Klaus: La arquitectura con sátira
Vuelve Mextrópoli, el festival de arquitectura más importante del país. Entre su oferta, el caricaturista español Klaus expondrá sus satíricas viñetas.
Por siglos, la caricatura ha sido un medio que, a través de la exageración y la creatividad, señala y lanza un comentario gráfico sobre un personaje o una situación en particular. A diferencia de otros recursos críticos, la imagen humorística permite mandar rápidamente un mensaje condensado a un público mucho más amplio, incitando reflexiones y cuestionamientos en quien la ve.
En el campo de la arquitectura, Klaus —arquitecto, catedrático y, sobre todo, caricaturista, originario de Zaragoza, España— es una de las figuras más activas y destacadas en la actualidad. Mediante sus viñetas ha ridiculizado los aspectos más cuestionables del medio como la lucha de egos, la idolatría a los starchitects y arquitectos modernos, la credibilidad tanto de las instituciones como de los teóricos, ideas obsoletas que perviven en la arquitectura presente y la proyección actual de la disciplina en el futuro. A diferencia de la sátira de Molière, que implica una cierta “sofisticación intelectual”, Klaus dice que se mueve más en el terreno de la “chanza, la burla idiota, la parodia quizás”.
“La caricatura está presente en todos los ámbitos y a todos los niveles. Fíjate, por ejemplo, en la presidencia de Estados Unidos”, dice Klaus en entrevista. “En el ámbito de la arquitectura, la caricatura ha estado presente incluso en la propia práctica, en la posmodernidad, en su búsqueda por restablecer los lazos con el hombre común que la arquitectura moderna quebrantó, está llena de momentos paródicos, guiños y chistes, privados y no tanto. Es la mejor ilustración de la capacidad creativa del pensamiento reactivo.”
Desde hace tres años, ha publicado periódicamente en la sección Arquinoir de la revista mexicana Arquine, cuyo nombre surge de la combinación del título de la publicación con el vocablo francés noir (negro), que hace referencia a las Idees Noires del dibujante belga André Franquin. En sus colaboraciones ha creado un espacio en el que el cinismo, la sátira y la crítica al sistema arquitectónico se entremezclan.
En el marco de Mextrópoli —organizado por Arquine—, el festival de arquitectura más importante del país, que se llevará a cabo del 17 al 20 de marzo, tendrá lugar la exposición “Arquinoir by Klaus” en el Centro Cultural España. Ahí se reunirá tanto el trabajo que ha sido publicado en la sección como sus bocetos. “La idea es entroncar con el lema del último número, que se titula Diseño, en referencia al nombramiento de México como Capital Mundial del Diseño. Al fin y al cabo, el propio término ‘diseño’ se refiere originalmente al dibujo. Hay un goce en el acto de dibujar y, en mi caso, de dibujar arquitectura. A veces se trata de arquitecturas existentes, pero en otras son arquitecturas ficticias, implausibles o directamente imposibles”, agrega Klaus.
Estas viñetas irán acompañadas por textos que, como señala Klaus, meten al juego otra de sus debilidades: “Los artículos que el crítico Reyner Banham produjo durante años para la revista New Society, y que de algún modo son el padre espiritual de las columnas de Arquinoir. Los textos que escribo como Klaus tienen siempre un componente bastante cáustico, muy cínico a veces en el análisis de una realidad que siempre aparece presentada en la forma menos halagadora posible”. Como resultado se generará un diálogo natural y retroalimentativo entre el texto reflexivo y la imagen.
Asimismo, el “negro” que se asoma en el título Arquine hace alusión no sólo a la tinta con la que se imprimen sus dibujos sino al tono del humor, cargado de ironía, con el que reflexiona sobre los temas propuestos. El público podrá ver sus diseños de arquitecturas existentes y ficticias —algunos con tintes piranesianos— en gran formato y adentrarse a su proceso creativo.
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