Tras el paso de la influenza H1N1 en 2009, el país adquirió una experiencia que será útil ante el coronavirus. Sin embargo, cuenta con una infraestructura limitada, por lo que es importante evitar que el sistema de salud llegue a saturarse.
El miércoles 11 de marzo el coronavirus COVID-19 fue declarado oficialmente una pandemia. El nuevo estatus se dio a conocer pocos días después de cumplirse dos meses desde que se anunciaron los primeros casos en la ciudad de Wuhan en China. El Dr. Tedros Adhanom, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó que durante las dos semanas previas, el virus se había extendido a 114 países y que hasta ese momento 118 mil personas habían dado positivo.Al tratarse del epicentro de la pandemia, China concentró más del 80% de los diagnósticos positivos a COVID-19 en los días posteriores al 7 de enero. Las autoridades no tardaron en tomar medidas urgentes para contener el virus, entre ellas, cerrar entradas y salidas de la ciudad. Algunos eventos masivos como la celebración de Año Lunar se cancelaron, así como los accesos a los principales templos y algunas zonas de la Gran Muralla fueron bloqueadas. El Gobierno chino construyó un hospital temporal en menos de cinco días para atender a pacientes contagiados por el coronavirus. Sin embargo, 3 mil 2512 personas murieron, mientras que 71 mil 857 se recuperaron.Para cuando el Dr. Tedros anunció la pandemia, además de China, Corea del Sur, Irán e Italia concentraban más del 90% de los casos. Por fortuna, para ese momento, China pasó de registrar cientos de casos diarios a solo 8 por día. El resto de los países, en cambio, comenzaban a atravesar los peores momentos de la crisis, especialmente Italia, que a la fecha registra el mayor número de muertos por el virus.
La situación en algunos países como España y Estados Unidos comenzó a agravar y los gobiernos implementaron distintos tipos de restricciones como cuarentenas, aislamiento, el cierre de rutas aéreas y la inyección económica para hacer frente a la crisis sanitaria.Eventualmente llegó a América Latina, principalmente a través de personas que habían viajado a Europa y Asia.En la región, gobiernos como el de Ecuador, Colombia y El Salvador han optado por medidas severas como el cierre de fronteras y la negativa a recibir vuelos de determinadas naciones. Por su parte, México ha sido severamente criticado, pues mientras en otros países han cancelado eventos masivos, decretado el cierre de escuelas y negocios, el gobierno de López Obrador se ha mantenido renuente a aplicar las medidas más drásticas.
México ante el COVID-19
Guadalupe Soto, Doctora en ciencias y especialista en epidemiología, explicó a Gatopardo que las medidas que se están adoptando tanto en países europeos como en Estados Unidos con el decreto de estado de emergencia.Hasta este 24 de marzo, México está en la Fase 2, pues el contagio comunitario ya comenzó y el gobierno ha pedido a los ciudadanos quedarse en casa el mayor tiempo posible.De acuerdo con la Secretaría de Salud, en México se han confirmado 1094 casos positivos a COVID-19 y 28 muertes por el virus. De acuerdo a la forma en que el virus se ha desarrollado en el resto del mundo, es inminente que México suba a Fase 3 y para ese momento tanto autoridades como población deben estar bien organizados e informados. Hasta el momento, las autoridades de Salud a nivel federal y estatal, han brindando reportes diarios al respecto.“Las decisiones que se han tomado hasta ahora, parten de la experiencia que México tuvo con la influenza H1N1 en 2009. El episodio nos dejó muchas enseñanzas, entre ellas, este tipo de distanciamiento social”, dijo la epidemióloga.[caption id="attachment_247221" align="aligncenter" width="700"]
Cuartoscuro.[/caption]La Dra. Soto enfatizó la importancia de que la población mexicana no entre en pánico sino que atienda las medidas y que en caso de presentar síntomas, no se automedique, sino que busque atención profesional. “Las personas necesitan identificar si se sienten mal realmente, pues si se trata de algo leve, lo mejor es quedarse unos días y recuperarse”, pues es verdad que podría ser solo un resfriado.Cuando llegó a México el virus H1N1 en 2009 mucha gente acudió a los Centros de Salud y al ser analizados se comprobó que más de la mitad no estaban infectados, pero la sobrepoblación en los hospitales hizo muchas personas que sí estaban enfermas no pudieran ser atendidas.La Dra. Soto considera que México tiene una buena capacidad de respuesta a estas situaciones, pero cuenta con una infraestructura limitada, que en caso de saturarse con casos negativos, podría ocasionar que mucha gente contagiada no pueda ser atendido de manera adecuada.“Si se empieza a diseminar a gente que tiene alguna enfermedad respiratoria o con alguna complicación del sistema inmune, pues empezará a haber muchas personas en peligro de fallecer”, aseguró."A mí lo que me preocupa es la infraestructura, hay que tomar medidas antes de que se sature el sistema de salud. Lo que yo vi en 2009 es que nosotros sabíamos qué hacer, pero no hubo comunicación suficiente para toda la población, o quizás no fue lo suficientemente clara, así que llegamos a la saturación de servicios y al desabasto".[caption id="attachment_247222" align="aligncenter" width="700"]
Cuartoscuro.[/caption]"Algo que fue muy útil en 2009 fue atender a nivel local los brotes. Eso quiere decir, que no es óptimo aplicar una medida generalizada a todas las escuelas, o a todos los centros de trabajo, sino que si hay un brote en una alcaldía o municipio, implementar acciones en ese lugar específicamente", explicó la epidemióloga.