No items found.

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de
20
.
08
.
24
AAAA
Tiempo de Lectura: 00 min

Elegido presidente de Guatemala para sorpresa de todos el 20 de agosto de 2023, Bernardo Arévalo sigue enfrentándose a instituciones de poder que han sido violentadas por una cúpula agrupada en lo que se conoce como el “pacto de corruptos”.

El 14 de enero de 2024, día fijado para la ceremonia de transferencia de mando al presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, todo indicaba que el presidente del congreso de la República no lograría colocarle la banda presidencial. Bernardo Arévalo esperó durante siete horas que los diputados salientes, en una desesperada tentativa de conservar el poder, dejaran su lugar a los parlamentarios nuevamente elegidos que iban a ratificarlo como presidente. Incluso se encerraron en una sala del Congreso, pretextando verificar documentos, con tal de retrasar la ceremonia de investidura que tendría lugar en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, llamado así en honor al Premio Nobel de Literatura de 1967. Al mediodía, cientos de ciudadanos, que inicialmente salieron a la calle para celebrar esa “nueva primavera”, decidieron dirigirse hacia el Congreso de la República de Guatemala para protestar contra las maniobras de los legisladores, tropezándose con los cuerpos policíacos que tenían acorralado el recinto.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

En el Teatro Nacional, decenas de presidentes del continente y representantes de organizaciones internacionales como Luis Almagro (Organización de los Estados Americanos) o Josep Borrell (Unión Europea), aguantaban la espera. “No se retira la delegación colombiana hasta la posesión del presidente Arévalo [...]. Si es necesario, se suspende el viaje a Davos”, indicó Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien tenía programado viajar a Suiza para asistir al Foro Económico Mundial. El presidente chileno Gabriel Boric denunció “intentos claros y denunciados públicamente por la OEA, la Unión Europea y también países latinoamericanos como el nuestro, de impedir que la voluntad soberana del pueblo guatemalteco se exprese”. Después de siete horas caóticas, los diputados de la oposición finalmente accedieron a dejar su lugar, y poco después de las 12 de la noche Arévalo recibió la banda color azul cielo y blanco. Ya pasada la noche, junto con su vicepresidenta, la científica Karin Herrera, apareció en el balcón del Palacio Nacional, donde miles de guatemaltecos ansiaban su llegada. Para ese momento, Boric ya volaba de regreso a Chile, pero Petro se había quedado, aunque nunca suspendió el viaje a Davos.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Esa jornada de la toma de protesta de Bernardo Arévalo fue el epílogo simbólico de un caótico periodo de transición, durante el cual se intentó anular los resultados de la elección presidencial del 20 de agosto de 2023 en las que el candidato del partido Movimiento Semilla le ganó la presidencia a Sandra Torres de la Unión Nacional de la Esperanza (61%-39%), gracias a la esperanza colectiva del advenimiento de una “nueva primavera”, impulsada por la juventud guatemalteca para derrocar la rancia política corrupta de Guatemala simbolizada por el mandato de Alejandro Gimmattei (2020-2024). Hasta la toma de mando, el Movimiento Semilla no ha dejado de estar sometido a juicios por parte de tribunales corruptos y por el Ministerio Público, brazo derecho de la élite económica y judicial del país centroamericano, una alianza a la que se le identifica con el término “pacto de corruptos” por la mayoría de los ciudadanos del vecino sureño de México.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Diplomático e hijo de presidente

El mismo Arévalo ha descrito la corrupción como un “cáncer” dentro del sistema político, económico y judicial de su país. “En la actitud, se le nota Arévalo una voluntad de devolverle la democracia al país”, observa Luis Mack, doctor en ciencias políticas por la Universidad de San Carlos de Ciudad de Guatemala. Demócrata: un calificativo que muchos usan para ilustrar la trayectoria del primer presidente progresista de Guatemala en 70 años. Una trayectoria que no cuenta ninguna historia de trascendencia social de un joven que soñaba ser algún día presidente; pues el color político de Bernardo Arévalo nació desde el exilio uruguayo de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, primer presidente electo democráticamente en el país (1945-1951), quien fue obligado junto con su esposa a salir de Guatemala después del golpe militar al presidente Jacobo Arbenz (1951-1954), tachado de comunista, el cual impulsó Estados Unidos en 1954, abiertamente inconforme con la reforma agraria que afectaba a la poderosa empresa bananera United Fruit Company. En aquel entonces, apenas se estaban sanando las heridas de la dictadura militar de 13 años del general Jorge Ubico Castañeda de la que se libró el país en 1944.

Más de izquierda que de derecha, más al centro que a la izquierda, Bernardo Arévalo es sobre todo un demócrata: después de los comicios en Venezuela, el 28 de julio, fue uno de los primeros mandatarios en no reconocer la victoria del presidente chavista Nicolás Maduro.

Te recomendamos el artículo de Maurizio Montes de Oca: "Un chaleco antibalas para reportar desde Venezuela".

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Hoy, Arévalo tiene como meta declarada sanar a Guatemala, un país de 17 000 000 de habitantes, en el que reinan la pobreza, la violencia y la corrupción. Como ejemplo de buena fe y de voluntad de sanitizar el poder, tomó medidas simbólicas, reduciendo 25% su salario como presidente y haciendo pública su declaración patrimonial, motivando a los integrantes de su gabinete a hacer lo mismo. El pueblo de Guatemala sufre desigualdades profundas, este gobierno va a reducirlas de forma decisiva, con transparencia y rendición de cuentas, asegurando que cada centavo invertido llegue a quien debe recibirlo”, dijo Arévalo el día que cumplió sus primeros 100 días de mandato, el 23 de abril pasado. Ese día, el presidente se enorgulleció de haber desmantelado 39 estructuras del crimen organizado que se dedicaban a las extorsiones, reduciendo la criminalidad en un 13%. Además, presentó ante la Comisión Nacional contra la Corrupción 34 denuncias por corrupción en la administración del presidente Alejandro Giammattei (1920-2024).

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Un retrato de Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en una oficina del Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Y es que los retos son enormes: Guatemala ocupa el lugar 154 de 180 de los países más corruptos según el Índice de corrupción de la ONG Transparency International, y uno de cada dos niños padece desnutrición, según la Unicef, siendo el país de América latina con mayor tasa de desnutrición crónica. “A lo que la población nos encomendó es el combate a la corrupción mediante la transparencia y el fortalecimiento de la institucionalidad”, indica Miriam Roquel, ministra del Trabajo y Previsión Social. “La verdad es que hay un desorden total desde el poder en Guatemala. Luego, viene la población en situación de vulnerabilidad. Debemos saber cómo llegar a las comunidades partiendo de los mapas de pobreza, y cómo territorializar los servicios como el programa de adultos mayores. También tenemos un compromiso con los pueblos indígenas”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Corrupción, pobreza y pueblos originarios

En este sentido, el presidente reafirmó este compromiso el 8 de agosto pasado al encabezar la Mesa de Diálogo Permanente con las Autoridades Ancestrales e Indígenas de Guatemala, un día antes del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en el que también acudió la ministra Miriam Roquel, abogada maya k'iche. Guatemala es el segundo país con mayor población indígena en América, con 44%, según el Censo de Población y Vivienda 2018, sólo superado por Bolivia. Sin embargo, no todos están satisfechos con el actuar de Arévalo. “Es lo mismo de antes”, critica Thelma Cabrera, activista maya mam, quien fue precandidata presidencial en los comicios presidenciales de 2023. “Los pueblos originarios fuimos claros. No tenemos ningún interés con él, pues no cabemos en ningún espacio de su gabinete. No ha podido frenar los desalojos, la criminalización de defensores, y el entreguismo de la riqueza a empresas que vienen a saquear desde siempre”.

Juan José Arévalo,
Una pequeña estatua de Juan José Arévalo, presidente de Guatemala entre 1945 y 1951, y padre del actual presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se encuentra en el sótano del Palacio Nacional, junto a otras personalidades locales. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Además, Arévalo tendrá que manejar la problemática migratoria de la huida de miles de sus compatriotas hacia el norte. En mayo, los presidentes Arévalo y Andrés Manuel López Obrador se reunieron en Tapachula, ciudad fronteriza mexicana, para abordar el tema de la migración; el tránsito a lo largo del río Suchiate preocupa a los dos países. En el encuentro, también se revisó la implementación del programa del gobierno mexicano Sembrando Vida en Guatemala, en el que se han invertido casi 400 000 000 de pesos. Queremos una frontera que una a nuestros pueblos, al pueblo mexicano y al pueblo guatemalteco, una frontera que nos permita desarrollarnos y crecer juntos, con beneficio recíproco, en confianza, con entusiasmo y con colaboración”, aseguró Arévalo ese día.

“Se percibe un gobierno con mayor capacidad de entender las necesidades de actuar para el pueblo”, apunta el sociólogo Luis Mack. Lo que sí es que Arévalo es un tipo bien intencionado, honesto, tiene la ventaja de tener un reconocimiento internacional por haber sido diplomático, considera Jordan Rodas, exprocurador de los Derechos Humanos de Guatemala entre 2017 y 2022. Arévalo empezó en la política como diplomático en el Ministerio de Relaciones Exteriores en la década de los ochenta, ejerciendo varios cargos diplomáticos, como el de viceministro de Relaciones Exteriores entre 1994 y 1995, antes de convertirse en embajador de la nación centroamericana en España.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

El presidente es un estadista, su experiencia, es demócrata y conciliador, su preparación y su trayectoria le permite conocer la realidad y las necesidad  de los asuntos del estado”, elogia Miriam Roquel, que no forma parte de Semilla pero que fue invitada por Arévalo en su proyecto de transformación integrado por personalidades de la sociedad civil. Esa voluntad política parece reflejarse en su personalidad. “Posee un don de gente, es muy empático, es una persona que escucha y busca consensos. No es imponente, no es déspota”, alaba la ministra. Su perfil diplomático es el más destacado por los que han estado haciendo campaña con él. “Trabajar con Bernardo Arévalo es como trabajar con un relacionista o bien con un embajador, sabe moverse en lo internacional”, comparte, bajo anonimato, un excolaborador de su campaña.

“Sin embargo, no va a ser fácil, los detractores no quieren que las acciones del presidente se concreten”, lamenta la ministra Roquel porque Arévalo todavía tiene que curar la corrupción en los poderes que él mismo nombra como “cáncer”. Entre ellos está la permanencia de Consuelo Porras como fiscal general del Ministerio Público, cuyo nombre forma parte de la lista de funcionarios corruptos del Departamento de Estado americano. El pasado 1o de agosto, el mandatario presentó una solicitud de antejuicio para que la funcionaria responda por los supuestos delitos de violación a la Constitución y abuso de autoridad, luego de que Porras pidiera a la Corte de Constitucionalidad encausar a Arévalo por supuestamente tomar “medidas políticas y financieras” contra el Ministerio Público. “Hoy vemos un ataque ilegal y desesperado, liderado por la fiscal Consuelo Porras desde el Ministerio Público”, declaró Arévalo en una conferencia de prensa ese día. “Haremos lo que corresponde en el marco de la ley para que efectivamente ella abandone el cargo en la medida en que se ha convertido en un obstáculo a la justicia”.

Estancamiento

La fiscal general no ha dejado de ponerle trabas desde que Arévalo denunció el “pacto de corruptos” y se colocó como el favorito de la segunda vuelta, el verano pasado. Porras mantiene una investigación abierta en torno a los resultados de esa elección, haciendo todo lo posible para descalificar a los diputados de Semilla nuevamente elegidos y quitarle la personalidad jurídica al movimiento. “Instamos al Sistema de Justicia a no seguir siendo víctima de la extorsión y chantaje de una minoría corrupta y a ceñirse estrictamente a la ley para frenar el ciclo de oscuridad y abusos por parte del Ministerio Público”, agregó.

Te podría interesar leer el perfil de Altagracia Gómez Sierra, escrito por Jonathán Torres.

El presidente no ha podido obtener la renuncia de Porras, pese a que miles de guatemaltecos han pedido su salida, señalándole de estar detrás de la criminalización de los funcionarios judiciales que luchaban contra la corrupción, de ellos muchos tuvieron que exiliarse. Refiriéndose a la metáfora del “cáncer” de la corrupción, se necesita “una cirugía sin anestesia”, opina Rodas; es decir, actuar sin pinceladas. “Es importante que se empodere del poder y que lo ejerza con contundencia”, señala el exprocurador de los Derechos Humanos desde el exilio. “Está cuesta arriba porque los actores del ‘pacto de corruptos’ permanecen, pero tiene que someter la mesa de institucionalidad de cartón que ya no sirve [a] los intereses del pueblo. El capital político con el que llegó, día a día se va erosionando y puede llegar el momento en que peligre su gobernabilidad”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Con un Congreso fragmentado en el que Semilla no tiene mayoría, la política del ejecutivo está estancada. “El presidente es muy legalista, su espíritu es más de conciliar por ser diplomático y ha sido un poco ingenuo”, analiza Luis Mack. “Tal vez les hace falta más colmillo frente a la actitud maliciosa y antidemocrática de los diputados de la oposición y de los otros poderes del estado que han estado jugando con las reglas y la judicialización, utilizando la ley para incidir en la política”.

A un año de su elección y a poco más de siete meses de gobierno, siguen sin vislumbrarse mejoras sociales, a pesar de varias medidas simbólicas democráticas. En su primer día como presidente de Guatemala, Arévalo mandó quitar las vallas que cercaban al Palacio Nacional durante el mandato anterior, prueba del miedo de Alejandro Giammattei hacia los ciudadanos. Hoy, cualquiera puede ingresar al recinto y ser recibido. Sigo pensando que Arévalo era la única opción que tenía este país, pero si continúa como hasta el momento no tendremos opción para un mejor país en el futuro”, considera su excolaborador de campaña. “Es muy precavido con cada movimiento que hace. Tal vez por eso queda a deber: sus pasos son muy lentos en un país que necesita fuertes cambios, pero que seguramente no se darán debido a la cooptación del sistema”. En Guatemala, La prometida “nueva primavera” aún no se deja ver.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, con su esposa Lucrecia Peinado (con gafas de sol negras), camina por el centro de la Ciudad de Guatemala después de una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 23 de abril de 2024.

Newsletter
¡Gracias!
Oops! Something went wrong while submitting the form.
No items found.
No items found.

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en la entrada de su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.
20
.
08
.
24
AAAA
Tiempo de Lectura: 00 min

Elegido presidente de Guatemala para sorpresa de todos el 20 de agosto de 2023, Bernardo Arévalo sigue enfrentándose a instituciones de poder que han sido violentadas por una cúpula agrupada en lo que se conoce como el “pacto de corruptos”.

El 14 de enero de 2024, día fijado para la ceremonia de transferencia de mando al presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, todo indicaba que el presidente del congreso de la República no lograría colocarle la banda presidencial. Bernardo Arévalo esperó durante siete horas que los diputados salientes, en una desesperada tentativa de conservar el poder, dejaran su lugar a los parlamentarios nuevamente elegidos que iban a ratificarlo como presidente. Incluso se encerraron en una sala del Congreso, pretextando verificar documentos, con tal de retrasar la ceremonia de investidura que tendría lugar en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, llamado así en honor al Premio Nobel de Literatura de 1967. Al mediodía, cientos de ciudadanos, que inicialmente salieron a la calle para celebrar esa “nueva primavera”, decidieron dirigirse hacia el Congreso de la República de Guatemala para protestar contra las maniobras de los legisladores, tropezándose con los cuerpos policíacos que tenían acorralado el recinto.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

En el Teatro Nacional, decenas de presidentes del continente y representantes de organizaciones internacionales como Luis Almagro (Organización de los Estados Americanos) o Josep Borrell (Unión Europea), aguantaban la espera. “No se retira la delegación colombiana hasta la posesión del presidente Arévalo [...]. Si es necesario, se suspende el viaje a Davos”, indicó Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien tenía programado viajar a Suiza para asistir al Foro Económico Mundial. El presidente chileno Gabriel Boric denunció “intentos claros y denunciados públicamente por la OEA, la Unión Europea y también países latinoamericanos como el nuestro, de impedir que la voluntad soberana del pueblo guatemalteco se exprese”. Después de siete horas caóticas, los diputados de la oposición finalmente accedieron a dejar su lugar, y poco después de las 12 de la noche Arévalo recibió la banda color azul cielo y blanco. Ya pasada la noche, junto con su vicepresidenta, la científica Karin Herrera, apareció en el balcón del Palacio Nacional, donde miles de guatemaltecos ansiaban su llegada. Para ese momento, Boric ya volaba de regreso a Chile, pero Petro se había quedado, aunque nunca suspendió el viaje a Davos.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Esa jornada de la toma de protesta de Bernardo Arévalo fue el epílogo simbólico de un caótico periodo de transición, durante el cual se intentó anular los resultados de la elección presidencial del 20 de agosto de 2023 en las que el candidato del partido Movimiento Semilla le ganó la presidencia a Sandra Torres de la Unión Nacional de la Esperanza (61%-39%), gracias a la esperanza colectiva del advenimiento de una “nueva primavera”, impulsada por la juventud guatemalteca para derrocar la rancia política corrupta de Guatemala simbolizada por el mandato de Alejandro Gimmattei (2020-2024). Hasta la toma de mando, el Movimiento Semilla no ha dejado de estar sometido a juicios por parte de tribunales corruptos y por el Ministerio Público, brazo derecho de la élite económica y judicial del país centroamericano, una alianza a la que se le identifica con el término “pacto de corruptos” por la mayoría de los ciudadanos del vecino sureño de México.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Diplomático e hijo de presidente

El mismo Arévalo ha descrito la corrupción como un “cáncer” dentro del sistema político, económico y judicial de su país. “En la actitud, se le nota Arévalo una voluntad de devolverle la democracia al país”, observa Luis Mack, doctor en ciencias políticas por la Universidad de San Carlos de Ciudad de Guatemala. Demócrata: un calificativo que muchos usan para ilustrar la trayectoria del primer presidente progresista de Guatemala en 70 años. Una trayectoria que no cuenta ninguna historia de trascendencia social de un joven que soñaba ser algún día presidente; pues el color político de Bernardo Arévalo nació desde el exilio uruguayo de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, primer presidente electo democráticamente en el país (1945-1951), quien fue obligado junto con su esposa a salir de Guatemala después del golpe militar al presidente Jacobo Arbenz (1951-1954), tachado de comunista, el cual impulsó Estados Unidos en 1954, abiertamente inconforme con la reforma agraria que afectaba a la poderosa empresa bananera United Fruit Company. En aquel entonces, apenas se estaban sanando las heridas de la dictadura militar de 13 años del general Jorge Ubico Castañeda de la que se libró el país en 1944.

Más de izquierda que de derecha, más al centro que a la izquierda, Bernardo Arévalo es sobre todo un demócrata: después de los comicios en Venezuela, el 28 de julio, fue uno de los primeros mandatarios en no reconocer la victoria del presidente chavista Nicolás Maduro.

Te recomendamos el artículo de Maurizio Montes de Oca: "Un chaleco antibalas para reportar desde Venezuela".

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Hoy, Arévalo tiene como meta declarada sanar a Guatemala, un país de 17 000 000 de habitantes, en el que reinan la pobreza, la violencia y la corrupción. Como ejemplo de buena fe y de voluntad de sanitizar el poder, tomó medidas simbólicas, reduciendo 25% su salario como presidente y haciendo pública su declaración patrimonial, motivando a los integrantes de su gabinete a hacer lo mismo. El pueblo de Guatemala sufre desigualdades profundas, este gobierno va a reducirlas de forma decisiva, con transparencia y rendición de cuentas, asegurando que cada centavo invertido llegue a quien debe recibirlo”, dijo Arévalo el día que cumplió sus primeros 100 días de mandato, el 23 de abril pasado. Ese día, el presidente se enorgulleció de haber desmantelado 39 estructuras del crimen organizado que se dedicaban a las extorsiones, reduciendo la criminalidad en un 13%. Además, presentó ante la Comisión Nacional contra la Corrupción 34 denuncias por corrupción en la administración del presidente Alejandro Giammattei (1920-2024).

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Un retrato de Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en una oficina del Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Y es que los retos son enormes: Guatemala ocupa el lugar 154 de 180 de los países más corruptos según el Índice de corrupción de la ONG Transparency International, y uno de cada dos niños padece desnutrición, según la Unicef, siendo el país de América latina con mayor tasa de desnutrición crónica. “A lo que la población nos encomendó es el combate a la corrupción mediante la transparencia y el fortalecimiento de la institucionalidad”, indica Miriam Roquel, ministra del Trabajo y Previsión Social. “La verdad es que hay un desorden total desde el poder en Guatemala. Luego, viene la población en situación de vulnerabilidad. Debemos saber cómo llegar a las comunidades partiendo de los mapas de pobreza, y cómo territorializar los servicios como el programa de adultos mayores. También tenemos un compromiso con los pueblos indígenas”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Corrupción, pobreza y pueblos originarios

En este sentido, el presidente reafirmó este compromiso el 8 de agosto pasado al encabezar la Mesa de Diálogo Permanente con las Autoridades Ancestrales e Indígenas de Guatemala, un día antes del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en el que también acudió la ministra Miriam Roquel, abogada maya k'iche. Guatemala es el segundo país con mayor población indígena en América, con 44%, según el Censo de Población y Vivienda 2018, sólo superado por Bolivia. Sin embargo, no todos están satisfechos con el actuar de Arévalo. “Es lo mismo de antes”, critica Thelma Cabrera, activista maya mam, quien fue precandidata presidencial en los comicios presidenciales de 2023. “Los pueblos originarios fuimos claros. No tenemos ningún interés con él, pues no cabemos en ningún espacio de su gabinete. No ha podido frenar los desalojos, la criminalización de defensores, y el entreguismo de la riqueza a empresas que vienen a saquear desde siempre”.

Juan José Arévalo,
Una pequeña estatua de Juan José Arévalo, presidente de Guatemala entre 1945 y 1951, y padre del actual presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se encuentra en el sótano del Palacio Nacional, junto a otras personalidades locales. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Además, Arévalo tendrá que manejar la problemática migratoria de la huida de miles de sus compatriotas hacia el norte. En mayo, los presidentes Arévalo y Andrés Manuel López Obrador se reunieron en Tapachula, ciudad fronteriza mexicana, para abordar el tema de la migración; el tránsito a lo largo del río Suchiate preocupa a los dos países. En el encuentro, también se revisó la implementación del programa del gobierno mexicano Sembrando Vida en Guatemala, en el que se han invertido casi 400 000 000 de pesos. Queremos una frontera que una a nuestros pueblos, al pueblo mexicano y al pueblo guatemalteco, una frontera que nos permita desarrollarnos y crecer juntos, con beneficio recíproco, en confianza, con entusiasmo y con colaboración”, aseguró Arévalo ese día.

“Se percibe un gobierno con mayor capacidad de entender las necesidades de actuar para el pueblo”, apunta el sociólogo Luis Mack. Lo que sí es que Arévalo es un tipo bien intencionado, honesto, tiene la ventaja de tener un reconocimiento internacional por haber sido diplomático, considera Jordan Rodas, exprocurador de los Derechos Humanos de Guatemala entre 2017 y 2022. Arévalo empezó en la política como diplomático en el Ministerio de Relaciones Exteriores en la década de los ochenta, ejerciendo varios cargos diplomáticos, como el de viceministro de Relaciones Exteriores entre 1994 y 1995, antes de convertirse en embajador de la nación centroamericana en España.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

El presidente es un estadista, su experiencia, es demócrata y conciliador, su preparación y su trayectoria le permite conocer la realidad y las necesidad  de los asuntos del estado”, elogia Miriam Roquel, que no forma parte de Semilla pero que fue invitada por Arévalo en su proyecto de transformación integrado por personalidades de la sociedad civil. Esa voluntad política parece reflejarse en su personalidad. “Posee un don de gente, es muy empático, es una persona que escucha y busca consensos. No es imponente, no es déspota”, alaba la ministra. Su perfil diplomático es el más destacado por los que han estado haciendo campaña con él. “Trabajar con Bernardo Arévalo es como trabajar con un relacionista o bien con un embajador, sabe moverse en lo internacional”, comparte, bajo anonimato, un excolaborador de su campaña.

“Sin embargo, no va a ser fácil, los detractores no quieren que las acciones del presidente se concreten”, lamenta la ministra Roquel porque Arévalo todavía tiene que curar la corrupción en los poderes que él mismo nombra como “cáncer”. Entre ellos está la permanencia de Consuelo Porras como fiscal general del Ministerio Público, cuyo nombre forma parte de la lista de funcionarios corruptos del Departamento de Estado americano. El pasado 1o de agosto, el mandatario presentó una solicitud de antejuicio para que la funcionaria responda por los supuestos delitos de violación a la Constitución y abuso de autoridad, luego de que Porras pidiera a la Corte de Constitucionalidad encausar a Arévalo por supuestamente tomar “medidas políticas y financieras” contra el Ministerio Público. “Hoy vemos un ataque ilegal y desesperado, liderado por la fiscal Consuelo Porras desde el Ministerio Público”, declaró Arévalo en una conferencia de prensa ese día. “Haremos lo que corresponde en el marco de la ley para que efectivamente ella abandone el cargo en la medida en que se ha convertido en un obstáculo a la justicia”.

Estancamiento

La fiscal general no ha dejado de ponerle trabas desde que Arévalo denunció el “pacto de corruptos” y se colocó como el favorito de la segunda vuelta, el verano pasado. Porras mantiene una investigación abierta en torno a los resultados de esa elección, haciendo todo lo posible para descalificar a los diputados de Semilla nuevamente elegidos y quitarle la personalidad jurídica al movimiento. “Instamos al Sistema de Justicia a no seguir siendo víctima de la extorsión y chantaje de una minoría corrupta y a ceñirse estrictamente a la ley para frenar el ciclo de oscuridad y abusos por parte del Ministerio Público”, agregó.

Te podría interesar leer el perfil de Altagracia Gómez Sierra, escrito por Jonathán Torres.

El presidente no ha podido obtener la renuncia de Porras, pese a que miles de guatemaltecos han pedido su salida, señalándole de estar detrás de la criminalización de los funcionarios judiciales que luchaban contra la corrupción, de ellos muchos tuvieron que exiliarse. Refiriéndose a la metáfora del “cáncer” de la corrupción, se necesita “una cirugía sin anestesia”, opina Rodas; es decir, actuar sin pinceladas. “Es importante que se empodere del poder y que lo ejerza con contundencia”, señala el exprocurador de los Derechos Humanos desde el exilio. “Está cuesta arriba porque los actores del ‘pacto de corruptos’ permanecen, pero tiene que someter la mesa de institucionalidad de cartón que ya no sirve [a] los intereses del pueblo. El capital político con el que llegó, día a día se va erosionando y puede llegar el momento en que peligre su gobernabilidad”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Con un Congreso fragmentado en el que Semilla no tiene mayoría, la política del ejecutivo está estancada. “El presidente es muy legalista, su espíritu es más de conciliar por ser diplomático y ha sido un poco ingenuo”, analiza Luis Mack. “Tal vez les hace falta más colmillo frente a la actitud maliciosa y antidemocrática de los diputados de la oposición y de los otros poderes del estado que han estado jugando con las reglas y la judicialización, utilizando la ley para incidir en la política”.

A un año de su elección y a poco más de siete meses de gobierno, siguen sin vislumbrarse mejoras sociales, a pesar de varias medidas simbólicas democráticas. En su primer día como presidente de Guatemala, Arévalo mandó quitar las vallas que cercaban al Palacio Nacional durante el mandato anterior, prueba del miedo de Alejandro Giammattei hacia los ciudadanos. Hoy, cualquiera puede ingresar al recinto y ser recibido. Sigo pensando que Arévalo era la única opción que tenía este país, pero si continúa como hasta el momento no tendremos opción para un mejor país en el futuro”, considera su excolaborador de campaña. “Es muy precavido con cada movimiento que hace. Tal vez por eso queda a deber: sus pasos son muy lentos en un país que necesita fuertes cambios, pero que seguramente no se darán debido a la cooptación del sistema”. En Guatemala, La prometida “nueva primavera” aún no se deja ver.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, con su esposa Lucrecia Peinado (con gafas de sol negras), camina por el centro de la Ciudad de Guatemala después de una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 23 de abril de 2024.

Newsletter
¡Gracias!
Oops! Something went wrong while submitting the form.

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de
20
.
08
.
24
AAAA
Tiempo de Lectura: 00 min

Elegido presidente de Guatemala para sorpresa de todos el 20 de agosto de 2023, Bernardo Arévalo sigue enfrentándose a instituciones de poder que han sido violentadas por una cúpula agrupada en lo que se conoce como el “pacto de corruptos”.

El 14 de enero de 2024, día fijado para la ceremonia de transferencia de mando al presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, todo indicaba que el presidente del congreso de la República no lograría colocarle la banda presidencial. Bernardo Arévalo esperó durante siete horas que los diputados salientes, en una desesperada tentativa de conservar el poder, dejaran su lugar a los parlamentarios nuevamente elegidos que iban a ratificarlo como presidente. Incluso se encerraron en una sala del Congreso, pretextando verificar documentos, con tal de retrasar la ceremonia de investidura que tendría lugar en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, llamado así en honor al Premio Nobel de Literatura de 1967. Al mediodía, cientos de ciudadanos, que inicialmente salieron a la calle para celebrar esa “nueva primavera”, decidieron dirigirse hacia el Congreso de la República de Guatemala para protestar contra las maniobras de los legisladores, tropezándose con los cuerpos policíacos que tenían acorralado el recinto.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

En el Teatro Nacional, decenas de presidentes del continente y representantes de organizaciones internacionales como Luis Almagro (Organización de los Estados Americanos) o Josep Borrell (Unión Europea), aguantaban la espera. “No se retira la delegación colombiana hasta la posesión del presidente Arévalo [...]. Si es necesario, se suspende el viaje a Davos”, indicó Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien tenía programado viajar a Suiza para asistir al Foro Económico Mundial. El presidente chileno Gabriel Boric denunció “intentos claros y denunciados públicamente por la OEA, la Unión Europea y también países latinoamericanos como el nuestro, de impedir que la voluntad soberana del pueblo guatemalteco se exprese”. Después de siete horas caóticas, los diputados de la oposición finalmente accedieron a dejar su lugar, y poco después de las 12 de la noche Arévalo recibió la banda color azul cielo y blanco. Ya pasada la noche, junto con su vicepresidenta, la científica Karin Herrera, apareció en el balcón del Palacio Nacional, donde miles de guatemaltecos ansiaban su llegada. Para ese momento, Boric ya volaba de regreso a Chile, pero Petro se había quedado, aunque nunca suspendió el viaje a Davos.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Esa jornada de la toma de protesta de Bernardo Arévalo fue el epílogo simbólico de un caótico periodo de transición, durante el cual se intentó anular los resultados de la elección presidencial del 20 de agosto de 2023 en las que el candidato del partido Movimiento Semilla le ganó la presidencia a Sandra Torres de la Unión Nacional de la Esperanza (61%-39%), gracias a la esperanza colectiva del advenimiento de una “nueva primavera”, impulsada por la juventud guatemalteca para derrocar la rancia política corrupta de Guatemala simbolizada por el mandato de Alejandro Gimmattei (2020-2024). Hasta la toma de mando, el Movimiento Semilla no ha dejado de estar sometido a juicios por parte de tribunales corruptos y por el Ministerio Público, brazo derecho de la élite económica y judicial del país centroamericano, una alianza a la que se le identifica con el término “pacto de corruptos” por la mayoría de los ciudadanos del vecino sureño de México.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Diplomático e hijo de presidente

El mismo Arévalo ha descrito la corrupción como un “cáncer” dentro del sistema político, económico y judicial de su país. “En la actitud, se le nota Arévalo una voluntad de devolverle la democracia al país”, observa Luis Mack, doctor en ciencias políticas por la Universidad de San Carlos de Ciudad de Guatemala. Demócrata: un calificativo que muchos usan para ilustrar la trayectoria del primer presidente progresista de Guatemala en 70 años. Una trayectoria que no cuenta ninguna historia de trascendencia social de un joven que soñaba ser algún día presidente; pues el color político de Bernardo Arévalo nació desde el exilio uruguayo de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, primer presidente electo democráticamente en el país (1945-1951), quien fue obligado junto con su esposa a salir de Guatemala después del golpe militar al presidente Jacobo Arbenz (1951-1954), tachado de comunista, el cual impulsó Estados Unidos en 1954, abiertamente inconforme con la reforma agraria que afectaba a la poderosa empresa bananera United Fruit Company. En aquel entonces, apenas se estaban sanando las heridas de la dictadura militar de 13 años del general Jorge Ubico Castañeda de la que se libró el país en 1944.

Más de izquierda que de derecha, más al centro que a la izquierda, Bernardo Arévalo es sobre todo un demócrata: después de los comicios en Venezuela, el 28 de julio, fue uno de los primeros mandatarios en no reconocer la victoria del presidente chavista Nicolás Maduro.

Te recomendamos el artículo de Maurizio Montes de Oca: "Un chaleco antibalas para reportar desde Venezuela".

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Hoy, Arévalo tiene como meta declarada sanar a Guatemala, un país de 17 000 000 de habitantes, en el que reinan la pobreza, la violencia y la corrupción. Como ejemplo de buena fe y de voluntad de sanitizar el poder, tomó medidas simbólicas, reduciendo 25% su salario como presidente y haciendo pública su declaración patrimonial, motivando a los integrantes de su gabinete a hacer lo mismo. El pueblo de Guatemala sufre desigualdades profundas, este gobierno va a reducirlas de forma decisiva, con transparencia y rendición de cuentas, asegurando que cada centavo invertido llegue a quien debe recibirlo”, dijo Arévalo el día que cumplió sus primeros 100 días de mandato, el 23 de abril pasado. Ese día, el presidente se enorgulleció de haber desmantelado 39 estructuras del crimen organizado que se dedicaban a las extorsiones, reduciendo la criminalidad en un 13%. Además, presentó ante la Comisión Nacional contra la Corrupción 34 denuncias por corrupción en la administración del presidente Alejandro Giammattei (1920-2024).

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Un retrato de Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en una oficina del Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Y es que los retos son enormes: Guatemala ocupa el lugar 154 de 180 de los países más corruptos según el Índice de corrupción de la ONG Transparency International, y uno de cada dos niños padece desnutrición, según la Unicef, siendo el país de América latina con mayor tasa de desnutrición crónica. “A lo que la población nos encomendó es el combate a la corrupción mediante la transparencia y el fortalecimiento de la institucionalidad”, indica Miriam Roquel, ministra del Trabajo y Previsión Social. “La verdad es que hay un desorden total desde el poder en Guatemala. Luego, viene la población en situación de vulnerabilidad. Debemos saber cómo llegar a las comunidades partiendo de los mapas de pobreza, y cómo territorializar los servicios como el programa de adultos mayores. También tenemos un compromiso con los pueblos indígenas”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Corrupción, pobreza y pueblos originarios

En este sentido, el presidente reafirmó este compromiso el 8 de agosto pasado al encabezar la Mesa de Diálogo Permanente con las Autoridades Ancestrales e Indígenas de Guatemala, un día antes del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en el que también acudió la ministra Miriam Roquel, abogada maya k'iche. Guatemala es el segundo país con mayor población indígena en América, con 44%, según el Censo de Población y Vivienda 2018, sólo superado por Bolivia. Sin embargo, no todos están satisfechos con el actuar de Arévalo. “Es lo mismo de antes”, critica Thelma Cabrera, activista maya mam, quien fue precandidata presidencial en los comicios presidenciales de 2023. “Los pueblos originarios fuimos claros. No tenemos ningún interés con él, pues no cabemos en ningún espacio de su gabinete. No ha podido frenar los desalojos, la criminalización de defensores, y el entreguismo de la riqueza a empresas que vienen a saquear desde siempre”.

Juan José Arévalo,
Una pequeña estatua de Juan José Arévalo, presidente de Guatemala entre 1945 y 1951, y padre del actual presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se encuentra en el sótano del Palacio Nacional, junto a otras personalidades locales. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Además, Arévalo tendrá que manejar la problemática migratoria de la huida de miles de sus compatriotas hacia el norte. En mayo, los presidentes Arévalo y Andrés Manuel López Obrador se reunieron en Tapachula, ciudad fronteriza mexicana, para abordar el tema de la migración; el tránsito a lo largo del río Suchiate preocupa a los dos países. En el encuentro, también se revisó la implementación del programa del gobierno mexicano Sembrando Vida en Guatemala, en el que se han invertido casi 400 000 000 de pesos. Queremos una frontera que una a nuestros pueblos, al pueblo mexicano y al pueblo guatemalteco, una frontera que nos permita desarrollarnos y crecer juntos, con beneficio recíproco, en confianza, con entusiasmo y con colaboración”, aseguró Arévalo ese día.

“Se percibe un gobierno con mayor capacidad de entender las necesidades de actuar para el pueblo”, apunta el sociólogo Luis Mack. Lo que sí es que Arévalo es un tipo bien intencionado, honesto, tiene la ventaja de tener un reconocimiento internacional por haber sido diplomático, considera Jordan Rodas, exprocurador de los Derechos Humanos de Guatemala entre 2017 y 2022. Arévalo empezó en la política como diplomático en el Ministerio de Relaciones Exteriores en la década de los ochenta, ejerciendo varios cargos diplomáticos, como el de viceministro de Relaciones Exteriores entre 1994 y 1995, antes de convertirse en embajador de la nación centroamericana en España.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

El presidente es un estadista, su experiencia, es demócrata y conciliador, su preparación y su trayectoria le permite conocer la realidad y las necesidad  de los asuntos del estado”, elogia Miriam Roquel, que no forma parte de Semilla pero que fue invitada por Arévalo en su proyecto de transformación integrado por personalidades de la sociedad civil. Esa voluntad política parece reflejarse en su personalidad. “Posee un don de gente, es muy empático, es una persona que escucha y busca consensos. No es imponente, no es déspota”, alaba la ministra. Su perfil diplomático es el más destacado por los que han estado haciendo campaña con él. “Trabajar con Bernardo Arévalo es como trabajar con un relacionista o bien con un embajador, sabe moverse en lo internacional”, comparte, bajo anonimato, un excolaborador de su campaña.

“Sin embargo, no va a ser fácil, los detractores no quieren que las acciones del presidente se concreten”, lamenta la ministra Roquel porque Arévalo todavía tiene que curar la corrupción en los poderes que él mismo nombra como “cáncer”. Entre ellos está la permanencia de Consuelo Porras como fiscal general del Ministerio Público, cuyo nombre forma parte de la lista de funcionarios corruptos del Departamento de Estado americano. El pasado 1o de agosto, el mandatario presentó una solicitud de antejuicio para que la funcionaria responda por los supuestos delitos de violación a la Constitución y abuso de autoridad, luego de que Porras pidiera a la Corte de Constitucionalidad encausar a Arévalo por supuestamente tomar “medidas políticas y financieras” contra el Ministerio Público. “Hoy vemos un ataque ilegal y desesperado, liderado por la fiscal Consuelo Porras desde el Ministerio Público”, declaró Arévalo en una conferencia de prensa ese día. “Haremos lo que corresponde en el marco de la ley para que efectivamente ella abandone el cargo en la medida en que se ha convertido en un obstáculo a la justicia”.

Estancamiento

La fiscal general no ha dejado de ponerle trabas desde que Arévalo denunció el “pacto de corruptos” y se colocó como el favorito de la segunda vuelta, el verano pasado. Porras mantiene una investigación abierta en torno a los resultados de esa elección, haciendo todo lo posible para descalificar a los diputados de Semilla nuevamente elegidos y quitarle la personalidad jurídica al movimiento. “Instamos al Sistema de Justicia a no seguir siendo víctima de la extorsión y chantaje de una minoría corrupta y a ceñirse estrictamente a la ley para frenar el ciclo de oscuridad y abusos por parte del Ministerio Público”, agregó.

Te podría interesar leer el perfil de Altagracia Gómez Sierra, escrito por Jonathán Torres.

El presidente no ha podido obtener la renuncia de Porras, pese a que miles de guatemaltecos han pedido su salida, señalándole de estar detrás de la criminalización de los funcionarios judiciales que luchaban contra la corrupción, de ellos muchos tuvieron que exiliarse. Refiriéndose a la metáfora del “cáncer” de la corrupción, se necesita “una cirugía sin anestesia”, opina Rodas; es decir, actuar sin pinceladas. “Es importante que se empodere del poder y que lo ejerza con contundencia”, señala el exprocurador de los Derechos Humanos desde el exilio. “Está cuesta arriba porque los actores del ‘pacto de corruptos’ permanecen, pero tiene que someter la mesa de institucionalidad de cartón que ya no sirve [a] los intereses del pueblo. El capital político con el que llegó, día a día se va erosionando y puede llegar el momento en que peligre su gobernabilidad”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Con un Congreso fragmentado en el que Semilla no tiene mayoría, la política del ejecutivo está estancada. “El presidente es muy legalista, su espíritu es más de conciliar por ser diplomático y ha sido un poco ingenuo”, analiza Luis Mack. “Tal vez les hace falta más colmillo frente a la actitud maliciosa y antidemocrática de los diputados de la oposición y de los otros poderes del estado que han estado jugando con las reglas y la judicialización, utilizando la ley para incidir en la política”.

A un año de su elección y a poco más de siete meses de gobierno, siguen sin vislumbrarse mejoras sociales, a pesar de varias medidas simbólicas democráticas. En su primer día como presidente de Guatemala, Arévalo mandó quitar las vallas que cercaban al Palacio Nacional durante el mandato anterior, prueba del miedo de Alejandro Giammattei hacia los ciudadanos. Hoy, cualquiera puede ingresar al recinto y ser recibido. Sigo pensando que Arévalo era la única opción que tenía este país, pero si continúa como hasta el momento no tendremos opción para un mejor país en el futuro”, considera su excolaborador de campaña. “Es muy precavido con cada movimiento que hace. Tal vez por eso queda a deber: sus pasos son muy lentos en un país que necesita fuertes cambios, pero que seguramente no se darán debido a la cooptación del sistema”. En Guatemala, La prometida “nueva primavera” aún no se deja ver.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, con su esposa Lucrecia Peinado (con gafas de sol negras), camina por el centro de la Ciudad de Guatemala después de una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 23 de abril de 2024.

Newsletter
¡Gracias!
Oops! Something went wrong while submitting the form.

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en la entrada de su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.
20
.
08
.
24
AAAA
Tiempo de Lectura: 00 min

Elegido presidente de Guatemala para sorpresa de todos el 20 de agosto de 2023, Bernardo Arévalo sigue enfrentándose a instituciones de poder que han sido violentadas por una cúpula agrupada en lo que se conoce como el “pacto de corruptos”.

El 14 de enero de 2024, día fijado para la ceremonia de transferencia de mando al presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, todo indicaba que el presidente del congreso de la República no lograría colocarle la banda presidencial. Bernardo Arévalo esperó durante siete horas que los diputados salientes, en una desesperada tentativa de conservar el poder, dejaran su lugar a los parlamentarios nuevamente elegidos que iban a ratificarlo como presidente. Incluso se encerraron en una sala del Congreso, pretextando verificar documentos, con tal de retrasar la ceremonia de investidura que tendría lugar en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, llamado así en honor al Premio Nobel de Literatura de 1967. Al mediodía, cientos de ciudadanos, que inicialmente salieron a la calle para celebrar esa “nueva primavera”, decidieron dirigirse hacia el Congreso de la República de Guatemala para protestar contra las maniobras de los legisladores, tropezándose con los cuerpos policíacos que tenían acorralado el recinto.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

En el Teatro Nacional, decenas de presidentes del continente y representantes de organizaciones internacionales como Luis Almagro (Organización de los Estados Americanos) o Josep Borrell (Unión Europea), aguantaban la espera. “No se retira la delegación colombiana hasta la posesión del presidente Arévalo [...]. Si es necesario, se suspende el viaje a Davos”, indicó Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien tenía programado viajar a Suiza para asistir al Foro Económico Mundial. El presidente chileno Gabriel Boric denunció “intentos claros y denunciados públicamente por la OEA, la Unión Europea y también países latinoamericanos como el nuestro, de impedir que la voluntad soberana del pueblo guatemalteco se exprese”. Después de siete horas caóticas, los diputados de la oposición finalmente accedieron a dejar su lugar, y poco después de las 12 de la noche Arévalo recibió la banda color azul cielo y blanco. Ya pasada la noche, junto con su vicepresidenta, la científica Karin Herrera, apareció en el balcón del Palacio Nacional, donde miles de guatemaltecos ansiaban su llegada. Para ese momento, Boric ya volaba de regreso a Chile, pero Petro se había quedado, aunque nunca suspendió el viaje a Davos.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Esa jornada de la toma de protesta de Bernardo Arévalo fue el epílogo simbólico de un caótico periodo de transición, durante el cual se intentó anular los resultados de la elección presidencial del 20 de agosto de 2023 en las que el candidato del partido Movimiento Semilla le ganó la presidencia a Sandra Torres de la Unión Nacional de la Esperanza (61%-39%), gracias a la esperanza colectiva del advenimiento de una “nueva primavera”, impulsada por la juventud guatemalteca para derrocar la rancia política corrupta de Guatemala simbolizada por el mandato de Alejandro Gimmattei (2020-2024). Hasta la toma de mando, el Movimiento Semilla no ha dejado de estar sometido a juicios por parte de tribunales corruptos y por el Ministerio Público, brazo derecho de la élite económica y judicial del país centroamericano, una alianza a la que se le identifica con el término “pacto de corruptos” por la mayoría de los ciudadanos del vecino sureño de México.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Diplomático e hijo de presidente

El mismo Arévalo ha descrito la corrupción como un “cáncer” dentro del sistema político, económico y judicial de su país. “En la actitud, se le nota Arévalo una voluntad de devolverle la democracia al país”, observa Luis Mack, doctor en ciencias políticas por la Universidad de San Carlos de Ciudad de Guatemala. Demócrata: un calificativo que muchos usan para ilustrar la trayectoria del primer presidente progresista de Guatemala en 70 años. Una trayectoria que no cuenta ninguna historia de trascendencia social de un joven que soñaba ser algún día presidente; pues el color político de Bernardo Arévalo nació desde el exilio uruguayo de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, primer presidente electo democráticamente en el país (1945-1951), quien fue obligado junto con su esposa a salir de Guatemala después del golpe militar al presidente Jacobo Arbenz (1951-1954), tachado de comunista, el cual impulsó Estados Unidos en 1954, abiertamente inconforme con la reforma agraria que afectaba a la poderosa empresa bananera United Fruit Company. En aquel entonces, apenas se estaban sanando las heridas de la dictadura militar de 13 años del general Jorge Ubico Castañeda de la que se libró el país en 1944.

Más de izquierda que de derecha, más al centro que a la izquierda, Bernardo Arévalo es sobre todo un demócrata: después de los comicios en Venezuela, el 28 de julio, fue uno de los primeros mandatarios en no reconocer la victoria del presidente chavista Nicolás Maduro.

Te recomendamos el artículo de Maurizio Montes de Oca: "Un chaleco antibalas para reportar desde Venezuela".

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Hoy, Arévalo tiene como meta declarada sanar a Guatemala, un país de 17 000 000 de habitantes, en el que reinan la pobreza, la violencia y la corrupción. Como ejemplo de buena fe y de voluntad de sanitizar el poder, tomó medidas simbólicas, reduciendo 25% su salario como presidente y haciendo pública su declaración patrimonial, motivando a los integrantes de su gabinete a hacer lo mismo. El pueblo de Guatemala sufre desigualdades profundas, este gobierno va a reducirlas de forma decisiva, con transparencia y rendición de cuentas, asegurando que cada centavo invertido llegue a quien debe recibirlo”, dijo Arévalo el día que cumplió sus primeros 100 días de mandato, el 23 de abril pasado. Ese día, el presidente se enorgulleció de haber desmantelado 39 estructuras del crimen organizado que se dedicaban a las extorsiones, reduciendo la criminalidad en un 13%. Además, presentó ante la Comisión Nacional contra la Corrupción 34 denuncias por corrupción en la administración del presidente Alejandro Giammattei (1920-2024).

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Un retrato de Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en una oficina del Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Y es que los retos son enormes: Guatemala ocupa el lugar 154 de 180 de los países más corruptos según el Índice de corrupción de la ONG Transparency International, y uno de cada dos niños padece desnutrición, según la Unicef, siendo el país de América latina con mayor tasa de desnutrición crónica. “A lo que la población nos encomendó es el combate a la corrupción mediante la transparencia y el fortalecimiento de la institucionalidad”, indica Miriam Roquel, ministra del Trabajo y Previsión Social. “La verdad es que hay un desorden total desde el poder en Guatemala. Luego, viene la población en situación de vulnerabilidad. Debemos saber cómo llegar a las comunidades partiendo de los mapas de pobreza, y cómo territorializar los servicios como el programa de adultos mayores. También tenemos un compromiso con los pueblos indígenas”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Corrupción, pobreza y pueblos originarios

En este sentido, el presidente reafirmó este compromiso el 8 de agosto pasado al encabezar la Mesa de Diálogo Permanente con las Autoridades Ancestrales e Indígenas de Guatemala, un día antes del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en el que también acudió la ministra Miriam Roquel, abogada maya k'iche. Guatemala es el segundo país con mayor población indígena en América, con 44%, según el Censo de Población y Vivienda 2018, sólo superado por Bolivia. Sin embargo, no todos están satisfechos con el actuar de Arévalo. “Es lo mismo de antes”, critica Thelma Cabrera, activista maya mam, quien fue precandidata presidencial en los comicios presidenciales de 2023. “Los pueblos originarios fuimos claros. No tenemos ningún interés con él, pues no cabemos en ningún espacio de su gabinete. No ha podido frenar los desalojos, la criminalización de defensores, y el entreguismo de la riqueza a empresas que vienen a saquear desde siempre”.

Juan José Arévalo,
Una pequeña estatua de Juan José Arévalo, presidente de Guatemala entre 1945 y 1951, y padre del actual presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se encuentra en el sótano del Palacio Nacional, junto a otras personalidades locales. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Además, Arévalo tendrá que manejar la problemática migratoria de la huida de miles de sus compatriotas hacia el norte. En mayo, los presidentes Arévalo y Andrés Manuel López Obrador se reunieron en Tapachula, ciudad fronteriza mexicana, para abordar el tema de la migración; el tránsito a lo largo del río Suchiate preocupa a los dos países. En el encuentro, también se revisó la implementación del programa del gobierno mexicano Sembrando Vida en Guatemala, en el que se han invertido casi 400 000 000 de pesos. Queremos una frontera que una a nuestros pueblos, al pueblo mexicano y al pueblo guatemalteco, una frontera que nos permita desarrollarnos y crecer juntos, con beneficio recíproco, en confianza, con entusiasmo y con colaboración”, aseguró Arévalo ese día.

“Se percibe un gobierno con mayor capacidad de entender las necesidades de actuar para el pueblo”, apunta el sociólogo Luis Mack. Lo que sí es que Arévalo es un tipo bien intencionado, honesto, tiene la ventaja de tener un reconocimiento internacional por haber sido diplomático, considera Jordan Rodas, exprocurador de los Derechos Humanos de Guatemala entre 2017 y 2022. Arévalo empezó en la política como diplomático en el Ministerio de Relaciones Exteriores en la década de los ochenta, ejerciendo varios cargos diplomáticos, como el de viceministro de Relaciones Exteriores entre 1994 y 1995, antes de convertirse en embajador de la nación centroamericana en España.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

El presidente es un estadista, su experiencia, es demócrata y conciliador, su preparación y su trayectoria le permite conocer la realidad y las necesidad  de los asuntos del estado”, elogia Miriam Roquel, que no forma parte de Semilla pero que fue invitada por Arévalo en su proyecto de transformación integrado por personalidades de la sociedad civil. Esa voluntad política parece reflejarse en su personalidad. “Posee un don de gente, es muy empático, es una persona que escucha y busca consensos. No es imponente, no es déspota”, alaba la ministra. Su perfil diplomático es el más destacado por los que han estado haciendo campaña con él. “Trabajar con Bernardo Arévalo es como trabajar con un relacionista o bien con un embajador, sabe moverse en lo internacional”, comparte, bajo anonimato, un excolaborador de su campaña.

“Sin embargo, no va a ser fácil, los detractores no quieren que las acciones del presidente se concreten”, lamenta la ministra Roquel porque Arévalo todavía tiene que curar la corrupción en los poderes que él mismo nombra como “cáncer”. Entre ellos está la permanencia de Consuelo Porras como fiscal general del Ministerio Público, cuyo nombre forma parte de la lista de funcionarios corruptos del Departamento de Estado americano. El pasado 1o de agosto, el mandatario presentó una solicitud de antejuicio para que la funcionaria responda por los supuestos delitos de violación a la Constitución y abuso de autoridad, luego de que Porras pidiera a la Corte de Constitucionalidad encausar a Arévalo por supuestamente tomar “medidas políticas y financieras” contra el Ministerio Público. “Hoy vemos un ataque ilegal y desesperado, liderado por la fiscal Consuelo Porras desde el Ministerio Público”, declaró Arévalo en una conferencia de prensa ese día. “Haremos lo que corresponde en el marco de la ley para que efectivamente ella abandone el cargo en la medida en que se ha convertido en un obstáculo a la justicia”.

Estancamiento

La fiscal general no ha dejado de ponerle trabas desde que Arévalo denunció el “pacto de corruptos” y se colocó como el favorito de la segunda vuelta, el verano pasado. Porras mantiene una investigación abierta en torno a los resultados de esa elección, haciendo todo lo posible para descalificar a los diputados de Semilla nuevamente elegidos y quitarle la personalidad jurídica al movimiento. “Instamos al Sistema de Justicia a no seguir siendo víctima de la extorsión y chantaje de una minoría corrupta y a ceñirse estrictamente a la ley para frenar el ciclo de oscuridad y abusos por parte del Ministerio Público”, agregó.

Te podría interesar leer el perfil de Altagracia Gómez Sierra, escrito por Jonathán Torres.

El presidente no ha podido obtener la renuncia de Porras, pese a que miles de guatemaltecos han pedido su salida, señalándole de estar detrás de la criminalización de los funcionarios judiciales que luchaban contra la corrupción, de ellos muchos tuvieron que exiliarse. Refiriéndose a la metáfora del “cáncer” de la corrupción, se necesita “una cirugía sin anestesia”, opina Rodas; es decir, actuar sin pinceladas. “Es importante que se empodere del poder y que lo ejerza con contundencia”, señala el exprocurador de los Derechos Humanos desde el exilio. “Está cuesta arriba porque los actores del ‘pacto de corruptos’ permanecen, pero tiene que someter la mesa de institucionalidad de cartón que ya no sirve [a] los intereses del pueblo. El capital político con el que llegó, día a día se va erosionando y puede llegar el momento en que peligre su gobernabilidad”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Con un Congreso fragmentado en el que Semilla no tiene mayoría, la política del ejecutivo está estancada. “El presidente es muy legalista, su espíritu es más de conciliar por ser diplomático y ha sido un poco ingenuo”, analiza Luis Mack. “Tal vez les hace falta más colmillo frente a la actitud maliciosa y antidemocrática de los diputados de la oposición y de los otros poderes del estado que han estado jugando con las reglas y la judicialización, utilizando la ley para incidir en la política”.

A un año de su elección y a poco más de siete meses de gobierno, siguen sin vislumbrarse mejoras sociales, a pesar de varias medidas simbólicas democráticas. En su primer día como presidente de Guatemala, Arévalo mandó quitar las vallas que cercaban al Palacio Nacional durante el mandato anterior, prueba del miedo de Alejandro Giammattei hacia los ciudadanos. Hoy, cualquiera puede ingresar al recinto y ser recibido. Sigo pensando que Arévalo era la única opción que tenía este país, pero si continúa como hasta el momento no tendremos opción para un mejor país en el futuro”, considera su excolaborador de campaña. “Es muy precavido con cada movimiento que hace. Tal vez por eso queda a deber: sus pasos son muy lentos en un país que necesita fuertes cambios, pero que seguramente no se darán debido a la cooptación del sistema”. En Guatemala, La prometida “nueva primavera” aún no se deja ver.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, con su esposa Lucrecia Peinado (con gafas de sol negras), camina por el centro de la Ciudad de Guatemala después de una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 23 de abril de 2024.

Newsletter
¡Gracias!
Oops! Something went wrong while submitting the form.

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

20
.
08
.
24
2024
Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de
Ver Videos

Elegido presidente de Guatemala para sorpresa de todos el 20 de agosto de 2023, Bernardo Arévalo sigue enfrentándose a instituciones de poder que han sido violentadas por una cúpula agrupada en lo que se conoce como el “pacto de corruptos”.

El 14 de enero de 2024, día fijado para la ceremonia de transferencia de mando al presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, todo indicaba que el presidente del congreso de la República no lograría colocarle la banda presidencial. Bernardo Arévalo esperó durante siete horas que los diputados salientes, en una desesperada tentativa de conservar el poder, dejaran su lugar a los parlamentarios nuevamente elegidos que iban a ratificarlo como presidente. Incluso se encerraron en una sala del Congreso, pretextando verificar documentos, con tal de retrasar la ceremonia de investidura que tendría lugar en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, llamado así en honor al Premio Nobel de Literatura de 1967. Al mediodía, cientos de ciudadanos, que inicialmente salieron a la calle para celebrar esa “nueva primavera”, decidieron dirigirse hacia el Congreso de la República de Guatemala para protestar contra las maniobras de los legisladores, tropezándose con los cuerpos policíacos que tenían acorralado el recinto.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

En el Teatro Nacional, decenas de presidentes del continente y representantes de organizaciones internacionales como Luis Almagro (Organización de los Estados Americanos) o Josep Borrell (Unión Europea), aguantaban la espera. “No se retira la delegación colombiana hasta la posesión del presidente Arévalo [...]. Si es necesario, se suspende el viaje a Davos”, indicó Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien tenía programado viajar a Suiza para asistir al Foro Económico Mundial. El presidente chileno Gabriel Boric denunció “intentos claros y denunciados públicamente por la OEA, la Unión Europea y también países latinoamericanos como el nuestro, de impedir que la voluntad soberana del pueblo guatemalteco se exprese”. Después de siete horas caóticas, los diputados de la oposición finalmente accedieron a dejar su lugar, y poco después de las 12 de la noche Arévalo recibió la banda color azul cielo y blanco. Ya pasada la noche, junto con su vicepresidenta, la científica Karin Herrera, apareció en el balcón del Palacio Nacional, donde miles de guatemaltecos ansiaban su llegada. Para ese momento, Boric ya volaba de regreso a Chile, pero Petro se había quedado, aunque nunca suspendió el viaje a Davos.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Esa jornada de la toma de protesta de Bernardo Arévalo fue el epílogo simbólico de un caótico periodo de transición, durante el cual se intentó anular los resultados de la elección presidencial del 20 de agosto de 2023 en las que el candidato del partido Movimiento Semilla le ganó la presidencia a Sandra Torres de la Unión Nacional de la Esperanza (61%-39%), gracias a la esperanza colectiva del advenimiento de una “nueva primavera”, impulsada por la juventud guatemalteca para derrocar la rancia política corrupta de Guatemala simbolizada por el mandato de Alejandro Gimmattei (2020-2024). Hasta la toma de mando, el Movimiento Semilla no ha dejado de estar sometido a juicios por parte de tribunales corruptos y por el Ministerio Público, brazo derecho de la élite económica y judicial del país centroamericano, una alianza a la que se le identifica con el término “pacto de corruptos” por la mayoría de los ciudadanos del vecino sureño de México.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Diplomático e hijo de presidente

El mismo Arévalo ha descrito la corrupción como un “cáncer” dentro del sistema político, económico y judicial de su país. “En la actitud, se le nota Arévalo una voluntad de devolverle la democracia al país”, observa Luis Mack, doctor en ciencias políticas por la Universidad de San Carlos de Ciudad de Guatemala. Demócrata: un calificativo que muchos usan para ilustrar la trayectoria del primer presidente progresista de Guatemala en 70 años. Una trayectoria que no cuenta ninguna historia de trascendencia social de un joven que soñaba ser algún día presidente; pues el color político de Bernardo Arévalo nació desde el exilio uruguayo de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, primer presidente electo democráticamente en el país (1945-1951), quien fue obligado junto con su esposa a salir de Guatemala después del golpe militar al presidente Jacobo Arbenz (1951-1954), tachado de comunista, el cual impulsó Estados Unidos en 1954, abiertamente inconforme con la reforma agraria que afectaba a la poderosa empresa bananera United Fruit Company. En aquel entonces, apenas se estaban sanando las heridas de la dictadura militar de 13 años del general Jorge Ubico Castañeda de la que se libró el país en 1944.

Más de izquierda que de derecha, más al centro que a la izquierda, Bernardo Arévalo es sobre todo un demócrata: después de los comicios en Venezuela, el 28 de julio, fue uno de los primeros mandatarios en no reconocer la victoria del presidente chavista Nicolás Maduro.

Te recomendamos el artículo de Maurizio Montes de Oca: "Un chaleco antibalas para reportar desde Venezuela".

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Hoy, Arévalo tiene como meta declarada sanar a Guatemala, un país de 17 000 000 de habitantes, en el que reinan la pobreza, la violencia y la corrupción. Como ejemplo de buena fe y de voluntad de sanitizar el poder, tomó medidas simbólicas, reduciendo 25% su salario como presidente y haciendo pública su declaración patrimonial, motivando a los integrantes de su gabinete a hacer lo mismo. El pueblo de Guatemala sufre desigualdades profundas, este gobierno va a reducirlas de forma decisiva, con transparencia y rendición de cuentas, asegurando que cada centavo invertido llegue a quien debe recibirlo”, dijo Arévalo el día que cumplió sus primeros 100 días de mandato, el 23 de abril pasado. Ese día, el presidente se enorgulleció de haber desmantelado 39 estructuras del crimen organizado que se dedicaban a las extorsiones, reduciendo la criminalidad en un 13%. Además, presentó ante la Comisión Nacional contra la Corrupción 34 denuncias por corrupción en la administración del presidente Alejandro Giammattei (1920-2024).

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Un retrato de Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en una oficina del Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Y es que los retos son enormes: Guatemala ocupa el lugar 154 de 180 de los países más corruptos según el Índice de corrupción de la ONG Transparency International, y uno de cada dos niños padece desnutrición, según la Unicef, siendo el país de América latina con mayor tasa de desnutrición crónica. “A lo que la población nos encomendó es el combate a la corrupción mediante la transparencia y el fortalecimiento de la institucionalidad”, indica Miriam Roquel, ministra del Trabajo y Previsión Social. “La verdad es que hay un desorden total desde el poder en Guatemala. Luego, viene la población en situación de vulnerabilidad. Debemos saber cómo llegar a las comunidades partiendo de los mapas de pobreza, y cómo territorializar los servicios como el programa de adultos mayores. También tenemos un compromiso con los pueblos indígenas”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Corrupción, pobreza y pueblos originarios

En este sentido, el presidente reafirmó este compromiso el 8 de agosto pasado al encabezar la Mesa de Diálogo Permanente con las Autoridades Ancestrales e Indígenas de Guatemala, un día antes del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en el que también acudió la ministra Miriam Roquel, abogada maya k'iche. Guatemala es el segundo país con mayor población indígena en América, con 44%, según el Censo de Población y Vivienda 2018, sólo superado por Bolivia. Sin embargo, no todos están satisfechos con el actuar de Arévalo. “Es lo mismo de antes”, critica Thelma Cabrera, activista maya mam, quien fue precandidata presidencial en los comicios presidenciales de 2023. “Los pueblos originarios fuimos claros. No tenemos ningún interés con él, pues no cabemos en ningún espacio de su gabinete. No ha podido frenar los desalojos, la criminalización de defensores, y el entreguismo de la riqueza a empresas que vienen a saquear desde siempre”.

Juan José Arévalo,
Una pequeña estatua de Juan José Arévalo, presidente de Guatemala entre 1945 y 1951, y padre del actual presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se encuentra en el sótano del Palacio Nacional, junto a otras personalidades locales. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Además, Arévalo tendrá que manejar la problemática migratoria de la huida de miles de sus compatriotas hacia el norte. En mayo, los presidentes Arévalo y Andrés Manuel López Obrador se reunieron en Tapachula, ciudad fronteriza mexicana, para abordar el tema de la migración; el tránsito a lo largo del río Suchiate preocupa a los dos países. En el encuentro, también se revisó la implementación del programa del gobierno mexicano Sembrando Vida en Guatemala, en el que se han invertido casi 400 000 000 de pesos. Queremos una frontera que una a nuestros pueblos, al pueblo mexicano y al pueblo guatemalteco, una frontera que nos permita desarrollarnos y crecer juntos, con beneficio recíproco, en confianza, con entusiasmo y con colaboración”, aseguró Arévalo ese día.

“Se percibe un gobierno con mayor capacidad de entender las necesidades de actuar para el pueblo”, apunta el sociólogo Luis Mack. Lo que sí es que Arévalo es un tipo bien intencionado, honesto, tiene la ventaja de tener un reconocimiento internacional por haber sido diplomático, considera Jordan Rodas, exprocurador de los Derechos Humanos de Guatemala entre 2017 y 2022. Arévalo empezó en la política como diplomático en el Ministerio de Relaciones Exteriores en la década de los ochenta, ejerciendo varios cargos diplomáticos, como el de viceministro de Relaciones Exteriores entre 1994 y 1995, antes de convertirse en embajador de la nación centroamericana en España.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

El presidente es un estadista, su experiencia, es demócrata y conciliador, su preparación y su trayectoria le permite conocer la realidad y las necesidad  de los asuntos del estado”, elogia Miriam Roquel, que no forma parte de Semilla pero que fue invitada por Arévalo en su proyecto de transformación integrado por personalidades de la sociedad civil. Esa voluntad política parece reflejarse en su personalidad. “Posee un don de gente, es muy empático, es una persona que escucha y busca consensos. No es imponente, no es déspota”, alaba la ministra. Su perfil diplomático es el más destacado por los que han estado haciendo campaña con él. “Trabajar con Bernardo Arévalo es como trabajar con un relacionista o bien con un embajador, sabe moverse en lo internacional”, comparte, bajo anonimato, un excolaborador de su campaña.

“Sin embargo, no va a ser fácil, los detractores no quieren que las acciones del presidente se concreten”, lamenta la ministra Roquel porque Arévalo todavía tiene que curar la corrupción en los poderes que él mismo nombra como “cáncer”. Entre ellos está la permanencia de Consuelo Porras como fiscal general del Ministerio Público, cuyo nombre forma parte de la lista de funcionarios corruptos del Departamento de Estado americano. El pasado 1o de agosto, el mandatario presentó una solicitud de antejuicio para que la funcionaria responda por los supuestos delitos de violación a la Constitución y abuso de autoridad, luego de que Porras pidiera a la Corte de Constitucionalidad encausar a Arévalo por supuestamente tomar “medidas políticas y financieras” contra el Ministerio Público. “Hoy vemos un ataque ilegal y desesperado, liderado por la fiscal Consuelo Porras desde el Ministerio Público”, declaró Arévalo en una conferencia de prensa ese día. “Haremos lo que corresponde en el marco de la ley para que efectivamente ella abandone el cargo en la medida en que se ha convertido en un obstáculo a la justicia”.

Estancamiento

La fiscal general no ha dejado de ponerle trabas desde que Arévalo denunció el “pacto de corruptos” y se colocó como el favorito de la segunda vuelta, el verano pasado. Porras mantiene una investigación abierta en torno a los resultados de esa elección, haciendo todo lo posible para descalificar a los diputados de Semilla nuevamente elegidos y quitarle la personalidad jurídica al movimiento. “Instamos al Sistema de Justicia a no seguir siendo víctima de la extorsión y chantaje de una minoría corrupta y a ceñirse estrictamente a la ley para frenar el ciclo de oscuridad y abusos por parte del Ministerio Público”, agregó.

Te podría interesar leer el perfil de Altagracia Gómez Sierra, escrito por Jonathán Torres.

El presidente no ha podido obtener la renuncia de Porras, pese a que miles de guatemaltecos han pedido su salida, señalándole de estar detrás de la criminalización de los funcionarios judiciales que luchaban contra la corrupción, de ellos muchos tuvieron que exiliarse. Refiriéndose a la metáfora del “cáncer” de la corrupción, se necesita “una cirugía sin anestesia”, opina Rodas; es decir, actuar sin pinceladas. “Es importante que se empodere del poder y que lo ejerza con contundencia”, señala el exprocurador de los Derechos Humanos desde el exilio. “Está cuesta arriba porque los actores del ‘pacto de corruptos’ permanecen, pero tiene que someter la mesa de institucionalidad de cartón que ya no sirve [a] los intereses del pueblo. El capital político con el que llegó, día a día se va erosionando y puede llegar el momento en que peligre su gobernabilidad”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Con un Congreso fragmentado en el que Semilla no tiene mayoría, la política del ejecutivo está estancada. “El presidente es muy legalista, su espíritu es más de conciliar por ser diplomático y ha sido un poco ingenuo”, analiza Luis Mack. “Tal vez les hace falta más colmillo frente a la actitud maliciosa y antidemocrática de los diputados de la oposición y de los otros poderes del estado que han estado jugando con las reglas y la judicialización, utilizando la ley para incidir en la política”.

A un año de su elección y a poco más de siete meses de gobierno, siguen sin vislumbrarse mejoras sociales, a pesar de varias medidas simbólicas democráticas. En su primer día como presidente de Guatemala, Arévalo mandó quitar las vallas que cercaban al Palacio Nacional durante el mandato anterior, prueba del miedo de Alejandro Giammattei hacia los ciudadanos. Hoy, cualquiera puede ingresar al recinto y ser recibido. Sigo pensando que Arévalo era la única opción que tenía este país, pero si continúa como hasta el momento no tendremos opción para un mejor país en el futuro”, considera su excolaborador de campaña. “Es muy precavido con cada movimiento que hace. Tal vez por eso queda a deber: sus pasos son muy lentos en un país que necesita fuertes cambios, pero que seguramente no se darán debido a la cooptación del sistema”. En Guatemala, La prometida “nueva primavera” aún no se deja ver.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, con su esposa Lucrecia Peinado (con gafas de sol negras), camina por el centro de la Ciudad de Guatemala después de una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 23 de abril de 2024.

Newsletter
¡Gracias!
Oops! Something went wrong while submitting the form.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en la entrada de su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

Guatemala: la “nueva primavera” de Arévalo desafía el “pacto de corruptos”

20
.
08
.
24
AAAA
Tiempo de Lectura: 00 min

Elegido presidente de Guatemala para sorpresa de todos el 20 de agosto de 2023, Bernardo Arévalo sigue enfrentándose a instituciones de poder que han sido violentadas por una cúpula agrupada en lo que se conoce como el “pacto de corruptos”.

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de

El 14 de enero de 2024, día fijado para la ceremonia de transferencia de mando al presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, todo indicaba que el presidente del congreso de la República no lograría colocarle la banda presidencial. Bernardo Arévalo esperó durante siete horas que los diputados salientes, en una desesperada tentativa de conservar el poder, dejaran su lugar a los parlamentarios nuevamente elegidos que iban a ratificarlo como presidente. Incluso se encerraron en una sala del Congreso, pretextando verificar documentos, con tal de retrasar la ceremonia de investidura que tendría lugar en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, llamado así en honor al Premio Nobel de Literatura de 1967. Al mediodía, cientos de ciudadanos, que inicialmente salieron a la calle para celebrar esa “nueva primavera”, decidieron dirigirse hacia el Congreso de la República de Guatemala para protestar contra las maniobras de los legisladores, tropezándose con los cuerpos policíacos que tenían acorralado el recinto.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

En el Teatro Nacional, decenas de presidentes del continente y representantes de organizaciones internacionales como Luis Almagro (Organización de los Estados Americanos) o Josep Borrell (Unión Europea), aguantaban la espera. “No se retira la delegación colombiana hasta la posesión del presidente Arévalo [...]. Si es necesario, se suspende el viaje a Davos”, indicó Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien tenía programado viajar a Suiza para asistir al Foro Económico Mundial. El presidente chileno Gabriel Boric denunció “intentos claros y denunciados públicamente por la OEA, la Unión Europea y también países latinoamericanos como el nuestro, de impedir que la voluntad soberana del pueblo guatemalteco se exprese”. Después de siete horas caóticas, los diputados de la oposición finalmente accedieron a dejar su lugar, y poco después de las 12 de la noche Arévalo recibió la banda color azul cielo y blanco. Ya pasada la noche, junto con su vicepresidenta, la científica Karin Herrera, apareció en el balcón del Palacio Nacional, donde miles de guatemaltecos ansiaban su llegada. Para ese momento, Boric ya volaba de regreso a Chile, pero Petro se había quedado, aunque nunca suspendió el viaje a Davos.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Esa jornada de la toma de protesta de Bernardo Arévalo fue el epílogo simbólico de un caótico periodo de transición, durante el cual se intentó anular los resultados de la elección presidencial del 20 de agosto de 2023 en las que el candidato del partido Movimiento Semilla le ganó la presidencia a Sandra Torres de la Unión Nacional de la Esperanza (61%-39%), gracias a la esperanza colectiva del advenimiento de una “nueva primavera”, impulsada por la juventud guatemalteca para derrocar la rancia política corrupta de Guatemala simbolizada por el mandato de Alejandro Gimmattei (2020-2024). Hasta la toma de mando, el Movimiento Semilla no ha dejado de estar sometido a juicios por parte de tribunales corruptos y por el Ministerio Público, brazo derecho de la élite económica y judicial del país centroamericano, una alianza a la que se le identifica con el término “pacto de corruptos” por la mayoría de los ciudadanos del vecino sureño de México.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Diplomático e hijo de presidente

El mismo Arévalo ha descrito la corrupción como un “cáncer” dentro del sistema político, económico y judicial de su país. “En la actitud, se le nota Arévalo una voluntad de devolverle la democracia al país”, observa Luis Mack, doctor en ciencias políticas por la Universidad de San Carlos de Ciudad de Guatemala. Demócrata: un calificativo que muchos usan para ilustrar la trayectoria del primer presidente progresista de Guatemala en 70 años. Una trayectoria que no cuenta ninguna historia de trascendencia social de un joven que soñaba ser algún día presidente; pues el color político de Bernardo Arévalo nació desde el exilio uruguayo de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, primer presidente electo democráticamente en el país (1945-1951), quien fue obligado junto con su esposa a salir de Guatemala después del golpe militar al presidente Jacobo Arbenz (1951-1954), tachado de comunista, el cual impulsó Estados Unidos en 1954, abiertamente inconforme con la reforma agraria que afectaba a la poderosa empresa bananera United Fruit Company. En aquel entonces, apenas se estaban sanando las heridas de la dictadura militar de 13 años del general Jorge Ubico Castañeda de la que se libró el país en 1944.

Más de izquierda que de derecha, más al centro que a la izquierda, Bernardo Arévalo es sobre todo un demócrata: después de los comicios en Venezuela, el 28 de julio, fue uno de los primeros mandatarios en no reconocer la victoria del presidente chavista Nicolás Maduro.

Te recomendamos el artículo de Maurizio Montes de Oca: "Un chaleco antibalas para reportar desde Venezuela".

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Hoy, Arévalo tiene como meta declarada sanar a Guatemala, un país de 17 000 000 de habitantes, en el que reinan la pobreza, la violencia y la corrupción. Como ejemplo de buena fe y de voluntad de sanitizar el poder, tomó medidas simbólicas, reduciendo 25% su salario como presidente y haciendo pública su declaración patrimonial, motivando a los integrantes de su gabinete a hacer lo mismo. El pueblo de Guatemala sufre desigualdades profundas, este gobierno va a reducirlas de forma decisiva, con transparencia y rendición de cuentas, asegurando que cada centavo invertido llegue a quien debe recibirlo”, dijo Arévalo el día que cumplió sus primeros 100 días de mandato, el 23 de abril pasado. Ese día, el presidente se enorgulleció de haber desmantelado 39 estructuras del crimen organizado que se dedicaban a las extorsiones, reduciendo la criminalidad en un 13%. Además, presentó ante la Comisión Nacional contra la Corrupción 34 denuncias por corrupción en la administración del presidente Alejandro Giammattei (1920-2024).

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Un retrato de Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en una oficina del Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Y es que los retos son enormes: Guatemala ocupa el lugar 154 de 180 de los países más corruptos según el Índice de corrupción de la ONG Transparency International, y uno de cada dos niños padece desnutrición, según la Unicef, siendo el país de América latina con mayor tasa de desnutrición crónica. “A lo que la población nos encomendó es el combate a la corrupción mediante la transparencia y el fortalecimiento de la institucionalidad”, indica Miriam Roquel, ministra del Trabajo y Previsión Social. “La verdad es que hay un desorden total desde el poder en Guatemala. Luego, viene la población en situación de vulnerabilidad. Debemos saber cómo llegar a las comunidades partiendo de los mapas de pobreza, y cómo territorializar los servicios como el programa de adultos mayores. También tenemos un compromiso con los pueblos indígenas”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, en su oficina en el Palacio Nacional. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 19 de abril de 2024.

Corrupción, pobreza y pueblos originarios

En este sentido, el presidente reafirmó este compromiso el 8 de agosto pasado al encabezar la Mesa de Diálogo Permanente con las Autoridades Ancestrales e Indígenas de Guatemala, un día antes del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en el que también acudió la ministra Miriam Roquel, abogada maya k'iche. Guatemala es el segundo país con mayor población indígena en América, con 44%, según el Censo de Población y Vivienda 2018, sólo superado por Bolivia. Sin embargo, no todos están satisfechos con el actuar de Arévalo. “Es lo mismo de antes”, critica Thelma Cabrera, activista maya mam, quien fue precandidata presidencial en los comicios presidenciales de 2023. “Los pueblos originarios fuimos claros. No tenemos ningún interés con él, pues no cabemos en ningún espacio de su gabinete. No ha podido frenar los desalojos, la criminalización de defensores, y el entreguismo de la riqueza a empresas que vienen a saquear desde siempre”.

Juan José Arévalo,
Una pequeña estatua de Juan José Arévalo, presidente de Guatemala entre 1945 y 1951, y padre del actual presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se encuentra en el sótano del Palacio Nacional, junto a otras personalidades locales. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Además, Arévalo tendrá que manejar la problemática migratoria de la huida de miles de sus compatriotas hacia el norte. En mayo, los presidentes Arévalo y Andrés Manuel López Obrador se reunieron en Tapachula, ciudad fronteriza mexicana, para abordar el tema de la migración; el tránsito a lo largo del río Suchiate preocupa a los dos países. En el encuentro, también se revisó la implementación del programa del gobierno mexicano Sembrando Vida en Guatemala, en el que se han invertido casi 400 000 000 de pesos. Queremos una frontera que una a nuestros pueblos, al pueblo mexicano y al pueblo guatemalteco, una frontera que nos permita desarrollarnos y crecer juntos, con beneficio recíproco, en confianza, con entusiasmo y con colaboración”, aseguró Arévalo ese día.

“Se percibe un gobierno con mayor capacidad de entender las necesidades de actuar para el pueblo”, apunta el sociólogo Luis Mack. Lo que sí es que Arévalo es un tipo bien intencionado, honesto, tiene la ventaja de tener un reconocimiento internacional por haber sido diplomático, considera Jordan Rodas, exprocurador de los Derechos Humanos de Guatemala entre 2017 y 2022. Arévalo empezó en la política como diplomático en el Ministerio de Relaciones Exteriores en la década de los ochenta, ejerciendo varios cargos diplomáticos, como el de viceministro de Relaciones Exteriores entre 1994 y 1995, antes de convertirse en embajador de la nación centroamericana en España.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

El presidente es un estadista, su experiencia, es demócrata y conciliador, su preparación y su trayectoria le permite conocer la realidad y las necesidad  de los asuntos del estado”, elogia Miriam Roquel, que no forma parte de Semilla pero que fue invitada por Arévalo en su proyecto de transformación integrado por personalidades de la sociedad civil. Esa voluntad política parece reflejarse en su personalidad. “Posee un don de gente, es muy empático, es una persona que escucha y busca consensos. No es imponente, no es déspota”, alaba la ministra. Su perfil diplomático es el más destacado por los que han estado haciendo campaña con él. “Trabajar con Bernardo Arévalo es como trabajar con un relacionista o bien con un embajador, sabe moverse en lo internacional”, comparte, bajo anonimato, un excolaborador de su campaña.

“Sin embargo, no va a ser fácil, los detractores no quieren que las acciones del presidente se concreten”, lamenta la ministra Roquel porque Arévalo todavía tiene que curar la corrupción en los poderes que él mismo nombra como “cáncer”. Entre ellos está la permanencia de Consuelo Porras como fiscal general del Ministerio Público, cuyo nombre forma parte de la lista de funcionarios corruptos del Departamento de Estado americano. El pasado 1o de agosto, el mandatario presentó una solicitud de antejuicio para que la funcionaria responda por los supuestos delitos de violación a la Constitución y abuso de autoridad, luego de que Porras pidiera a la Corte de Constitucionalidad encausar a Arévalo por supuestamente tomar “medidas políticas y financieras” contra el Ministerio Público. “Hoy vemos un ataque ilegal y desesperado, liderado por la fiscal Consuelo Porras desde el Ministerio Público”, declaró Arévalo en una conferencia de prensa ese día. “Haremos lo que corresponde en el marco de la ley para que efectivamente ella abandone el cargo en la medida en que se ha convertido en un obstáculo a la justicia”.

Estancamiento

La fiscal general no ha dejado de ponerle trabas desde que Arévalo denunció el “pacto de corruptos” y se colocó como el favorito de la segunda vuelta, el verano pasado. Porras mantiene una investigación abierta en torno a los resultados de esa elección, haciendo todo lo posible para descalificar a los diputados de Semilla nuevamente elegidos y quitarle la personalidad jurídica al movimiento. “Instamos al Sistema de Justicia a no seguir siendo víctima de la extorsión y chantaje de una minoría corrupta y a ceñirse estrictamente a la ley para frenar el ciclo de oscuridad y abusos por parte del Ministerio Público”, agregó.

Te podría interesar leer el perfil de Altagracia Gómez Sierra, escrito por Jonathán Torres.

El presidente no ha podido obtener la renuncia de Porras, pese a que miles de guatemaltecos han pedido su salida, señalándole de estar detrás de la criminalización de los funcionarios judiciales que luchaban contra la corrupción, de ellos muchos tuvieron que exiliarse. Refiriéndose a la metáfora del “cáncer” de la corrupción, se necesita “una cirugía sin anestesia”, opina Rodas; es decir, actuar sin pinceladas. “Es importante que se empodere del poder y que lo ejerza con contundencia”, señala el exprocurador de los Derechos Humanos desde el exilio. “Está cuesta arriba porque los actores del ‘pacto de corruptos’ permanecen, pero tiene que someter la mesa de institucionalidad de cartón que ya no sirve [a] los intereses del pueblo. El capital político con el que llegó, día a día se va erosionando y puede llegar el momento en que peligre su gobernabilidad”.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, durante su primera visita oficial a Petén, la región más lejana y grande del país. Flores, Petén, Guatemala. 17 de abril de 2024.

Con un Congreso fragmentado en el que Semilla no tiene mayoría, la política del ejecutivo está estancada. “El presidente es muy legalista, su espíritu es más de conciliar por ser diplomático y ha sido un poco ingenuo”, analiza Luis Mack. “Tal vez les hace falta más colmillo frente a la actitud maliciosa y antidemocrática de los diputados de la oposición y de los otros poderes del estado que han estado jugando con las reglas y la judicialización, utilizando la ley para incidir en la política”.

A un año de su elección y a poco más de siete meses de gobierno, siguen sin vislumbrarse mejoras sociales, a pesar de varias medidas simbólicas democráticas. En su primer día como presidente de Guatemala, Arévalo mandó quitar las vallas que cercaban al Palacio Nacional durante el mandato anterior, prueba del miedo de Alejandro Giammattei hacia los ciudadanos. Hoy, cualquiera puede ingresar al recinto y ser recibido. Sigo pensando que Arévalo era la única opción que tenía este país, pero si continúa como hasta el momento no tendremos opción para un mejor país en el futuro”, considera su excolaborador de campaña. “Es muy precavido con cada movimiento que hace. Tal vez por eso queda a deber: sus pasos son muy lentos en un país que necesita fuertes cambios, pero que seguramente no se darán debido a la cooptación del sistema”. En Guatemala, La prometida “nueva primavera” aún no se deja ver.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, con su esposa Lucrecia Peinado (con gafas de sol negras), camina por el centro de la Ciudad de Guatemala después de una ceremonia en la que expuso los avances de su gobierno después de 100 días de haber asumido el cargo. Ciudad de Guatemala, Guatemala. 23 de abril de 2024.

Newsletter
¡Gracias!
Oops! Something went wrong while submitting the form.
No items found.

Suscríbete a nuestro Newsletter

¡Bienvenido! Ya eres parte de nuestra comunidad.
Hay un error, por favor intenta nuevamente.