Hirokazu Koreeda es el cineasta que se ha hecho de un nombre en el mundo asiático, con un estilo por el que se le ha comparado con el gran Yasujiro Ozu y el taiwanés Hou Hsiao-Hsien. Aunque él mismo reconoce que está más próximo a directores como Ken Loach, referente del realismo social.

La profunda capacidad de observación de Koreeda puede explicarse como una evolución natural de este cineasta japonés de 54 años, nacido en Tokio, cuya carrera detrás de una cámara inició trabajando como documentalista.

En su más reciente filme, Tras de la tormenta, que se estrena este mes en México, la observación es uno de los recursos con los que desnuda a su protagonista: Ryota es un padre divorciado, adicto a las apuestas, escritor de cierto prestigio en el pasado, quien apenas sobrevive haciendo pequeños trabajos como investigador privado. Él mira cómo su exesposa y su hijo, así como su madre y hermana, rehacen sus vidas mientras él lamenta su suerte, incapaz de tomar el control de su día a día, pero intentando restablecer una relación con su hijo antes de que sea demasiado tarde.

En «Tras de la tormenta» participan los actores Hiroshi Abe, Kirin Kiki, Suke Ikematsu y Yoko Maki.

Koreeda se asoma con calma y naturalidad a la frustración y los sentimientos de un hombre sin mucho campo de acción para mejorar, entre fantasmas del pasado, discapacidades emocionales y circunstancias externas a su paso. Una vez más, como una constante en su filmografía, las dinámicas paterno-filiales y familiares toman el primer plano. A través de estas relaciones expuestas ante la cámara, se muestran facetas humanas y empáticas sobre el amor, las relaciones y la sociedad. Hay en sus escenas “cierto pulso chejoviano, el mismo que uno identificaría en un relato de Raymond Carver o de Alice Munro”, escribió sobre esta cinta Jordi Costa en El País.

Así sucede en Our Little Sister (2015), la historia de cuatro hermanas que se reencuentran tras el funeral del padre. Una de ellas, la menor e hija de una segunda esposa, deberá irse a vivir con sus medias hermanas, a quienes no conoce. Poco a poco, la película muestra el acercamiento, las dudas y emociones de los personajes en este intento de apertura emocional y adaptación.

En De tal padre, tal hijo (2013), película con la que ganó el Premio del Jurado del Festival de Cannes, Koreeda profundiza en qué define la paternidad y los vínculos emocionales con quienes llamamos “familia”. Como consecuencia de un error en un hospital, un par de familias intercambian a sus hijos recién nacidos. Al descubrirse la situación seis años después, los padres enfrentan el dilema de si deben o no devolver a los hijos que han criado, y las complejas dificultades emocionales alrededor de esta idea. Es un interesante retrato social de la cultura japonesa.

En aquella cinta —donde el protagonista también se llamaba Ryota—, Koreeda mostró las incógnitas de la familia contemporánea, un tema que conecta con el otro Ryota de su más reciente película.

La familia contemporánea es uno de los temas centrales de la filmografía de Hirokazu Koreeda. Fotograme de «Nuestra pequeña hermana» (2015).

Parecen ser éstos los intereses cinematográficos de Koreeda: la constante de la familia, los conflictos paternales y las dinámicas emocionales y sociales detrás del abandono, la muerte de un niño o la separación de hermanos, como lo ha explorado anteriormente.

Su cine tiene una observación tan natural que es inevitable no verse reflejado en pantalla, de una forma u otra, o no caer en la reflexión de sus preguntas acerca de la familia contemporánea.