Casa Gaviota crea espacios seguros y de solidaridad para las mujeres

#25N: Las gaviotas no vuelan solas

Pese a los esfuerzos internacionales, la violencia contra las mujeres no disminuye. Asociaciones civiles como Casa Gaviota crean espacios seguros y de solidaridad, que ofrecen terapia, asesoría legal, talleres educativos y, sobre todo, una comunidad para las víctimas.

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En el año 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución que designaba el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. A pesar de las múltiples resoluciones y convenciones que han sido ratificadas y celebradas por la ONU en las últimas décadas, la violencia contra mujeres y niñas continúa siendo un problema grave: estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que aproximadamente una de cada tres mujeres (el 35%) en todo el mundo han padecido violencia física o sexual. En México, tan solo el año pasado, fueron asesinadas 3,825 mujeres, es decir, 10.5 mujeres al día (ONU Mujeres, Informe anual de resultados 2019). 

Yadira tiene 28 años y es sobreviviente de violencia por parte de una expareja. También es psicóloga y actualmente trabaja en el área de recursos humanos de una empresa, pero los fines de semana da terapia. Hace un año y medio llegó a Casa Gaviota buscando ayuda. Ante los niveles de violencia contra las mujeres que se experimentan en el país, miles se han encontrado (y se encuentran) en situaciones vulnerables como la de Yadira. 

Casa Gaviota es una de las múltiples organizaciones no gubernamentales que les brindan servicios de apoyo. “Decidimos crear la organización porque mi mamá, Dolores Blancas, vivió violencia hace unos años y porque yo viví violencia en el noviazgo también”, dice Samantha Baez, su cofundadora y actual directora, en entrevista con Gatopardo. Cuando las dos lograron salir de esas situaciones decidieron que querían hacer algo por otras mujeres para que no tuvieran que vivir lo mismo que ellas. Juntas, madre e hija, consolidaron la asociación en 2012. 

“Queríamos crear un espacio seguro para las mujeres, donde ellas pudieran sentirse como en casa”, explica Baez, y relata que a Lolita, su madre, le gusta muchísimo un cuento de Juan Salvador Gaviota, del que recuerda especialmente lo siguiente: “Las gaviotas nunca vuelan solas… Cuando una se adelanta, regresa por las demás”.

Verónica Ramírez y Jassivee Reza, psicólogas, explican que la organización ofrece servicios de acompañamiento emocional, terapia psicológica, apoyo psiquiátrico, asesoría legal, grupos de reflexión y talleres, pero que, por el momento, todos estos servicios solo están disponibles en línea. “Los talleres que ofrecemos son muy importantes porque permiten a las mujeres hacer comunidad”, dice Verónica, “además, tenemos talleres dirigidos a empresas, escuelas y otras instituciones; esta es una gran forma de sensibilizar a las personas para mostrarles que en la violencia de género todos perdemos”. 

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