En los inicios de la historia del automóvil, una máquina extraña que cambiaría las maneras de desplazarse, que sólo algunos alcanzaban a vislumbrar como un hito revolucionario, Carl Benz, el fundador de Mercedes-Benz, fue el primero en patentar un vehículo de combustión interna e ignición eléctrica. Esta patente, que se formalizó en Berlín en 1886, se considera el “acta de nacimiento” del automóvil como lo conocemos hoy en día. Con el lanzamiento de Mercedes-EQ, la nueva submarca dedicada a los autos eléctricos comienza una segunda revolución, ahora enfocada a un futuro sustentable.
Ante la preocupación por las emisiones de carbono y sus consecuencias, las prioridades de la movilidad han cambiado drásticamente, lo que ha forzado a las automotrices a desarrollar nuevas tecnologías más respetuosas con el medio ambiente. En este contexto es que, este año, siguiendo sus instintos pioneros, Mercedes-Benz lanza la submarca dedicada exclusivamente al desarrollo sustentable y eléctrico —Mercedes-EQ— que están impulsándose con comunicación, personalidad y objetivos propios. “Nuestro departamento de investigación y desarrollo ha buscado desde los años setenta soluciones de movilidad libres de emisiones, que vemos reflejadas hoy en día en nuestra submarca Mercedes-EQ. En los noventa, introdujimos la tecnología F-Cell, de celdas de combustible con base de hidrógeno, para eliminar las emisiones de CO2. En 2013 presentamos el primer Mercedes eléctrico “moderno”, el Mercedes-Benz SLS AMG Coupé Electric Drive del que se produjeron menos de cien unidades [...]. Para 2022 tendremos una opción completamente eléctrica en cada uno de los segmentos en los que participamos”, comenta un representante de la marca.
Mercedes-EQ tiene, hasta ahora en México, dos modelos insignia: la EQA y la EQC, ambas suv de potencia y carisma. Para 2022 la flota buscará cubrir todas las categorías de la industria. Los dos modelos, con una impactante parrilla Black Panel y líneas estilizadas estilo coupé en las ventanas y techo, son deportivos y elegantes. La EQA es más compacta, pero no menos potente; su tren motriz compuesto de dos motores eléctricos la lleva de cero a cien en 6.9 segundos y la vuelve ágil en su manejo. Por otro lado, la EQC es más amplia, con espacio para cinco pasajeros y con un doble motor llega a una velocidad máxima de 180 km/h. La EQA tiene una autonomía de hasta 423 km y la EQC, de hasta 462 km. Ambas cuentan con MBUX, un sistema multimedia que utiliza inteligencia artificial y le permite al conductor personalizar las herramientas de información y entretenimiento por medio de una pantalla táctil.
Hacer autos eléctricos sin un plan de sustentabilidad detrás no tiene sentido: es necesario crear procesos y sistemas de manufactura que no afecten al medio ambiente para hacer un cambio verdadero. Los vehículos Mercedes-EQ se producen con materiales renovables, ecológicos, que reemplazan el uso del plástico. Las baterías se reutilizan una vez que terminan su ciclo de vida, lo que reduce la generación total de CO2 del vehículo. Además, todos los sitios de ensamblaje de automóviles y baterías que administra la marca cambiarán a la producción neutra en carbono para 2022 mundialmente. Mercedes-Benz también planea instalar una nueva fábrica de reciclaje de baterías en Kuppenheim, Alemania, para desarrollar un reciclaje seguro.
La creación de una marca dedicada al desarrollo de tecnología sustentable y una producción más amigable con el medio ambiente dejan ver el compromiso de Mercedes-Benz con el futuro del planeta. Los autos eléctricos llegaron para quedarse y merecen el desarrollo, tecnología e impulso necesarios para convertirse en una regla y no en una excepción. Mercedes-Benz, con su larga historia de innovación y ahora, con Mercedes-EQ se ha vuelto a poner la corona pionera.