Los lugares de trabajo suelen ser un reflejo de nuestra sociedad. El entorno en el que las personas pasan una tercera parte de su día —o más— tiene un impacto profundo, no sólo en su bienestar económico, sino también en el físico y mental. La pandemia, el duelo y el agotamiento sacudieron el tablero de la vida laboral hasta dejar en evidencia que la salud es y debe ser la prioridad en todos los aspectos del empleo. Específicamente, la salud mental cobró una importancia jamás vista. Hoy se sabe y se reconoce que una persona trabaja y vive mejor en tanto tenga la posibilidad de mantener su salud mental. En México se calcula que 11% del gasto en discapacidades laborales se relaciona con trastornos psicosociales y que no atenderlos tiene un costo económico de dieciséis mil millones de pesos al año, según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

Hablar de trastornos del comportamiento va acompañado de ideas preconcebidas, que nos parecen lejanas, extremas. Pero en ese espectro se encuentran padecimientos tan comunes y corrientes como el estrés y su hermano mayor, el burnout (o síndrome de desgaste profesional), ya plenamente reconocido como enferme- dad laboral. Otros padecimientos cercanos y bien conocidos son la ansiedad y la depresión, que han tenido incrementos alarmantes entre la población mexicana. Antes de la primera ola de covid-19, 15% de los mexicanos estaba ansioso; después, la cifra subió a 50%. Tras un año de pandemia la depresión pasó de 3% de la población a 27.6%, es decir, casi tres de cada diez mexicanos están deprimidos, de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Los números tienen su manera de aterrizar la gravedad de las cosas. De ahí la importancia de que las empresas se comprometan con la salud mental tanto de sus clientes como de sus colaboradores.

Los departamentos de Recursos Humanos saben que nos encontramos en una crisis sin precedentes en la relación entre las personas y sus empleadores y hoy más que nunca es relevante sentirnos valorados, cuidados; sentir que ocupamos un lugar importante en nuestro espacio de trabajo. El programa Healthy Living, de American Express, es destacable en este aspecto. De ser un programa de bienestar corporativo, cuando surgió en 2009, evolucionó a ser un pilar fundamental para el capital humano de la empresa diez años después. Healthy Living ya incluía diagnósticos de salud, actividades físicas, consultas médicas, apoyo a la maternidad y nutrición; hoy incluye un enfoque en salud mental, Healthy Minds, cuyo objetivo es cuidar el bienestar de los cerca de sesenta mil colegas en American Express en el mundo, de los cuales, 4,300 se ubican en México. A través de este pilar y desde 2017 cuentan con psicólogos en sitio, además de una línea de apoyo 24/7 para consultar y conversar con un terapeuta profesional de manera gratuita y confidencial. Este beneficio se extiende a los familiares directos. Adicionalmente, existen entrenamientos físicos en línea y sesiones de yoga o tai chí virtuales que buscan conectar la mente con el cuerpo, así como webinars mensuales que abordan diversidad de temas, desde la concientización sobre el covid-19, el acondicionamiento físico, la nutrición y el manejo del estrés y la ansiedad, hasta cómo afrontar el duelo, la asertividad y el manejo de conflictos en el lugar de trabajo, entre otros. Además, cada año, en el mes de la salud mental, tienen invitados especiales para hablar de diversos temas; en la más reciente edición invitaron a Michelle Williams de Destiny’s Child, quien compartió su experiencia con la salud mental y la importancia de pedir apoyo cuando se necesita.

La efectividad de este programa está respaldada por datos. De acuerdo con la compañía, cerca de 70% de colegas participa en al menos uno de los servicios del programa Healthy Living y particularmente un 12.5% utiliza línea de ayuda 24/7, muy por encima del promedio de utilización para servicios financieros en México, que es de 7%.*

Además, American Express implementó recientemente servicios orientados a apuntalar la tranquilidad mental y financiera de sus clientes y en 2020 ofreció esquemas de flexibilidad personalizados para sus tarjetahabientes en el marco de la emergencia sanitaria y de acuerdo con el historial de crédito de cada persona.

Como parte de su estrategia de apoyo a las comunidades, American Express comprometió más de seis millones de dólares en diversas formas de apoyo financiero para respaldar el trabajo incansable de quienes están en la primera línea de atención ante esta crisis global de salud. Esto incluye subvenciones al Cuerpo Médico Internacional y al Fondo de Respuesta Solidaria Covid-19 de la Organización Mundial de la Salud, así como organizaciones locales en México: Bancos de Alimentos de México, Asociación Yo Quiero Yo Puedo y Clínicas del Azúcar.

Hoy más que nunca es fundamental saber que nuestra relación con las empresas y organizaciones, ya sea de naturaleza laboral, profesional o económica, debe basarse también en tranquilidad y bienestar, como parte de los factores que contribuyen a nuestra salud emocional. A través de programas como Healthy Living somos testigos de cómo una iniciativa puede tener un impacto real en el ambiente laboral y en el bienestar de los colegas de una firma, que se multiplica al extenderse a sus familias y seres queridos.