A tres años de su última muerte, David Bowie está de regreso.
La inconfundible voz de David Bowie rompió con la extraña tranquilidad que había en el departamento de adquisiciones de una empresa de subastas londinense dedicada a la música. El dueño del cassette TDK con aquella voz, dijo haberlo encontrado mientras ayudaba a uno de sus amigos a limpiar su departamento. La pequeña caja transparente que guardaba la cinta sólo tenía escritos los nombres de los tres temas que contenía y el de la persona que los interpretaba: Davie Jones, uno de los primeros nombres que tomó Bowie para abrirse paso en la industria musical inglesa.
La pieza era irresistible para cualquier fanático de la música. En el cassette, grabado a mediados de la década de los sesenta, Bowie interpretaba las canciones con la energía que siempre caracterizó su trabajo. En aquellos ocho minutos, comenzó a construir la carrera que ejercería hasta su muerte, el 10 de enero de 2016.
Sin embargo, el Bowie que se escucha en el cassette, que será puesto a subasta a finales de este mes en Londres, no es el mismo que logró el éxito con canciones como «Space Oddity», «Fashion» o «Heroes». De hecho, el Davie Jones (una ligera variación del verdadero nombre de Bowie, David Robert Jones) que aparece en la cinta TDK es sólo una de las múltiples personalidades que Bowie vivió y enterró a lo largo de su extraordinaria vida.
El músico y compositor, nacido el 8 de enero de 1947 era consiente de que había que dejarlo todo en el escenario. Sin embargo, para poder aparecer ante un público lo primero que tuvo que hacer fue dejarse atrás a sí mismo. Jones, fue un amante de la música desde que su padre, el publicista Haywood Jones llevó a casa una colección con discos de The Platters, Little Richard, Fats Domino y Elvis Presley. Durante su adolescencia, Bowie desarrolló interés por otras corrientes del arte, como la pintura, el diseño y la composición tipográfica, pero la música siempre presente en su vida.
A los quince años entró de lleno al mundo de la música, formando parte de la banda de rock and roll Kon-rads, al mismo tiempo que vivió un altercado en la escuela que daría origen a una de sus características más representativas: la pupila dilatada en el ojo izquierdo que hizo pensar a muchos que Bowie tenía heterocromia, una anomalía ocular que hace que parezca que el iris de un ojo es diferente del otro. Bowie dejó la escuela y la banda en 1963 y buscó debutar en la música, asesorado por el manager junior Leslie Conn, sin embargo el éxito de sus primeras grabaciones no fue el esperado.
Ante las posibles confusiones con el nombre de Davy Jones, vocalista de la banda de rock The Monkees, decidió cambiar su nombre. David Jones, la figura con la que hizo sus primeras grabaciones, quedaría atrás para dar paso a David Bowie.
En 1967 publicó su primer álbum, titulado así, David Bowie, con temas como «Love You Till Tuesday» y «Uncle Arthur». Aunque el disco no fue un éxito inusitado, la pieza sentó las bases de lo que sería su carrera. Poco después, el músico tomó clases de expresión con el mimo y bailarín Lindsay Kemp, de quien aprendería a controlar el escenario y perder el miedo a convertirse en alguien más. Al finalizar sus clases, Bowie comenzó a perfeccionar un personaje que lo llevaría a las estrellas, en más de un sentido.
En 1969, Bowie escribió lo que sería su primer gran éxito: Space Oddity, una composición sobre un astronauta que quedaba suspendido en el espacio. La pieza, estrenada cinco días antes del lanzamiento del Apolo 11, se posicionó en los primeros lugares de popularidad en el Reino Unido y fue retomada por la BBC para su cobertura de la llegada del hombre a la Luna. A finales de ese año, Bowie estrenó su segundo álbum Man of Words/Man of Music (hoy conocido como Space Oddity). El éxito estaba asegurado.
Poco después, Bowie conoció al productor Tony Visconti, con quien establecería una fuerte relación de trabajo y amistad. Influenciado por el glam-rock, Bowie presentó su tercer álbum The Man Who Sold the World, recibido con beneplácito por la crítica especializada en 1970. Su cuarto álbum de estudio, Hunky Dory, magnificó la figura de Bowie gracias a temas como «Life on Mars?» y «Changes», pero también enterró la figura, elegante y andrógina con la que el británico se había presentado originalmente para ser sustituida por un extravagante personaje llamado Ziggy Stardust.
En 1972, Bowie presentó el álbum The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, donde daba muestra su talento escénico, al mismo tiempo que se mostraba como un músico en forma, mezclando ritmos del hard rock y el rock pop con elementos propios del glam. Uno de los temas del disco, «Starman» se convertiría en uno de sus más icónicos.
Le siguieron los álbumes Aladdin Zane, donde incluso colaboraron Mick Jagger y Keith Richards de The Rolling Stones; y Pin Ups, un disco de covers a bandas como Pink Floyd, The Who y The Kinks, en 1973; Diamond Dogs, un disco temático inspirado en la obra de George Orwell en el que adoptaba otro alter ego: Halloween Jack en 1974. Luego vinieron Young Americans, una cuidada entrada al pop con toques de R&B y jazz, en 1975; Station to Station, álbum donde dio vida a su último alter ego, The Thin White Duke; y Low, la primera de tres colaboraciones con el productor Brian Eno.
En 1977, Bowie presentó la más brillante de sus piezas compuestas durante su «periodo berlinés», como llamó a la época en la que él, sus amigos Iggy Pop, Brian Eno y Tony Visconti se trasladaron a Berlín para trabajar y propiciar un periodo de desintoxicación para el cantante. El resultado fue»Heroes». Lodger, presentado en 1979, cerró la «Trilogía de Berlín» de Bowie y marcó su última colaboración con Eno. Además, significó el regreso de un Bowie maduro, sin personajes ni alter-egos.
Durante la época de los ochenta siguió trabajando y jugando con los nuevos ritmos. Presentó Scary Monsters (and Super Creeps), intromisión en el art rock y new wave que incluyó la canción «Ashes to Ashes», en 1980; Let’s Dance, un potente álbum dance en el que se puso bajo las órdenes de Nile Rodgers, líder de la mítica banda disco Chic, en 1983; Tonight, un brillante disco pop con colaboraciones de Tina Turner y Iggy Pop en 1984; y Never Let Me Down, uno de sus mayores éxitos de ventas en 1987.
La década de los noventa significó un periodo de transición para Bowie, quien en los años anteriores había debutado en la actuación y formado una familia con su nueva esposa, la modelo Iman y Duncan, primogénito del cantante que después se convertiría en un destacable director de cine. Tras seis discos —Black Tie White Noise, de 1993; Outside, de 1995; Earthling, de 1997; ‘Hours…’, de 1999; Heathen, de 2002 y Reality, de 2003—, Bowie anunció su retiro inmediato de los escenarios y los estudios.
Sin embargo, su promesa quedó inconclusa en 2013 cuando estrenó sorpresivamente (el día de su cumpleaños) la canción «Where Are We Now?», primer tema de su disco The Next Day. Los rumores comenzaron a surgir. Bowie estaba de regreso y haría una gira mundial, se presentaría en Coachella o aparecería de sorpresa en un concierto de Arcade Fire. Sólo fueron rumores. Bowie dedicó los siguientes años a preparar su último gran acto, su última muerte.
A finales de 2015, Bowie anunció el estreno de su álbum Blackstar, producido por Bowie y Visconti en Nueva York. La fecha del lanzamiento coincidiría con su cumpleaños 69: 8 de enero de 2016. El álbum ofrecía una melancólica despedida que, a través del sencillo «Lazarus», parecía dar pistas de lo que el futuro esperaba.
Dos días después, el 10 de enero de 2016, David Bowie falleció en su casa, víctima de un cáncer que dinamitó sus últimas días de vida y trabajo. La voz de Bowie se apagaba, pero había dejado todo un legado musical y escénico que hoy, con la presentación de temas inéditos contenidos en un cassette perdido, sigue creciendo, para fortuna de todos.
Fotografía de portada Mick Rock 1972, 2017
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