El Ombligo de Guie'dani, enfrentarse al racismo en México

El Ombligo de Guie’dani, enfrentarse al racismo en México

Por mi Raza Hablará la Desigualdad. El Ombligo de Guie’dani no ofrece tapujos sobre la discriminación y entrega una cruda versión de cómo el país somete, con una sutil forma de violencia ideológica, a grupos minoritarios. 

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México, a pesar de ser un país con un importante pasado de pueblos originarios y que históricamente basa gran parte de su imagen turística en las poblaciones indígenas, la nación es —en el mejor de los casos— menos que amable con estos grupos. La discriminación se encuentra tan interiorizada que pasa desapercibida se normaliza. “La gente no se da cuenta que no se da cuenta” dice Xavi Sala, director de la cinta El Ombligo de Guie’dani, en entrevista con Gatopardo.  La cinta aborda el fenómeno del racismo en México. Trata sobre una niña zapoteca que se muda a la Ciudad de México con su mamá, quien consiguió trabajo como ayudante de limpieza con una adinerada familia. Sin embargo, Guie’dani, la joven protagonista, tiene un espíritu rebelde que se resiste a la asimilación de su cultura.

Xavi Sala es un director mexicano, originario de los Países Catalanes, que encontró en México una lucha familiar: “Las similitudes con la lucha identitaria del pueblo catalán eran muy grandes. Había una conexión con los mismos problemas de lucha identitaria a mis conciudadanos de origen, también nos habían hecho sentir pena de nuestra lengua, nos habían discriminado por ello porque hablábamos dialecto. Desarrollamos un complejo de inferioridad y nos acabamos creyendo la mentira hasta el punto de reducir nuestra lengua a la casa por miedo a que te escucharan hablar tu lengua”.

El Ombligo de Guie’dani es una película que aborda la discriminación, un fenómeno desafortunadamente común para el país. En México tener piel morena es uno de los factores por el que la gente es marginada.

Las mujeres indígenas son el grupo más propenso a vivir discriminación por su condición femenina y la pertenencia a —y auto identificación con— un grupo étnico, de acuerdo con el estudio de Oxfam, Por mi Raza Hablará la Desigualdad. El Ombligo de Guie’dani no ofrece tapujos sobre la discriminación y entrega una cruda versión de cómo el país somete, con una sutil forma de violencia ideológica, a grupos minoritarios. 

Este rezago motivó a Xavi Sala a hacer la película de forma cercana a la realidad, con lo que él llama actores naturales o actores sin experiencia.“No me gusta decir ‘no actores’ porque eso podría implicar una mala actuación” aclara. Sala recuerda que necesitaba buscar autenticidad. El casting se hizo en el Istmo de Tehuantepec, donde hay una fuerte presencia de grupos indígenas, así como de migración a la Ciudad de México, en ciudades como Juchitán o La Ventosa. Sin embargo,  la comunidad cinematográfica en el centro de la República le sugería a Xavi otra cosa: “Me decían que por qué no agarré a alguien que parezca o imite a otra comunidad. Las cambiaban como si fuesen cromos, y que todas hablaban en dialecto. Eran despectivos; de nuevo, no se dan cuenta que no se dan cuenta”.

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Sótera Cruz y Erika López en El ombligo de Guie’dani

Eventualmente, Sala llegó a Sótera Cruz. Para Sala la autenticidad no era lo único importante, Guie’dani debía ser interpretada por una niña: “Para contar esta historia no había nada mejor que una mujer zapoteca y además que fuese niña. Esa es la mujer más fuerte y aguerrida que conozco en la República Mexicana”. Sala no exagera, Cruz interpreta a Guie’dani con una mirada penetrante y asume la rebeldía del personaje con tan solo unas cuantas gesticulaciones. La actuación le ha valido a Sótera Cruz (cuya edad no sobrepasa los 15 años) una cantidad importante de premios nacionales e internacionales, incluyendo una mención especial en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia. 

Sótera Cruz en El Ombligo de Guie'dani.

Sótera Cruz en El Ombligo de Guie’dani.

Sala y Cruz se encontraron cuando él llevaba ya dos años en proceso de casting para la película, y el director supo de inmediato que ella era su actriz. La mamá de Guie’dani, por otro lado, es interpretada por Erika López, mujer zapoteca que a los 12 años vivió entre Guadalajara y la Ciudad de México por estar trabajando en casas de otras personas. Las vivencias de ambas actrices dotaron de inesperada profundidad a los personajes y a la película: “Hay una escena que me conmueve mucho” recuerda Sala “que es cuando la señora de la casa les ofrece ropa y le pide a Guie’dani que se corte el cabello. Esa escena la vivió Erika López, y era tan fuerte su reacción que Sótera la miraba como emocionada, porque iba más allá de lo que yo dirigí o escribí, jamás pude darle esa dimensión en el guión. Son momentos donde ellas agarraban lo que había y le daban una impronta, fruto de su identificación con lo que estaba contando”.

Algo esencial para Sala era la interpretación del lenguaje. En El Ombligo de Guie’dani ambas mujeres hablan zapoteco, lengua usada en varias comunidades y ciudades pequeñas cerca del Istmo de Tehuantepec, done Sala buscó a sus actrices.

Cruz tuvo que aprender una variante de zapoteco que no era la suya, y Sala —que no conoce del todo el lenguaje— dirigió a ambas sin problema. “Los únicos que teníamos nociones del lenguaje éramos las actrices y yo, y aunque tenía problema para hablarlo, creo que hay una intención del director muy grande más allá de conocer la lengua” recuerda Sala, mientras platica sobre un cortometraje que dirigió en una zona de Kiev, Ucrania donde la lengua principal era el Ruso, y él —a pesar de no hablar ninguno— insistió en que el corto fuese en ucraniano, para que la gente nativa lograra expresar su lengua en una película. “Uno sabe por sensibilidad e intuición cuando un actor está diciendo la verdad”.

De esta forma, El Ombligo de Guie’dani está llena de verdad. Es una película que confronta a una sociedad mexicana aturdida por el racismo y el clasismo en casi cualquier ámbito, incluyendo el cinematográfico. Historias como la que presenta Xavi Sala en El Ombligo de Guie’dani casi no se observan en la cinematografía nacional, con un énfasis tan específico en las comunidades indígenas, así como su resistencia ante una asimilación cultural aplastante. Durante el año, tres películas que abordan la temática del trabajo doméstico se estrenaron: Roma, de Alfonso Cuarón; La Camarista, de Lila Avilés; y El Ombligo de Guie’dani de Xavi Sala. De las tres, El Ombligo de Guie’dani es la más aguerrida a mostrar la injusticia y, en ocasiones, es hasta incómoda de ver porque transparenta una realidad que México suele ignorar. 

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