Una mirada al pasado de Bernard Sumner

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Llega a Latinoamérica "New Order, Joy Division y yo", autobiografía con la que Bernard Sumner exorciza sus demonios personales.

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A finales de los años setenta, el guitarrista y tecladista Bernard Sumner formaba parte de Joy Division, una de las bandas post-punk más influyentes del mundo. En 1979, el resto de la agrupación la integraban el atormentado vocalista Ian Curtis, el bajista Peter Hook y el baterista Stephen Morris. Acababan de publicar su álbum debut Unknown Pleasures, que se convertiría en punto de referencia para la escena indie de Manchester. Eran los hijos consentidos del momento, hasta que en mayo de 1980, tras grabar su segundo disco y a punto de embarcarse en una gira por Estados Unidos, Curtis se quitó la vida y acabó con Joy Division. Sumner, impresionado, tardó semanas en recuperarse. La muerte de Curtis y lo que significó para la banda es uno de los pasajes más reveladores de New Order, Joy Division y yo, autobiografía del músico inglés que Sexto Piso publica en español. Envueltos en un optimismo que contrastaba con la sombría crisis industrial que invadió al Reino Unido en 1980, Joy Division se preparaba para una década exitosa. Habían entrado al estudio de Pink Floyd en Islington donde grabaron su álbum Closer (1980); una producción que estuvo llena de emociones encontradas: experimentaban con su música y se nutrían del trabajo en equipo, mientras que las tensiones personales entre el grupo y los conflictos internos de Curtis habían afectado la estabilidad de todos. La relación extramarital de Curtis, su incontrolable epilepsia y su estado depresivo habían acabado con él. Sumner recuerda ese 1980 como una transición a otros tiempos: de una adultez que le llegó como balde de agua helada. A la etapa posterior a la muerte de Curtis, la banda decidió seguir adelante, y así nacería New Order. A lo largo de este libro, Sumner recuerda su interés por los sintetizadores y la música electrónica. Acredita parte del éxito artístico de la banda a su propio camino en la creación de lo electrónico. Su voz se vuelve la de un auténtico protagonista de la evolución de la música en el siglo pasado. New Order, Joy Division y yo no se publicó exento de polémica. Hook, coprotagonista en gran parte de este libro, la encontró engañosa e incluso llegó a expresar que “las librerías no sabrán si etiquetarla como fantasía o tragedia”. La controversia nace de un desacuerdo comercial y artístico entre ambos músicos: en 2007, Hook anunció el final de New Order sin avisarle a sus compañeros de banda; en 2011, el resto se reunió y decidió continuar sin Hook. Para 2013, éste publicó Unknown Pleasures: Inside Joy Division, su propia versión de la historia musical y personal del grupo. “De Alfred Street a Carnegie Hall: había sido todo un viaje. ¿Cómo diablos había llegado hasta ahí?”, se pregunta Sumner. Desde su infancia en Manchester hasta su momento de gloria en 2014, cantando “Love Will Tear Us Apart” al lado de uno de sus ídolos musicales —Iggy Pop—, esta autobiografía se lee como un esfuerzo del propio Sumner para comprender su vida, su evolución artística y hacer las paces consigo mismo.

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A finales de los años setenta, el guitarrista y tecladista Bernard Sumner formaba parte de Joy Division, una de las bandas post-punk más influyentes del mundo. En 1979, el resto de la agrupación la integraban el atormentado vocalista Ian Curtis, el bajista Peter Hook y el baterista Stephen Morris. Acababan de publicar su álbum debut Unknown Pleasures, que se convertiría en punto de referencia para la escena indie de Manchester. Eran los hijos consentidos del momento, hasta que en mayo de 1980, tras grabar su segundo disco y a punto de embarcarse en una gira por Estados Unidos, Curtis se quitó la vida y acabó con Joy Division. Sumner, impresionado, tardó semanas en recuperarse. La muerte de Curtis y lo que significó para la banda es uno de los pasajes más reveladores de New Order, Joy Division y yo, autobiografía del músico inglés que Sexto Piso publica en español. Envueltos en un optimismo que contrastaba con la sombría crisis industrial que invadió al Reino Unido en 1980, Joy Division se preparaba para una década exitosa. Habían entrado al estudio de Pink Floyd en Islington donde grabaron su álbum Closer (1980); una producción que estuvo llena de emociones encontradas: experimentaban con su música y se nutrían del trabajo en equipo, mientras que las tensiones personales entre el grupo y los conflictos internos de Curtis habían afectado la estabilidad de todos. La relación extramarital de Curtis, su incontrolable epilepsia y su estado depresivo habían acabado con él. Sumner recuerda ese 1980 como una transición a otros tiempos: de una adultez que le llegó como balde de agua helada. A la etapa posterior a la muerte de Curtis, la banda decidió seguir adelante, y así nacería New Order. A lo largo de este libro, Sumner recuerda su interés por los sintetizadores y la música electrónica. Acredita parte del éxito artístico de la banda a su propio camino en la creación de lo electrónico. Su voz se vuelve la de un auténtico protagonista de la evolución de la música en el siglo pasado. New Order, Joy Division y yo no se publicó exento de polémica. Hook, coprotagonista en gran parte de este libro, la encontró engañosa e incluso llegó a expresar que “las librerías no sabrán si etiquetarla como fantasía o tragedia”. La controversia nace de un desacuerdo comercial y artístico entre ambos músicos: en 2007, Hook anunció el final de New Order sin avisarle a sus compañeros de banda; en 2011, el resto se reunió y decidió continuar sin Hook. Para 2013, éste publicó Unknown Pleasures: Inside Joy Division, su propia versión de la historia musical y personal del grupo. “De Alfred Street a Carnegie Hall: había sido todo un viaje. ¿Cómo diablos había llegado hasta ahí?”, se pregunta Sumner. Desde su infancia en Manchester hasta su momento de gloria en 2014, cantando “Love Will Tear Us Apart” al lado de uno de sus ídolos musicales —Iggy Pop—, esta autobiografía se lee como un esfuerzo del propio Sumner para comprender su vida, su evolución artística y hacer las paces consigo mismo.

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Llega a Latinoamérica "New Order, Joy Division y yo", autobiografía con la que Bernard Sumner exorciza sus demonios personales.

A finales de los años setenta, el guitarrista y tecladista Bernard Sumner formaba parte de Joy Division, una de las bandas post-punk más influyentes del mundo. En 1979, el resto de la agrupación la integraban el atormentado vocalista Ian Curtis, el bajista Peter Hook y el baterista Stephen Morris. Acababan de publicar su álbum debut Unknown Pleasures, que se convertiría en punto de referencia para la escena indie de Manchester. Eran los hijos consentidos del momento, hasta que en mayo de 1980, tras grabar su segundo disco y a punto de embarcarse en una gira por Estados Unidos, Curtis se quitó la vida y acabó con Joy Division. Sumner, impresionado, tardó semanas en recuperarse. La muerte de Curtis y lo que significó para la banda es uno de los pasajes más reveladores de New Order, Joy Division y yo, autobiografía del músico inglés que Sexto Piso publica en español. Envueltos en un optimismo que contrastaba con la sombría crisis industrial que invadió al Reino Unido en 1980, Joy Division se preparaba para una década exitosa. Habían entrado al estudio de Pink Floyd en Islington donde grabaron su álbum Closer (1980); una producción que estuvo llena de emociones encontradas: experimentaban con su música y se nutrían del trabajo en equipo, mientras que las tensiones personales entre el grupo y los conflictos internos de Curtis habían afectado la estabilidad de todos. La relación extramarital de Curtis, su incontrolable epilepsia y su estado depresivo habían acabado con él. Sumner recuerda ese 1980 como una transición a otros tiempos: de una adultez que le llegó como balde de agua helada. A la etapa posterior a la muerte de Curtis, la banda decidió seguir adelante, y así nacería New Order. A lo largo de este libro, Sumner recuerda su interés por los sintetizadores y la música electrónica. Acredita parte del éxito artístico de la banda a su propio camino en la creación de lo electrónico. Su voz se vuelve la de un auténtico protagonista de la evolución de la música en el siglo pasado. New Order, Joy Division y yo no se publicó exento de polémica. Hook, coprotagonista en gran parte de este libro, la encontró engañosa e incluso llegó a expresar que “las librerías no sabrán si etiquetarla como fantasía o tragedia”. La controversia nace de un desacuerdo comercial y artístico entre ambos músicos: en 2007, Hook anunció el final de New Order sin avisarle a sus compañeros de banda; en 2011, el resto se reunió y decidió continuar sin Hook. Para 2013, éste publicó Unknown Pleasures: Inside Joy Division, su propia versión de la historia musical y personal del grupo. “De Alfred Street a Carnegie Hall: había sido todo un viaje. ¿Cómo diablos había llegado hasta ahí?”, se pregunta Sumner. Desde su infancia en Manchester hasta su momento de gloria en 2014, cantando “Love Will Tear Us Apart” al lado de uno de sus ídolos musicales —Iggy Pop—, esta autobiografía se lee como un esfuerzo del propio Sumner para comprender su vida, su evolución artística y hacer las paces consigo mismo.

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Una mirada al pasado de Bernard Sumner

Una mirada al pasado de Bernard Sumner

30
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16
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Llega a Latinoamérica "New Order, Joy Division y yo", autobiografía con la que Bernard Sumner exorciza sus demonios personales.

A finales de los años setenta, el guitarrista y tecladista Bernard Sumner formaba parte de Joy Division, una de las bandas post-punk más influyentes del mundo. En 1979, el resto de la agrupación la integraban el atormentado vocalista Ian Curtis, el bajista Peter Hook y el baterista Stephen Morris. Acababan de publicar su álbum debut Unknown Pleasures, que se convertiría en punto de referencia para la escena indie de Manchester. Eran los hijos consentidos del momento, hasta que en mayo de 1980, tras grabar su segundo disco y a punto de embarcarse en una gira por Estados Unidos, Curtis se quitó la vida y acabó con Joy Division. Sumner, impresionado, tardó semanas en recuperarse. La muerte de Curtis y lo que significó para la banda es uno de los pasajes más reveladores de New Order, Joy Division y yo, autobiografía del músico inglés que Sexto Piso publica en español. Envueltos en un optimismo que contrastaba con la sombría crisis industrial que invadió al Reino Unido en 1980, Joy Division se preparaba para una década exitosa. Habían entrado al estudio de Pink Floyd en Islington donde grabaron su álbum Closer (1980); una producción que estuvo llena de emociones encontradas: experimentaban con su música y se nutrían del trabajo en equipo, mientras que las tensiones personales entre el grupo y los conflictos internos de Curtis habían afectado la estabilidad de todos. La relación extramarital de Curtis, su incontrolable epilepsia y su estado depresivo habían acabado con él. Sumner recuerda ese 1980 como una transición a otros tiempos: de una adultez que le llegó como balde de agua helada. A la etapa posterior a la muerte de Curtis, la banda decidió seguir adelante, y así nacería New Order. A lo largo de este libro, Sumner recuerda su interés por los sintetizadores y la música electrónica. Acredita parte del éxito artístico de la banda a su propio camino en la creación de lo electrónico. Su voz se vuelve la de un auténtico protagonista de la evolución de la música en el siglo pasado. New Order, Joy Division y yo no se publicó exento de polémica. Hook, coprotagonista en gran parte de este libro, la encontró engañosa e incluso llegó a expresar que “las librerías no sabrán si etiquetarla como fantasía o tragedia”. La controversia nace de un desacuerdo comercial y artístico entre ambos músicos: en 2007, Hook anunció el final de New Order sin avisarle a sus compañeros de banda; en 2011, el resto se reunió y decidió continuar sin Hook. Para 2013, éste publicó Unknown Pleasures: Inside Joy Division, su propia versión de la historia musical y personal del grupo. “De Alfred Street a Carnegie Hall: había sido todo un viaje. ¿Cómo diablos había llegado hasta ahí?”, se pregunta Sumner. Desde su infancia en Manchester hasta su momento de gloria en 2014, cantando “Love Will Tear Us Apart” al lado de uno de sus ídolos musicales —Iggy Pop—, esta autobiografía se lee como un esfuerzo del propio Sumner para comprender su vida, su evolución artística y hacer las paces consigo mismo.

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A finales de los años setenta, el guitarrista y tecladista Bernard Sumner formaba parte de Joy Division, una de las bandas post-punk más influyentes del mundo. En 1979, el resto de la agrupación la integraban el atormentado vocalista Ian Curtis, el bajista Peter Hook y el baterista Stephen Morris. Acababan de publicar su álbum debut Unknown Pleasures, que se convertiría en punto de referencia para la escena indie de Manchester. Eran los hijos consentidos del momento, hasta que en mayo de 1980, tras grabar su segundo disco y a punto de embarcarse en una gira por Estados Unidos, Curtis se quitó la vida y acabó con Joy Division. Sumner, impresionado, tardó semanas en recuperarse. La muerte de Curtis y lo que significó para la banda es uno de los pasajes más reveladores de New Order, Joy Division y yo, autobiografía del músico inglés que Sexto Piso publica en español. Envueltos en un optimismo que contrastaba con la sombría crisis industrial que invadió al Reino Unido en 1980, Joy Division se preparaba para una década exitosa. Habían entrado al estudio de Pink Floyd en Islington donde grabaron su álbum Closer (1980); una producción que estuvo llena de emociones encontradas: experimentaban con su música y se nutrían del trabajo en equipo, mientras que las tensiones personales entre el grupo y los conflictos internos de Curtis habían afectado la estabilidad de todos. La relación extramarital de Curtis, su incontrolable epilepsia y su estado depresivo habían acabado con él. Sumner recuerda ese 1980 como una transición a otros tiempos: de una adultez que le llegó como balde de agua helada. A la etapa posterior a la muerte de Curtis, la banda decidió seguir adelante, y así nacería New Order. A lo largo de este libro, Sumner recuerda su interés por los sintetizadores y la música electrónica. Acredita parte del éxito artístico de la banda a su propio camino en la creación de lo electrónico. Su voz se vuelve la de un auténtico protagonista de la evolución de la música en el siglo pasado. New Order, Joy Division y yo no se publicó exento de polémica. Hook, coprotagonista en gran parte de este libro, la encontró engañosa e incluso llegó a expresar que “las librerías no sabrán si etiquetarla como fantasía o tragedia”. La controversia nace de un desacuerdo comercial y artístico entre ambos músicos: en 2007, Hook anunció el final de New Order sin avisarle a sus compañeros de banda; en 2011, el resto se reunió y decidió continuar sin Hook. Para 2013, éste publicó Unknown Pleasures: Inside Joy Division, su propia versión de la historia musical y personal del grupo. “De Alfred Street a Carnegie Hall: había sido todo un viaje. ¿Cómo diablos había llegado hasta ahí?”, se pregunta Sumner. Desde su infancia en Manchester hasta su momento de gloria en 2014, cantando “Love Will Tear Us Apart” al lado de uno de sus ídolos musicales —Iggy Pop—, esta autobiografía se lee como un esfuerzo del propio Sumner para comprender su vida, su evolución artística y hacer las paces consigo mismo.

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