A Tribe Called Red es un trío de DJs canadienses. A su vez, son la punta de lanza de un movimiento que busca darle visibilidad a los grupos indígenas alrededor del mundo a través de la combinación de sonidos tradicionales con música electrónica. Ahora, A Tribe Called Red ha lanzado We Are The Halluci Nation, su tercer álbum de estudio y un recorrido sonoro con una firme declaración sobre las comunidades a las que representan.“Este disco es diferente. Es un concepto más grande” dice Ian Campeau, mejor conocido como DJ NDN, en entrevista para Gatopardo. Los primeros dos álbumes de A Tribe Called Red –el debut homónimo (2012) y Nation II Nation (2013)– pusieron los reflectores sobre la música tradicional de las naciones originarias de Canadá. En We Are The Halluci Nation, el trío ha incorporado elementos de algunas las culturas indígenas de otros países de la mano de colaboradores locales, como el grupo australiano OKA y la cantante sueca Maxida Märak.A Tribe Called Red está conformado por Campeau, DJ Bear Witness y Tim “2oolman” Hill. Ellos definen su trabajo como “continuidad cultural”, en la que se rescata la música de los pueblos indígenas –perseguidos en Canadá por instituciones religiosas y gubernamentales a lo largo de los siglos XIX y XX– y se adapta a través de la tecnología. Esto le ha dado a los jóvenes de estas comunidades un espacio dentro de la cultura popular. “Es un lugar donde nunca hemos sido representados de manera positiva, ni hemos tenido poder sobre cómo se usa nuestra imagen”.
Uno de los colaboradores más profundos y vibrantes en We Are the Halluci Nation es John Trudell, un activista estadounidense que falleció a finales de 2015. El disco abre con Trudell exponiendo los nombres y categorías, empapadas de un sentido de otredad, con los que se ha intentado encasillar a las comunidades indígenas. “Nos han llamado ‘hostiles’, nos han llamado ‘paganos’, nos han llamado ‘militantes’,” sentencia Trudell mientras los tambores del grupo Northern Voice –colaborador recurrente de A Tribe Called Red– suenan en el fondo.Tanya Tagaq, conocida por su canto de garganta inuit –que la llevó a recibir el premio Polaris al mejor disco canadiense en 2014–, también participa en We Are the Halluci Nation. “Su música gutural es muy rítmica”, señala DJ NDN. “Tener ese ritmo encima de la música electrónica funciona muy bien”. A pesar del origen contrastante de ambos estilos, este canto tradicional se complementa de manera orgánica con los beats de A Tribe Called Red.
“Tratamos de mostrarle a la cultura mainstream que los indígenas seguimos aquí. Usamos jeans, gorras de béisbol y jerseys de basketball, pero eso no nos hace menos indígenas”, dice el DJ y añade que de igual forma, su música no deja de ser tradicional por usar computadoras para su producción. “Nuestras sociedades siempre han hecho canciones y beats. Todo lo que hicimos fue combinar música para bailar con más música para bailar”.Campeau apunta que si la cultura se queda estancada, muere. “Para que prospere, necesitas que cambie”. Por ello, incluso los líderes y personas mayores de sus naciones originarias han apoyado sus creaciones y mezclas con la esperanza de la continuidad. Así, A Tribe Called Red le ha dado un sentido de orgullo y frescura a un concepto que ha vivido bajo las sombras por siglos. “Ser indígena es algo especial, y necesita ser expresado con fuerza. Somos la flor que crece entre el concreto”, concluye.