“Los parecidos” y la ciencia ficción hecha en México
“Los parecidos”, segundo largometraje de Isaac Ezban, ha triunfado en festivales especializados de fantasía y ciencia ficción.
Hacer dos películas en dos años y que ambas sean seleccionadas para el Mórbido Fest, el Fantastic Fest y el Festival de Sitges no es poca cosa. En especial si son los primeros dos largometrajes de un director. Pero Isaac Ezban lo logró con su ópera prima El incidente y con su segundo filme Los parecidos. Para Isaac, “es un sueño hecho realidad, es lo que siempre quise hacer”.
Él se considera un contador de historias, en parte por influencia de su abuela materna, quien lo “instruyó en la narración oral de cuentos y desde los seis años los contaba en la televisión y en los programas de radio, pero siempre lo que más me gustaba era el cine”, recuerda Ezban sobre cómo llegó al mundo audiovisual.
Y las historias que más le gustan son aquellas del cine de género, del cual hacen parte sus dos películas. “Me interesa poder reflexionar en estos géneros sobre temas más reales, más humanos. Usar el elemento fantástico para reflexionar sobre un tema real”. Si El incidente trató sobre el paso del tiempo, en Los parecidos quiso hablar sobre la identidad. Ezban la define como “eso que nos hace diferentes, que algunas personas tienen más enterrado que otras. Pero todos tenemos algo muy íntimo, algo que no compartimos con el mundo. Y es también lo que más podríamos tener miedo a perder, como es el caso de Los parecidos”.
Ese es el tema de fondo de la cinta, en la que en la mañana del 2 de octubre de 1968, en una estación de autobuses a unas cuantas horas de la Ciudad de México, ocho personas se encuentran atrapadas por una torrencial lluvia esperando que un camión llegue para llevarlas a la capital. Allí, en medio de la desesperación, empiezan a suceder cosas extrañas. Algunos pierden el control, otros procuran establecer la calma. Y en diferentes momentos cada uno toma el papel de personaje principal. “Ese fue un poquito mi reto. Me encantan las películas que no estás seguro quién va a ser el protagonista, que empieza por un lado y te lleva por otro”, cuenta Isaac.
Cada uno de los personajes tiene su razón de estar ahí. Por ejemplo, la mujer indígena representa el contacto con la parte mítica de México, de leyendas, brujería y chamanes. “Es muy interesante como ella está realmente hablando en náhuatl, la actriz María Elena Olivares dijo que quería aprenderlo”, resalta el director.
Destaca el papel de la música, que es fundamental. De los 89 minutos que dura la película, hay 71 de música. “Esta película que es una carta de amor a la ciencia ficción de los sesenta, debía tener algo muy orquestal a la Bernard Herrmann [quien compuso la música de clásicos como Psycho y Mysterious Island]”.
Aparte de la música, son varios elementos que llaman la atención en Los Parecidos. Por un lado, que casi toda la película sucede en un mismo espacio (la estación), lo cual fue todo un reto para el director: “Creo que se trata de que la historia sea muy intrigante y estés adivinando qué va a pasar después”. Y por otro, el uso del color: “Es algo que estuvimos pensando mucho. Mientras se los personajes se van sintiendo mas oprimidos, los colores se van haciendo más fríos, más oscuros”.
Hacia el final, hay un guiño a su anterior película El incidente, “allí se explicaban las reglas, cómo funciona este universo, pero no aparecía es quién causó esos incidentes”, concluye Ezban.
Los Parecidos se estrenará el próximo 14 de octubre en las salas de cine mexicanas.
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