La chef Pati Jinich se encontraba en su natal Ciudad de México cuando ocurrió el terremoto del 19 de septiembre. Algunos meses antes había charlado y trabajado con mujeres de Oaxaca para mostrar la comida de esa región en Pati’s Mexican Table, su programa de cocina mexicana en la cadena estadounidense PBS. Jinich supo que el temblor del 7 de septiembre había dejado a las cocineras de esa región sin casa ni herramientas. Fue entonces que el segundo sismo lo empeoró todo. Desde su plataforma, encontró una forma de apoyar a la reconstrucción a través de la cocina.Jinich, quien es la Chef Residente del Instituto Cultural Mexicano en Washington D.C., tiene una serie de cenas y talleres a lo largo del año, donde promueve el siempre expansivo universo de la gastronomía mexicana. Uno de estos eventos estaba en puerta, y la chef decidió dedicarlo al Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, para ayudar a los afectados de la región. “Pensamos ‘¿Cómo podemos ayudar y transformar esto en algo pueda ayudar?’,” relata la chef en entrevista con Gatopardo.
Durante la velada mostró pietaje de sus experiencias en la región. En él retrató la hospitalidad y deseo de las cocineras oaxaqueñas por compartir su cultura. “Conté que sus vidas acababan de ser seriamente impactadas”. Así, comenzó a recibir donaciones, y decidió poner un dólar más por cada dólar recibido. “A través de Celia Florán, una chef apasionada por la cocina oaxaqueña, contactamos a una organización que construye los hornos donde estas mujeres cocinan”. Jinich se dio a la tarea de crear una lista de todas las cocineras afectadas para reconstruir sus hornos y reponer sus herramientas.
Aunque aún no ha elegido un nombre para esta iniciativa, Jinich desea seguir con ella por mucho tiempo. “Queremos reactivar la economía de una forma en la que ellas se sientan empoderadas y así reconstruir su vida”, afirma. “Es una herramienta para que puedan otra vez cocinar y empezar a ganar dinero. No es nada más un ‘toma un algo que tal vez no quieres”, sino un instrumento de trabajo muy importante para ellas”. En cuanto a las donaciones, promete enviar testigos y fotografías de los nuevos hornos. “Sepan que su dinero no se está yendo a una burocracia”.
Su relación personal y profesional con Oaxaca creció tras el rodaje de la sexta temporada de su programa. “Oaxaca es única en el trasfondo de la cocina mexicana”, dice la chef. “Tiene una diversidad y complejidad sin par. Es mítico y elaborado”. Jinich señala que, además, dentro de Oaxaca existen múltiples y vibrantes estas cocinas regionales. “El Istmo es único, es barroquísimo. Sus platillos preferidos tienen una cantidad impresionante de ingredientes, como el estofado, con más de 20 ingredientes que se cocinan por más de 18 horas”.
Por otro lado, su programa ha llegado al servicio On Demand de Amazon, con lo que busca llegar a nuevas audiencias. Pati’s Mexican Table también es transmitido en Canadá, Australia e India. “Me gusta promover que la gente compre los ingredientes mexicanos y los meta en sus casas porque se me hace una conquista sin precedentes. Cuando te meten a sus casas, ya no eres exótico, como la comida italiana en algún momento. Es caminar en una cuerda floja sobre cuándo la gente está lista para cosas más complicadas y nuevos ingredientes, pero la audiencia internacional está lista”. Así, la cocina de Oaxaca –y otras regiones del país– seguirá celebrada por todo el mundo.
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