Entrar en el Antiguo Colegio de San Ildefonso transporta a otra época. Escondido dentro del tumultuoso Centro Histórico, entre ruinas Mexicas y edificaciones españolas, parece que el tiempo se suspende. Este recinto, rodeado de amplios arcos, vitrales y el arte de los grandes muralistas mexicanos, fue una vez ocupado por la Compañía de Jesús y considerado como el seminario más importante de la Ciudad de México.
A sabiendas de esto, no toma por sorpresa que haya sido elegido como el museo en donde se celebrarán 25 años de relaciones diplomáticas entre el Gobierno Mexicano y la Santa Sede. Dentro de él se exponen alrededor de 180 obras y objetos litúrgicos provenientes del Vaticano en la exposición Vaticano: de San Pedro a San Francisco, dos mil años de arte e historia.
“La relación entre arte y religión siempre ha sido muy estrecha. Ha estado sustentada, sobre todo, en la fe”, explicó la maestra Margarita Segarra, quien vinculó al Vaticano con la Ciudad de México y facilitó la comunicación entre ambas para el montaje de la exposición. “Es una colección de un gran valor artístico e histórico, una exposición en donde se están presentando piezas que nunca antes habían salido del Vaticano”.
Al comienzo de la exposición, La Custodia Lateranense, una pieza de bronce dorado decorada con lapislázuli, esmeraldas y demás piedras preciosas recibe a los visitantes. El trayecto recorre dos mil años de historia, en donde cada sala se convierte en una época diferente, ya sea el Imperio Romano, la persecución de los cristianos, la iglesia en tiempos modernos, el nuevo mundo, etc.
Cada periodo es acompañado de singulares piezas que reflejan la historia de la religión entretejida de la historia del arte. Un montaje que alude al valor espiritual de cada pieza y de su permanencia dentro de la cultura y el mundo del arte. La ruta va desde los pilares del cristianismo con Pedro y Pablo, hasta la representación de la Virgen de Guadalupe.
Mientras uno camina por las distintas salas, rodeado de bustos de los Santos Pontífices y cruces bañadas en oro, la museografía se apoya de líneas del tiempo y material audiovisual para mostrar los cambios del catolicismo a través de la historia. “Se combinaron los ejes temáticos con una disposición cronológica. La idea que se tuvo fue de carácter didáctico, que la gente tuviera claro cómo se dio ese proceso”, menciona Segarra, “no solo es una exposición de carácter religioso, sino histórico también y de los grandes artistas que se formaron durante ese tiempo”.
La riqueza y diversidad de esta gran colección se muestra a través de maquetas, bocetos, pinturas, esculturas y demás objetos sacros. El valor artístico también recae en la presencia de los grandes artistas como Rafael, Gian Lorenzo Bernini, Miguel Ángel Buonarroti y Francesco Podesti.
La última sala reúne una gran cantidad de objetos litúrgicos utilizados en las distintas celebraciones y ceremonias. Se presentan vestimentas para nuncios apostólicos, la silla gestatoria de Pio VII, las urnas del conclave y el martillo para la constatación de la muerte del Papa.
Entre las piezas más llamativas, se encuentra el cuadro de Marcello Venusti, “La Anunciación”, el cual fue restaurado especialmente para esta exposición y que es una copia fiel a un cuadro de Miguel Ángel. Por otro lado no hay que perderse de la maqueta del estado-ciudad por Jaime Monca di Villahermosa y el famoso retrato de Sor Juana Inés de la Cruz, por Juan de Miranda.
La curaduría de la exposición estuvo a cargo de Bárbara Jatta, Alessandra Rodolfo, Adele Breda, Sandro Barbagallo y Pietro Zander. Por parte de México, de los miembros de la Comisión Museológica y Museográfica con Miguel Ángel Fernández y José Enrique Ortiz Lanz, bajo la coordinación de Bertha Cea Echenique y la asesoría de Antonio Berumen.
Dos mil años de historia han sido reunidos en el emblemático recinto mexicano, albergando tesoros del Vaticano y convirtiendo a ésta en una exposición única.
Como parte de la exposición, hay una amplísima lista de actividades paralelas, desde conferencias, conciertos, ciclos de cine y talleres.
La exposición Vaticano: De San Pedro a Francisco, se encuentra abierta de martes a domingo de 09:00 a 18:20. La entrada es gratuita con registro previo. La exposición estará abierta hasta el 28 de octubre.
* * *
Más en Gatopardo: