Cuba de la noche con Havana Club

Cuba de la noche con Havana Club

Nos adentramos en la vida nocturna de La Habana con Havana Club, para presenciar el inicio del proyecto fotográfico «El Color de la Noche».

Tiempo de lectura: 3 minutos

Todo el mundo dice que hay que ir a La Habana antes de que todo cambie y ser testigo en carne y hueso de ese último resquicio de lo que Cuba fue. Al llegar a la isla, el clima empezó haciendo de las suyas; la depresión tropical que se venía encima hacía ver más duro todo lo que el taxista nos contaba en nuestro viaje: “Al cambio, para que se sienta de verdad, le falta todavía unos 20 años”.

Cuba lo tiene todo. Es, sin duda, uno de los lugares mas fotografiados del mundo, pues algo tiene la luz que ilumina a la isla, la arquitectura en cada esquina, la nostalgia que siempre ayuda a la foto. Creo que por eso Havana Club México nos invitó a presenciar el inicio de su proyecto fotográfico titulado “El Color de la Noche”, reuniendo a instagrameros y exponentes de la fotografía con el objetivo de rescatar las tradiciones del ron y resaltar el color, la energía y la vitalidad que emanan los habitantes de la isla. Los amantes de la fotografía convocados fueron: Manuel Espinosa, Arturo López, Frank Vela, Marco Bocchichio, Taís Kuri, Brenda Islas y Ricardo Trabulsi, quienes deambularon de día y de noche por La Habana para fotografiarla de principio a fin. Posteriormente, la marca armará una exposición con el resultado fotográfico de este viaje.

Bar Floridita, en el centro de La Habana

Bar Floridita, en el centro de La Habana, donde se sirven los mejores daiquirís del mundo.

Los bares más bonitos están aquí, no hay duda. Todas esas barras que de repente te encuentras tienen más de 50 años y, por suerte, nadie las ha modificado. Abundan en la isla, convirtiéndola en un paraíso perdido.

Empezamos tomando una cerveza Cristal en el estadio de béisbol Latinoamericano, viendo jugar a los Industriales de La Habana, una buena manera de empaparse en sudor viendo de cerca la cultura local. Para seguir aprovechando el sol y el calor, se puede visitar otro bar donde el tiempo se quedó ahí, El Floridita, uno de los favoritos de Hemingway. Aquí toda mala concepción del daiquirí se queda atrás; el ingrediente secreto, además del Havana 3 Años, está en el Luxardo, un licor italiano de Maraschino que sólo con unas gotas le da todo el flow que este trago necesita.

Estadio Latinoamericano

Estadio Latinoamericano.

Temprana la tarde y para sofocar el calor, se puede tomar una nieve de coco en el Copelia, todo un ritual de los locales que hacen colas para pasar la tarde en este lugar, de una arquitectura increíble, una mitad rotonda, mitad nave espacial, diseñada para que la gente comparta con un helado.

Justo antes del atardecer se puede visitar la terraza del Hotel Nacional, con una vista inigualable al malecón, la gente recomienda el mojito, pero creo que vale más la pena tomar un Havana 7 derecho, pues en Cuba el ron se toma así, sin hielo ni agua mineral ni refresco de cola. Cerca de ahí en el piso 33 del Edificio Focsa, está el restaurante bar La Torre, que resulta toda una experiencia y la vista a esa altura no tiene comparación. Con suerte te llega el principio de la noche aquí.

Un taxista en descapotable.

Un taxista en descapotable.

De ahí nos movimos a La Guarida, que es un restaurante emblemático, renovando algunos de los clásicos de la comida cubana, pero en la terraza hay un bar que vale la pena visitar, perfecto para tomar algo antes de cenar, con una vista espectacular y una cocteleria de primer nivel. Están a apunto de abrir, según cuentan, un salón de fumadores de puros que valdría la pena visitar.

Otro restaurante que tiene todo es El Cocinero, dentro de una antigua fabrica de aceite. La comida es sofisticada y tiene una terraza llena de plantas, ideal para quedarse a una sobremesa larga, tomando un Havana Selección, un ron suave, aromático, con toques a cacao y tabaco dulce.

Asbel Morales, maestro ronero de Havana Club.

Asbel Morales, maestro ronero de Havana Club.

Si uno quiere darse un descanso de tanto ron puede ir a un bar de ginebras como el El O’Railey, en la Habana Vieja, un lugar que se siente más nuevo y contemporáneo y puede ser un buen prospecto a considerar.

Los jueves en la noche hay que ir al Ziakara (detrás del Capitolio), porque con suerte puedes escuchar cantar a Maybe y entonces sí, te vas de espaldas; un lugar de ambiente relajado, que no se siente trampa de turistas. Aquí pues probar un trago clásico “Cuba El canchánchara”, una especie de Hot Tuddy del Caribe.

La noche en La Habana parece no tener fin y con Havana Club, menos.

havana-guitarra

Floridita daiquirí
2 cucharadas de azúcar

El jugo de medio limón
Unas gotas de licor marrasquino
1 taza de hielo picado
6 cl de Havana Club Añejo 3 años

Floridita Havana

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