste es un auto que, en muchos sentidos, emula el funcionamiento del cerebro humano y su comando de voz es uno de los avances más impresionantes, pues permite encenderlo, una vez programado el Voice Pilot, con sólo dar la orden: “Hey, Porsche”.
Sin embargo, la potencia desbordante del Taycan no lo vuelve una fiera indomable: se trata de un auto eficiente y confiable. El rango de su batería es, en el promedio de sus versiones, de cuatrocientos kilómetros y, en condiciones óptimas, es capaz de recargar 80% de su energía con corriente directa, en los centros de carga públicos, en únicamente 22.5 minutos. También puede cargarse con corriente alterna, como la de uso doméstico.
El nuevo Taycan es poesía y energía en sintonía, un emblema de Porsche potente, innovador y confiable. Sin duda, una de las apuestas más emocionantes respecto a la movilidad del futuro.
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