La resurrección del Roxy
Este proyecto arquitectónico busca traer de vuelta al legendario Roxy, un histórico espacio cultural de Guadalajara.
El cine Roxy abrió sus puertas en marzo de 1937, justo cuando arrancaba la Época de Oro del cine mexicano. En la función inaugural se proyectó Allá en el rancho grande, de Fernando de Fuentes, y al evento asistió la crema y nata del cine nacional de aquellos años. El Roxy permaneció abierto hasta principios de los años setenta, cuando cerró sus puertas sin demasiada explicación. Después de pasar por barbería, oficinas, e incluso una vivienda clandestina, esta finca ubicada en la calle de Mezquitán, al centro de Guadalajara, se rescató para convertirse en un centro cultural que funcionó de 1990 hasta 2005.
Rogelio Flores, inspirado en distintos escenarios neoyorquinos, decidió crear un espacio para conciertos en Guadalajara, pues los ochenta habían sido una década en la que no hubo foros aún en medio del boom del rock en español. A pesar de lo descuidada que estaba la construcción y la falta de presupuesto para restaurarla, entre los jóvenes y artistas de la ciudad, el Roxy se convirtió en un sitio de culto para la música y las artes. Ahí tocaron Radiohead, Alaska y Dinarama, Café Tacvba, Caifanes, Santa Sabina, La Maldita Vecindad y Los Babasónicos, entre otros, que sumaron más de mil eventos. Además, se hicieron ahí decenas de presentaciones de libros, ciclos de teatro y danza, y exposiciones de artes visuales en su galería Magritte. Pero el gobierno municipal no veía el Roxy con buenos ojos y siempre tuvo intenciones de clausurarlo, así que nunca le otorgó el presupuesto con el que suele apoyar proyectos culturales. Tras una clausura temporal en 1998, el lugar cerró sus puertas definitivamente en 2005 y ha estado abandonado desde entonces.
Más de diez años después, tapatíos de varias generaciones seguían pidiendo su regreso, pero recientemente el dueño del predio estuvo a punto de venderlo para convertirlo en estacionamiento. Afortunadamente, Alex Serratos, al frente de Taller México, llegó a tiempo para hacerle una contraoferta que le devolverá la vida al legendario Roxy. El proyecto arquitectónico correrá a cargo del despacho del portugués João Mendes Ribeiro. “Van a proponer algo que, por un lado, rescate la arquitectura del Roxy original, pero con un toque contemporáneo marcado por su limpieza portuguesa”, dice Serratos.
“Los ingenieros teatrales y acústicos también son portugueses y se va a instalar tecnología de punta para que el sonido sea exquisito.” El Roxy se convertirá en un complejo cultural que incluirá cuatro galerías de arte, una cafetería, un bar, una cantina y un speakeasy en el sótano.
La expectativa que ha despertado el regreso del emblemático recinto a la ciudad hizo que el gobierno local iniciara un proyecto para convertir la calle de Mezquitán en un andador cultural con fachadas intervenidas por artistas nacionales e internacionales. Esta nueva calle peatonal desembocará en un parque que también estuvo abandonado por años, donde se construirá un anfiteatro al aire libre para espectáculos de cine, música y teatro. Para la primavera del año 2018, el Roxy estará de regreso para recuperar el tiempo perdido, hacerle justicia a su historia y proyectarse hacia el futuro.
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