Testigo de un crimen
Dos años después de ganar el premio principal del Festival Internacional de Cine de Morelia, el director Diego Ros presenta su ópera prima, “El vigilante”.
Salvador inicia el día como muchos otros, atrapado en el mar de personas que utilizan el metro para llegar a sus trabajos. Después de transbordos, un viaje en camión y caminar varios kilómetros, llega a un edificio en construcción que tiene que cuidar, lo que será un complejo de lujo a las afueras de la Ciudad de México. En lo que parecía ser un día ordinario, comienza una serie de eventos desafortunados que marcarán la vida de este celador.
Así transcurren los primeros minutos de El vigilante, primera película del director mexicano Diego Ros, que finalmente llega a los cines mexicanos después de una exitosa corrida en festivales. A lo largo de la cinta, su protagonista, interpretado por el actor Leonardo Alonso, se enfrenta a varios conflictos morales como el único testigo de un crimen a escasos metros de la construcción, en la víspera del nacimiento de su hijo.
“Me interesaba un personaje que fuera testigo de algún crimen y que dudara si hablar o no. Ese dilema, ese planteamiento tenía también que ocurrir cuando el personaje estaba por ser papá, porque entonces le da otra dimensión, había un sentido del deber, de ser un elemento de la sociedad digno y moralmente recto”, relata el director en entrevista con Gatopardo.
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La producción de El vigilante estuvo un par de años detenida. La pausa en este proceso de cinco años ayudó a aterrizar de mejor manera la idea, cambiar un poco el tono con el que se desarrollaría el argumento y modificar ciertos aspectos en las vidas de los personajes principales. Alonso trabajó junto al director desde los primeros borradores del guion, incluso en uno de ellos su personaje se mostraba como un boxeador retirado cuya vida lo había llevado al trabajo de celador. “Entrené tres meses box en el Gimnasio Pancho Rosales, pensando que este cuate alguna vez boxeó y pudo ser bueno pero no lo logró, por eso es tan recto”, cuenta el actor.
El trabajo de Alonso fue reconocido con el premio a Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine de Morelia en 2016, el certamen cinematográfico más importante del país. La cinta también se alzó con el premio a Mejor Película, imponiéndose frente a trabajos favoritos como La región salvaje de Amat Escalante y Las tinieblas de Daniel Castro. “Como cineasta es muy alentador. No nos esperábamos recibir un premio como el de Morelia, porque el proceso fue largo y truculento. Al final no se puede subestimar el valor que puede tener un reconocimiento en una profesión donde siempre estás dudando de ti mismo”, dice el realizador, quien espera que el público reciba su película con los brazos abiertos.
El elenco lo complementan los actores Ari Gallegos, quien interpreta a Hugo, el relevo de Salvador en la caseta de vigilancia, y Lilia Mendoza, una misteriosa figura femenina que llega a la construcción a la mitad de la noche.
El vigilante es una película que, sin adentrarse en lo burdo y lo grotesco de la violencia que atraviesa el país, cuestiona qué rol juega cada uno de sus habitantes, ya sea para ser cómplices o lo contrario. “Creo que el público se va a identificar mucho con un país que conoce bien, con personajes que trata diariamente y, claro, con una buena película”, concluye el director.
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