La diversa y compleja trayectoria musical de Juana Molina
Juana Molina presentará en SALA su nuevo álbum “Halo”. Recorrimos su discografía para apreciar su transformación musical.
El próximo 21 de septiembre, la cantante argentina Juana Molina dará un concierto en SALA para presentar su séptimo álbum Halo. Su música se ha transformado mucho desde su debut musical en 1996: del folk-pop a la electrónica fantasmal. Éste es un recorrido por la discografía de Juana Molina para entender ese proceso transformador.
Juana Molina dejó una exitosa carrera como actriz de telecomedias en Argentina para emprender otra en la industria musical. Se ha sumergido en diferentes aguas, pero desde el álbum Segundo (2000) empezó a marcar una tendencia más clara hacia la electrónica experimental y sonidos de ambiente. Se le ha comparado con Björk y ha compartido la lista de Mejor Disco del 2004 con U2, Brian Wilson y Green Day.
Esta es la recopilación de los mayores éxitos de cada álbum que Molina ha publicado, con la que se podrán apreciar los cambios y evoluciones de la artista.
Rara (Gustavo Santaolalla,1996)
Éste fue su primer álbum después de renunciar a una fructífera carrera como actriz. Los cimientos del resto de su carrera musical se pueden percibir sutilmente en la construcción sobre loops y el crescendo instrumental. Un disco que encaja con las tendencias musicales de las bandas de rock-pop de su contexto argentino, pero que resultó un poco demasiado pop para ser folk y demasiado folk para que le gustara a los poperos. Este es el único álbum de Juana Molina que no se puede encontrar en Spotify.
Segundo (Juana Molina, 2000)
En este álbum, Molina comienza a jugar más con los sintetizadores, pero sin abandonar a la guitarra acústica. En “Martín Fierro”, la artista narra versos del famoso poema narrativo escrito por José Hernández. Una conexión entre sus raíces y la nueva dirección de su carrera musical.
Tres cosas (2002)
Según la revista Rolling Stone, este álbum se acerca a los sonidos de Animal Collective. Las letras en este disco marcan un discurso, en muchos momentos muy oscuro, sobre el que Juana Molina continuaría en sus siguientes producciones: “Tengo una idea dando vueltas desde hace tiempo/¿Cómo es posible que el progreso sea tan violento?”.
Son (2006)
Es en este álbum en el que se empieza a encontrar relación con la música que hace Björk. Mucho más experimental, con sonidos menos clásicos y mucho menos acústico. “Son”, la canción que le da el nombre al álbum, asemeja una canción de iglesia con campanas y rezos que agradecen. Sin embargo, detrás de la voz de la cantante, se pueden escuchar lamentos fantasmales y torceduras de cuerda que le imprimen una intención oscura a la canción.
Un día (2008)
En Un día, Molina regresa un poco más a sus orígenes poperos y folk, pero sin perder lo ya experimentado. Las disonancias se entonan con guitarras y sonidos esotéricos en piezas de larga duración. Se sigue sintiendo la ritualidad en las canciones, pero ahora con un tono alegre y satisfactorio. También, las letras de las canciones dejan entrever un trasfondo enamorado, aunque no de manera evidente.
Wed 21’ (2013)
Este álbum pierde las notas acústicas que Molina había cargado en sus discos anteriores. Lo electrónico comienza a tomar un primer plano y juega con capas y tonos nuevos. Más psicodelia, menos ambiental, un caos con orden.
Halo (Crammed Discs, 2017)
Adiós a las raíces folk de Juana Molina. Halo está cargado de compases electrónicos y letras sin sentido. Hasta la portada muestra un aspecto mucho más fantasmagórico que las de los otros álbumes. Hay minimalismos y también saturación sonora, y demuestra como, en los últimos 21 años, Juana Molina no ha dejado de experimentar y aprender con su música.
El sábado 21 de septiembre a las 20:00 será la única fecha en que se presentará en México Juana Molina. Los boletos se pueden adquirir directo en la taquilla de SALA Corona sin cargo extra a $490 o $650 para el VIP.
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