El periódico New York Times ha seguido de cerca las sospechas de espionaje cibernético del gobierno federal a periodistas, activistas y defensores de derechos humanos en México. El 30 de agosto de 2017, este diario publicó en su portada que el empresario y activista mexicano Claudio X. González Guajardo ha sido blanco de acciones de parte del gobierno mexicano para detener su lucha contra la corrupción en este país.

De acuerdo con el New York Times, en mayo de este año el presidente Enrique Peña Nieto se acercó durante una reunión de empresarios a Claudio X. González Laporte, para hacerle un comentario sobre el activismo de su hijo, presidente de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). “La sociedad civil no debe pasar tanto tiempo hablando de corrupción”, dijo Peña Nieto al padre de González Guajardo, indicando que las críticas del empresario al gobierno federal no han pasado desapercibidas.

Según lo publicado por el diario estadounidense, no es la primera vez que el gobierno de Peña Nieto tiene en la mira a González Guajardo. El activista y empresario está entre los afectados por intentos de infección a sus teléfonos celulares con el malware de espionaje Pegasus, además de que las organizaciones en las que está involucrado han sido advertidas de la posibilidad de revocación de su estatus de ONG y se anunciaron nueve auditorías fiscales en un solo día a las mismas organizaciones. González Guajardo también fue auditado.

¿Quién es este empresario y por qué se ha convertido en una piedra en el zapato para el presidente de México?
Claudio X. González Guajardo, de 54 años, es hijo de Claudio X. González Laporte, uno de los empresarios más respetados de México y que fuera presidente de Kimberly-Clark de México por más de cuatro décadas. Tanto padre como hijo han sido históricamente cercanos al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Esta cercanía con las esferas del poder político lo llevó a formar parte del servicio público durante casi una década, trabajando en la Presidencia de la República y en las Secretarías de Agricultura y del Trabajo; incluso formó parte de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio. También es presidente del Despacho de Investigación y Litigio Estratégico A.C., que atiende casos relacionados con corrupción e impunidad.

González Guajardo es co fundador de diversas organizaciones que buscan entre otras cosas combatir la corrupción, mejorar la calidad de la educación en México y crecer el desarrollo tecnológico en el país. Entre las ONG con las que ha estado involucrado se encuentran Fundación Televisa, Aprender Primero, BÉCALOS, la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación (UNETE), Mexicanos Primero –que busca promover la educación pública en México y por la cual ha sido acosado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación–, y la más reciente y cuyo trabajo ha sido más crítico de la gestión de Enrique Peña Nieto: Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.

Diego Luna lee el comunicado de #VamosPorMás, iniciativa a la que se unió Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.

Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad es un grupo de combate a la corrupción a través del periodismo de investigación. Entre sus investigaciones se encuentran varias relacionadas con el caso Odebrecht y su relación de corrupción con funcionarios mexicanos; con el desvío de fondos y enriquecimiento ilícito de funcionarios en Veracruz durante el mandato del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa; corrupción en licitaciones de CAPUFE para mantenimiento de autopistas y carreteras mexicanas; entre otras. Actualmente, esta asociación civil sin fines de lucro apoya la propuesta #FiscalíaQueSirva, para la creación de una fiscalía nacional autónoma y eficaz.

En una declaración escrita para el New York Times, González Guajardo aseguro que las intimidaciones del gobierno mexicano no detendrán sus veinte años de activismo. “Seguiremos denunciando la corrupción y la impunidad cuando las encontremos, sean públicas o privadas”, escribió. “México no está condenado a ser corrupto”.

Lee el reportaje completo del New York Times.

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