Helvex: innovar para cuidar el agua • Gatopardo

Innovar para cuidar el agua

¿Qué ha hecho Helvex, una firma de productos para construcción, para que cada inmueble pueda ahorrar miles de litros de agua al año?

Tiempo de lectura: 3 minutos

De acuerdo con las cifras de la Comisión Nacional del Agua, en México consumimos entre trescientos y quinientos litros de agua al día por persona, es decir, más de cinco veces lo recomendado. En el Valle de México, la capital del país ha atravesado por una de las sequías más graves en los últimos años y la población comienza a darse cuenta de la falta de este recurso que se utiliza en casi todas las actividades humanas.

Si bien cada uno debe ser responsable y consciente del cuidado del agua, esta responsabilidad no recae sólo en los habitantes: las empresas pueden jugar un papel fundamental en su conservación si procuran que sus procesos de producción tengan menor impacto y regeneren los ecosistemas donde operan. Éste es uno de los principios clave de la economía circular, un modelo que busca reducir e, incluso, eliminar los residuos y emisiones de contaminantes; reciclar y fabricar nuevos productos con materiales de reúso; y preservar y regenerar los ecosistemas.

Transitar hacia la economía circular y replantear los modelos de negocio es una prioridad para todas las compañías, especialmente, para garantizar su rentabilidad en el futuro y mantener la fidelidad de sus clientes. “Como empresas, debemos utilizar nuestra tecnología y todas nuestras capacidades para crear soluciones integrales para el medio ambiente”, dice María Eugenia Salas, gerente de Investigación y Desarrollo de Nuevos Productos en Grupo Helvex.

Empresa fabricante de mobiliario y accesorios para baño y cocina, Helvex es un ejemplo de esta revolución. Esta firma, fundada hace 71 años en la colonia Santa María la Ribera, en la Ciudad de México, vive en muchos hogares y construcciones del país; a primera vista, éstos son productos que podrían pasar desapercibidos, pero si nos fijamos en los detalles, podremos ver su marca en los grifos de la cocina y hasta en el inodoro. Por ello, uno de sus pilares fundamentales es la innovación, encontrar maneras más sustentables de fabricar estos productos de uso común y así tener menor impacto en el medio ambiente.

Salas trabaja para la compañía desde hace veintiséis años. Lidera un equipo de más de treinta personas, entre ingenieras, diseñadores, estrategas e investigadoras de mercado que colaboran de la mano de los puntos de venta y sus aliados de primera línea: los plomeros. “La filosofía de Helvex es brindar confort, ahorrar agua y generar bienestar en las comunidades, tomando como base la presión de agua de nuestro país, así como los usos y costumbres de las personas”, explica.

Con la pandemia, creció la demanda de productos sin contacto y recubrimientos antibacteriales, así que las nuevas necesidades de sus clientes condujeron a Helvex a innovar y crear una línea, Helvex Care, compuesta por dispositivos que además de utilizar eficientemente el agua, requieren contacto nulo o mínimo para su funcionamiento y de esta manera evitan la propagación de virus o bacterias.

El equipo de Salas es responsable de encontrar estas soluciones. Dos de sus principales innovaciones son el WC 2.5, el más ahorrador del mundo, y el mingitorio seco, que permiten ahorrar 20 440 litros de agua al año; en el caso del primero, hasta 30% me- nos que los inodoros comunes al añadir presión de aire; y en el caso de los mingitorios, el desarrollo del dispositivo TDS (“tecnología drena y sella”) contribuyó a desmitificar su uso en los espacios públicos, pues, a través de una pelotita de plástico, que funciona con la gravedad, evita el paso de malos olores al exterior. La instalación de cada unos de estos muebles en el sector institucional representa un ahorro de más de 160 mil litros de agua anuales. Además, la compañía tiene la capacidad de reutilizar sus productos fabricados en latón. Cada una de estas innovaciones se basa en los principios de un diseño centrado en las personas y la economía circular.

Para Salas, trabajar en una empresa mexicana es una oportunidad de tener un impacto positivo en su país. Al diseñar y producir sus productos aquí, requiere de menos combustible para su transportación hasta los puntos de venta, lo que genera menor cantidad de contaminantes, al tiempo que atiende de forma puntual las necesidades de las personas que viven en el territorio nacional: “El desarrollo local nos permite tener una carpeta de proyectos que se pueden implementar mucho más rápido”, afirma. Su prioridad es seguir reduciendo el consumo de agua y la emisión de residuos en un mundo que no puede vivir sin este recurso.

 




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