Tras unos minutos, es inevitable preguntarle cómo mantiene el optimismo. “Leo un poco de poesía y escucho muchos podcasts de comedia”, dice muy en serio. Reconoce que en México hay muchos argumentos para el desasosiego, entre ellos las amenazas que ha recibido, pero “la violencia, la desigualdad, la corrupción o el desastre ambiental no son condiciones naturales, sino el resultado de estrategias ejecutadas durante mucho tiempo y que, por lo tanto, se pueden revertir”, menciona con esa credibilidad que otros políticos no reconstruirían ni en sueños.

A los 25 años se convirtió en el primer candidato independiente en ocupar un puesto de elección popular en Jalisco. Meses después logró la aprobación de la propuesta #SinVotoNoHayDinero, para cambiar la forma de repartición de recursos a los partidos políticos, y que la base fuera el número de votos y no el padrón electoral. En 2018 contendió en la elección federal para convertirse en senador, pero no corrió con la misma suerte. En el intento, él y su equipo decidieron que para abrirle camino a sus ideales y propuestas, fundarían su propio partido político, que se llamará Futuro y promete luchar por eso mismo.