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Jódete, cáncer: bitácora de una sobreviviente

Jódete, cáncer: bitácora de una sobreviviente

Sandra Monroy en su habitación. En mayo de 2021 le fue detectado el cáncer de mama.
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Tiempo de Lectura: 00 min

Sandra Monroy, sobreviviente de cáncer de mama, decidió no someterse a la reconstrucción de senos después de una mastectomía bilateral, asumiendo los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión. Ahora, a través de su cuenta de Instagram @jodetecancer, busca concientizar sobre la detección temprana y brinda acompañamiento oncológico a otras pacientes. Un fotoensayo de Sáshenka Gutiérrez.

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de

Este ensayo fotográfico sigue la historia de Sandra Monroy, una chica de 37 años, habitante de la Ciudad de México, que sobrevivió al cáncer de mama y perdió los dos senos por esta enfermedad que le fue detectada a inicios de 2021. En ese momento, los médicos le explicaron que era necesario realizar una mastectomía bilateral. Aunque el cáncer se encontraba solo en el seno derecho, de quedarse con el izquierdo, la probabilidad de que la enfermedad volviera estaba entre 50% y 60%.

A Sandra los médicos le informaron que sus senos podían ser reconstruidos, pero eso implicaba, al menos, dos operaciones que debían realizarse en los tres años siguientes, procedimientos que tendrían que repetirse cada década para reemplazar los implantes. La reconstrucción no es un proceso fácil. Por eso, muchas mujeres que padecen cáncer de mama han decidido vivir sin senos y, con eso, asumir los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión.

Sandra Monroy entró a cirugía el 5 de julio de 2021, decidió no reconstruir sus senos y creó la cuenta de Instagram @jodetecancer, desde la cual genera conciencia sobre la detección oportuna y ofrece acompañamiento oncológico a otras pacientes que se encuentran atravesando el mismo camino, algún tipo de mastectomía, y eligen no hacerse una reconstrucción mamaria. Sandra optó por vivir sin senos en un sistema que los equipara con la femineidad; decidió darle a su cuerpo un nuevo significado y así ejercer uno de sus derechos como mujer, la libertad sobre su cuerpo, poniendo en primer lugar lo oncológico antes que lo estético. Cirujanos plásticos y oncólogos promueven la reconstrucción como una forma en que las mujeres con cáncer de mama se “sientan completas” de nueva cuenta. “Los senos no son lo que nos hace mujeres”, dice ella.

Esta situación blindó a Sandra Monroy, quien hoy muestra de manera abierta sus cicatrices para decirles a otras mujeres, y no solo a aquellas que han atravesado por esta enfermedad, el cáncer de mama, que unos pechos, una talla o una medida no definen quién eres, porque la belleza va más allá de los estándares que la sociedad ha establecido. Todas deberíamos sentirnos igual de orgullosas de lo que somos y de cómo somos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre mujeres en el mundo. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en pacientes del sexo femenino, con dieciocho fallecimientos diarios. A nivel global, fue el de mayor incidencia en 2020, superando al cáncer de pulmón. La OMS apunta que, ese año, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2.3 millones de mujeres y, de esa cifra, 685 000 perdieron la vida por esa enfermedad.

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Esta historia se publicó en el impreso 226: Cuidados colectivos

Créditos fotográficos: Sáshenka Gutiérrez y Agencia EFE

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Jódete, cáncer: bitácora de una sobreviviente

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Sandra Monroy, sobreviviente de cáncer de mama, decidió no someterse a la reconstrucción de senos después de una mastectomía bilateral, asumiendo los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión. Ahora, a través de su cuenta de Instagram @jodetecancer, busca concientizar sobre la detección temprana y brinda acompañamiento oncológico a otras pacientes. Un fotoensayo de Sáshenka Gutiérrez.

Este ensayo fotográfico sigue la historia de Sandra Monroy, una chica de 37 años, habitante de la Ciudad de México, que sobrevivió al cáncer de mama y perdió los dos senos por esta enfermedad que le fue detectada a inicios de 2021. En ese momento, los médicos le explicaron que era necesario realizar una mastectomía bilateral. Aunque el cáncer se encontraba solo en el seno derecho, de quedarse con el izquierdo, la probabilidad de que la enfermedad volviera estaba entre 50% y 60%.

A Sandra los médicos le informaron que sus senos podían ser reconstruidos, pero eso implicaba, al menos, dos operaciones que debían realizarse en los tres años siguientes, procedimientos que tendrían que repetirse cada década para reemplazar los implantes. La reconstrucción no es un proceso fácil. Por eso, muchas mujeres que padecen cáncer de mama han decidido vivir sin senos y, con eso, asumir los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión.

Sandra Monroy entró a cirugía el 5 de julio de 2021, decidió no reconstruir sus senos y creó la cuenta de Instagram @jodetecancer, desde la cual genera conciencia sobre la detección oportuna y ofrece acompañamiento oncológico a otras pacientes que se encuentran atravesando el mismo camino, algún tipo de mastectomía, y eligen no hacerse una reconstrucción mamaria. Sandra optó por vivir sin senos en un sistema que los equipara con la femineidad; decidió darle a su cuerpo un nuevo significado y así ejercer uno de sus derechos como mujer, la libertad sobre su cuerpo, poniendo en primer lugar lo oncológico antes que lo estético. Cirujanos plásticos y oncólogos promueven la reconstrucción como una forma en que las mujeres con cáncer de mama se “sientan completas” de nueva cuenta. “Los senos no son lo que nos hace mujeres”, dice ella.

Esta situación blindó a Sandra Monroy, quien hoy muestra de manera abierta sus cicatrices para decirles a otras mujeres, y no solo a aquellas que han atravesado por esta enfermedad, el cáncer de mama, que unos pechos, una talla o una medida no definen quién eres, porque la belleza va más allá de los estándares que la sociedad ha establecido. Todas deberíamos sentirnos igual de orgullosas de lo que somos y de cómo somos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre mujeres en el mundo. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en pacientes del sexo femenino, con dieciocho fallecimientos diarios. A nivel global, fue el de mayor incidencia en 2020, superando al cáncer de pulmón. La OMS apunta que, ese año, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2.3 millones de mujeres y, de esa cifra, 685 000 perdieron la vida por esa enfermedad.

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Sandra Monroy, sobreviviente de cáncer de mama, decidió no someterse a la reconstrucción de senos después de una mastectomía bilateral, asumiendo los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión. Ahora, a través de su cuenta de Instagram @jodetecancer, busca concientizar sobre la detección temprana y brinda acompañamiento oncológico a otras pacientes. Un fotoensayo de Sáshenka Gutiérrez.

Este ensayo fotográfico sigue la historia de Sandra Monroy, una chica de 37 años, habitante de la Ciudad de México, que sobrevivió al cáncer de mama y perdió los dos senos por esta enfermedad que le fue detectada a inicios de 2021. En ese momento, los médicos le explicaron que era necesario realizar una mastectomía bilateral. Aunque el cáncer se encontraba solo en el seno derecho, de quedarse con el izquierdo, la probabilidad de que la enfermedad volviera estaba entre 50% y 60%.

A Sandra los médicos le informaron que sus senos podían ser reconstruidos, pero eso implicaba, al menos, dos operaciones que debían realizarse en los tres años siguientes, procedimientos que tendrían que repetirse cada década para reemplazar los implantes. La reconstrucción no es un proceso fácil. Por eso, muchas mujeres que padecen cáncer de mama han decidido vivir sin senos y, con eso, asumir los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión.

Sandra Monroy entró a cirugía el 5 de julio de 2021, decidió no reconstruir sus senos y creó la cuenta de Instagram @jodetecancer, desde la cual genera conciencia sobre la detección oportuna y ofrece acompañamiento oncológico a otras pacientes que se encuentran atravesando el mismo camino, algún tipo de mastectomía, y eligen no hacerse una reconstrucción mamaria. Sandra optó por vivir sin senos en un sistema que los equipara con la femineidad; decidió darle a su cuerpo un nuevo significado y así ejercer uno de sus derechos como mujer, la libertad sobre su cuerpo, poniendo en primer lugar lo oncológico antes que lo estético. Cirujanos plásticos y oncólogos promueven la reconstrucción como una forma en que las mujeres con cáncer de mama se “sientan completas” de nueva cuenta. “Los senos no son lo que nos hace mujeres”, dice ella.

Esta situación blindó a Sandra Monroy, quien hoy muestra de manera abierta sus cicatrices para decirles a otras mujeres, y no solo a aquellas que han atravesado por esta enfermedad, el cáncer de mama, que unos pechos, una talla o una medida no definen quién eres, porque la belleza va más allá de los estándares que la sociedad ha establecido. Todas deberíamos sentirnos igual de orgullosas de lo que somos y de cómo somos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre mujeres en el mundo. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en pacientes del sexo femenino, con dieciocho fallecimientos diarios. A nivel global, fue el de mayor incidencia en 2020, superando al cáncer de pulmón. La OMS apunta que, ese año, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2.3 millones de mujeres y, de esa cifra, 685 000 perdieron la vida por esa enfermedad.

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Este ensayo fotográfico sigue la historia de Sandra Monroy, una chica de 37 años, habitante de la Ciudad de México, que sobrevivió al cáncer de mama y perdió los dos senos por esta enfermedad que le fue detectada a inicios de 2021. En ese momento, los médicos le explicaron que era necesario realizar una mastectomía bilateral. Aunque el cáncer se encontraba solo en el seno derecho, de quedarse con el izquierdo, la probabilidad de que la enfermedad volviera estaba entre 50% y 60%.

A Sandra los médicos le informaron que sus senos podían ser reconstruidos, pero eso implicaba, al menos, dos operaciones que debían realizarse en los tres años siguientes, procedimientos que tendrían que repetirse cada década para reemplazar los implantes. La reconstrucción no es un proceso fácil. Por eso, muchas mujeres que padecen cáncer de mama han decidido vivir sin senos y, con eso, asumir los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión.

Sandra Monroy entró a cirugía el 5 de julio de 2021, decidió no reconstruir sus senos y creó la cuenta de Instagram @jodetecancer, desde la cual genera conciencia sobre la detección oportuna y ofrece acompañamiento oncológico a otras pacientes que se encuentran atravesando el mismo camino, algún tipo de mastectomía, y eligen no hacerse una reconstrucción mamaria. Sandra optó por vivir sin senos en un sistema que los equipara con la femineidad; decidió darle a su cuerpo un nuevo significado y así ejercer uno de sus derechos como mujer, la libertad sobre su cuerpo, poniendo en primer lugar lo oncológico antes que lo estético. Cirujanos plásticos y oncólogos promueven la reconstrucción como una forma en que las mujeres con cáncer de mama se “sientan completas” de nueva cuenta. “Los senos no son lo que nos hace mujeres”, dice ella.

Esta situación blindó a Sandra Monroy, quien hoy muestra de manera abierta sus cicatrices para decirles a otras mujeres, y no solo a aquellas que han atravesado por esta enfermedad, el cáncer de mama, que unos pechos, una talla o una medida no definen quién eres, porque la belleza va más allá de los estándares que la sociedad ha establecido. Todas deberíamos sentirnos igual de orgullosas de lo que somos y de cómo somos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre mujeres en el mundo. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en pacientes del sexo femenino, con dieciocho fallecimientos diarios. A nivel global, fue el de mayor incidencia en 2020, superando al cáncer de pulmón. La OMS apunta que, ese año, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2.3 millones de mujeres y, de esa cifra, 685 000 perdieron la vida por esa enfermedad.

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A Sandra los médicos le informaron que sus senos podían ser reconstruidos, pero eso implicaba, al menos, dos operaciones que debían realizarse en los tres años siguientes, procedimientos que tendrían que repetirse cada década para reemplazar los implantes. La reconstrucción no es un proceso fácil. Por eso, muchas mujeres que padecen cáncer de mama han decidido vivir sin senos y, con eso, asumir los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión.

Sandra Monroy entró a cirugía el 5 de julio de 2021, decidió no reconstruir sus senos y creó la cuenta de Instagram @jodetecancer, desde la cual genera conciencia sobre la detección oportuna y ofrece acompañamiento oncológico a otras pacientes que se encuentran atravesando el mismo camino, algún tipo de mastectomía, y eligen no hacerse una reconstrucción mamaria. Sandra optó por vivir sin senos en un sistema que los equipara con la femineidad; decidió darle a su cuerpo un nuevo significado y así ejercer uno de sus derechos como mujer, la libertad sobre su cuerpo, poniendo en primer lugar lo oncológico antes que lo estético. Cirujanos plásticos y oncólogos promueven la reconstrucción como una forma en que las mujeres con cáncer de mama se “sientan completas” de nueva cuenta. “Los senos no son lo que nos hace mujeres”, dice ella.

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre mujeres en el mundo. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en pacientes del sexo femenino, con dieciocho fallecimientos diarios. A nivel global, fue el de mayor incidencia en 2020, superando al cáncer de pulmón. La OMS apunta que, ese año, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2.3 millones de mujeres y, de esa cifra, 685 000 perdieron la vida por esa enfermedad.

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A Sandra los médicos le informaron que sus senos podían ser reconstruidos, pero eso implicaba, al menos, dos operaciones que debían realizarse en los tres años siguientes, procedimientos que tendrían que repetirse cada década para reemplazar los implantes. La reconstrucción no es un proceso fácil. Por eso, muchas mujeres que padecen cáncer de mama han decidido vivir sin senos y, con eso, asumir los desafíos físicos, emocionales y sociales que conlleva tal decisión.

Sandra Monroy entró a cirugía el 5 de julio de 2021, decidió no reconstruir sus senos y creó la cuenta de Instagram @jodetecancer, desde la cual genera conciencia sobre la detección oportuna y ofrece acompañamiento oncológico a otras pacientes que se encuentran atravesando el mismo camino, algún tipo de mastectomía, y eligen no hacerse una reconstrucción mamaria. Sandra optó por vivir sin senos en un sistema que los equipara con la femineidad; decidió darle a su cuerpo un nuevo significado y así ejercer uno de sus derechos como mujer, la libertad sobre su cuerpo, poniendo en primer lugar lo oncológico antes que lo estético. Cirujanos plásticos y oncólogos promueven la reconstrucción como una forma en que las mujeres con cáncer de mama se “sientan completas” de nueva cuenta. “Los senos no son lo que nos hace mujeres”, dice ella.

Esta situación blindó a Sandra Monroy, quien hoy muestra de manera abierta sus cicatrices para decirles a otras mujeres, y no solo a aquellas que han atravesado por esta enfermedad, el cáncer de mama, que unos pechos, una talla o una medida no definen quién eres, porque la belleza va más allá de los estándares que la sociedad ha establecido. Todas deberíamos sentirnos igual de orgullosas de lo que somos y de cómo somos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre mujeres en el mundo. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en pacientes del sexo femenino, con dieciocho fallecimientos diarios. A nivel global, fue el de mayor incidencia en 2020, superando al cáncer de pulmón. La OMS apunta que, ese año, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2.3 millones de mujeres y, de esa cifra, 685 000 perdieron la vida por esa enfermedad.

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