Los peligros de ser periodista
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto han sido asesinados 45 periodistas
Durante la tarde de ayer, Jarrod W. Ramos, lanzó una granada de humo contra las oficinas de un pequeño periódico local de la capital del estado de Maryland, Annapolis en Estados Unidos; aprovechando la confusión —que se creó tras la explosión— Ramos disparó una escopeta al interior de la redacción de The Capital Gazette matando a 5 personas e hiriendo a otras 3 de gravedad.
Jarrod Ramos —de 38 años— demandó al periódico The Capital Gazette dos veces tras la publicación de un artículo, sobre un caso de acoso sexual en el que participó Ramos y del que fue declarado culpable. Después del tiroteo, el presidente Donald Trump —quien ha llamado a la prensa enemigo del pueblo—no dijo nada ante los cuestionamientos de la prensa. Horas más tarde a traves de Twitter, su plataforma favorita para lanzar comunicados, mando condolencias a las víctimas y a sus familias.
Prior to departing Wisconsin, I was briefed on the shooting at Capital Gazette in Annapolis, Maryland. My thoughts and prayers are with the victims and their families. Thank you to all of the First Responders who are currently on the scene.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 28 de junio de 2018
Este atentado pone en el ojo público, un problema que enfrenta la prensa a nivel mundial en años recientes. En abril pasado, 9 periodistas que cubrían un bombardeo en la zona de Kabul en Afganistán, murieron a consecuencia de un ataque suicida. También, en enero de 2015, un atentado contra periódico satírico Charlie Hebdo, en la ciudad de París, dejó 12 muertos y 11 heridos.
La tarde de ayer la asociación Reporteros Sin Fronteras publicó su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, un listado de países donde enumera, anualmente, la situación en que se encuentra el periodismo en 180 países. México se encuentra—junto con Afganistán y Siria—entre los países más mortíferos para ser periodista.
Gatopardo, entrevistó a Marco Lara Klahr, Premio Nacional de Periodismo 2000 y 2009 en las categorías de Reportaje y Transparencia. Marco es un periodista especializado en Derechos Humanos y Justicia Penal, que ha sufrido de cerca la violencia contra la libertad de expresión —en 1994 fue secuestrado en Michoacán después de escribir un reportaje sobre la Policía Judicial de ese estado—.
Lara —que es Director del Programa de Medios y Justicia del Instituto de Justicia Procesal Penal— dice que la violencia contra los periodistas lamentablemente se ha ido normalizando en la sociedad mexicana desde el inicio de la década del 2000, durante esos años se registró una primera ola de violencia e impunidad que incluyó desapariciones forzadas, tortura y exilios.
El periodista nos explica que la desacreditación masiva de las víctimas por los victimarios, agudiza el problema y qué el periodismo desde dentro sufre de una violencia estructural, pues se trabaja bajo condiciones terriblemente precarias, lo que aumentan la vulnerabilidad de los que lo ejercen. “Tal vez hemos traicionado a nuestras comunidades, sobretodo cuando el periodismo ha estado más cerca del poder y del crimen, una solución es que la gente nos vea como parte suya y como una pieza importante de la democracia.”
Recientemente Marco, conversó con un periodista de Baja California que tuvo que exiliarse después de que intentaron incendiar su casa. Marco remata: “esto es un escenario muy complejo al que no nos podemos acostumbrar”.
Durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, han muerto 39 periodistas y más de mil han denunciado agresiones. Durante este proceso electoral, conocido como el más violento en la historia del país se han reportado 81 agresiones según la red Rompe el Miedo.
En México existen dos mecanismos de protección a periodistas y defensores de derechos humanos. Uno está adscrito a la fiscalía de atención a delitos cometidos contra la libertad de expresión de la Secretaría de Gobernación, y el otro es el Mecanismo de protección a periodistas de la Ciudad de México.
Marco Lara Klahr, narra que denunciar una amenaza o una agresión ante un ministerio público es un trámite bastante engorroso. Por eso Montenegro y otros periodistas acuden a organizaciones como Reporteros sin Fronteras, o Artículo 19 que lanzan alertas y ejercen presión a las autoridades para proteger a los periodistas cuando sufren una amenaza.
Según cifras de Artículo 19 los funcionarios públicos, son responsables del 48% de las agresiones a periodistas lo que hace que muchos periodistas desconfíen de las autoridades al levantar una denuncia —una sensación usual en el país—. Dice José Luis, que desde que recibió el mensaje, las autoridades no han dado con el responsable.
La situación, según el informe de Reporteros Sin Fronteras, confirma a México como el país más peligroso del continente —y el segundo en el mundo— para ejercer el periodismo; Venezuela que vive una crisis social importante ocupa el lugar 143º de 180 países en el listado. Ante un panorama de violencia e impunidad que vive el país, dice Marco Lara, es necesario tener una fiscalía que verdaderamente sirva para proteger y garantizar el derecho a la libertad de expresión.
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