Para arrancar el Hay Festival Querétaro, la escritora mexicana Elena Poniatowska se sentó vestida de blanco, con sus 84 años y todas sus historias, a recorrer junto al escritor y periodista Xavier Ayén algunos de sus recuerdos. Se acordó de su tía “chifletas,” Guadalupe Amor, a quien Diego Rivera pintó desnuda para escándalo de su familia. Recordó también las muchas veces que visitó el Palacio de Lecumberri para entrevistar a sus presos, sin saber que entre ellos estaba otro futuro ganador del Premio Cervantes: Álvaro Mutis, y otros grandes de la cultura como David Alfaro Siqueiros. “Si hay algo que puedo recomendar para quien quiera ser escritor es visitar la cárcel. Consigan el permiso, porque ahí hay mucha gente ávida de contar su vida negra de mentiras, o de verdades. Todos buscan un oído,” afirmó.
Pero entre sus entrevistados favoritos, más qué cualquier celebridad, está un ferrocarilero al que también conoció en la carcel: Demetrio Vallejo. A él lo siguió de Lecumberri hasta Santa Marta Acatitla. Era un activista social, impulsado por el Partido Comunista Mexicano y miembro del Partido Obrero Campesino. Fue encarcelado por el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, tras el rompimiento de la huelga que paralizó al país en 1959. La novela El tren pasa primero, de Poniatowska, narra su biografía, bajo el nombre de Trinidad Pineda Chiñas. Vallejo fue uno más de aquellos a quienes Elena Poniatowska rescató de morir en el anonimato para convertirlos en parte del imaginario de sus lectores. “Los ricos, los empresarios y los políticos, siempre tienen quién escriba sobre ellos, pero la gente valiosa muchas veces es olvidada,” dijo ante el Teatro de la Ciudad de Querétaro, prácticamente lleno. “Yo estoy entre los nacos a los que les gusta Juan Gabriel,” aseguró también en algún punto de la charla, defendiendo al cantante de los intelectuales que han intentado hacerlo menos.
Ayén trajo a la charla también a Estanislao Poniatowski, último rey de Polonia como nación independiente. Sobre ese antepasado suyo está escribiendo Elena. “Me está costando mucho trabajo, porque no hablo polaco y aquí en México no es fácil encontrar quién me ayude a traducir. Además no sé mucho de historia de Europa, porque dejé Francia a los diez años para venir a México, y desde entonces me he dedicado a puro jarabe tapatío,” dijo entre risas. Hablaron también de la modelo y novelista Guadalupe Marín, quién fuera esposa de Diego Rivera, y que es la protagonista de su más reciente novela. “Fue una mujer formidable y la madre de las dos hijas de Diego Rivera. Sin embargo, Frida Kahlo se la tragó y vivió siempre bajo sus sombras,” compartió la escritora, antes de contarle al auditorio que esta mujer sí tuvo un día la oportunidad de vengarse de Frida Kahlo. Eligió hacerlo levantándole la falda en público, para exhibir sus piernas lastimadas por la poliomielitis. Sobre la pintora se ha escrito demasiado, sobre Marín muy poco, y por eso lo hará Elena Poniatowska. “Dicen que Guadalupe fue una pésima madre, pero una abuela extraordinaria, así que lo que más disfruté fue entrevistar a sus nietos. Lo que me contaron me llenó de amor por ella,” afirmó.Un día después de que el presidente Enrique Peña Nieto recibiera en Los Pinos a Donald Trump, a pesar del ignorante desprecio con el que el candidato se ha expresado de México durante toda su campaña electoral; un joven se levantó para pedirle a Poniatowska un consejo durante la sesión de preguntas: ¿Qué podemos hacer los jóvenes para frenar esta crisis? “Tienen que saber que este país es suyo. Ustedes son los dueños. Créanlo y actúen en consecuencia,” respondió Poniatowska.
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Elena Poniatowska fue la invitada principal del primer día del Hay Festival Querétaro. La escritora charló con el escritor y periodista Xavier Ayén.
Para arrancar el Hay Festival Querétaro, la escritora mexicana Elena Poniatowska se sentó vestida de blanco, con sus 84 años y todas sus historias, a recorrer junto al escritor y periodista Xavier Ayén algunos de sus recuerdos. Se acordó de su tía “chifletas,” Guadalupe Amor, a quien Diego Rivera pintó desnuda para escándalo de su familia. Recordó también las muchas veces que visitó el Palacio de Lecumberri para entrevistar a sus presos, sin saber que entre ellos estaba otro futuro ganador del Premio Cervantes: Álvaro Mutis, y otros grandes de la cultura como David Alfaro Siqueiros. “Si hay algo que puedo recomendar para quien quiera ser escritor es visitar la cárcel. Consigan el permiso, porque ahí hay mucha gente ávida de contar su vida negra de mentiras, o de verdades. Todos buscan un oído,” afirmó.
Pero entre sus entrevistados favoritos, más qué cualquier celebridad, está un ferrocarilero al que también conoció en la carcel: Demetrio Vallejo. A él lo siguió de Lecumberri hasta Santa Marta Acatitla. Era un activista social, impulsado por el Partido Comunista Mexicano y miembro del Partido Obrero Campesino. Fue encarcelado por el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, tras el rompimiento de la huelga que paralizó al país en 1959. La novela El tren pasa primero, de Poniatowska, narra su biografía, bajo el nombre de Trinidad Pineda Chiñas. Vallejo fue uno más de aquellos a quienes Elena Poniatowska rescató de morir en el anonimato para convertirlos en parte del imaginario de sus lectores. “Los ricos, los empresarios y los políticos, siempre tienen quién escriba sobre ellos, pero la gente valiosa muchas veces es olvidada,” dijo ante el Teatro de la Ciudad de Querétaro, prácticamente lleno. “Yo estoy entre los nacos a los que les gusta Juan Gabriel,” aseguró también en algún punto de la charla, defendiendo al cantante de los intelectuales que han intentado hacerlo menos.
Ayén trajo a la charla también a Estanislao Poniatowski, último rey de Polonia como nación independiente. Sobre ese antepasado suyo está escribiendo Elena. “Me está costando mucho trabajo, porque no hablo polaco y aquí en México no es fácil encontrar quién me ayude a traducir. Además no sé mucho de historia de Europa, porque dejé Francia a los diez años para venir a México, y desde entonces me he dedicado a puro jarabe tapatío,” dijo entre risas. Hablaron también de la modelo y novelista Guadalupe Marín, quién fuera esposa de Diego Rivera, y que es la protagonista de su más reciente novela. “Fue una mujer formidable y la madre de las dos hijas de Diego Rivera. Sin embargo, Frida Kahlo se la tragó y vivió siempre bajo sus sombras,” compartió la escritora, antes de contarle al auditorio que esta mujer sí tuvo un día la oportunidad de vengarse de Frida Kahlo. Eligió hacerlo levantándole la falda en público, para exhibir sus piernas lastimadas por la poliomielitis. Sobre la pintora se ha escrito demasiado, sobre Marín muy poco, y por eso lo hará Elena Poniatowska. “Dicen que Guadalupe fue una pésima madre, pero una abuela extraordinaria, así que lo que más disfruté fue entrevistar a sus nietos. Lo que me contaron me llenó de amor por ella,” afirmó.Un día después de que el presidente Enrique Peña Nieto recibiera en Los Pinos a Donald Trump, a pesar del ignorante desprecio con el que el candidato se ha expresado de México durante toda su campaña electoral; un joven se levantó para pedirle a Poniatowska un consejo durante la sesión de preguntas: ¿Qué podemos hacer los jóvenes para frenar esta crisis? “Tienen que saber que este país es suyo. Ustedes son los dueños. Créanlo y actúen en consecuencia,” respondió Poniatowska.
Elena Poniatowska fue la invitada principal del primer día del Hay Festival Querétaro. La escritora charló con el escritor y periodista Xavier Ayén.
Para arrancar el Hay Festival Querétaro, la escritora mexicana Elena Poniatowska se sentó vestida de blanco, con sus 84 años y todas sus historias, a recorrer junto al escritor y periodista Xavier Ayén algunos de sus recuerdos. Se acordó de su tía “chifletas,” Guadalupe Amor, a quien Diego Rivera pintó desnuda para escándalo de su familia. Recordó también las muchas veces que visitó el Palacio de Lecumberri para entrevistar a sus presos, sin saber que entre ellos estaba otro futuro ganador del Premio Cervantes: Álvaro Mutis, y otros grandes de la cultura como David Alfaro Siqueiros. “Si hay algo que puedo recomendar para quien quiera ser escritor es visitar la cárcel. Consigan el permiso, porque ahí hay mucha gente ávida de contar su vida negra de mentiras, o de verdades. Todos buscan un oído,” afirmó.
Pero entre sus entrevistados favoritos, más qué cualquier celebridad, está un ferrocarilero al que también conoció en la carcel: Demetrio Vallejo. A él lo siguió de Lecumberri hasta Santa Marta Acatitla. Era un activista social, impulsado por el Partido Comunista Mexicano y miembro del Partido Obrero Campesino. Fue encarcelado por el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, tras el rompimiento de la huelga que paralizó al país en 1959. La novela El tren pasa primero, de Poniatowska, narra su biografía, bajo el nombre de Trinidad Pineda Chiñas. Vallejo fue uno más de aquellos a quienes Elena Poniatowska rescató de morir en el anonimato para convertirlos en parte del imaginario de sus lectores. “Los ricos, los empresarios y los políticos, siempre tienen quién escriba sobre ellos, pero la gente valiosa muchas veces es olvidada,” dijo ante el Teatro de la Ciudad de Querétaro, prácticamente lleno. “Yo estoy entre los nacos a los que les gusta Juan Gabriel,” aseguró también en algún punto de la charla, defendiendo al cantante de los intelectuales que han intentado hacerlo menos.
Ayén trajo a la charla también a Estanislao Poniatowski, último rey de Polonia como nación independiente. Sobre ese antepasado suyo está escribiendo Elena. “Me está costando mucho trabajo, porque no hablo polaco y aquí en México no es fácil encontrar quién me ayude a traducir. Además no sé mucho de historia de Europa, porque dejé Francia a los diez años para venir a México, y desde entonces me he dedicado a puro jarabe tapatío,” dijo entre risas. Hablaron también de la modelo y novelista Guadalupe Marín, quién fuera esposa de Diego Rivera, y que es la protagonista de su más reciente novela. “Fue una mujer formidable y la madre de las dos hijas de Diego Rivera. Sin embargo, Frida Kahlo se la tragó y vivió siempre bajo sus sombras,” compartió la escritora, antes de contarle al auditorio que esta mujer sí tuvo un día la oportunidad de vengarse de Frida Kahlo. Eligió hacerlo levantándole la falda en público, para exhibir sus piernas lastimadas por la poliomielitis. Sobre la pintora se ha escrito demasiado, sobre Marín muy poco, y por eso lo hará Elena Poniatowska. “Dicen que Guadalupe fue una pésima madre, pero una abuela extraordinaria, así que lo que más disfruté fue entrevistar a sus nietos. Lo que me contaron me llenó de amor por ella,” afirmó.Un día después de que el presidente Enrique Peña Nieto recibiera en Los Pinos a Donald Trump, a pesar del ignorante desprecio con el que el candidato se ha expresado de México durante toda su campaña electoral; un joven se levantó para pedirle a Poniatowska un consejo durante la sesión de preguntas: ¿Qué podemos hacer los jóvenes para frenar esta crisis? “Tienen que saber que este país es suyo. Ustedes son los dueños. Créanlo y actúen en consecuencia,” respondió Poniatowska.
Elena Poniatowska fue la invitada principal del primer día del Hay Festival Querétaro. La escritora charló con el escritor y periodista Xavier Ayén.
Para arrancar el Hay Festival Querétaro, la escritora mexicana Elena Poniatowska se sentó vestida de blanco, con sus 84 años y todas sus historias, a recorrer junto al escritor y periodista Xavier Ayén algunos de sus recuerdos. Se acordó de su tía “chifletas,” Guadalupe Amor, a quien Diego Rivera pintó desnuda para escándalo de su familia. Recordó también las muchas veces que visitó el Palacio de Lecumberri para entrevistar a sus presos, sin saber que entre ellos estaba otro futuro ganador del Premio Cervantes: Álvaro Mutis, y otros grandes de la cultura como David Alfaro Siqueiros. “Si hay algo que puedo recomendar para quien quiera ser escritor es visitar la cárcel. Consigan el permiso, porque ahí hay mucha gente ávida de contar su vida negra de mentiras, o de verdades. Todos buscan un oído,” afirmó.
Pero entre sus entrevistados favoritos, más qué cualquier celebridad, está un ferrocarilero al que también conoció en la carcel: Demetrio Vallejo. A él lo siguió de Lecumberri hasta Santa Marta Acatitla. Era un activista social, impulsado por el Partido Comunista Mexicano y miembro del Partido Obrero Campesino. Fue encarcelado por el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, tras el rompimiento de la huelga que paralizó al país en 1959. La novela El tren pasa primero, de Poniatowska, narra su biografía, bajo el nombre de Trinidad Pineda Chiñas. Vallejo fue uno más de aquellos a quienes Elena Poniatowska rescató de morir en el anonimato para convertirlos en parte del imaginario de sus lectores. “Los ricos, los empresarios y los políticos, siempre tienen quién escriba sobre ellos, pero la gente valiosa muchas veces es olvidada,” dijo ante el Teatro de la Ciudad de Querétaro, prácticamente lleno. “Yo estoy entre los nacos a los que les gusta Juan Gabriel,” aseguró también en algún punto de la charla, defendiendo al cantante de los intelectuales que han intentado hacerlo menos.
Ayén trajo a la charla también a Estanislao Poniatowski, último rey de Polonia como nación independiente. Sobre ese antepasado suyo está escribiendo Elena. “Me está costando mucho trabajo, porque no hablo polaco y aquí en México no es fácil encontrar quién me ayude a traducir. Además no sé mucho de historia de Europa, porque dejé Francia a los diez años para venir a México, y desde entonces me he dedicado a puro jarabe tapatío,” dijo entre risas. Hablaron también de la modelo y novelista Guadalupe Marín, quién fuera esposa de Diego Rivera, y que es la protagonista de su más reciente novela. “Fue una mujer formidable y la madre de las dos hijas de Diego Rivera. Sin embargo, Frida Kahlo se la tragó y vivió siempre bajo sus sombras,” compartió la escritora, antes de contarle al auditorio que esta mujer sí tuvo un día la oportunidad de vengarse de Frida Kahlo. Eligió hacerlo levantándole la falda en público, para exhibir sus piernas lastimadas por la poliomielitis. Sobre la pintora se ha escrito demasiado, sobre Marín muy poco, y por eso lo hará Elena Poniatowska. “Dicen que Guadalupe fue una pésima madre, pero una abuela extraordinaria, así que lo que más disfruté fue entrevistar a sus nietos. Lo que me contaron me llenó de amor por ella,” afirmó.Un día después de que el presidente Enrique Peña Nieto recibiera en Los Pinos a Donald Trump, a pesar del ignorante desprecio con el que el candidato se ha expresado de México durante toda su campaña electoral; un joven se levantó para pedirle a Poniatowska un consejo durante la sesión de preguntas: ¿Qué podemos hacer los jóvenes para frenar esta crisis? “Tienen que saber que este país es suyo. Ustedes son los dueños. Créanlo y actúen en consecuencia,” respondió Poniatowska.
Elena Poniatowska fue la invitada principal del primer día del Hay Festival Querétaro. La escritora charló con el escritor y periodista Xavier Ayén.
Para arrancar el Hay Festival Querétaro, la escritora mexicana Elena Poniatowska se sentó vestida de blanco, con sus 84 años y todas sus historias, a recorrer junto al escritor y periodista Xavier Ayén algunos de sus recuerdos. Se acordó de su tía “chifletas,” Guadalupe Amor, a quien Diego Rivera pintó desnuda para escándalo de su familia. Recordó también las muchas veces que visitó el Palacio de Lecumberri para entrevistar a sus presos, sin saber que entre ellos estaba otro futuro ganador del Premio Cervantes: Álvaro Mutis, y otros grandes de la cultura como David Alfaro Siqueiros. “Si hay algo que puedo recomendar para quien quiera ser escritor es visitar la cárcel. Consigan el permiso, porque ahí hay mucha gente ávida de contar su vida negra de mentiras, o de verdades. Todos buscan un oído,” afirmó.
Pero entre sus entrevistados favoritos, más qué cualquier celebridad, está un ferrocarilero al que también conoció en la carcel: Demetrio Vallejo. A él lo siguió de Lecumberri hasta Santa Marta Acatitla. Era un activista social, impulsado por el Partido Comunista Mexicano y miembro del Partido Obrero Campesino. Fue encarcelado por el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, tras el rompimiento de la huelga que paralizó al país en 1959. La novela El tren pasa primero, de Poniatowska, narra su biografía, bajo el nombre de Trinidad Pineda Chiñas. Vallejo fue uno más de aquellos a quienes Elena Poniatowska rescató de morir en el anonimato para convertirlos en parte del imaginario de sus lectores. “Los ricos, los empresarios y los políticos, siempre tienen quién escriba sobre ellos, pero la gente valiosa muchas veces es olvidada,” dijo ante el Teatro de la Ciudad de Querétaro, prácticamente lleno. “Yo estoy entre los nacos a los que les gusta Juan Gabriel,” aseguró también en algún punto de la charla, defendiendo al cantante de los intelectuales que han intentado hacerlo menos.
Ayén trajo a la charla también a Estanislao Poniatowski, último rey de Polonia como nación independiente. Sobre ese antepasado suyo está escribiendo Elena. “Me está costando mucho trabajo, porque no hablo polaco y aquí en México no es fácil encontrar quién me ayude a traducir. Además no sé mucho de historia de Europa, porque dejé Francia a los diez años para venir a México, y desde entonces me he dedicado a puro jarabe tapatío,” dijo entre risas. Hablaron también de la modelo y novelista Guadalupe Marín, quién fuera esposa de Diego Rivera, y que es la protagonista de su más reciente novela. “Fue una mujer formidable y la madre de las dos hijas de Diego Rivera. Sin embargo, Frida Kahlo se la tragó y vivió siempre bajo sus sombras,” compartió la escritora, antes de contarle al auditorio que esta mujer sí tuvo un día la oportunidad de vengarse de Frida Kahlo. Eligió hacerlo levantándole la falda en público, para exhibir sus piernas lastimadas por la poliomielitis. Sobre la pintora se ha escrito demasiado, sobre Marín muy poco, y por eso lo hará Elena Poniatowska. “Dicen que Guadalupe fue una pésima madre, pero una abuela extraordinaria, así que lo que más disfruté fue entrevistar a sus nietos. Lo que me contaron me llenó de amor por ella,” afirmó.Un día después de que el presidente Enrique Peña Nieto recibiera en Los Pinos a Donald Trump, a pesar del ignorante desprecio con el que el candidato se ha expresado de México durante toda su campaña electoral; un joven se levantó para pedirle a Poniatowska un consejo durante la sesión de preguntas: ¿Qué podemos hacer los jóvenes para frenar esta crisis? “Tienen que saber que este país es suyo. Ustedes son los dueños. Créanlo y actúen en consecuencia,” respondió Poniatowska.
Para arrancar el Hay Festival Querétaro, la escritora mexicana Elena Poniatowska se sentó vestida de blanco, con sus 84 años y todas sus historias, a recorrer junto al escritor y periodista Xavier Ayén algunos de sus recuerdos. Se acordó de su tía “chifletas,” Guadalupe Amor, a quien Diego Rivera pintó desnuda para escándalo de su familia. Recordó también las muchas veces que visitó el Palacio de Lecumberri para entrevistar a sus presos, sin saber que entre ellos estaba otro futuro ganador del Premio Cervantes: Álvaro Mutis, y otros grandes de la cultura como David Alfaro Siqueiros. “Si hay algo que puedo recomendar para quien quiera ser escritor es visitar la cárcel. Consigan el permiso, porque ahí hay mucha gente ávida de contar su vida negra de mentiras, o de verdades. Todos buscan un oído,” afirmó.
Pero entre sus entrevistados favoritos, más qué cualquier celebridad, está un ferrocarilero al que también conoció en la carcel: Demetrio Vallejo. A él lo siguió de Lecumberri hasta Santa Marta Acatitla. Era un activista social, impulsado por el Partido Comunista Mexicano y miembro del Partido Obrero Campesino. Fue encarcelado por el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, tras el rompimiento de la huelga que paralizó al país en 1959. La novela El tren pasa primero, de Poniatowska, narra su biografía, bajo el nombre de Trinidad Pineda Chiñas. Vallejo fue uno más de aquellos a quienes Elena Poniatowska rescató de morir en el anonimato para convertirlos en parte del imaginario de sus lectores. “Los ricos, los empresarios y los políticos, siempre tienen quién escriba sobre ellos, pero la gente valiosa muchas veces es olvidada,” dijo ante el Teatro de la Ciudad de Querétaro, prácticamente lleno. “Yo estoy entre los nacos a los que les gusta Juan Gabriel,” aseguró también en algún punto de la charla, defendiendo al cantante de los intelectuales que han intentado hacerlo menos.
Ayén trajo a la charla también a Estanislao Poniatowski, último rey de Polonia como nación independiente. Sobre ese antepasado suyo está escribiendo Elena. “Me está costando mucho trabajo, porque no hablo polaco y aquí en México no es fácil encontrar quién me ayude a traducir. Además no sé mucho de historia de Europa, porque dejé Francia a los diez años para venir a México, y desde entonces me he dedicado a puro jarabe tapatío,” dijo entre risas. Hablaron también de la modelo y novelista Guadalupe Marín, quién fuera esposa de Diego Rivera, y que es la protagonista de su más reciente novela. “Fue una mujer formidable y la madre de las dos hijas de Diego Rivera. Sin embargo, Frida Kahlo se la tragó y vivió siempre bajo sus sombras,” compartió la escritora, antes de contarle al auditorio que esta mujer sí tuvo un día la oportunidad de vengarse de Frida Kahlo. Eligió hacerlo levantándole la falda en público, para exhibir sus piernas lastimadas por la poliomielitis. Sobre la pintora se ha escrito demasiado, sobre Marín muy poco, y por eso lo hará Elena Poniatowska. “Dicen que Guadalupe fue una pésima madre, pero una abuela extraordinaria, así que lo que más disfruté fue entrevistar a sus nietos. Lo que me contaron me llenó de amor por ella,” afirmó.Un día después de que el presidente Enrique Peña Nieto recibiera en Los Pinos a Donald Trump, a pesar del ignorante desprecio con el que el candidato se ha expresado de México durante toda su campaña electoral; un joven se levantó para pedirle a Poniatowska un consejo durante la sesión de preguntas: ¿Qué podemos hacer los jóvenes para frenar esta crisis? “Tienen que saber que este país es suyo. Ustedes son los dueños. Créanlo y actúen en consecuencia,” respondió Poniatowska.
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