En un primer acercamiento con el pasado, Angélica (Verónica Langer) y José Luis (Jaime Garza) celebran la unión de su familia en un videohome noventero que es todo sonrisas, alegría e historias de infancia. Pero tras unos minutos, la historia trae al espectador de vuelta al presente: un salto amargo a la realidad de esta pareja mayor, protagonistas de La caridad (2015), segundo largometraje de Marcelino Islas Hernández. Estrenada en la cuarta edición del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, La caridad es una cinta que narra el periodo de caos y adaptación al que un matrimonio se enfrenta después de un trágico accidente automovilístico.

Marcelino Islas comenzó a sonar en el ambiente cinematográfico en 2010 con Martha, cinta que realizó para su tesis de licenciatura y que lo llevó al Festival de Cine de Venecia. Tras una breve pausa de la pantalla grande, el cineasta mexicano regresa con La caridad, película que confirma el característico estilo de Islas para narrar historias en un intento por entablar una conversación personal por medio de ellas. “Mi cine busca o ha buscado hasta el momento entender cosas bastante personales, debería buscar más al público pero hasta ahí es a donde he llegado. Creo que está bien porque considero que es un cine bastante honesto”, comenta el director en entrevista con Gatopardo.

Esta honestidad permea la trama de La caridad, pues sus personajes se enfrentan a una situación compleja de la que nadie puede recuperarse con facilidad. El accidente en el que José Luis pierde una pierna resquebraja también su matrimonio con Angélica, quien, atormentada, se refugia en el hermano de su esposo. Esta pareja de la tercera edad vive además el desinterés de su único hijo, quien lejos de preocuparse por ellos se encarga de su propia vida. La llegada de Eva, una enfermera para José Luis, y la manía de fumar de Angélica son también obstáculos para este matrimonio. Ante este sufrimiento y necesidad, los personajes interiorizan su dolor y con dificultad se permiten exponer sus propios sentimientos.

Para Jaime Garza, interpretar a José Luis tuvo una resonancia especial. “Mi situación personal me liga de una forma al personaje porque la amputación es real, me sucedió a mí”, cuenta el actor. “De alguna forma me sirvió de manera terapeútica hacer la película porque me di cuenta que se puede seguir”. Este paralelo entre actor y personaje nutre la excelente actuación de Garza, a quien Marcelino Islas acudió por su entendimiento claro del proceso por el que atraviesa José Luis.

El elenco lo complementan Langer y Héctor Holten, en el papel del tercero en discordia, quienes al igual que el protagonista se muestran satisfechos con el resultado de la cinta y aseguran que Marcelino Islas es el verdadero responsable de una historia tan realista. A pesar de que pareciera que La caridad se centra en el proceso de José Luis, Angélica también lleva su propio duelo: “No está contenta con su vida, quiere otra vida pero está atrapada y el accidente viene a romper la rutina pero a la vez [la enfrenta] a la imposibilidad de cambiarla”, comenta Verónica Langer. Perdidos dentro de su propio matrimonio, tanto Angélica como José Luis encuentran refugio en personajes externos al mismo, él con Eva —una enfermera que encarna la tentación— y ella con su cuñado —quien parece ser el punto estable de la familia—. “Tanto en la realidad como en la ficción, cuando nuestros cercanos están mal o sufren nos toca a nosotros ser fuertes y sacar las cosas adelante”, comenta Holten sobre su personaje.

La caridad es una de las películas que se proyectaron en la sexta edición del Festival Distrital, que apoya lo mejor del cine independiente nacional e internacional. Uno de estos apoyos es el Premio ARCA en la categoría de Estreno Mexicano, mismo que el 31 de enero de 2016 recibió Marcelino Islas por su segundo largometraje. La caridad llega por fin a salas de cine en México el 20 de enero de 2017.