Una gruesa cortina negra separa al mundo terrenal de una cápsula de ensueño, en la que decenas de coloridos faroles de papel cuelgan luminosos. Caminar en esa habitación invita al trance, la suave luz de los faroles atrapa la mirada y no hay tiempo ni espacio para selfies: la belleza se queda en el instante. Esta instalación forma parte de Ceremonia, exhibición en el Museo Tamayo que estará abierta al público hasta el próximo 20 de agosto.

Desde el 29 de abril, este recinto dedicado al arte contemporáneo alberga una muestra de arte popular mexicano curada por la artista multidisciplinaria Claudia Fernández. Enamorada del delicado trabajo artesanal de distintas regiones del país, se ha dedicado por más de veinte años a examinar el legado de los objetos tradicionales mexicanos así como su asimilación en distintos ámbitos culturales a través de su uso cotidiano.

“Mi familia siempre ha sido amante del arte popular”, cuenta Claudia Fernández durante una visita guiada por Ceremonia exclusiva para miembros de Club Travesías. Fernández traza su interés por el arte popular mexicano a los viajes familiares que realizaba cuando era niña: recorrían carreteras, cruzaban selvas y trepaban montañas para conocer a los artesanos responsables de piezas extraordinarias como muñecas de barro, cristalería soplada, farolitos de papel pintado. “Estudié en lo que eran las escuelas activas de los años sesenta, que promovían mucho las tradiciones mexicanas como parte de nuestros valores. Lo amo, me encanta”.

La serie de instalaciones que componen a Ceremonia incluye, además de la habitación iluminada por los faroles: Una mesa que muestra la inmensa variedad de panes tradicionales mexicanos; una colección de rebozos, gabanes y zarapes de distintos tipos de lana, específicos a varias zonas del país; un cerro de lana teñida con tintes naturales en colores vibrantes; entre otros. El acomodo de cada pieza fue minuciosamente decidido por Fernández, quien tiene como propósito resignificar estos objetos y devolverles el valor artístico y la apreciación que merecen. “Está en un museo de arte contemporáneo porque ellos, la gente que ha producido estos sombreros y vasijas y zarapes, son artistas contemporáneos también”.

La exhaustiva investigación de Claudia Fernández le ha permitido detectar métodos y materiales heredados de generación en generación y que hoy día están en riesgo de perderse. La memoria viva del arte popular de un país descansa sobre los hombros de sus ancianos, pues las generaciones más jóvenes rechazan esta parte de su cultura y tradiciones. Por ello, la artista multidisciplinaria se ha enfocado en devolverle al arte popular mexicano la mirada masiva que ha perdido. “El arte es una provocación, es un medio y el espacio puede ser la realidad”, explica, tras recorrer los silenciosos pasillos del Museo Tamayo después del cierre al público general.

Del arte le interesa más construir proyectos como éste que hacer obra propia. Sus esfuerzos por la preservación del patrimonio van desde las banquetas de la calle donde vive –en una ocasión logró rescatar unas bancas porfirianas que la delegación iba a desechar– hasta los talleres más recónditos de México. “Mi obra aquí es la recopilación, la instalación de los objetos… Quiero seguir en esta línea, involucrarme en proyectos que puedan cambiar la realidad de los artesanos, de los objetos y de la naturaleza que está detrás de esto. Es lo que me interesa y creo que lo haré toda la vida”, concluye.

Claudia Fernández es una de las especialistas que acompañan a Club Travesías en sus recorridos para redescubrir la Ciudad de México. ¡Únete a la experiencia! Da clic aquí para saber más.

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