No hay bebida más emblemática de Cuba que el ron. Cada región de la isla aporta características únicas a esta bebida. Tras dominar el arte del añejamiento y la mezcla de aguardientes, César Martí da un paso adelante con Eminente: el ron cubano que fusiona lo mejor la isla, ofreciendo una bebida intensa y de sabor exquisito.
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Algo que caracteriza a Cuba es la gran variedad de ron que existe. Tanto la calidad del suelo como los paisajes que varían a lo largo del país influyen en el color y el sabor del ron y su uso . El ron occidental se produce cerca de La Habana y es famoso por su intensidad y sabor seco y contundente, ideal para cócteles. El ron oriental, que procede del extremo opuesto de la isla, es suave y afrutado, perfecto para coctéles pero también para disfrutarlo sin mezclar.
Elaborado por César Martí, el maestro ronero cubano más joven de la historia, Eminente tiene su origen en la provincia de Villa Clara, en un lugar conocido como “Isla del Cocodrilo”, en el corazón del país. Eminente, una bebida intensa, de cuerpo completo y refrescante, representa el renacimiento del ron cubano del siglo XIX al fusionar lo mejor de las regiones occidental y oriental de la isla para lograr un equilibrio perfecto. Ideal tanto para mezclarlo como para beberlo solo, este tipo de ron es uno de los secretos mejor guardados de Cuba, pues se le conoce poco fuera de la isla.
AGUARDIENTE CUBANO: COMPLEJIDAD REINVENTADA
En un impresionante despliegue de dedicación y maestría, César Martí ha creado un ron innovador para Eminente, una bebida que encuentra en el ron cubano del siglo XIX una fuente de inspiración para evocar su intensidad y exquisito sabor.
Pero la ambición de César Martí no se detuvo allí y dio un paso más allá, pues se propuso dominar el arte del añejamiento y la mezcla de aguardientes para dotar a este nuevo ron de una complejidad reinventada. ¿Cómo lo consiguió? Con “el alma de cuba”, el aguardiente de caña de azúcar, el componente más complejo y sabroso de la isla. Este se obtiene a partir de melaza destilada al 75 % de volumen de alcohol, luego se añeja en barriles de roble blanco previamente usados para añejar whisky. Después, se mezcla y se vuelve a añejar con un ron cubano ligero destilado al 95 %.
La mezcla de aguardientes añejados y rones ligeros da lugar al ron cubano que conocemos hoy en día. El aguardiente aporta complejidad y aromas fuertes, mientras que el ron ligero añade un toque de vigor gracias a la fuerza del alcohol.
Eminente establece nuevos estándares con su Eminente Reserva, una bebida compuesta en un 70 % por aguardientes añejados, el porcentaje más alto de cualquier ron cubano. Además, ostenta el prestigioso título de Denominación de Origen Protegida, un reconocimiento otorgado por un importante consejo regulador que garantiza la autenticidad y los altos estándares de calidad del ron cubano.Eminente Reserva combina la elegancia del ron ligero tradicional con la complejidad e intensidad de un ron muy añejo, se puede beber solo, con hielo, o en cócteles. De color ámbar, presenta una fragancia inicial a café tostado que evoluciona hacia dulce de leche, almendras tostadas y cacao. Con un cuerpo completo e intenso, el sabor revela notas ahumadas, vainilla, café y la esencia de caña de azúcar sin refinar; también es posible encontrar notas secundarias de jengibre y pimienta de Sichuan, que complementan la experiencia con un final prolongado de chocolate y un aroma persistente de melaza, almendra y pera.
En cuanto a Eminente Ámbar Claro, se caracteriza por su color dorado y es ideal para cócteles o disfrutarlo solo, en frío. Con un aroma suave y delicado, destacan notas de manzana verde, pera, camomila y vainilla. El sabor, equilibrado y de cuerpo completo, ofrece peras cocidas, especias tostadas y frescura persistente. A pesar de su tono claro, deja una sensación prolongada con notas de caramelo, manzana verde, vainilla y pimienta.
Por último, tenemos el Eminente Gran Reserva Edición N°1, con 43.5% de alcohol. De color caoba con toques rojizos, su aroma inicial es de café, frutos rojos y flores, seguido de un toque de miel y vainilla con frescura mentolada. En boca, el sabor es equilibrado y profundo, con un gusto frutal de albaricoque seco y azahar, junto a toques de sándalo, avellana y pimienta de Jamaica. El final es sedoso y persistente, con picante de pimienta de Sichuan, caramelo, savia de pino y azafrán, ideal para disfrutarse seco o con hielo grande.
