Durante el cierre de esta edición se llevaba a cabo la firma del acuerdo final de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. El momento es, sin duda, histórico. Después de 52 años de conflicto, las dos partes acordaron un cese al fuego definitivo. Los guerrilleros accedieron a dejar las armas y así ponerle fin al enfrentamiento más longevo del continente. Fue una guerra brutal que dejó más de 250 mil muertos y miles de víctimas y desplazados. La comunidad internacional tiene los ojos puestos sobre la firma del acuerdo; desde el extranjero, el veredicto es unánime: el final de la guerra en Colombia es una de las mejores noticias de los últimos años en Latinoamérica y el renacer de la esperanza para un país duramente golpeado.¿Quién mejor que Jon Lee Anderson para narrar la historia secreta de estos acuerdos de paz? El cronista estadounidense —que conoce, como pocos, la historia de los conflictos en Latinoamérica— viajó regularmente a La Habana, donde se llevaron a cabo las tensas negociaciones, durante cuatro años. Ahí habló con el presidente Juan Manuel Santos, con el equipo negociador del gobierno y con los líderes de las FARC. Su texto —publicado en inglés en The New Yorker— presenta un panorama positivo pero alerta sobre las dificultades que vienen después de esta firma. Se necesitarán años para que la sociedad colombiana cure las heridas y permita el reintegro de los insurgentes. El perdón le exigirá a los colombianos una paciencia gigantesca.Otro país de la región que ha tenido un gran cambio en la última década es Ecuador. Después de una enorme inestabilidad política —tuvo 7 presidentes en un periodo de 13 años— Rafael Correa llegó al poder con una misión: modernizar a su país. Y lo logró: tras diez años en el gobierno, Correa mejoró la economía y la infraestructura. Sin embargo, como lo muestra Fausto Rivera Yánez en su perfil del presidente, Correa es una figura ambigua. Por un lado es un líder visionario que trabaja incansablemente. Pero también tiene preocupantes visos de autoritarismo y no le importa ser represivo para perpetuar su visión política.Publicamos el adelanto de un libro que dará mucho de qué hablar durante este otoño. Se trata de La ira de México —editado por MacLehose Press en Reino Unido y Debate en España y Latinoamérica— que reúne textos de Elena Poniatowska, Lydia Cacho, Diego Enrique Osorno, Sergio González Rodríguez, Juan Villoro, Anabel Hernández, Emiliano Ruiz Parra y Marcela Turati. Tuve el privilegio de coeditar y prologar este libro que, a través de algunas de las voces más lúcidas del periodismo narrativo mexicano, da un diagnóstico muy preciso de los problemas que atraviesa el país. Creo que es una lectura obligada para quienes quieren entender un poco mejor el México contemporáneo.Finalmente, estoy muy complacido con nuestra portada de Enrique Olvera, el chef mexicano más relevante en la actualidad. Su Pujol quedó en el quinto lugar de los Latin America's 50 Best 2016 y el mejor de México. La semana pasada, Barack Obama fue a comer a Cosme, su restaurante en Nueva York, considerado uno de los mejores de la gran manzana. El prestigio de Olvera es cada vez mayor y es fruto de un trabajo de años. Como lo muestra el perfil que escribió Úrsula Fuentesberain, Olvera le ha dedicado toda su carrera a experimentar —y llevar a otra dimensión— una de las gastronomías más extraordinarias del mundo.
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En esta edición, presentamos textos sobre los cambios en América Latina, los problemas que atraviesa México y un chef extraordinario.
Durante el cierre de esta edición se llevaba a cabo la firma del acuerdo final de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. El momento es, sin duda, histórico. Después de 52 años de conflicto, las dos partes acordaron un cese al fuego definitivo. Los guerrilleros accedieron a dejar las armas y así ponerle fin al enfrentamiento más longevo del continente. Fue una guerra brutal que dejó más de 250 mil muertos y miles de víctimas y desplazados. La comunidad internacional tiene los ojos puestos sobre la firma del acuerdo; desde el extranjero, el veredicto es unánime: el final de la guerra en Colombia es una de las mejores noticias de los últimos años en Latinoamérica y el renacer de la esperanza para un país duramente golpeado.¿Quién mejor que Jon Lee Anderson para narrar la historia secreta de estos acuerdos de paz? El cronista estadounidense —que conoce, como pocos, la historia de los conflictos en Latinoamérica— viajó regularmente a La Habana, donde se llevaron a cabo las tensas negociaciones, durante cuatro años. Ahí habló con el presidente Juan Manuel Santos, con el equipo negociador del gobierno y con los líderes de las FARC. Su texto —publicado en inglés en The New Yorker— presenta un panorama positivo pero alerta sobre las dificultades que vienen después de esta firma. Se necesitarán años para que la sociedad colombiana cure las heridas y permita el reintegro de los insurgentes. El perdón le exigirá a los colombianos una paciencia gigantesca.Otro país de la región que ha tenido un gran cambio en la última década es Ecuador. Después de una enorme inestabilidad política —tuvo 7 presidentes en un periodo de 13 años— Rafael Correa llegó al poder con una misión: modernizar a su país. Y lo logró: tras diez años en el gobierno, Correa mejoró la economía y la infraestructura. Sin embargo, como lo muestra Fausto Rivera Yánez en su perfil del presidente, Correa es una figura ambigua. Por un lado es un líder visionario que trabaja incansablemente. Pero también tiene preocupantes visos de autoritarismo y no le importa ser represivo para perpetuar su visión política.Publicamos el adelanto de un libro que dará mucho de qué hablar durante este otoño. Se trata de La ira de México —editado por MacLehose Press en Reino Unido y Debate en España y Latinoamérica— que reúne textos de Elena Poniatowska, Lydia Cacho, Diego Enrique Osorno, Sergio González Rodríguez, Juan Villoro, Anabel Hernández, Emiliano Ruiz Parra y Marcela Turati. Tuve el privilegio de coeditar y prologar este libro que, a través de algunas de las voces más lúcidas del periodismo narrativo mexicano, da un diagnóstico muy preciso de los problemas que atraviesa el país. Creo que es una lectura obligada para quienes quieren entender un poco mejor el México contemporáneo.Finalmente, estoy muy complacido con nuestra portada de Enrique Olvera, el chef mexicano más relevante en la actualidad. Su Pujol quedó en el quinto lugar de los Latin America's 50 Best 2016 y el mejor de México. La semana pasada, Barack Obama fue a comer a Cosme, su restaurante en Nueva York, considerado uno de los mejores de la gran manzana. El prestigio de Olvera es cada vez mayor y es fruto de un trabajo de años. Como lo muestra el perfil que escribió Úrsula Fuentesberain, Olvera le ha dedicado toda su carrera a experimentar —y llevar a otra dimensión— una de las gastronomías más extraordinarias del mundo.
En esta edición, presentamos textos sobre los cambios en América Latina, los problemas que atraviesa México y un chef extraordinario.
Durante el cierre de esta edición se llevaba a cabo la firma del acuerdo final de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. El momento es, sin duda, histórico. Después de 52 años de conflicto, las dos partes acordaron un cese al fuego definitivo. Los guerrilleros accedieron a dejar las armas y así ponerle fin al enfrentamiento más longevo del continente. Fue una guerra brutal que dejó más de 250 mil muertos y miles de víctimas y desplazados. La comunidad internacional tiene los ojos puestos sobre la firma del acuerdo; desde el extranjero, el veredicto es unánime: el final de la guerra en Colombia es una de las mejores noticias de los últimos años en Latinoamérica y el renacer de la esperanza para un país duramente golpeado.¿Quién mejor que Jon Lee Anderson para narrar la historia secreta de estos acuerdos de paz? El cronista estadounidense —que conoce, como pocos, la historia de los conflictos en Latinoamérica— viajó regularmente a La Habana, donde se llevaron a cabo las tensas negociaciones, durante cuatro años. Ahí habló con el presidente Juan Manuel Santos, con el equipo negociador del gobierno y con los líderes de las FARC. Su texto —publicado en inglés en The New Yorker— presenta un panorama positivo pero alerta sobre las dificultades que vienen después de esta firma. Se necesitarán años para que la sociedad colombiana cure las heridas y permita el reintegro de los insurgentes. El perdón le exigirá a los colombianos una paciencia gigantesca.Otro país de la región que ha tenido un gran cambio en la última década es Ecuador. Después de una enorme inestabilidad política —tuvo 7 presidentes en un periodo de 13 años— Rafael Correa llegó al poder con una misión: modernizar a su país. Y lo logró: tras diez años en el gobierno, Correa mejoró la economía y la infraestructura. Sin embargo, como lo muestra Fausto Rivera Yánez en su perfil del presidente, Correa es una figura ambigua. Por un lado es un líder visionario que trabaja incansablemente. Pero también tiene preocupantes visos de autoritarismo y no le importa ser represivo para perpetuar su visión política.Publicamos el adelanto de un libro que dará mucho de qué hablar durante este otoño. Se trata de La ira de México —editado por MacLehose Press en Reino Unido y Debate en España y Latinoamérica— que reúne textos de Elena Poniatowska, Lydia Cacho, Diego Enrique Osorno, Sergio González Rodríguez, Juan Villoro, Anabel Hernández, Emiliano Ruiz Parra y Marcela Turati. Tuve el privilegio de coeditar y prologar este libro que, a través de algunas de las voces más lúcidas del periodismo narrativo mexicano, da un diagnóstico muy preciso de los problemas que atraviesa el país. Creo que es una lectura obligada para quienes quieren entender un poco mejor el México contemporáneo.Finalmente, estoy muy complacido con nuestra portada de Enrique Olvera, el chef mexicano más relevante en la actualidad. Su Pujol quedó en el quinto lugar de los Latin America's 50 Best 2016 y el mejor de México. La semana pasada, Barack Obama fue a comer a Cosme, su restaurante en Nueva York, considerado uno de los mejores de la gran manzana. El prestigio de Olvera es cada vez mayor y es fruto de un trabajo de años. Como lo muestra el perfil que escribió Úrsula Fuentesberain, Olvera le ha dedicado toda su carrera a experimentar —y llevar a otra dimensión— una de las gastronomías más extraordinarias del mundo.
En esta edición, presentamos textos sobre los cambios en América Latina, los problemas que atraviesa México y un chef extraordinario.
Durante el cierre de esta edición se llevaba a cabo la firma del acuerdo final de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. El momento es, sin duda, histórico. Después de 52 años de conflicto, las dos partes acordaron un cese al fuego definitivo. Los guerrilleros accedieron a dejar las armas y así ponerle fin al enfrentamiento más longevo del continente. Fue una guerra brutal que dejó más de 250 mil muertos y miles de víctimas y desplazados. La comunidad internacional tiene los ojos puestos sobre la firma del acuerdo; desde el extranjero, el veredicto es unánime: el final de la guerra en Colombia es una de las mejores noticias de los últimos años en Latinoamérica y el renacer de la esperanza para un país duramente golpeado.¿Quién mejor que Jon Lee Anderson para narrar la historia secreta de estos acuerdos de paz? El cronista estadounidense —que conoce, como pocos, la historia de los conflictos en Latinoamérica— viajó regularmente a La Habana, donde se llevaron a cabo las tensas negociaciones, durante cuatro años. Ahí habló con el presidente Juan Manuel Santos, con el equipo negociador del gobierno y con los líderes de las FARC. Su texto —publicado en inglés en The New Yorker— presenta un panorama positivo pero alerta sobre las dificultades que vienen después de esta firma. Se necesitarán años para que la sociedad colombiana cure las heridas y permita el reintegro de los insurgentes. El perdón le exigirá a los colombianos una paciencia gigantesca.Otro país de la región que ha tenido un gran cambio en la última década es Ecuador. Después de una enorme inestabilidad política —tuvo 7 presidentes en un periodo de 13 años— Rafael Correa llegó al poder con una misión: modernizar a su país. Y lo logró: tras diez años en el gobierno, Correa mejoró la economía y la infraestructura. Sin embargo, como lo muestra Fausto Rivera Yánez en su perfil del presidente, Correa es una figura ambigua. Por un lado es un líder visionario que trabaja incansablemente. Pero también tiene preocupantes visos de autoritarismo y no le importa ser represivo para perpetuar su visión política.Publicamos el adelanto de un libro que dará mucho de qué hablar durante este otoño. Se trata de La ira de México —editado por MacLehose Press en Reino Unido y Debate en España y Latinoamérica— que reúne textos de Elena Poniatowska, Lydia Cacho, Diego Enrique Osorno, Sergio González Rodríguez, Juan Villoro, Anabel Hernández, Emiliano Ruiz Parra y Marcela Turati. Tuve el privilegio de coeditar y prologar este libro que, a través de algunas de las voces más lúcidas del periodismo narrativo mexicano, da un diagnóstico muy preciso de los problemas que atraviesa el país. Creo que es una lectura obligada para quienes quieren entender un poco mejor el México contemporáneo.Finalmente, estoy muy complacido con nuestra portada de Enrique Olvera, el chef mexicano más relevante en la actualidad. Su Pujol quedó en el quinto lugar de los Latin America's 50 Best 2016 y el mejor de México. La semana pasada, Barack Obama fue a comer a Cosme, su restaurante en Nueva York, considerado uno de los mejores de la gran manzana. El prestigio de Olvera es cada vez mayor y es fruto de un trabajo de años. Como lo muestra el perfil que escribió Úrsula Fuentesberain, Olvera le ha dedicado toda su carrera a experimentar —y llevar a otra dimensión— una de las gastronomías más extraordinarias del mundo.
En esta edición, presentamos textos sobre los cambios en América Latina, los problemas que atraviesa México y un chef extraordinario.
Durante el cierre de esta edición se llevaba a cabo la firma del acuerdo final de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. El momento es, sin duda, histórico. Después de 52 años de conflicto, las dos partes acordaron un cese al fuego definitivo. Los guerrilleros accedieron a dejar las armas y así ponerle fin al enfrentamiento más longevo del continente. Fue una guerra brutal que dejó más de 250 mil muertos y miles de víctimas y desplazados. La comunidad internacional tiene los ojos puestos sobre la firma del acuerdo; desde el extranjero, el veredicto es unánime: el final de la guerra en Colombia es una de las mejores noticias de los últimos años en Latinoamérica y el renacer de la esperanza para un país duramente golpeado.¿Quién mejor que Jon Lee Anderson para narrar la historia secreta de estos acuerdos de paz? El cronista estadounidense —que conoce, como pocos, la historia de los conflictos en Latinoamérica— viajó regularmente a La Habana, donde se llevaron a cabo las tensas negociaciones, durante cuatro años. Ahí habló con el presidente Juan Manuel Santos, con el equipo negociador del gobierno y con los líderes de las FARC. Su texto —publicado en inglés en The New Yorker— presenta un panorama positivo pero alerta sobre las dificultades que vienen después de esta firma. Se necesitarán años para que la sociedad colombiana cure las heridas y permita el reintegro de los insurgentes. El perdón le exigirá a los colombianos una paciencia gigantesca.Otro país de la región que ha tenido un gran cambio en la última década es Ecuador. Después de una enorme inestabilidad política —tuvo 7 presidentes en un periodo de 13 años— Rafael Correa llegó al poder con una misión: modernizar a su país. Y lo logró: tras diez años en el gobierno, Correa mejoró la economía y la infraestructura. Sin embargo, como lo muestra Fausto Rivera Yánez en su perfil del presidente, Correa es una figura ambigua. Por un lado es un líder visionario que trabaja incansablemente. Pero también tiene preocupantes visos de autoritarismo y no le importa ser represivo para perpetuar su visión política.Publicamos el adelanto de un libro que dará mucho de qué hablar durante este otoño. Se trata de La ira de México —editado por MacLehose Press en Reino Unido y Debate en España y Latinoamérica— que reúne textos de Elena Poniatowska, Lydia Cacho, Diego Enrique Osorno, Sergio González Rodríguez, Juan Villoro, Anabel Hernández, Emiliano Ruiz Parra y Marcela Turati. Tuve el privilegio de coeditar y prologar este libro que, a través de algunas de las voces más lúcidas del periodismo narrativo mexicano, da un diagnóstico muy preciso de los problemas que atraviesa el país. Creo que es una lectura obligada para quienes quieren entender un poco mejor el México contemporáneo.Finalmente, estoy muy complacido con nuestra portada de Enrique Olvera, el chef mexicano más relevante en la actualidad. Su Pujol quedó en el quinto lugar de los Latin America's 50 Best 2016 y el mejor de México. La semana pasada, Barack Obama fue a comer a Cosme, su restaurante en Nueva York, considerado uno de los mejores de la gran manzana. El prestigio de Olvera es cada vez mayor y es fruto de un trabajo de años. Como lo muestra el perfil que escribió Úrsula Fuentesberain, Olvera le ha dedicado toda su carrera a experimentar —y llevar a otra dimensión— una de las gastronomías más extraordinarias del mundo.
Durante el cierre de esta edición se llevaba a cabo la firma del acuerdo final de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. El momento es, sin duda, histórico. Después de 52 años de conflicto, las dos partes acordaron un cese al fuego definitivo. Los guerrilleros accedieron a dejar las armas y así ponerle fin al enfrentamiento más longevo del continente. Fue una guerra brutal que dejó más de 250 mil muertos y miles de víctimas y desplazados. La comunidad internacional tiene los ojos puestos sobre la firma del acuerdo; desde el extranjero, el veredicto es unánime: el final de la guerra en Colombia es una de las mejores noticias de los últimos años en Latinoamérica y el renacer de la esperanza para un país duramente golpeado.¿Quién mejor que Jon Lee Anderson para narrar la historia secreta de estos acuerdos de paz? El cronista estadounidense —que conoce, como pocos, la historia de los conflictos en Latinoamérica— viajó regularmente a La Habana, donde se llevaron a cabo las tensas negociaciones, durante cuatro años. Ahí habló con el presidente Juan Manuel Santos, con el equipo negociador del gobierno y con los líderes de las FARC. Su texto —publicado en inglés en The New Yorker— presenta un panorama positivo pero alerta sobre las dificultades que vienen después de esta firma. Se necesitarán años para que la sociedad colombiana cure las heridas y permita el reintegro de los insurgentes. El perdón le exigirá a los colombianos una paciencia gigantesca.Otro país de la región que ha tenido un gran cambio en la última década es Ecuador. Después de una enorme inestabilidad política —tuvo 7 presidentes en un periodo de 13 años— Rafael Correa llegó al poder con una misión: modernizar a su país. Y lo logró: tras diez años en el gobierno, Correa mejoró la economía y la infraestructura. Sin embargo, como lo muestra Fausto Rivera Yánez en su perfil del presidente, Correa es una figura ambigua. Por un lado es un líder visionario que trabaja incansablemente. Pero también tiene preocupantes visos de autoritarismo y no le importa ser represivo para perpetuar su visión política.Publicamos el adelanto de un libro que dará mucho de qué hablar durante este otoño. Se trata de La ira de México —editado por MacLehose Press en Reino Unido y Debate en España y Latinoamérica— que reúne textos de Elena Poniatowska, Lydia Cacho, Diego Enrique Osorno, Sergio González Rodríguez, Juan Villoro, Anabel Hernández, Emiliano Ruiz Parra y Marcela Turati. Tuve el privilegio de coeditar y prologar este libro que, a través de algunas de las voces más lúcidas del periodismo narrativo mexicano, da un diagnóstico muy preciso de los problemas que atraviesa el país. Creo que es una lectura obligada para quienes quieren entender un poco mejor el México contemporáneo.Finalmente, estoy muy complacido con nuestra portada de Enrique Olvera, el chef mexicano más relevante en la actualidad. Su Pujol quedó en el quinto lugar de los Latin America's 50 Best 2016 y el mejor de México. La semana pasada, Barack Obama fue a comer a Cosme, su restaurante en Nueva York, considerado uno de los mejores de la gran manzana. El prestigio de Olvera es cada vez mayor y es fruto de un trabajo de años. Como lo muestra el perfil que escribió Úrsula Fuentesberain, Olvera le ha dedicado toda su carrera a experimentar —y llevar a otra dimensión— una de las gastronomías más extraordinarias del mundo.
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