La generosidad del cineasta mexicano Guillermo del Toro es famosa a nivel internacional. Su gira de promoción en festivales de La forma del agua, su décimo largometraje, lo ha llevado por Europa y Norteamérica dando clases magistrales y mostrando la película a audiencias diversas. El día 25 de octubre, del Toro estrenó esta cinta en su país natal, en el marco del XV Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

En los tres días que duraron sus actividades oficiales como invitado de honor del FICM, el director impartió dos clases magistrales de al menos dos horas cada una, dio una conferencia de prensa de 90 minutos de duración, atendió a decenas de medios de comunicación, realizó un videochat en las redes sociales del festival, dedicó al menos dos horas a firmar autógrafos en la alfombra roja de su gala de estreno, develó una butaca con su nombre en Cinépolis Centro –sede principal del FICM– y atendió una función de La forma del agua en beneficio de víctimas de los sismos de septiembre en México.

A sus 53 años de edad parece incansable, sin embargo, él mismo admite la necesidad de frenar. Tras la filmación de La forma del agua y aunque tiene ya varios proyectos en puerta, el realizador está tomándose un año sabático en el que no dirigirá. “Una película como ésta necesitaba un paréntesis”, asegura en entrevista, además de comentar que para él, La forma del agua es un parteaguas en su camino narrativo. O como dijo en conferencia de prensa: “Todas mis películas anteriores eran el Guillermo niño jugando con sus monstruos, el Guillermo chico en un cuento de hadas… y ahora es el Guillermo adulto que quiere hablar de otra cosa a sus 53 años”.

La forma del agua es una historia de amor, una fábula sobre la esencia humana y un cuento fantástico que subvierte las convenciones del héroe, el monstruo y la princesa en peligro. “Es una película que se atreve a ser emocional”, dijo Guillermo del Toro al presentar La forma del agua en la proyección especial a beneficio de afectados por los sismos de septiembre en México. Los boletos para esta función tuvieron un precio de mil pesos y la taquilla se donará a la Fundación Toledo, A.C., con sede en Chiapas. “Vivimos en una época de muchísimo cinismo, muchísimo miedo y muchísima rabia y la película trata de abordar un tema que nos es tabú cada vez más porque tenemos un umbral súper bajo para las emociones”, agregó.

Con un cine tan expresivo como muestra su filmografía, Guillermo del Toro no es de los que le tiene miedo a hablar de sus emociones, pues las coloca directamente en pantalla. “A mí no me da vergüenza hablar de ellas, ¡me encanta!”, afirma. “La idea era hacer una película donde se hable del amor como una fuerza potente, viva. Porque ahorita si yo digo ‘no creo en el amor’, dicen ‘que gordo más inteligente’. Si yo digo ‘creo en el amor’, dicen ‘que gordo más cursi’. La verdad es que el amor es la única fuerza cósmica en la que han estado de acuerdo los Beatles, Buda, Jesús y Rigo Tovar, entonces creo que vale la pena”.

Aclamada en todos los festivales donde se ha presentado (Venecia, Telluride, Lyon, Toronto, Londres, entre otros), La forma del agua no solo es una de las películas más esperadas del año, sino que empieza a consolidarse como favorita rumbo a premiaciones internacionales. Además, muestra una nueva faceta de Guillermo del Toro como narrador con un guión sólido coescrito con Vanessa Taylor (Divergente) en el que la fuerza más importante sobre la que se sostiene la humanidad es el amor. “El amor, como el agua, no tiene forma. Rompe todas las barreras y es completamente flexible y toma la forma que necesita adoptar. Esta historia de amor es para mí muy personal y es una suerte de reinvención de quién soy, no sólo como cineasta, sino como persona a los 53 años”, concluyó.

La forma del agua se estrenará en México el 12 de enero de 2018.

Mira el videochat de Guillermo del Toro desde el FICM.

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