Cada septiembre, la carrera hacia el Oscar comienza oficialmente cuando una buena cantidad de estrenos llegan a la programación del Festival Internacional de Cine de Toronto (o TIFF por sus siglas en inglés). Cada año, al terminar el festival suele haber ya una sensación más o menos general de qué filmes comienzan a generar atención y cuáles tienen aspiraciones a premios y reconocimientos.El 2017 es un claro ejemplo del correcto funcionamiento de Toronto como muy bien calibrado termómetro de la temporada de premios en Hollywood. La La Land y Moonlight fueron las películas que no dejaban de comentarse en los pasillos del Scotiabank Theatre y en las múltiples coberturas del evento. También saltaron a la atención general cintas como Arrival y Manchester by the Sea, otras de las destacadas de dicha temporada de premiaciones que incluye eventos como los Oscars, los Golden Globes y los reconocimientos de distintos sindicatos (actores, directores) y de grupos de críticos.
No se trata solo de Hollywood y lo que promueve en un evento internacional. Tres de las películas nominadas al Oscar a Mejor Película en Lengua Extranjera (la eventual ganadora The Salesman de Irán, Toni Erdmann de Alemania y Land of Mine de Dinamarca) también pasaron por este festival. Incluso vale la pena mencionar la presencia de la hermosa cinta animada The Red Turtle (co producción franco-japonesa) que se presentó en TIFF antes de lograr una nominación al Oscar a Mejor Película Animada.
Por otro lado, también se trata de un lugar donde se recogen buena parte de las películas más destacadas de los festivales de cine de la primera mitad del año (Sundance, Berlín, Cannes) y de otros recientes como Venecia. Filmes de perfil autoral y manufactura internacional pero que son lo más atractivo en la programación de cinetecas, cineclubes, muestras y festivales de cine más pequeños en los siguientes meses, alrededor del mundo; y que muchas veces dependiendo de cierto éxito internacional en taquilla y otros festivales, como Elle de Paul Verhoeven con Isabelle Huppert (lo que le valió una nominación al Oscar a Mejor Actriz para la francesa).Mucho se hablará y se escribirá en los próximos meses de películas como la sueca The Square de Robert Oslund (Force Majeure) y sus ensayos fílmicos y observaciones sociales y sobre la vida moderna a través del mundo del arte. De The Killing of a Sacred Deer de Yorgos Lanthimos (The Lobster), una historia de venganza que se mueve en la zona de sugestión e incomodidad de The Shining de Kubrick. Con Colin Farrel y Nicole Kidman en los protagónicos nos trae un extraordinario thriller sobrenatural sobre un cirujano, su familia y un misterioso adolescente. Fue ganadora del Premio a Mejor Guión del pasado Festival de Cine de Cannes.También destaca el hecho de que hasta el gran Michael Haneke haya sabido explotar la idea de las secuelas o los universos cinematográficos para entregar ahora una interesante secuela a su obra maestra Amour, con Happy End, una película que ahonda en la observación del estilo de vida de la acomodada clase media-alta francesa, del vacío y de la desconexión moral y emocional de una familia y el reflejo de estas actitudes en una sociedad. O por supuesto de Visages/Villages, de la realizadora francesa Agnès Varda (pieza clave de la Nueva Ola Francesa de los cincuenta y sesenta), quien al lado del artista y fotógrafo de gran escala JR, comparte y confiesa pensamientos, reflexiones y curiosidades cuando puede darse el gusto de hacer lo que más le gusta: conocer nuevos rostros y conocer nuevos lugares. Conocer sus historias y hacer cine. Una película que verán aparecer bastante en las listas de cine de lo Mejor del Año.
Sin embargo, este año no hubo un título, o títulos, que acapararan la conversación como lo hicieron La La Land, Moonlight, o incluso Arrival y Manchester by the Sea hace un año. Y que para febrero de este año estaban entre las más serias contendientes a diversas estatuillas del Oscar.Sin ese punch, pero creando una atención importante para lo que se necesita crear de ruido mediático y atención hacia el Oscar (en distintas categorías), rápidamente destacaron títulos como The Shape of Water del mexicano Guillermo del Toro; Darkest Hours, donde la interpretación de Gary Oldman de Winston Churchill ya lo perfilaba como un aspirante importante al Oscar; también por las actuaciones de Frances McDormand, Woody Harrelson y Sam Rockwell así como su poderoso y sólido guión, Three Billboards Outside, Ebbing, Missouri; Call Me by Your Name, el sensible y emocional retrato de una relación homosexual de verano en una villa italiana entre un adolescente local y un joven profesor/académico americano (Armie Hammer) de visita; The Florida Project, de Sean Baker (Tangerine), de nuevo asomándose a la periferia de la sociedad, a esos personajes que usualmente decidimos no observar o ignorar, con vidas complejas y condicionadas por sus realidades y contextos tanto como por sus emociones y limitaciones; Stronger, con actuación de Jake Gyllenhall con ánimo de Oscar gracias a una intensa y bastante lograda interpretación de un sobreviviente de los atentados terroristas del Maratón de Boston en 2013; y I, Tonya, con una Margot Robbie transformada de manera excepcional en la polémica ex patinadora artística de hielo olímpica, Tonya Harding, casi-accidentalmente envuelta en la conspiración de un atentado contra su rival deportiva Nancy Kerrigan.
Una historia muy peculiar es la que quedará alrededor de I Love You, Daddy, la película dirigida por el comediante Louis C. K., con John Malkovich, Chloë Grace Moretz y Rose Byrne, que se presentó en el festival recibiendo buenas reacciones y comentarios, y cuyo estreno ha sido cancelado tras las acusaciones que en las semanas posteriores aparecieron hacia su director y protagonista por acoso y violencia sexual. Con I Love You, Daddy, el siempre provocador C. K. pone el dedo y la conversación en la polémica sobre artistas famosos y entrados en años teniendo relaciones sentimentales y/o sexuales con jovencitas y la hipocresía mediática y social alrededor de estos fenómenos. Se trata de una inteligente comedia, incómoda y provocadora, desprovista de cualquier corrección política que dice y señala muchos vicios y problemas alrededor de la fama, los excesos y la idea de éxito en el cine y la televisión. Con todo lo sucedido alrededor del comediante en las últimas semanas, cada vez se ve más difícil que la película llegue a estrenar.Finalmente, para mantener en la mira hacia el primer trimestre de 2018, además de las que ya andan en la Muestra de la Cineteca Nacional como The Square , y las también ya comentadas The Killing of a Sacred Deer y Visages/Villages y otras como Redoubtable, la entretenida e interesante mirada a una etapa de la vida del director francés Jean-Luc Godard por parte de Michel Hazanavicius (The Artist) hay que sumar varias de las películas candidatas por sus diferentes países a una nominación al Oscar a Película Extranjera: como la noruega Thelma de Joachim Trier, In the Fade de Fatih Akin por Alemania, la muy elogiada Zama de la argentina Lucrecia Martel, 120 BPM de Francia y Foxtrot de Israel. Todas estas con suficientes argumentos para acabar entre las 5 películas que compitan por un Oscar.
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