Tatiana Cuevas es curadora independiente. Ha trabajado en diversos espacios culturales, como la Sala de Arte Público Siqueiros, el Museo de Arte de Lima –como curadora de arte contemporáneo–, y el Museo Tamayo. Entre su trabajo curatorial destaca el posicionamiento de artistas latinoamericanos en cuanto al discurso internacional y la investigación de artistas internacionales en torno al discurso regional.

Gatopardo conversó con ella acerca de su interés en el arte y sus espacios favoritos para experimentar la cultura en México.

Tatiana Cuevas en una visita de Club Travesías al estudio del artista Carlos Amorales. Fotografía: Jimena Díaz.

¿Qué es lo que te llevó a estudiar Historia de Arte?
Me interesaba el arte como indicio para conocer distintas civilizaciones y culturas, incluyendo la complejidad del presente. Por eso decidí continuar mis estudios con una maestría en curaduría de arte contemporáneo, no sólo para tener una base teórica para analizar la práctica artística contemporánea sino para articular posibles lecturas.

¿Cómo ha sido tu experiencia como curadora en el país? ¿Cómo encuentras la escena de arte contemporáneo?
La práctica curatorial en México ha pasado de ser una oportunidad para continuar tus estudios, a una competencia por ejercerla profesionalmente. El problema sigue siendo la baja remuneración, especialmente para la curaduría dentro de museos públicos, pero también para la curaduría independiente. Esto, sin embargo, no ha mermado su creciente profesionalización, que ha ido a la par de la consolidación de una escena artística muy diversa.

¿Cuáles son las galerías o museos que te gustan más y por qué? 
El MUAC, el Museo Tamayo, el Museo Jumex, el Eco, el Museo Carrillo Gil, el Museo del Chopo, la Casa del Lago, y el Museo Amparo en Puebla tienen una programación comprometida con la realidad actual y en muchos casos arriesgada, aunque el nivel de las exposiciones varíe. Lo mismo sucede con las galerías. Es fundamental estar al tanto de las propuestas de espacios como Labor, Kurimanzutto, OMR, Proyectos Monclova, Arroniz, Parque, José García o Arredondo/Arozarena. Es importante también echar ojo a espacios gestionados por artistas, como Casa Maauad, Bikini Wax o Lulú, que suelen tener programas refrescantes, aunque no siempre dé tiempo de verlo todo. Dada la diversidad de la escena es inevitable trazar itinerarios a partir de los intereses propios.

Tatiana Cuevas durante una visita el estudio del artista Pedro Reyes. Fotografía: Jordana BTP.

¿Cuáles serán las voces de más peso en el arte mexicano y que te gusten sus propuestas?
Me inclino más a pensar en la solidez de trayectorias como la de Carlos Amorales, Abraham Cruzvillegas, Teresa Margolles, Mariana Castillo Deball, Gilberto Esparza o Silvia Gruner. A veces el “peso” se adjudica por default a los artistas al mostrarse su obra en exposiciones, instituciones y certámenes internacionales “pesados” como la Bienal de Venecia, Documenta, Manifesta, Ars Electrónica, la Tate, el Guggenheim, etc., pero me parece más relevante la capacidad de ser consecuentes con una visión personal.

¿Habrá una tendencia o rumbo que esté tomando el arte mexicano?
Podría hablarse de una tendencia hacia la diversificación así como de un cuestionamiento de los paradigmas establecidos a partir de los años noventa, que dieron como resultado muchos de los esquemas sobre los que se trabaja hoy en día. Hay un fuerte retorno a prácticas basadas en el ejercicio del dibujo, la pintura y la escultura como lenguajes articulados conceptualmente, así como un desarrollo de cuerpos de trabajo que responden a los intereses de una nueva generación, dejando atrás las fatigadas citas a los artistas de los noventa.

Tatiana Cuevas es una de las especialistas que acompañan algunos de los recorridos de Club Travesías. Si quieres conocer más sobre estas experiencias, da clic aquí y únete al club.