Tres generaciones y un solo corazón latino
“One Day at a Time” es la serie de Netflix sobre inmigrantes latinos en EUA que no sabías que existía pero que necesitas ver.
Mucho se ha hablado de las producciones originales de Netflix para América Latina y cómo estos shows –Club de cuervos, Narcos y 3%– han puesto en pantalla historias sobre y para una región que consume ávida a personajes con cuyas desventuras se identifican. Pero ¿qué pasa con la representación televisiva de los latinos estadounidenses? ¿Dónde quedan las voces de los migrantes y de sus hijos o nietos? El 26 de enero llega a esta plataforma de streaming la segunda temporada de una serie cuyo corazón late por y para el público hispanoamericano en los Estados Unidos, One Day at a Time.
Con un perfil relativamente bajo, esta serie se estrenó en Netflix en 2017 y se ganó tanto a la crítica –tiene calificación de 96% en el agregador Rotten Tomatoes– como a una audiencia fiel. Basada en el show homónimo escrito a mediados de los años setenta por Norman Lear, One Day at a Time es una comedia de situación que cuenta el día a día de una familia de origen cubano en Estados Unidos, así como los constantes choques culturales con su casero, el estereotipo contemporáneo de un hombre blanco privilegiado.
Al centro de esta serie se encuentran tres talentosas actrices que interpretan a las tres generaciones de la familia Riera Álvarez: la tradicional y conservadora abuela Lydia –la legendaria Rita Moreno–, la tenaz e independiente madre Penélope –Justina Machado– y la activista hija adolescente Elena –Isabella Gómez–. Las acompañan Marcel Ruiz como el hijo más pequeño, Alex, y Todd Grinell como Schneider, el casero hipster y amigo de la familia.
Penélope Riera Álvarez es una mamá poco convencional para las sitcoms estadounidenses: es una mujer ruda, fuerte y veterana de guerra. Entre sus problemas cotidianos no están solamente los temas de crianza o de trabajo, sino situaciones directamente relacionadas con su Síndrome de Estrés Postraumático o con heridas de guerra sufridas en el campo de batalla. Elena, su hija, refleja esa misma fortaleza pero la expresa a través de activismos que empatan de manera natural con el ambiente actual en la industria del entretenimiento: es una adolescente gay con una agenda feminista que no conoce la autocensura. Cualquier otra cadena podría considerarlas protagonistas riesgosas para una audiencia masiva. “El único riesgo habría sido si los productores hubieran intentado mantener todo como el original, pero la reimaginación del show es universal,” dice Justina Machado en entrevista con Gatopardo. “Más allá de que seamos una familia cubana, es una historia universal”.
One Day at a Time aborda de manera honesta y singular los tópicos que dan vuelta en la mente de los latinos de hoy en Estados Unidos. ¿Cómo asegurar los estudios universitarios de sus hijos? ¿Cómo explicarle a una adolescente que sus padres serán deportados porque no tienen documentos legales para trabajar en el país? ¿Cómo convencerlos de celebrar las tradiciones de un país que nunca conocieron, pero que llevan en la sangre? Acercarse a estas narrativas es uno de los motores que llevaron a Gloria Calderón Kellett y a Mike Royce a desarrollar este programa. “Es increíblemente importante”, agrega Machado, quien junto a Gina Rodríguez, de Jane the Virgin, se está convirtiendo en representante televisiva de la mujer latina en Estados Unidos. “¡Estoy harta! Queremos ser representadas de la manera que somos, nosotras somos seres humanos y estamos cansadas de las casillas: la latina sexy, la latina asexuada, la madre sufrida, la policía ruda… Es una experiencia hermosa que las personas puedan verse representadas aquí”.
“Los latinos no somos estereotipos, sino humanos con experiencias de vida como todos los demás”, interviene Isabella Gómez, cuya interpretación de una adolescente descubriendo y aceptando su homosexualidad refresca la pantalla con energía pura. “Creo que es importante que las personas vean eso. Estos son temas muy pesados que incomodan a la gente cuando hablan de ellos, así que al exponerlos de manera divertida, pueden calmarse y escuchar. No tienes que poner una pelea para que entren en su inconsciente y podamos iniciar una conversación sobre ellos”.
Sin ser vendido como un show sobre inmigrantes, One Day at a Time ha tocado fibras sensibles en una comunidad que se ha visto golpeada por las recientes decisiones políticas del presidente de Estados Unidos. “Siento que le pone un rostro a los inmigrantes”, explica Gómez, cuya mejor amiga dentro de la serie debe abandonar su ciudad en la primera temporada debido a un problema de migración de sus padres. “Deja de ser una teoría y afecta a un personaje que te gusta, al que le tienes cariño. Eso ayuda para darles una voz y se sienten representados, escuchados. Ojalá cambie la perspectiva de mucha gente al respecto”.
Con una generación de espectadores más vocal en sus gustos y disgustos, los productores de Hollywood han puesto cada vez más atención en los temas de diversidad racial y de género. Esta tendencia ha beneficiado a shows como éste, así como a Jane the Virgin –CW–, This Is Us –NBC–, Fresh Off the Boat –ABC–, e incluso Modern Family –ABC–. “A veces en Hollywood se van por la tendencia, por lo que es popular en el momento”, dice Machado, quien tiene más de 20 años de carrera actoral en series como Six Feet Under (2001-2005) y ER (2009). “Creo que Jane the Virgin fue este gran suceso que hizo que todos dijeran ‘¡Dios mío!’. Gina Rodríguez [protagonista de dicha serie] es fenomenal. Tal vez ese éxito fue el origen de todos estos personajes latinos, pero la cosa es mantener estos shows al aire, darles la oportunidad a ver qué pasa. Creo que [Hollywood] está cambiando, pero no creo que ese cambio sea suficiente”, concluye.
La segunda temporada de One Day at a Time llega a Netflix el 26 de enero.
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