El cadáver de Truman Capote fue hallado —el 25 de agosto de 1984— justo un mes antes de que cumpliera 60 años, en una habitación de una enorme mansión en Beverly Hills, donde era huésped de la ex-esposa del presentador Johnny Carson. Le gustaba asistir a su programa como invitado. El diagnóstico de su muerte: una falla renal, probablemente causada por sus severas adicciones y las tremendas noches de fiesta en el Studio 54, junto a personajes como Andy Warhol.
Tras la cremación, sus cenizas se dividieron en dos. Una parte de Truman descansa en el Westwood Memorial Park, donde también reposa Marilyn Monroe, quien fue su gran amiga. La otra parte de las cenizas del escritor fueron recientemente subastadas por 43 750 dólares.
A unos años de su muerte recordamos a este genio que comenzó a escribir a los ocho años, cambió la forma de hacer periodismo, y entre cuentos cortos y novelas impactó de forma definitiva a la cultura popular norteamericana.
Otras voces, otros ámbitos
Hasta Otras voces, otros ámbitos, Capote sólo había publicado cuentos cortos. Escribir esta novela le llevó dos años y fue publicada cuando cumplió 23 años. En la contraportada una foto del joven Truman Capote reclinado sobre un sillón, con la mirada fija hacia la cámara, llamó la atención de los medios y la gente, pues la calificaron de inmoral. La primera edición se vendió como pan caliente y se mantuvo durante nueve semanas en la lista de los más vendidos del New York Times.
La historia se enfoca en un niño afeminado de 13 años, que tras la muerte de su madre, se adentra en un mundo de personajes extravagantes al sur de Estados Unidos, solo para terminar encontrándose a sí mismo. Según la crítica y los biógrafos, Truman Capote se ficciona en el personaje para contar su autodescubrimiento como autor y como homosexual al sur de Estados Unidos.
El arpa de hierba
Gran parte de la obra de Truman Capote tiene tintes autobiográficos; esta historia —que comenzó a escribir en el verano de 1950— está inspirada en anécdotas de su niñez en la ciudad de Alabama, al suroeste de los Estados Unidos. En esos años conoció a la escritora Harper Lee, autora de Matar a un ruiseñor, con quien formó una gran amistad que en años posteriores estaría llena de rencillas, después de que Lee ganara el Pulitzer por ese libro.
La novela gira entorno a una casa construida en un árbol, que se convierte de pronto en el hogar de un joven huérfano llamado Collin Fenwick y de una de sus tías que huye de la ambición de su hermana. Con un acertado tono cómico y una crítica social bastante profunda, fue llevada al cine en 1995 por el director Charles Matthau, la película pasó sin pena ni gloria.
Desayuno en Tiffany's
Quizá la novela más conocida del también periodista, se publicó en 1958 y se llevó a la pantalla grande por Blake Edwards en 1961. La novela, ambientada en el Nueva York de 1943, relata la particular amistad de un escritor —cuyo nombre nunca se sabe—con una vecina de nombre Holly Golightly. Uno de los biógrafos de Capote, Gerald Clark, aseguró que este personaje puede estar basado parcialmente en la madre de Truman, que cambió su nombre sureño, Lillie Mae Faulk, por uno más cosmopolita, tras abandonar el sur de Estados Unidos, para nombrarse a sí misma Nina Capote, al igual que la protagonista de Desayuno en Tiffany's.
Esta película se convirtió en un hito de la cultura popular. Se habló que Truman Capote no quedó contento con la elección de Audrey Hepburn para el papel principal, pues él quería que una de sus amigas más cercanas, Marilyn Monroe encarnara a Holly Golightly —ahora inmortalizada en posters y fotografías en un entallado vestido negro diseñado por Givenchy—. También se cuenta que tras la película, Capote fue demandado por una mujer neoyorquina llamada Bonnie Golightly, argumentado que el personaje se había basado en ella. La demanda no procedió.
A sangre fria
Este libro, publicado por primera vez y en varias entregas, en la revista The New Yorker en 1965, es una investigación sobre el asesinato de una familia de granjeros a manos de dos hombres llamados Perry Smith y Dick Hickock en la ciudad de Holcomb en Kansas, al suroeste de Estados Unidos.
Este asesinato, durante el otoño de 1959, provocó la curiosidad del escritor que viajó a esa ciudad para ver cómo la gente de este religioso pueblo había reaccionado. El libro fue considerado por el New York Times una obra maestra. Sin embargo, tras su publicación en Random House, en 1966, Capote cayó en una profunda depresión que lo hundió en las drogas y el alcoholismo, provocando su expulsión de algunas fiestas del Upper East Side neoyorquino.
En 2005, una película titulada Capote, protagonizada por Philip Seymour Hoffman —quien ganó un Oscar por este papel— siguió la vida del escritor mientras escribía A Sangre fría junto a Harper Lee, quien le ayudó a ganar la confianza de los entrevistados. Este libro revolucionó el periodismo del siglo XX, convirtiendo al autor en una leyenda que se paseaba por los pasillos de Central Park vestido —casi siempre— en un traje color crema.
Música para Camaleones
Tras 14 años batallando entre el alcohol y las drogas, Capote sólo publicó, esporádicamente, cuentos breves en la revista Esquire. También hizo un guión del clásico norteamericano El Gran Gatsby, pero fue rechazado.
Música para camaleones generó expectativas entre sus seguidores que, desde A sangre fría, no habían leído nada de él. Este libro está formado por seis cuentos breves, por ratos poéticos, además de una novela cortísima titulada Ataúdes tallados a mano. Contiene también siete magistrales conversaciones y retratos que tienen la estructura de un guión cinematográfico. En ellas podemos encontrar una mirada íntima al mundo de Truman Capote, además de un texto que permite entrar a la intimidad de la célebre Marilyn Monroe, titulado Una adorable criatura. Este libro también es recordado por un autorretrato donde Capote se describe a sí mismo: “Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio".