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Fotografía de Luis Cortes/REUTERS. Tomates y limones en un puesto improvisado en un mercado en la Ciudad de México, México, 8 de abril de 2022.
El control que ejercen los grupos del crimen organizado en México no deja de ampliarse. El precio de muchos alimentos —como el limón, el aguacate, el jitomate, la papaya, el mango, el pollo y el pescado— han subido ante la extorsión, las amenazas y los asesinatos, afectando también la economía de distintos estados del país.
Durante agosto de este año el precio del limón en México se ha incrementado significativamente respecto al mes pasado. La principal causa de este aumento son las amenazas y extorsiones del crimen organizado que sufren los productores limoneros en el estado de Michoacán, quienes han denunciado la situación en diversos medios de comunicación y redes sociales.
Según un reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, en el último mes ha subido el precio del limón con semilla dentro de toda su cadena de distribución, ya que ha aumentado tanto el costo para el productor como el precio por mayoreo y el precio final de venta al consumidor. De acuerdo con este informe, ahora se pagan 17 pesos por kilo a los limoneros michoacanos, lo que supone un incremento mensual de 26.4 %. Mientras tanto, en la central de abastos de la Ciudad de México el precio del kilo por medio mayoreo se registra en 29.16 pesos, cuando el mes anterior su precio era de 25.89. El precio final al consumidor, en la Ciudad de México, puede llegar hasta los 40.31 pesos. En algunos estados de la República, informa Milenio, el limón subió de 12 a 20 pesos por kilo.
La principal razón del incremento es el paro de labores que han llevado a cabo los productores de Michoacán, luego de las constantes extorsiones y amenazas que sufren por parte de los grupos del crimen organizado, los cuales exigen el pago de cuotas para que sembradores y empacadoras puedan trabajar. Desde el pasado 14 de agosto, limoneros michoacanos hicieron público en distintos medios de comunicación y en redes sociales que estaban siendo extorsionados por un grupo criminal de su estado y que el gobierno estatal no era capaz de garantizar su seguridad.
Tan solo en los primeros siete meses de este 2023, en Michoacán se han registrado 128 denuncias por extorsión, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Las víctimas de estas extorsiones son “al menos trescientas empacadoras de limón de Apatzingán, Tepalcatepec, Buenavista, Parácuaro y Múgica, Michoacán”, informa el diario Reforma.
El pasado viernes 25 de agosto se difundió en redes sociales un video de un camión limonero calcinado; una semana antes también circuló en internet el video de una camioneta de cortadores de limón en llamas, en la misma zona de Michoacán. Al momento de publicar esta nota, no se ha registrado ninguna víctima mortal o que haya resultado herida en estos ataques.
Ante la situación constante de acoso y violencia de los grupos del crimen organizado contra los productores de limón michoacanos, el 21 de agosto el gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, se limitó a declarar en una rueda de prensa:
“Los productores de limón no han presentado denuncia por extorsión, entonces los convocamos a que presenten las denuncias. Aunque ya hay una de oficio por el tema, claro que ayudaría mucho si ellos presentan una denuncia anónima para dar mayores elementos, porque si no, pues estarían encubriendo [a los criminales]”.
Lamentablemente, denunciar no parece una opción viable por el peligro que representa para las víctimas. Dentro del propio gremio de los limoneros existe un precedente terrible, ya que hace más de diez años, también en Apatzingán, un grupo de cortadores de limón fue emboscado después de acudir a un acto cívico para denunciar el bloqueo de carreteras que realizaban los grupos criminales de la zona. Así lo narra un informe especial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre los grupos de autodefensa en Michoacán:
“La población, mayoritariamente constituida por cortadores de limón, gente que trabajaba en el campo, mujeres y niños, realizó el 10 de abril de 2013 una marcha a la glorieta de Cuatro Caminos, en el municipio de Múgica, para exigir al gobernador, quien se encontraba en esa ciudad, que se eliminaran los bloqueos a sus comunidades, [pues] les impedían trabajar. Señalaron que al ir marchando de regreso de la ciudad de Apatzingán completamente desarmados, integrantes de los ‘Caballeros Templarios’ les dispararon con armas de fuego. Fallecieron aproximadamente 32 personas y varias resultaron lesionadas. Este evento es conocido por los habitantes de La Ruana como ‘la matanza de los limoneros’”.
No solo es el limón
Desde hace varios años en México se conocen casos de productores de alimentos que sufren extorsiones, robos y cobros ilegales por parte del crimen organizado. En 2021 Gatopardo publicó “La fiebre del aguacate. El fruto de la discordia en Michoacán”, un reportaje en que el periodista Heriberto Paredes escribe que uno de los negocios más redituables de los grupos criminales en Michoacán es “la extorsión de diferentes sectores de la población, desde los vendedores de discos pirata en los mercados locales hasta los productores de aguacate y limón, a quienes cobraron cuotas millonarias”.
Como sucede con limoneros y aguacateros, actualmente en Michoacán diferentes grupos criminales controlan las cadenas de producción del jitomate, la papaya y el mango, “tienen que pagar ‘impuesto’ por todo: para que les dejen sembrar, regar, cortar y distribuir”, informa El Sol de Morelia.
A principios de 2023, el presidente del consejo directivo de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), José Antonio Abugaber Andonie, denunció ante el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, “el tema de los alimentos, los han estado presionando bastante, porque la delincuencia organizada los está empezando a controlar”.
Si bien las extorsiones a los empresarios agricultores del limón y el aguacate han sido los casos más notorios, hay ataques menos difundidos en los medios de comunicación, en los que las víctimas son los trabajadores que cortan y empacan los frutos. “Nos enterábamos de que a algunos grandes productores los habían secuestrado o nomás los habían matado porque no querían entregar la cuota. Ya no nos sentíamos seguras, nos encerrábamos y perdimos trabajos porque estaba el peligro de que nos desaparecieran”, testimonia una trabajadora en el reportaje de Heriberto Paredes.
El precio de otro alimento base de los mexicanos, la tortilla, también es controlado por el crimen organizado en algunos estados de la República. El diario El País informa que en el estado de Guerrero el crimen organizado obliga a los comerciantes a subir y bajar el precio de este alimento según lo consideren oportuno; como en otros casos, los grupos delictivos lo consiguen a través de la extorsión y el asesinato de comerciantes. “A mediados de junio [de 2022] el kilo rondaba los 20 pesos, las tortillerías se vieron obligadas a venderlo en 25 y hasta a 27 pesos, ya que tenían que pagar una cuota a los narcotraficantes, conocida como ‘derecho de piso’, para poder seguir abriendo sus cortinas”.
En Guerrero el crimen organizado también ha detenido la distribución de pollos para consumo humano. En junio de 2022, reporta El Universal, este alimento despareció de los mercados del municipio de Chilpancingo luego del asesinato de al menos ocho distribuidores y el ataque armado a una granja.
Asimismo, en la investigación “La caza furtiva y el tráfico de vida silvestre ligados a China en México”, Vanda Felbab-Brow apunta que toda la cadena de producción de la pesca, tanto legal como ilegal, “está siendo sistemáticamente dominada por grupos del crimen organizado en México, en particular por el cártel de Sinaloa y, en menor medida, por el cártel Jalisco Nueva Generación”.
Las prácticas criminales que ha documentado Felbab-Brow son similares a las que suceden con alimentos como el limón y el aguacate, pues los cárteles exigen una tarifa a los pescadores, a las plantas de procesamiento de mariscos, a transportadores y exportadores para que puedan trabajar. Estos cárteles se presentan en comunidades donde “instruyen a los pobladores a vender el pescado capturado al grupo criminal o correr el riesgo de ser asesinados”. Además dictan “la cantidad de una especie en particular que deben capturar y entregar al cártel, y castigan a las comunidades o a [los] representantes que no entreguen esa cantidad”.
Nota: Gatopardo ha cubierto el aumento de precios por la injerencia del crimen organizado en otras actividades económicas, como las turísticas en Cancún. Te recomendamos: "Extorsiones en el paraíso: derecho de piso en cada rincón del Caribe mexicano"
El control que ejercen los grupos del crimen organizado en México no deja de ampliarse. El precio de muchos alimentos —como el limón, el aguacate, el jitomate, la papaya, el mango, el pollo y el pescado— han subido ante la extorsión, las amenazas y los asesinatos, afectando también la economía de distintos estados del país.
Durante agosto de este año el precio del limón en México se ha incrementado significativamente respecto al mes pasado. La principal causa de este aumento son las amenazas y extorsiones del crimen organizado que sufren los productores limoneros en el estado de Michoacán, quienes han denunciado la situación en diversos medios de comunicación y redes sociales.
Según un reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, en el último mes ha subido el precio del limón con semilla dentro de toda su cadena de distribución, ya que ha aumentado tanto el costo para el productor como el precio por mayoreo y el precio final de venta al consumidor. De acuerdo con este informe, ahora se pagan 17 pesos por kilo a los limoneros michoacanos, lo que supone un incremento mensual de 26.4 %. Mientras tanto, en la central de abastos de la Ciudad de México el precio del kilo por medio mayoreo se registra en 29.16 pesos, cuando el mes anterior su precio era de 25.89. El precio final al consumidor, en la Ciudad de México, puede llegar hasta los 40.31 pesos. En algunos estados de la República, informa Milenio, el limón subió de 12 a 20 pesos por kilo.
La principal razón del incremento es el paro de labores que han llevado a cabo los productores de Michoacán, luego de las constantes extorsiones y amenazas que sufren por parte de los grupos del crimen organizado, los cuales exigen el pago de cuotas para que sembradores y empacadoras puedan trabajar. Desde el pasado 14 de agosto, limoneros michoacanos hicieron público en distintos medios de comunicación y en redes sociales que estaban siendo extorsionados por un grupo criminal de su estado y que el gobierno estatal no era capaz de garantizar su seguridad.
Tan solo en los primeros siete meses de este 2023, en Michoacán se han registrado 128 denuncias por extorsión, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Las víctimas de estas extorsiones son “al menos trescientas empacadoras de limón de Apatzingán, Tepalcatepec, Buenavista, Parácuaro y Múgica, Michoacán”, informa el diario Reforma.
El pasado viernes 25 de agosto se difundió en redes sociales un video de un camión limonero calcinado; una semana antes también circuló en internet el video de una camioneta de cortadores de limón en llamas, en la misma zona de Michoacán. Al momento de publicar esta nota, no se ha registrado ninguna víctima mortal o que haya resultado herida en estos ataques.
Ante la situación constante de acoso y violencia de los grupos del crimen organizado contra los productores de limón michoacanos, el 21 de agosto el gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, se limitó a declarar en una rueda de prensa:
“Los productores de limón no han presentado denuncia por extorsión, entonces los convocamos a que presenten las denuncias. Aunque ya hay una de oficio por el tema, claro que ayudaría mucho si ellos presentan una denuncia anónima para dar mayores elementos, porque si no, pues estarían encubriendo [a los criminales]”.
Lamentablemente, denunciar no parece una opción viable por el peligro que representa para las víctimas. Dentro del propio gremio de los limoneros existe un precedente terrible, ya que hace más de diez años, también en Apatzingán, un grupo de cortadores de limón fue emboscado después de acudir a un acto cívico para denunciar el bloqueo de carreteras que realizaban los grupos criminales de la zona. Así lo narra un informe especial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre los grupos de autodefensa en Michoacán:
“La población, mayoritariamente constituida por cortadores de limón, gente que trabajaba en el campo, mujeres y niños, realizó el 10 de abril de 2013 una marcha a la glorieta de Cuatro Caminos, en el municipio de Múgica, para exigir al gobernador, quien se encontraba en esa ciudad, que se eliminaran los bloqueos a sus comunidades, [pues] les impedían trabajar. Señalaron que al ir marchando de regreso de la ciudad de Apatzingán completamente desarmados, integrantes de los ‘Caballeros Templarios’ les dispararon con armas de fuego. Fallecieron aproximadamente 32 personas y varias resultaron lesionadas. Este evento es conocido por los habitantes de La Ruana como ‘la matanza de los limoneros’”.
No solo es el limón
Desde hace varios años en México se conocen casos de productores de alimentos que sufren extorsiones, robos y cobros ilegales por parte del crimen organizado. En 2021 Gatopardo publicó “La fiebre del aguacate. El fruto de la discordia en Michoacán”, un reportaje en que el periodista Heriberto Paredes escribe que uno de los negocios más redituables de los grupos criminales en Michoacán es “la extorsión de diferentes sectores de la población, desde los vendedores de discos pirata en los mercados locales hasta los productores de aguacate y limón, a quienes cobraron cuotas millonarias”.
Como sucede con limoneros y aguacateros, actualmente en Michoacán diferentes grupos criminales controlan las cadenas de producción del jitomate, la papaya y el mango, “tienen que pagar ‘impuesto’ por todo: para que les dejen sembrar, regar, cortar y distribuir”, informa El Sol de Morelia.
A principios de 2023, el presidente del consejo directivo de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), José Antonio Abugaber Andonie, denunció ante el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, “el tema de los alimentos, los han estado presionando bastante, porque la delincuencia organizada los está empezando a controlar”.
Si bien las extorsiones a los empresarios agricultores del limón y el aguacate han sido los casos más notorios, hay ataques menos difundidos en los medios de comunicación, en los que las víctimas son los trabajadores que cortan y empacan los frutos. “Nos enterábamos de que a algunos grandes productores los habían secuestrado o nomás los habían matado porque no querían entregar la cuota. Ya no nos sentíamos seguras, nos encerrábamos y perdimos trabajos porque estaba el peligro de que nos desaparecieran”, testimonia una trabajadora en el reportaje de Heriberto Paredes.
El precio de otro alimento base de los mexicanos, la tortilla, también es controlado por el crimen organizado en algunos estados de la República. El diario El País informa que en el estado de Guerrero el crimen organizado obliga a los comerciantes a subir y bajar el precio de este alimento según lo consideren oportuno; como en otros casos, los grupos delictivos lo consiguen a través de la extorsión y el asesinato de comerciantes. “A mediados de junio [de 2022] el kilo rondaba los 20 pesos, las tortillerías se vieron obligadas a venderlo en 25 y hasta a 27 pesos, ya que tenían que pagar una cuota a los narcotraficantes, conocida como ‘derecho de piso’, para poder seguir abriendo sus cortinas”.
En Guerrero el crimen organizado también ha detenido la distribución de pollos para consumo humano. En junio de 2022, reporta El Universal, este alimento despareció de los mercados del municipio de Chilpancingo luego del asesinato de al menos ocho distribuidores y el ataque armado a una granja.
Asimismo, en la investigación “La caza furtiva y el tráfico de vida silvestre ligados a China en México”, Vanda Felbab-Brow apunta que toda la cadena de producción de la pesca, tanto legal como ilegal, “está siendo sistemáticamente dominada por grupos del crimen organizado en México, en particular por el cártel de Sinaloa y, en menor medida, por el cártel Jalisco Nueva Generación”.
Las prácticas criminales que ha documentado Felbab-Brow son similares a las que suceden con alimentos como el limón y el aguacate, pues los cárteles exigen una tarifa a los pescadores, a las plantas de procesamiento de mariscos, a transportadores y exportadores para que puedan trabajar. Estos cárteles se presentan en comunidades donde “instruyen a los pobladores a vender el pescado capturado al grupo criminal o correr el riesgo de ser asesinados”. Además dictan “la cantidad de una especie en particular que deben capturar y entregar al cártel, y castigan a las comunidades o a [los] representantes que no entreguen esa cantidad”.
Nota: Gatopardo ha cubierto el aumento de precios por la injerencia del crimen organizado en otras actividades económicas, como las turísticas en Cancún. Te recomendamos: "Extorsiones en el paraíso: derecho de piso en cada rincón del Caribe mexicano"
Fotografía de Luis Cortes/REUTERS. Tomates y limones en un puesto improvisado en un mercado en la Ciudad de México, México, 8 de abril de 2022.
El control que ejercen los grupos del crimen organizado en México no deja de ampliarse. El precio de muchos alimentos —como el limón, el aguacate, el jitomate, la papaya, el mango, el pollo y el pescado— han subido ante la extorsión, las amenazas y los asesinatos, afectando también la economía de distintos estados del país.
Durante agosto de este año el precio del limón en México se ha incrementado significativamente respecto al mes pasado. La principal causa de este aumento son las amenazas y extorsiones del crimen organizado que sufren los productores limoneros en el estado de Michoacán, quienes han denunciado la situación en diversos medios de comunicación y redes sociales.
Según un reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, en el último mes ha subido el precio del limón con semilla dentro de toda su cadena de distribución, ya que ha aumentado tanto el costo para el productor como el precio por mayoreo y el precio final de venta al consumidor. De acuerdo con este informe, ahora se pagan 17 pesos por kilo a los limoneros michoacanos, lo que supone un incremento mensual de 26.4 %. Mientras tanto, en la central de abastos de la Ciudad de México el precio del kilo por medio mayoreo se registra en 29.16 pesos, cuando el mes anterior su precio era de 25.89. El precio final al consumidor, en la Ciudad de México, puede llegar hasta los 40.31 pesos. En algunos estados de la República, informa Milenio, el limón subió de 12 a 20 pesos por kilo.
La principal razón del incremento es el paro de labores que han llevado a cabo los productores de Michoacán, luego de las constantes extorsiones y amenazas que sufren por parte de los grupos del crimen organizado, los cuales exigen el pago de cuotas para que sembradores y empacadoras puedan trabajar. Desde el pasado 14 de agosto, limoneros michoacanos hicieron público en distintos medios de comunicación y en redes sociales que estaban siendo extorsionados por un grupo criminal de su estado y que el gobierno estatal no era capaz de garantizar su seguridad.
Tan solo en los primeros siete meses de este 2023, en Michoacán se han registrado 128 denuncias por extorsión, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Las víctimas de estas extorsiones son “al menos trescientas empacadoras de limón de Apatzingán, Tepalcatepec, Buenavista, Parácuaro y Múgica, Michoacán”, informa el diario Reforma.
El pasado viernes 25 de agosto se difundió en redes sociales un video de un camión limonero calcinado; una semana antes también circuló en internet el video de una camioneta de cortadores de limón en llamas, en la misma zona de Michoacán. Al momento de publicar esta nota, no se ha registrado ninguna víctima mortal o que haya resultado herida en estos ataques.
Ante la situación constante de acoso y violencia de los grupos del crimen organizado contra los productores de limón michoacanos, el 21 de agosto el gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, se limitó a declarar en una rueda de prensa:
“Los productores de limón no han presentado denuncia por extorsión, entonces los convocamos a que presenten las denuncias. Aunque ya hay una de oficio por el tema, claro que ayudaría mucho si ellos presentan una denuncia anónima para dar mayores elementos, porque si no, pues estarían encubriendo [a los criminales]”.
Lamentablemente, denunciar no parece una opción viable por el peligro que representa para las víctimas. Dentro del propio gremio de los limoneros existe un precedente terrible, ya que hace más de diez años, también en Apatzingán, un grupo de cortadores de limón fue emboscado después de acudir a un acto cívico para denunciar el bloqueo de carreteras que realizaban los grupos criminales de la zona. Así lo narra un informe especial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre los grupos de autodefensa en Michoacán:
“La población, mayoritariamente constituida por cortadores de limón, gente que trabajaba en el campo, mujeres y niños, realizó el 10 de abril de 2013 una marcha a la glorieta de Cuatro Caminos, en el municipio de Múgica, para exigir al gobernador, quien se encontraba en esa ciudad, que se eliminaran los bloqueos a sus comunidades, [pues] les impedían trabajar. Señalaron que al ir marchando de regreso de la ciudad de Apatzingán completamente desarmados, integrantes de los ‘Caballeros Templarios’ les dispararon con armas de fuego. Fallecieron aproximadamente 32 personas y varias resultaron lesionadas. Este evento es conocido por los habitantes de La Ruana como ‘la matanza de los limoneros’”.
No solo es el limón
Desde hace varios años en México se conocen casos de productores de alimentos que sufren extorsiones, robos y cobros ilegales por parte del crimen organizado. En 2021 Gatopardo publicó “La fiebre del aguacate. El fruto de la discordia en Michoacán”, un reportaje en que el periodista Heriberto Paredes escribe que uno de los negocios más redituables de los grupos criminales en Michoacán es “la extorsión de diferentes sectores de la población, desde los vendedores de discos pirata en los mercados locales hasta los productores de aguacate y limón, a quienes cobraron cuotas millonarias”.
Como sucede con limoneros y aguacateros, actualmente en Michoacán diferentes grupos criminales controlan las cadenas de producción del jitomate, la papaya y el mango, “tienen que pagar ‘impuesto’ por todo: para que les dejen sembrar, regar, cortar y distribuir”, informa El Sol de Morelia.
A principios de 2023, el presidente del consejo directivo de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), José Antonio Abugaber Andonie, denunció ante el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, “el tema de los alimentos, los han estado presionando bastante, porque la delincuencia organizada los está empezando a controlar”.
Si bien las extorsiones a los empresarios agricultores del limón y el aguacate han sido los casos más notorios, hay ataques menos difundidos en los medios de comunicación, en los que las víctimas son los trabajadores que cortan y empacan los frutos. “Nos enterábamos de que a algunos grandes productores los habían secuestrado o nomás los habían matado porque no querían entregar la cuota. Ya no nos sentíamos seguras, nos encerrábamos y perdimos trabajos porque estaba el peligro de que nos desaparecieran”, testimonia una trabajadora en el reportaje de Heriberto Paredes.
El precio de otro alimento base de los mexicanos, la tortilla, también es controlado por el crimen organizado en algunos estados de la República. El diario El País informa que en el estado de Guerrero el crimen organizado obliga a los comerciantes a subir y bajar el precio de este alimento según lo consideren oportuno; como en otros casos, los grupos delictivos lo consiguen a través de la extorsión y el asesinato de comerciantes. “A mediados de junio [de 2022] el kilo rondaba los 20 pesos, las tortillerías se vieron obligadas a venderlo en 25 y hasta a 27 pesos, ya que tenían que pagar una cuota a los narcotraficantes, conocida como ‘derecho de piso’, para poder seguir abriendo sus cortinas”.
En Guerrero el crimen organizado también ha detenido la distribución de pollos para consumo humano. En junio de 2022, reporta El Universal, este alimento despareció de los mercados del municipio de Chilpancingo luego del asesinato de al menos ocho distribuidores y el ataque armado a una granja.
Asimismo, en la investigación “La caza furtiva y el tráfico de vida silvestre ligados a China en México”, Vanda Felbab-Brow apunta que toda la cadena de producción de la pesca, tanto legal como ilegal, “está siendo sistemáticamente dominada por grupos del crimen organizado en México, en particular por el cártel de Sinaloa y, en menor medida, por el cártel Jalisco Nueva Generación”.
Las prácticas criminales que ha documentado Felbab-Brow son similares a las que suceden con alimentos como el limón y el aguacate, pues los cárteles exigen una tarifa a los pescadores, a las plantas de procesamiento de mariscos, a transportadores y exportadores para que puedan trabajar. Estos cárteles se presentan en comunidades donde “instruyen a los pobladores a vender el pescado capturado al grupo criminal o correr el riesgo de ser asesinados”. Además dictan “la cantidad de una especie en particular que deben capturar y entregar al cártel, y castigan a las comunidades o a [los] representantes que no entreguen esa cantidad”.
Nota: Gatopardo ha cubierto el aumento de precios por la injerencia del crimen organizado en otras actividades económicas, como las turísticas en Cancún. Te recomendamos: "Extorsiones en el paraíso: derecho de piso en cada rincón del Caribe mexicano"
El control que ejercen los grupos del crimen organizado en México no deja de ampliarse. El precio de muchos alimentos —como el limón, el aguacate, el jitomate, la papaya, el mango, el pollo y el pescado— han subido ante la extorsión, las amenazas y los asesinatos, afectando también la economía de distintos estados del país.
Durante agosto de este año el precio del limón en México se ha incrementado significativamente respecto al mes pasado. La principal causa de este aumento son las amenazas y extorsiones del crimen organizado que sufren los productores limoneros en el estado de Michoacán, quienes han denunciado la situación en diversos medios de comunicación y redes sociales.
Según un reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, en el último mes ha subido el precio del limón con semilla dentro de toda su cadena de distribución, ya que ha aumentado tanto el costo para el productor como el precio por mayoreo y el precio final de venta al consumidor. De acuerdo con este informe, ahora se pagan 17 pesos por kilo a los limoneros michoacanos, lo que supone un incremento mensual de 26.4 %. Mientras tanto, en la central de abastos de la Ciudad de México el precio del kilo por medio mayoreo se registra en 29.16 pesos, cuando el mes anterior su precio era de 25.89. El precio final al consumidor, en la Ciudad de México, puede llegar hasta los 40.31 pesos. En algunos estados de la República, informa Milenio, el limón subió de 12 a 20 pesos por kilo.
La principal razón del incremento es el paro de labores que han llevado a cabo los productores de Michoacán, luego de las constantes extorsiones y amenazas que sufren por parte de los grupos del crimen organizado, los cuales exigen el pago de cuotas para que sembradores y empacadoras puedan trabajar. Desde el pasado 14 de agosto, limoneros michoacanos hicieron público en distintos medios de comunicación y en redes sociales que estaban siendo extorsionados por un grupo criminal de su estado y que el gobierno estatal no era capaz de garantizar su seguridad.
Tan solo en los primeros siete meses de este 2023, en Michoacán se han registrado 128 denuncias por extorsión, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Las víctimas de estas extorsiones son “al menos trescientas empacadoras de limón de Apatzingán, Tepalcatepec, Buenavista, Parácuaro y Múgica, Michoacán”, informa el diario Reforma.
El pasado viernes 25 de agosto se difundió en redes sociales un video de un camión limonero calcinado; una semana antes también circuló en internet el video de una camioneta de cortadores de limón en llamas, en la misma zona de Michoacán. Al momento de publicar esta nota, no se ha registrado ninguna víctima mortal o que haya resultado herida en estos ataques.
Ante la situación constante de acoso y violencia de los grupos del crimen organizado contra los productores de limón michoacanos, el 21 de agosto el gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, se limitó a declarar en una rueda de prensa:
“Los productores de limón no han presentado denuncia por extorsión, entonces los convocamos a que presenten las denuncias. Aunque ya hay una de oficio por el tema, claro que ayudaría mucho si ellos presentan una denuncia anónima para dar mayores elementos, porque si no, pues estarían encubriendo [a los criminales]”.
Lamentablemente, denunciar no parece una opción viable por el peligro que representa para las víctimas. Dentro del propio gremio de los limoneros existe un precedente terrible, ya que hace más de diez años, también en Apatzingán, un grupo de cortadores de limón fue emboscado después de acudir a un acto cívico para denunciar el bloqueo de carreteras que realizaban los grupos criminales de la zona. Así lo narra un informe especial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre los grupos de autodefensa en Michoacán:
“La población, mayoritariamente constituida por cortadores de limón, gente que trabajaba en el campo, mujeres y niños, realizó el 10 de abril de 2013 una marcha a la glorieta de Cuatro Caminos, en el municipio de Múgica, para exigir al gobernador, quien se encontraba en esa ciudad, que se eliminaran los bloqueos a sus comunidades, [pues] les impedían trabajar. Señalaron que al ir marchando de regreso de la ciudad de Apatzingán completamente desarmados, integrantes de los ‘Caballeros Templarios’ les dispararon con armas de fuego. Fallecieron aproximadamente 32 personas y varias resultaron lesionadas. Este evento es conocido por los habitantes de La Ruana como ‘la matanza de los limoneros’”.
No solo es el limón
Desde hace varios años en México se conocen casos de productores de alimentos que sufren extorsiones, robos y cobros ilegales por parte del crimen organizado. En 2021 Gatopardo publicó “La fiebre del aguacate. El fruto de la discordia en Michoacán”, un reportaje en que el periodista Heriberto Paredes escribe que uno de los negocios más redituables de los grupos criminales en Michoacán es “la extorsión de diferentes sectores de la población, desde los vendedores de discos pirata en los mercados locales hasta los productores de aguacate y limón, a quienes cobraron cuotas millonarias”.
Como sucede con limoneros y aguacateros, actualmente en Michoacán diferentes grupos criminales controlan las cadenas de producción del jitomate, la papaya y el mango, “tienen que pagar ‘impuesto’ por todo: para que les dejen sembrar, regar, cortar y distribuir”, informa El Sol de Morelia.
A principios de 2023, el presidente del consejo directivo de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), José Antonio Abugaber Andonie, denunció ante el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, “el tema de los alimentos, los han estado presionando bastante, porque la delincuencia organizada los está empezando a controlar”.
Si bien las extorsiones a los empresarios agricultores del limón y el aguacate han sido los casos más notorios, hay ataques menos difundidos en los medios de comunicación, en los que las víctimas son los trabajadores que cortan y empacan los frutos. “Nos enterábamos de que a algunos grandes productores los habían secuestrado o nomás los habían matado porque no querían entregar la cuota. Ya no nos sentíamos seguras, nos encerrábamos y perdimos trabajos porque estaba el peligro de que nos desaparecieran”, testimonia una trabajadora en el reportaje de Heriberto Paredes.
El precio de otro alimento base de los mexicanos, la tortilla, también es controlado por el crimen organizado en algunos estados de la República. El diario El País informa que en el estado de Guerrero el crimen organizado obliga a los comerciantes a subir y bajar el precio de este alimento según lo consideren oportuno; como en otros casos, los grupos delictivos lo consiguen a través de la extorsión y el asesinato de comerciantes. “A mediados de junio [de 2022] el kilo rondaba los 20 pesos, las tortillerías se vieron obligadas a venderlo en 25 y hasta a 27 pesos, ya que tenían que pagar una cuota a los narcotraficantes, conocida como ‘derecho de piso’, para poder seguir abriendo sus cortinas”.
En Guerrero el crimen organizado también ha detenido la distribución de pollos para consumo humano. En junio de 2022, reporta El Universal, este alimento despareció de los mercados del municipio de Chilpancingo luego del asesinato de al menos ocho distribuidores y el ataque armado a una granja.
Asimismo, en la investigación “La caza furtiva y el tráfico de vida silvestre ligados a China en México”, Vanda Felbab-Brow apunta que toda la cadena de producción de la pesca, tanto legal como ilegal, “está siendo sistemáticamente dominada por grupos del crimen organizado en México, en particular por el cártel de Sinaloa y, en menor medida, por el cártel Jalisco Nueva Generación”.
Las prácticas criminales que ha documentado Felbab-Brow son similares a las que suceden con alimentos como el limón y el aguacate, pues los cárteles exigen una tarifa a los pescadores, a las plantas de procesamiento de mariscos, a transportadores y exportadores para que puedan trabajar. Estos cárteles se presentan en comunidades donde “instruyen a los pobladores a vender el pescado capturado al grupo criminal o correr el riesgo de ser asesinados”. Además dictan “la cantidad de una especie en particular que deben capturar y entregar al cártel, y castigan a las comunidades o a [los] representantes que no entreguen esa cantidad”.
Nota: Gatopardo ha cubierto el aumento de precios por la injerencia del crimen organizado en otras actividades económicas, como las turísticas en Cancún. Te recomendamos: "Extorsiones en el paraíso: derecho de piso en cada rincón del Caribe mexicano"
Fotografía de Luis Cortes/REUTERS. Tomates y limones en un puesto improvisado en un mercado en la Ciudad de México, México, 8 de abril de 2022.
El control que ejercen los grupos del crimen organizado en México no deja de ampliarse. El precio de muchos alimentos —como el limón, el aguacate, el jitomate, la papaya, el mango, el pollo y el pescado— han subido ante la extorsión, las amenazas y los asesinatos, afectando también la economía de distintos estados del país.
Durante agosto de este año el precio del limón en México se ha incrementado significativamente respecto al mes pasado. La principal causa de este aumento son las amenazas y extorsiones del crimen organizado que sufren los productores limoneros en el estado de Michoacán, quienes han denunciado la situación en diversos medios de comunicación y redes sociales.
Según un reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, en el último mes ha subido el precio del limón con semilla dentro de toda su cadena de distribución, ya que ha aumentado tanto el costo para el productor como el precio por mayoreo y el precio final de venta al consumidor. De acuerdo con este informe, ahora se pagan 17 pesos por kilo a los limoneros michoacanos, lo que supone un incremento mensual de 26.4 %. Mientras tanto, en la central de abastos de la Ciudad de México el precio del kilo por medio mayoreo se registra en 29.16 pesos, cuando el mes anterior su precio era de 25.89. El precio final al consumidor, en la Ciudad de México, puede llegar hasta los 40.31 pesos. En algunos estados de la República, informa Milenio, el limón subió de 12 a 20 pesos por kilo.
La principal razón del incremento es el paro de labores que han llevado a cabo los productores de Michoacán, luego de las constantes extorsiones y amenazas que sufren por parte de los grupos del crimen organizado, los cuales exigen el pago de cuotas para que sembradores y empacadoras puedan trabajar. Desde el pasado 14 de agosto, limoneros michoacanos hicieron público en distintos medios de comunicación y en redes sociales que estaban siendo extorsionados por un grupo criminal de su estado y que el gobierno estatal no era capaz de garantizar su seguridad.
Tan solo en los primeros siete meses de este 2023, en Michoacán se han registrado 128 denuncias por extorsión, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Las víctimas de estas extorsiones son “al menos trescientas empacadoras de limón de Apatzingán, Tepalcatepec, Buenavista, Parácuaro y Múgica, Michoacán”, informa el diario Reforma.
El pasado viernes 25 de agosto se difundió en redes sociales un video de un camión limonero calcinado; una semana antes también circuló en internet el video de una camioneta de cortadores de limón en llamas, en la misma zona de Michoacán. Al momento de publicar esta nota, no se ha registrado ninguna víctima mortal o que haya resultado herida en estos ataques.
Ante la situación constante de acoso y violencia de los grupos del crimen organizado contra los productores de limón michoacanos, el 21 de agosto el gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, se limitó a declarar en una rueda de prensa:
“Los productores de limón no han presentado denuncia por extorsión, entonces los convocamos a que presenten las denuncias. Aunque ya hay una de oficio por el tema, claro que ayudaría mucho si ellos presentan una denuncia anónima para dar mayores elementos, porque si no, pues estarían encubriendo [a los criminales]”.
Lamentablemente, denunciar no parece una opción viable por el peligro que representa para las víctimas. Dentro del propio gremio de los limoneros existe un precedente terrible, ya que hace más de diez años, también en Apatzingán, un grupo de cortadores de limón fue emboscado después de acudir a un acto cívico para denunciar el bloqueo de carreteras que realizaban los grupos criminales de la zona. Así lo narra un informe especial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre los grupos de autodefensa en Michoacán:
“La población, mayoritariamente constituida por cortadores de limón, gente que trabajaba en el campo, mujeres y niños, realizó el 10 de abril de 2013 una marcha a la glorieta de Cuatro Caminos, en el municipio de Múgica, para exigir al gobernador, quien se encontraba en esa ciudad, que se eliminaran los bloqueos a sus comunidades, [pues] les impedían trabajar. Señalaron que al ir marchando de regreso de la ciudad de Apatzingán completamente desarmados, integrantes de los ‘Caballeros Templarios’ les dispararon con armas de fuego. Fallecieron aproximadamente 32 personas y varias resultaron lesionadas. Este evento es conocido por los habitantes de La Ruana como ‘la matanza de los limoneros’”.
No solo es el limón
Desde hace varios años en México se conocen casos de productores de alimentos que sufren extorsiones, robos y cobros ilegales por parte del crimen organizado. En 2021 Gatopardo publicó “La fiebre del aguacate. El fruto de la discordia en Michoacán”, un reportaje en que el periodista Heriberto Paredes escribe que uno de los negocios más redituables de los grupos criminales en Michoacán es “la extorsión de diferentes sectores de la población, desde los vendedores de discos pirata en los mercados locales hasta los productores de aguacate y limón, a quienes cobraron cuotas millonarias”.
Como sucede con limoneros y aguacateros, actualmente en Michoacán diferentes grupos criminales controlan las cadenas de producción del jitomate, la papaya y el mango, “tienen que pagar ‘impuesto’ por todo: para que les dejen sembrar, regar, cortar y distribuir”, informa El Sol de Morelia.
A principios de 2023, el presidente del consejo directivo de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), José Antonio Abugaber Andonie, denunció ante el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, “el tema de los alimentos, los han estado presionando bastante, porque la delincuencia organizada los está empezando a controlar”.
Si bien las extorsiones a los empresarios agricultores del limón y el aguacate han sido los casos más notorios, hay ataques menos difundidos en los medios de comunicación, en los que las víctimas son los trabajadores que cortan y empacan los frutos. “Nos enterábamos de que a algunos grandes productores los habían secuestrado o nomás los habían matado porque no querían entregar la cuota. Ya no nos sentíamos seguras, nos encerrábamos y perdimos trabajos porque estaba el peligro de que nos desaparecieran”, testimonia una trabajadora en el reportaje de Heriberto Paredes.
El precio de otro alimento base de los mexicanos, la tortilla, también es controlado por el crimen organizado en algunos estados de la República. El diario El País informa que en el estado de Guerrero el crimen organizado obliga a los comerciantes a subir y bajar el precio de este alimento según lo consideren oportuno; como en otros casos, los grupos delictivos lo consiguen a través de la extorsión y el asesinato de comerciantes. “A mediados de junio [de 2022] el kilo rondaba los 20 pesos, las tortillerías se vieron obligadas a venderlo en 25 y hasta a 27 pesos, ya que tenían que pagar una cuota a los narcotraficantes, conocida como ‘derecho de piso’, para poder seguir abriendo sus cortinas”.
En Guerrero el crimen organizado también ha detenido la distribución de pollos para consumo humano. En junio de 2022, reporta El Universal, este alimento despareció de los mercados del municipio de Chilpancingo luego del asesinato de al menos ocho distribuidores y el ataque armado a una granja.
Asimismo, en la investigación “La caza furtiva y el tráfico de vida silvestre ligados a China en México”, Vanda Felbab-Brow apunta que toda la cadena de producción de la pesca, tanto legal como ilegal, “está siendo sistemáticamente dominada por grupos del crimen organizado en México, en particular por el cártel de Sinaloa y, en menor medida, por el cártel Jalisco Nueva Generación”.
Las prácticas criminales que ha documentado Felbab-Brow son similares a las que suceden con alimentos como el limón y el aguacate, pues los cárteles exigen una tarifa a los pescadores, a las plantas de procesamiento de mariscos, a transportadores y exportadores para que puedan trabajar. Estos cárteles se presentan en comunidades donde “instruyen a los pobladores a vender el pescado capturado al grupo criminal o correr el riesgo de ser asesinados”. Además dictan “la cantidad de una especie en particular que deben capturar y entregar al cártel, y castigan a las comunidades o a [los] representantes que no entreguen esa cantidad”.
Nota: Gatopardo ha cubierto el aumento de precios por la injerencia del crimen organizado en otras actividades económicas, como las turísticas en Cancún. Te recomendamos: "Extorsiones en el paraíso: derecho de piso en cada rincón del Caribe mexicano"
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