La mañana de ayer, tras la publicación de los resultados de la polémica consulta para decidir el destino del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, fijó su postura diciendo:
“Imagínense al Estado Mexicano, un estado democrático de Derecho, supeditado a mercados financieros. ¿Quién manda? ¿No es el pueblo? ¿No son los ciudadanos? ¿No es eso la democracia? Ese es el cambio”.
Acompañado de Alfonso Romo, Javier Jiménez Espriú y el polémico ingeniero José María Riobóo, AMLO confirmó que su gobierno cancelaría la obra del NAICM, para rehabilitar el Aeropuerto de Toluca, el Aeropuerto Internacional de la CDMX y construir dos pistas en Santa Lucía. El mundo reaccionó al instante.
En Texcoco, miles de pobladores de los 17 municipios que se verían principalmente afectados por el proyecto, celebraron que se cancelaría la obra.
Otros más mostraron pánico, tras una reacción de depreciación de 3.25 por ciento del peso frente al dólar, según el Banco de México. La tarde de ayer, la divisa estadounidense alcanzó un valor de 20.04 pesos, aunque para el día de hoy, se redujo mínimamente a 19.94 pesos.
Esta fluctuación en la moneda nacional, levantó de inmediato una alarma en el sector empresarial, alarma que se había desatado el mismo domingo cuando los presidentes de ambas cámaras de comercio, Juan Pablo Castañón y Gustavo de Hoyos, del Consejo Coordinador Empresarial y de la Coparmex respectivamente, lanzaron comunicados diciendo que la consulta les parecía ilegítima y que harían todo lo posible, desde el punto de vista legal, para anularla. Mientras esto pasaba la Bolsa Mexicana de valores reportó una caída del 4.20%.
Pero el lunes por la mañana, tras las declaraciones de AMLO y Jiménez Espriú, el próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, ambas cámaras aumentaron el volumen de sus declaraciones, calificando a la consulta y a la decisión de "traición". Dijeron además que "la cancelación mandaría un mensaje de incertidumbre a posibles inversionistas". Esto puso fin a lo que muchos llamaron una luna de miel entre los empresarios y AMLO.
Por su parte, la cámara de Comercio de Estados Unidos, la AmCham dijo que la decisión tomada por el futuro ejecutivo debe “respetar las inversiones hechas y dar certeza jurídica a las mismas”, además de que “la consulta polariza a la sociedad”.
Los mensajes de las cámaras aumentaron la turbulencia ya existente en redes sociales, donde hay un intenso debate entre quienes están a favor de Santa Lucía y quienes están a favor del NAICM. La reacción fue visible desde el día que empezó la consulta, el 25 de octubre, pero alcanzó ayer un pico de participación de ambos bandos.
Como previendo esta reacción en cadena, tras salir de su casa de transición la tarde del domingo, AMLO dijo a los medios que se encontraban presentes que "toda esta semana el aeropuerto sería nota". Y así ha sido.
Enrique Peña Nieto, quien pensó que el NAICM, sería la obra más importante de su sexenio, señaló la tarde de ayer, que la construcción continuaría hasta el 30 de noviembre, el último día de su gestión. Federico Patiño, presidente del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, encargado de la construcción y quien sería también responsable de su operación, se unió a las palabras del aún presidente, declarando que seguirán trabajando dentro de las instalaciones hasta el último día del mandato de EPN.
“Se acabó el predominio de una minoría, la vinculación de poder económico y el poder político, y el que el gobierno esté secuestrado por un grupo”, dijo por su parte Andrés Manuel López Obrador.
Ese grupo, al que AMLO se refiere, es en el que se encuentran los afectados de la cancelación, en el que no ha habido reacciones claras. Las inversiones afectadas son principalmente las del Grupo ICA, de Bernardo Quintana; el Grupo Carso, de Carlos Slim; el Grupo Hermes, de Carlos Hank Rhon; el Grupo Empresarial Ángeles, de Olegario Vázquez Raña; y la constructora GIA, de Gerard Rivero.
Quienes celebraron la decisión fueron los grupos ambientalistas y algunos académicos que encontraron en la noticia una oportunidad para salvar y rehabilitar la presa Nabor Carillo, donde cada año llegan miles de aves migratorias para tomar un breve descanso en su camino. Estos grupos han pedido a AMLO que presente un plan para el rescate de la presa y los alrededores, donde hoy una enorme estructura de concreto y acero espera que se confirme su destino.
Las reacciones de la clase política también se dejaron ver. Algunos miembros de partidos contrarios a Morena dijeron que la decisión tomada sería “el error de octubre”, haciendo alusión una frase acuñada por el ex-presidente Carlos Salinas de Gortari tras la devaluación de 1994. Quien revivió este dicho fue CitiBanamex, quién dijo que cancelar el NAICM provocaría una reacción similar. Miembros del PRI, el PAN y el PRD, denunciaron que la consulta estuvo “amañada”.
El ex-presidente Felipe Calderón Hinojosa hizo referencia al movimiento del peso en los mercados:
El peso se deprecia frente al dólar, luego del anuncio del aeropuerto. pic.twitter.com/gddVtkZgKr
— Felipe Calderón (@FelipeCalderon) 29 de octubre de 2018
Claudia Ruiz Massieu, actual presidenta del Partido Revolucionario Institucional:
Al cancelar la construcción del #NAICM en Texcoco, se perderán oportunidades de inversión, turismo, conectividad y desarrollo urbano, sin dejar de mencionar el impacto negativo sobre nuestra proyección internacional. #ConsultaIlegal
— Claudia Ruiz Massieu (@ruizmassieu) 29 de octubre de 2018
Esta mañana, a casi un mes de que Andrés Manuel López Obrador se siente en la silla presidencial, el grupo de Morena defendió la consulta y pidió a los empresarios calma para no asustar a los mercados.
Mientras tanto Andrés Manuel López Obrador, pareció vivir su primera crisis de comunicación, pero mantuvo la calma:
“El gobierno representa a todos y estoy seguro que se va a ir entendiendo. Cuesta trabajo porque todavía no termina de desaparecer lo antiguo, lo viejo, lo anacrónico. Pero ya, ya viene lo nuevo”, dijo. Y aseguró que su equipo ya había previsto la situación de los mercados que se pesenta esta semana.
La relación ríspida entre el presidente electo y los empresarios, entre la clase política y la economía, continuará mientras se oficializa el destino de esta escandalosa construcción.