Francisco Goldman es un hombre de fuerza y resistencia. Hace casi diez años resistió la muerte de su primera esposa, la joven escritora Aura Estrada. Superó la depresión y el alcoholismo, así como un atropello que lo mandó al hospital. También es un adicto a la Ciudad de México, un espacio en el cual vive intermitentemente desde hace 30 años y en el que, asegura, se necesita fuerza, valentía e indiferencia ante el dolor y la desigualdad.
La editorial Turner publicó en español El circuito interior, el más reciente libro de crónicas de Goldman sobre el Distrito Federal. Se trata de textos que el estadounidense escribió para la revista The New Yorker pero que nunca se publicaron, pues las historias fueron creciendo, se hilaron entre ellas y, al final, cuenta Goldman, el editor de la revista y él tomaron la decisión de darles un espacio más honorable en un libro.
El circuito interior también puede leerse como una sola crónica, como un texto indulgente que a ratos venera a la capital mexicana y que, como un arrebato festivo, celebra esas noches a través de las calles laberínticas de una ciudad caótica, conflictiva, pero que, en definitiva, es un oasis en medio de un caos mayor llamado México.
“Quizá sea fácil olvidar lo maravillosa que es, si has vivido aquí siempre. Justo como siempre me olvido de lo magnífico que puede ser Nueva York”, cuenta el autor en entrevista. “Esta ciudad es creativa porque aquí he escrito todos mis libros. Aunque también es todo un desafío, la gente se las ingenia diario para llevar comida a sus hijos y eso la vuelve creativa. ¿Qué es Tepito si no una enorme masa de creatividad mercantil? Yo amo eso, esa energía te contagia.”
Pero también se trata de un libro político. En marzo de 2013, cuando Goldman creía tener terminado su libro, la prensa reveló la desaparición de 13 jóvenes que habían sido levantados en el bar Heaven, en la Zona Rosa, y que posteriormente fueron encontrados muertos en el Estado de México. “Me di cuenta de que las cosas habían cambiado, que en la primera parte del libro celebraba la ciudad pero las cosas estaban cambiando.”
En la segunda parte, Goldman sostiene entrevistas con algunos familiares de las víctimas. También se incluye una crónica del fallido movimiento #YoSoy132, así como una entrevista con Marcelo Ebrard —ex jefe de Gobierno— y su pasión por las bicicletas, y la anécdota de cuando Ebrard estrenó camiones de gas para la Línea 2 del Metrobús, se puso al volante del camión y, tres kilómetros después, se desvió de la ruta y terminó arriba de una banqueta.
Pareciera que El circuito interiores un libro sobre la Ciudad de México, pero, contrario a esto, es una visión más íntima sobre el autor y sus sentimientos respecto a la que siempre ha considerado su segunda casa. Si bien el circuito interior hace referencia a esa emblemática —y no menos conflictiva— vialidad de la ciudad, el autor también la ocupa como una metáfora de un camino interior que, aunque avanza, no deja de dar vueltas sobre sí mismo.
Ese circuito interior —del cual Efraín Huerta escribió un pequeño verso— se convierte, también, en una metáfora de tomar el control de su vida, de manejar las situaciones y no pasar nunca de largo por el camino.
*Texto publicado originalmente en septiembre del 2015, en el número 164 de Gatopardo.
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El escritor estadounidense Francisco Goldman presenta un compendio de crónicas sobre su experiencia de vivir en una de las capitales más grandes del mundo.
Francisco Goldman es un hombre de fuerza y resistencia. Hace casi diez años resistió la muerte de su primera esposa, la joven escritora Aura Estrada. Superó la depresión y el alcoholismo, así como un atropello que lo mandó al hospital. También es un adicto a la Ciudad de México, un espacio en el cual vive intermitentemente desde hace 30 años y en el que, asegura, se necesita fuerza, valentía e indiferencia ante el dolor y la desigualdad.
La editorial Turner publicó en español El circuito interior, el más reciente libro de crónicas de Goldman sobre el Distrito Federal. Se trata de textos que el estadounidense escribió para la revista The New Yorker pero que nunca se publicaron, pues las historias fueron creciendo, se hilaron entre ellas y, al final, cuenta Goldman, el editor de la revista y él tomaron la decisión de darles un espacio más honorable en un libro.
El circuito interior también puede leerse como una sola crónica, como un texto indulgente que a ratos venera a la capital mexicana y que, como un arrebato festivo, celebra esas noches a través de las calles laberínticas de una ciudad caótica, conflictiva, pero que, en definitiva, es un oasis en medio de un caos mayor llamado México.
“Quizá sea fácil olvidar lo maravillosa que es, si has vivido aquí siempre. Justo como siempre me olvido de lo magnífico que puede ser Nueva York”, cuenta el autor en entrevista. “Esta ciudad es creativa porque aquí he escrito todos mis libros. Aunque también es todo un desafío, la gente se las ingenia diario para llevar comida a sus hijos y eso la vuelve creativa. ¿Qué es Tepito si no una enorme masa de creatividad mercantil? Yo amo eso, esa energía te contagia.”
Pero también se trata de un libro político. En marzo de 2013, cuando Goldman creía tener terminado su libro, la prensa reveló la desaparición de 13 jóvenes que habían sido levantados en el bar Heaven, en la Zona Rosa, y que posteriormente fueron encontrados muertos en el Estado de México. “Me di cuenta de que las cosas habían cambiado, que en la primera parte del libro celebraba la ciudad pero las cosas estaban cambiando.”
En la segunda parte, Goldman sostiene entrevistas con algunos familiares de las víctimas. También se incluye una crónica del fallido movimiento #YoSoy132, así como una entrevista con Marcelo Ebrard —ex jefe de Gobierno— y su pasión por las bicicletas, y la anécdota de cuando Ebrard estrenó camiones de gas para la Línea 2 del Metrobús, se puso al volante del camión y, tres kilómetros después, se desvió de la ruta y terminó arriba de una banqueta.
Pareciera que El circuito interiores un libro sobre la Ciudad de México, pero, contrario a esto, es una visión más íntima sobre el autor y sus sentimientos respecto a la que siempre ha considerado su segunda casa. Si bien el circuito interior hace referencia a esa emblemática —y no menos conflictiva— vialidad de la ciudad, el autor también la ocupa como una metáfora de un camino interior que, aunque avanza, no deja de dar vueltas sobre sí mismo.
Ese circuito interior —del cual Efraín Huerta escribió un pequeño verso— se convierte, también, en una metáfora de tomar el control de su vida, de manejar las situaciones y no pasar nunca de largo por el camino.
*Texto publicado originalmente en septiembre del 2015, en el número 164 de Gatopardo.
El escritor estadounidense Francisco Goldman presenta un compendio de crónicas sobre su experiencia de vivir en una de las capitales más grandes del mundo.
Francisco Goldman es un hombre de fuerza y resistencia. Hace casi diez años resistió la muerte de su primera esposa, la joven escritora Aura Estrada. Superó la depresión y el alcoholismo, así como un atropello que lo mandó al hospital. También es un adicto a la Ciudad de México, un espacio en el cual vive intermitentemente desde hace 30 años y en el que, asegura, se necesita fuerza, valentía e indiferencia ante el dolor y la desigualdad.
La editorial Turner publicó en español El circuito interior, el más reciente libro de crónicas de Goldman sobre el Distrito Federal. Se trata de textos que el estadounidense escribió para la revista The New Yorker pero que nunca se publicaron, pues las historias fueron creciendo, se hilaron entre ellas y, al final, cuenta Goldman, el editor de la revista y él tomaron la decisión de darles un espacio más honorable en un libro.
El circuito interior también puede leerse como una sola crónica, como un texto indulgente que a ratos venera a la capital mexicana y que, como un arrebato festivo, celebra esas noches a través de las calles laberínticas de una ciudad caótica, conflictiva, pero que, en definitiva, es un oasis en medio de un caos mayor llamado México.
“Quizá sea fácil olvidar lo maravillosa que es, si has vivido aquí siempre. Justo como siempre me olvido de lo magnífico que puede ser Nueva York”, cuenta el autor en entrevista. “Esta ciudad es creativa porque aquí he escrito todos mis libros. Aunque también es todo un desafío, la gente se las ingenia diario para llevar comida a sus hijos y eso la vuelve creativa. ¿Qué es Tepito si no una enorme masa de creatividad mercantil? Yo amo eso, esa energía te contagia.”
Pero también se trata de un libro político. En marzo de 2013, cuando Goldman creía tener terminado su libro, la prensa reveló la desaparición de 13 jóvenes que habían sido levantados en el bar Heaven, en la Zona Rosa, y que posteriormente fueron encontrados muertos en el Estado de México. “Me di cuenta de que las cosas habían cambiado, que en la primera parte del libro celebraba la ciudad pero las cosas estaban cambiando.”
En la segunda parte, Goldman sostiene entrevistas con algunos familiares de las víctimas. También se incluye una crónica del fallido movimiento #YoSoy132, así como una entrevista con Marcelo Ebrard —ex jefe de Gobierno— y su pasión por las bicicletas, y la anécdota de cuando Ebrard estrenó camiones de gas para la Línea 2 del Metrobús, se puso al volante del camión y, tres kilómetros después, se desvió de la ruta y terminó arriba de una banqueta.
Pareciera que El circuito interiores un libro sobre la Ciudad de México, pero, contrario a esto, es una visión más íntima sobre el autor y sus sentimientos respecto a la que siempre ha considerado su segunda casa. Si bien el circuito interior hace referencia a esa emblemática —y no menos conflictiva— vialidad de la ciudad, el autor también la ocupa como una metáfora de un camino interior que, aunque avanza, no deja de dar vueltas sobre sí mismo.
Ese circuito interior —del cual Efraín Huerta escribió un pequeño verso— se convierte, también, en una metáfora de tomar el control de su vida, de manejar las situaciones y no pasar nunca de largo por el camino.
*Texto publicado originalmente en septiembre del 2015, en el número 164 de Gatopardo.
El escritor estadounidense Francisco Goldman presenta un compendio de crónicas sobre su experiencia de vivir en una de las capitales más grandes del mundo.
Francisco Goldman es un hombre de fuerza y resistencia. Hace casi diez años resistió la muerte de su primera esposa, la joven escritora Aura Estrada. Superó la depresión y el alcoholismo, así como un atropello que lo mandó al hospital. También es un adicto a la Ciudad de México, un espacio en el cual vive intermitentemente desde hace 30 años y en el que, asegura, se necesita fuerza, valentía e indiferencia ante el dolor y la desigualdad.
La editorial Turner publicó en español El circuito interior, el más reciente libro de crónicas de Goldman sobre el Distrito Federal. Se trata de textos que el estadounidense escribió para la revista The New Yorker pero que nunca se publicaron, pues las historias fueron creciendo, se hilaron entre ellas y, al final, cuenta Goldman, el editor de la revista y él tomaron la decisión de darles un espacio más honorable en un libro.
El circuito interior también puede leerse como una sola crónica, como un texto indulgente que a ratos venera a la capital mexicana y que, como un arrebato festivo, celebra esas noches a través de las calles laberínticas de una ciudad caótica, conflictiva, pero que, en definitiva, es un oasis en medio de un caos mayor llamado México.
“Quizá sea fácil olvidar lo maravillosa que es, si has vivido aquí siempre. Justo como siempre me olvido de lo magnífico que puede ser Nueva York”, cuenta el autor en entrevista. “Esta ciudad es creativa porque aquí he escrito todos mis libros. Aunque también es todo un desafío, la gente se las ingenia diario para llevar comida a sus hijos y eso la vuelve creativa. ¿Qué es Tepito si no una enorme masa de creatividad mercantil? Yo amo eso, esa energía te contagia.”
Pero también se trata de un libro político. En marzo de 2013, cuando Goldman creía tener terminado su libro, la prensa reveló la desaparición de 13 jóvenes que habían sido levantados en el bar Heaven, en la Zona Rosa, y que posteriormente fueron encontrados muertos en el Estado de México. “Me di cuenta de que las cosas habían cambiado, que en la primera parte del libro celebraba la ciudad pero las cosas estaban cambiando.”
En la segunda parte, Goldman sostiene entrevistas con algunos familiares de las víctimas. También se incluye una crónica del fallido movimiento #YoSoy132, así como una entrevista con Marcelo Ebrard —ex jefe de Gobierno— y su pasión por las bicicletas, y la anécdota de cuando Ebrard estrenó camiones de gas para la Línea 2 del Metrobús, se puso al volante del camión y, tres kilómetros después, se desvió de la ruta y terminó arriba de una banqueta.
Pareciera que El circuito interiores un libro sobre la Ciudad de México, pero, contrario a esto, es una visión más íntima sobre el autor y sus sentimientos respecto a la que siempre ha considerado su segunda casa. Si bien el circuito interior hace referencia a esa emblemática —y no menos conflictiva— vialidad de la ciudad, el autor también la ocupa como una metáfora de un camino interior que, aunque avanza, no deja de dar vueltas sobre sí mismo.
Ese circuito interior —del cual Efraín Huerta escribió un pequeño verso— se convierte, también, en una metáfora de tomar el control de su vida, de manejar las situaciones y no pasar nunca de largo por el camino.
*Texto publicado originalmente en septiembre del 2015, en el número 164 de Gatopardo.
El escritor estadounidense Francisco Goldman presenta un compendio de crónicas sobre su experiencia de vivir en una de las capitales más grandes del mundo.
Francisco Goldman es un hombre de fuerza y resistencia. Hace casi diez años resistió la muerte de su primera esposa, la joven escritora Aura Estrada. Superó la depresión y el alcoholismo, así como un atropello que lo mandó al hospital. También es un adicto a la Ciudad de México, un espacio en el cual vive intermitentemente desde hace 30 años y en el que, asegura, se necesita fuerza, valentía e indiferencia ante el dolor y la desigualdad.
La editorial Turner publicó en español El circuito interior, el más reciente libro de crónicas de Goldman sobre el Distrito Federal. Se trata de textos que el estadounidense escribió para la revista The New Yorker pero que nunca se publicaron, pues las historias fueron creciendo, se hilaron entre ellas y, al final, cuenta Goldman, el editor de la revista y él tomaron la decisión de darles un espacio más honorable en un libro.
El circuito interior también puede leerse como una sola crónica, como un texto indulgente que a ratos venera a la capital mexicana y que, como un arrebato festivo, celebra esas noches a través de las calles laberínticas de una ciudad caótica, conflictiva, pero que, en definitiva, es un oasis en medio de un caos mayor llamado México.
“Quizá sea fácil olvidar lo maravillosa que es, si has vivido aquí siempre. Justo como siempre me olvido de lo magnífico que puede ser Nueva York”, cuenta el autor en entrevista. “Esta ciudad es creativa porque aquí he escrito todos mis libros. Aunque también es todo un desafío, la gente se las ingenia diario para llevar comida a sus hijos y eso la vuelve creativa. ¿Qué es Tepito si no una enorme masa de creatividad mercantil? Yo amo eso, esa energía te contagia.”
Pero también se trata de un libro político. En marzo de 2013, cuando Goldman creía tener terminado su libro, la prensa reveló la desaparición de 13 jóvenes que habían sido levantados en el bar Heaven, en la Zona Rosa, y que posteriormente fueron encontrados muertos en el Estado de México. “Me di cuenta de que las cosas habían cambiado, que en la primera parte del libro celebraba la ciudad pero las cosas estaban cambiando.”
En la segunda parte, Goldman sostiene entrevistas con algunos familiares de las víctimas. También se incluye una crónica del fallido movimiento #YoSoy132, así como una entrevista con Marcelo Ebrard —ex jefe de Gobierno— y su pasión por las bicicletas, y la anécdota de cuando Ebrard estrenó camiones de gas para la Línea 2 del Metrobús, se puso al volante del camión y, tres kilómetros después, se desvió de la ruta y terminó arriba de una banqueta.
Pareciera que El circuito interiores un libro sobre la Ciudad de México, pero, contrario a esto, es una visión más íntima sobre el autor y sus sentimientos respecto a la que siempre ha considerado su segunda casa. Si bien el circuito interior hace referencia a esa emblemática —y no menos conflictiva— vialidad de la ciudad, el autor también la ocupa como una metáfora de un camino interior que, aunque avanza, no deja de dar vueltas sobre sí mismo.
Ese circuito interior —del cual Efraín Huerta escribió un pequeño verso— se convierte, también, en una metáfora de tomar el control de su vida, de manejar las situaciones y no pasar nunca de largo por el camino.
*Texto publicado originalmente en septiembre del 2015, en el número 164 de Gatopardo.
Francisco Goldman es un hombre de fuerza y resistencia. Hace casi diez años resistió la muerte de su primera esposa, la joven escritora Aura Estrada. Superó la depresión y el alcoholismo, así como un atropello que lo mandó al hospital. También es un adicto a la Ciudad de México, un espacio en el cual vive intermitentemente desde hace 30 años y en el que, asegura, se necesita fuerza, valentía e indiferencia ante el dolor y la desigualdad.
La editorial Turner publicó en español El circuito interior, el más reciente libro de crónicas de Goldman sobre el Distrito Federal. Se trata de textos que el estadounidense escribió para la revista The New Yorker pero que nunca se publicaron, pues las historias fueron creciendo, se hilaron entre ellas y, al final, cuenta Goldman, el editor de la revista y él tomaron la decisión de darles un espacio más honorable en un libro.
El circuito interior también puede leerse como una sola crónica, como un texto indulgente que a ratos venera a la capital mexicana y que, como un arrebato festivo, celebra esas noches a través de las calles laberínticas de una ciudad caótica, conflictiva, pero que, en definitiva, es un oasis en medio de un caos mayor llamado México.
“Quizá sea fácil olvidar lo maravillosa que es, si has vivido aquí siempre. Justo como siempre me olvido de lo magnífico que puede ser Nueva York”, cuenta el autor en entrevista. “Esta ciudad es creativa porque aquí he escrito todos mis libros. Aunque también es todo un desafío, la gente se las ingenia diario para llevar comida a sus hijos y eso la vuelve creativa. ¿Qué es Tepito si no una enorme masa de creatividad mercantil? Yo amo eso, esa energía te contagia.”
Pero también se trata de un libro político. En marzo de 2013, cuando Goldman creía tener terminado su libro, la prensa reveló la desaparición de 13 jóvenes que habían sido levantados en el bar Heaven, en la Zona Rosa, y que posteriormente fueron encontrados muertos en el Estado de México. “Me di cuenta de que las cosas habían cambiado, que en la primera parte del libro celebraba la ciudad pero las cosas estaban cambiando.”
En la segunda parte, Goldman sostiene entrevistas con algunos familiares de las víctimas. También se incluye una crónica del fallido movimiento #YoSoy132, así como una entrevista con Marcelo Ebrard —ex jefe de Gobierno— y su pasión por las bicicletas, y la anécdota de cuando Ebrard estrenó camiones de gas para la Línea 2 del Metrobús, se puso al volante del camión y, tres kilómetros después, se desvió de la ruta y terminó arriba de una banqueta.
Pareciera que El circuito interiores un libro sobre la Ciudad de México, pero, contrario a esto, es una visión más íntima sobre el autor y sus sentimientos respecto a la que siempre ha considerado su segunda casa. Si bien el circuito interior hace referencia a esa emblemática —y no menos conflictiva— vialidad de la ciudad, el autor también la ocupa como una metáfora de un camino interior que, aunque avanza, no deja de dar vueltas sobre sí mismo.
Ese circuito interior —del cual Efraín Huerta escribió un pequeño verso— se convierte, también, en una metáfora de tomar el control de su vida, de manejar las situaciones y no pasar nunca de largo por el camino.
*Texto publicado originalmente en septiembre del 2015, en el número 164 de Gatopardo.
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