Brasil se prepara para recibir a más de 10 mil atletas y alrededor de 500 mil turistas –además de la prensa que se encargará de cubrir los Juegos– entre el 5 y el 21 de agosto, fecha en que se celebrarán los XXXI Juegos Olímpicos de Verano. Mucho se ha escrito acerca de los obstáculos rumbo a la celebración de los JJOO. Entre las medidas de seguridad por miedo a ataques terroristas, la crisis política y social del país y la crisis de seguridad interna de este país, el panorama no ha sido el más optimista.

Aquí compartimos cinco historias que ayudan a comprender el panorama social, económico y político del país que previo a los Juegos Olímpicos tiene insatisfecha a su sociedad.

Juana de Arco en Brasil
¿Cómo comenzó la historia de la primera mujer presidenta de Brasil? De padre búlgaro y madre brasileña, Dilma Rousseff, desde temprana edad, estuvo inmersa en el movimiento de resistencia que la llevó a participar en diversas organizaciones que hacían frente a la dictadura militar.
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Dilma y el arte de sobrevivir
Durante el primer año de su reelección, el gobierno de la Dama de Hierro sufrió una tropezón, al ser la presidenta el centro de una crisis política y social que exigía la revocación de su cargo. Sin embargo Dilma afrontó las acusaciones la relacionaban con actos de corrupción y evasión fiscal llegando a un juicio y la suspensión del cargo, mismo que quedó en manos de Michel Temer.
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Barrios en paz
Más del 20% de la población de Brasil vive en asentamientos precarios llamados favelas. Estas zonas han estado lideradas por el narcotráfico durante años, y se han convertido en lugares inaccesibles para el gobierno. Fue por eso que desde 2008, la Secretaria de Seguridad Pública comenzó el proceso de “pacificación” una iniciativa que supone regresar la estabilidad a estos lugares.
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Bienvenidos a la tierra del crack
Brasil es uno de de los países con mayor desigualdad social en Latinoamérica. Las favelas,  asentamientos irregulares comunes en la periferia de las ciudades brasileñas, se han convertido en el paraíso del crack, un forma más potente y dañina de la cocaína. Esta droga se ha convertido en la protagonista del tráfico de narcóticos en el país, situación que las autoridades han preferido ignorar.
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El lujo agónico
Aunque en América Latina las fiestas de quince años tradicionalmente han tenido como motivo marcar el paso de las adolescentes a la adultez, actualmente en Brasil el objetivo se ha redefinido. Se caracterizan por ser ostentosas y grandilocuentes, entre más perfectas son, las niñas consiguen mayor estatus entre sus amigas y con eso un mayor número de miradas de la comunidad. Un lujo quizá excesivo en tiempos de crisis económica y social.
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Cabe mencionar, también, los riesgos sanitarios señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras el brote del virus del Zika en este país. A pesar de que Río de Janeiro es una de las zonas más afectadas por el virus, la OMS señala que la realización de los Juegos Olímpicos no afectará la extensión del contagio y publicó una guía de recomendaciones para periodistas, atletas y turistas que asistan a la justa olímpica. Para más información sobre este tema, da clic aquí.

Transmisión en México
Por primera vez en la historia, los Juegos Olímpicos no serán transmitidos en México por las dos principales cadenas de televisión abierta. Tras la adquisición de los derechos de transmisión por América Móvil, empresa de telecomunicaciones líder en América Latina, los Juegos Olímpicos podrán ser vistos por el público mexicano como nunca antes. Las actividades deportivas serán transmitidas en canales públicos, canales de televisión satelital, plataformas web privadas e incluso una app para smartphones y tabletas.

Destaca la cobertura que de estos Juegos Olímpicos realizará el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, que ha trabajado en la producción del programa Carioca, que se transmitirá durante los 17 días de las Olimpiadas, del 5 al 21 de agosto, en el canal “Una voz para todos” (30.1 de televisión abierta), conducido por Ilana Sod. Para conocer más sobre este proyecto periodístico, da clic aquí.