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Concepción Orvañanos es una artista y empresaria que no sólo acude a la naturaleza como parte de su proceso creativo, sino para lograr llevar una vida en armonía, y su trabajo es un ejemplo de cómo se puede impulsar la sustentabilidad desde su dimensión social.
Hablar con la emprendedora detrás de firmas como Yakampot, Arroz con Leche y Collectiva Concepción revela algo inusual y emocionante sucediendo en el diseño textil. Concepción Orvañanos se mueve de forma grácil entre la literatura, la sustentabilidad, el diseño y lo espiritual. En este ir y venir entre disciplinas descubre finos detalles donde colocar la mirada y fijar la escucha.
“¿Qué rol juega la naturaleza en mi trabajo?,” repite la pregunta en voz alta antes de hilar una reflexión que lleva macerando en su cabeza desde que tenía 28 años. “Me da perspectiva: soy algo chiquitito en un universo gigante. Al estar en la naturaleza tomo consciencia de que mi paso por el universo es efímero y conecto con la idea de que todo lo que hagamos debe ser coherente con la Tierra y la perfección de sus ciclos”.
La conexión con lo natural que marca el trabajo de Concepción Orvañanos no sólo es parte de su inspiración y su imaginario, sino de sus decisiones de consumo. “La industria de la moda es una de las que más contamina”, dice con visible preocupación y comparte el dato de que en promedio una prenda se usa sólo dos o tres veces antes de ser desechada. De acuerdo con el Programa para el medio ambiente de las Naciones Unidas (UNEP por sus siglas en inglés), cada segundo se incinera en el mundo el equivalente a un camión de basura llena de ropa, simplemente porque el 57% de las prendas que ya no se quieren usar se tiran en un lugar de reutilizarse, como confirma un estudio realizado por la universidad de Princeton en 2020.
Según el propio UNEP de seguir esta tendencia, en el 2050 la industria de la moda sería responsable del 9% de los microplásticos en el océano y del 25% de las emisiones de carbono del planeta.
“Nosotros en la casa tenemos una regla: si vas a comprar algo, debes sacar algo de tu clóset. Si toda tu ropa funciona y no quieres sacar nada, entonces no compres nada”, cuenta Concepción sobre su dinámica familiar para contribuir a formar una nueva forma de consumo. Pero esa actitud consciente no se queda dentro de su casa.
“La dimensión social de la sustentabilidad tiene que ver con ofrecer empleos dignos, integrar telas sustentables y mejores para el medio ambiente”, detalla Concepción Orvañanos.
Cuando era niña pasaba todos los fines de semana a una casa en el estado de Hidalgo que su padre había construido con sus ahorros. “Para mi papá, mi mamá y mis cuatro hermanos era sagrado ir a la montaña, al campo y hacer picnics de horas y horas”.
Concepción Orvañanos tiene 20 años de carrera en el mundo textil. Su primera firma, Arroz con leche, cumplirá dos décadas en 2022 y Yakampot, diez años de existir. Esa experiencia le ha permitido encontrar otras formas de expresión y reflexión. Kēntro, fundado en 2016, es un ejemplo franco. “Kēntro quiere decir centro en griego y formamos esta comunidad partiendo de que toda nuestra percepción de la realidad se construye a través del cuerpo y el movimiento. Para mí la forma más fácil de sacar mis emociones y de combatir mi ansiedad o depresión es sacudiéndome, moviéndome”. Lo expresado por Orvañanos lo logran a través de clases donde combina el ejercicio –cardiovascular, de fuerza y flexibilidad– con la meditación. Además de estas clases, se organizan caminatas a las montañas, al Pico de Orizaba por ejemplo, para entrar en contacto con la naturaleza y llevar la idea de movimiento a otros límites.
Yakampot, otra de sus firmas, es un ejemplo más de su relación respetuosa y reflexiva con la naturaleza. “Pensamos la innovación como una respuesta empática a los retos ambientales y sociales que se nos presentan y creemos en la ropa como un espacio seguro que permite al cuerpo habitar una época en constante movimiento”, dice el nuevo manifiesto al que se ceñirá rumbo a su segunda década.
Actualmente Concepción Orvañanos se encuentra preparando una nueva colección para Yakampot, un proceso que la llena de entusiasmo porque esta firma le fue fundamental para mantener su centro claro durante la pandemia. Para Orvañanos trabajar con esta firma específica, en el contexto actual, tiene una pertinencia franca. Yakampot significa “lugar donde nace el agua” y desde su nombre la firma demuestra que una de sus preocupaciones esenciales es el respeto por el origen de la salud y la vida.
A través de los distintos proyectos de Concepción Orvañanos queda de manifiesto que para ella, tanto en lo profesional como en lo cotidiano, la naturaleza es inspiración, motor personal y un lenguaje propio.
Concepción Orvañanos es una artista y empresaria que no sólo acude a la naturaleza como parte de su proceso creativo, sino para lograr llevar una vida en armonía, y su trabajo es un ejemplo de cómo se puede impulsar la sustentabilidad desde su dimensión social.
Hablar con la emprendedora detrás de firmas como Yakampot, Arroz con Leche y Collectiva Concepción revela algo inusual y emocionante sucediendo en el diseño textil. Concepción Orvañanos se mueve de forma grácil entre la literatura, la sustentabilidad, el diseño y lo espiritual. En este ir y venir entre disciplinas descubre finos detalles donde colocar la mirada y fijar la escucha.
“¿Qué rol juega la naturaleza en mi trabajo?,” repite la pregunta en voz alta antes de hilar una reflexión que lleva macerando en su cabeza desde que tenía 28 años. “Me da perspectiva: soy algo chiquitito en un universo gigante. Al estar en la naturaleza tomo consciencia de que mi paso por el universo es efímero y conecto con la idea de que todo lo que hagamos debe ser coherente con la Tierra y la perfección de sus ciclos”.
La conexión con lo natural que marca el trabajo de Concepción Orvañanos no sólo es parte de su inspiración y su imaginario, sino de sus decisiones de consumo. “La industria de la moda es una de las que más contamina”, dice con visible preocupación y comparte el dato de que en promedio una prenda se usa sólo dos o tres veces antes de ser desechada. De acuerdo con el Programa para el medio ambiente de las Naciones Unidas (UNEP por sus siglas en inglés), cada segundo se incinera en el mundo el equivalente a un camión de basura llena de ropa, simplemente porque el 57% de las prendas que ya no se quieren usar se tiran en un lugar de reutilizarse, como confirma un estudio realizado por la universidad de Princeton en 2020.
Según el propio UNEP de seguir esta tendencia, en el 2050 la industria de la moda sería responsable del 9% de los microplásticos en el océano y del 25% de las emisiones de carbono del planeta.
“Nosotros en la casa tenemos una regla: si vas a comprar algo, debes sacar algo de tu clóset. Si toda tu ropa funciona y no quieres sacar nada, entonces no compres nada”, cuenta Concepción sobre su dinámica familiar para contribuir a formar una nueva forma de consumo. Pero esa actitud consciente no se queda dentro de su casa.
“La dimensión social de la sustentabilidad tiene que ver con ofrecer empleos dignos, integrar telas sustentables y mejores para el medio ambiente”, detalla Concepción Orvañanos.
Cuando era niña pasaba todos los fines de semana a una casa en el estado de Hidalgo que su padre había construido con sus ahorros. “Para mi papá, mi mamá y mis cuatro hermanos era sagrado ir a la montaña, al campo y hacer picnics de horas y horas”.
Concepción Orvañanos tiene 20 años de carrera en el mundo textil. Su primera firma, Arroz con leche, cumplirá dos décadas en 2022 y Yakampot, diez años de existir. Esa experiencia le ha permitido encontrar otras formas de expresión y reflexión. Kēntro, fundado en 2016, es un ejemplo franco. “Kēntro quiere decir centro en griego y formamos esta comunidad partiendo de que toda nuestra percepción de la realidad se construye a través del cuerpo y el movimiento. Para mí la forma más fácil de sacar mis emociones y de combatir mi ansiedad o depresión es sacudiéndome, moviéndome”. Lo expresado por Orvañanos lo logran a través de clases donde combina el ejercicio –cardiovascular, de fuerza y flexibilidad– con la meditación. Además de estas clases, se organizan caminatas a las montañas, al Pico de Orizaba por ejemplo, para entrar en contacto con la naturaleza y llevar la idea de movimiento a otros límites.
Yakampot, otra de sus firmas, es un ejemplo más de su relación respetuosa y reflexiva con la naturaleza. “Pensamos la innovación como una respuesta empática a los retos ambientales y sociales que se nos presentan y creemos en la ropa como un espacio seguro que permite al cuerpo habitar una época en constante movimiento”, dice el nuevo manifiesto al que se ceñirá rumbo a su segunda década.
Actualmente Concepción Orvañanos se encuentra preparando una nueva colección para Yakampot, un proceso que la llena de entusiasmo porque esta firma le fue fundamental para mantener su centro claro durante la pandemia. Para Orvañanos trabajar con esta firma específica, en el contexto actual, tiene una pertinencia franca. Yakampot significa “lugar donde nace el agua” y desde su nombre la firma demuestra que una de sus preocupaciones esenciales es el respeto por el origen de la salud y la vida.
A través de los distintos proyectos de Concepción Orvañanos queda de manifiesto que para ella, tanto en lo profesional como en lo cotidiano, la naturaleza es inspiración, motor personal y un lenguaje propio.
Concepción Orvañanos es una artista y empresaria que no sólo acude a la naturaleza como parte de su proceso creativo, sino para lograr llevar una vida en armonía, y su trabajo es un ejemplo de cómo se puede impulsar la sustentabilidad desde su dimensión social.
Hablar con la emprendedora detrás de firmas como Yakampot, Arroz con Leche y Collectiva Concepción revela algo inusual y emocionante sucediendo en el diseño textil. Concepción Orvañanos se mueve de forma grácil entre la literatura, la sustentabilidad, el diseño y lo espiritual. En este ir y venir entre disciplinas descubre finos detalles donde colocar la mirada y fijar la escucha.
“¿Qué rol juega la naturaleza en mi trabajo?,” repite la pregunta en voz alta antes de hilar una reflexión que lleva macerando en su cabeza desde que tenía 28 años. “Me da perspectiva: soy algo chiquitito en un universo gigante. Al estar en la naturaleza tomo consciencia de que mi paso por el universo es efímero y conecto con la idea de que todo lo que hagamos debe ser coherente con la Tierra y la perfección de sus ciclos”.
La conexión con lo natural que marca el trabajo de Concepción Orvañanos no sólo es parte de su inspiración y su imaginario, sino de sus decisiones de consumo. “La industria de la moda es una de las que más contamina”, dice con visible preocupación y comparte el dato de que en promedio una prenda se usa sólo dos o tres veces antes de ser desechada. De acuerdo con el Programa para el medio ambiente de las Naciones Unidas (UNEP por sus siglas en inglés), cada segundo se incinera en el mundo el equivalente a un camión de basura llena de ropa, simplemente porque el 57% de las prendas que ya no se quieren usar se tiran en un lugar de reutilizarse, como confirma un estudio realizado por la universidad de Princeton en 2020.
Según el propio UNEP de seguir esta tendencia, en el 2050 la industria de la moda sería responsable del 9% de los microplásticos en el océano y del 25% de las emisiones de carbono del planeta.
“Nosotros en la casa tenemos una regla: si vas a comprar algo, debes sacar algo de tu clóset. Si toda tu ropa funciona y no quieres sacar nada, entonces no compres nada”, cuenta Concepción sobre su dinámica familiar para contribuir a formar una nueva forma de consumo. Pero esa actitud consciente no se queda dentro de su casa.
“La dimensión social de la sustentabilidad tiene que ver con ofrecer empleos dignos, integrar telas sustentables y mejores para el medio ambiente”, detalla Concepción Orvañanos.
Cuando era niña pasaba todos los fines de semana a una casa en el estado de Hidalgo que su padre había construido con sus ahorros. “Para mi papá, mi mamá y mis cuatro hermanos era sagrado ir a la montaña, al campo y hacer picnics de horas y horas”.
Concepción Orvañanos tiene 20 años de carrera en el mundo textil. Su primera firma, Arroz con leche, cumplirá dos décadas en 2022 y Yakampot, diez años de existir. Esa experiencia le ha permitido encontrar otras formas de expresión y reflexión. Kēntro, fundado en 2016, es un ejemplo franco. “Kēntro quiere decir centro en griego y formamos esta comunidad partiendo de que toda nuestra percepción de la realidad se construye a través del cuerpo y el movimiento. Para mí la forma más fácil de sacar mis emociones y de combatir mi ansiedad o depresión es sacudiéndome, moviéndome”. Lo expresado por Orvañanos lo logran a través de clases donde combina el ejercicio –cardiovascular, de fuerza y flexibilidad– con la meditación. Además de estas clases, se organizan caminatas a las montañas, al Pico de Orizaba por ejemplo, para entrar en contacto con la naturaleza y llevar la idea de movimiento a otros límites.
Yakampot, otra de sus firmas, es un ejemplo más de su relación respetuosa y reflexiva con la naturaleza. “Pensamos la innovación como una respuesta empática a los retos ambientales y sociales que se nos presentan y creemos en la ropa como un espacio seguro que permite al cuerpo habitar una época en constante movimiento”, dice el nuevo manifiesto al que se ceñirá rumbo a su segunda década.
Actualmente Concepción Orvañanos se encuentra preparando una nueva colección para Yakampot, un proceso que la llena de entusiasmo porque esta firma le fue fundamental para mantener su centro claro durante la pandemia. Para Orvañanos trabajar con esta firma específica, en el contexto actual, tiene una pertinencia franca. Yakampot significa “lugar donde nace el agua” y desde su nombre la firma demuestra que una de sus preocupaciones esenciales es el respeto por el origen de la salud y la vida.
A través de los distintos proyectos de Concepción Orvañanos queda de manifiesto que para ella, tanto en lo profesional como en lo cotidiano, la naturaleza es inspiración, motor personal y un lenguaje propio.
Concepción Orvañanos es una artista y empresaria que no sólo acude a la naturaleza como parte de su proceso creativo, sino para lograr llevar una vida en armonía, y su trabajo es un ejemplo de cómo se puede impulsar la sustentabilidad desde su dimensión social.
Hablar con la emprendedora detrás de firmas como Yakampot, Arroz con Leche y Collectiva Concepción revela algo inusual y emocionante sucediendo en el diseño textil. Concepción Orvañanos se mueve de forma grácil entre la literatura, la sustentabilidad, el diseño y lo espiritual. En este ir y venir entre disciplinas descubre finos detalles donde colocar la mirada y fijar la escucha.
“¿Qué rol juega la naturaleza en mi trabajo?,” repite la pregunta en voz alta antes de hilar una reflexión que lleva macerando en su cabeza desde que tenía 28 años. “Me da perspectiva: soy algo chiquitito en un universo gigante. Al estar en la naturaleza tomo consciencia de que mi paso por el universo es efímero y conecto con la idea de que todo lo que hagamos debe ser coherente con la Tierra y la perfección de sus ciclos”.
La conexión con lo natural que marca el trabajo de Concepción Orvañanos no sólo es parte de su inspiración y su imaginario, sino de sus decisiones de consumo. “La industria de la moda es una de las que más contamina”, dice con visible preocupación y comparte el dato de que en promedio una prenda se usa sólo dos o tres veces antes de ser desechada. De acuerdo con el Programa para el medio ambiente de las Naciones Unidas (UNEP por sus siglas en inglés), cada segundo se incinera en el mundo el equivalente a un camión de basura llena de ropa, simplemente porque el 57% de las prendas que ya no se quieren usar se tiran en un lugar de reutilizarse, como confirma un estudio realizado por la universidad de Princeton en 2020.
Según el propio UNEP de seguir esta tendencia, en el 2050 la industria de la moda sería responsable del 9% de los microplásticos en el océano y del 25% de las emisiones de carbono del planeta.
“Nosotros en la casa tenemos una regla: si vas a comprar algo, debes sacar algo de tu clóset. Si toda tu ropa funciona y no quieres sacar nada, entonces no compres nada”, cuenta Concepción sobre su dinámica familiar para contribuir a formar una nueva forma de consumo. Pero esa actitud consciente no se queda dentro de su casa.
“La dimensión social de la sustentabilidad tiene que ver con ofrecer empleos dignos, integrar telas sustentables y mejores para el medio ambiente”, detalla Concepción Orvañanos.
Cuando era niña pasaba todos los fines de semana a una casa en el estado de Hidalgo que su padre había construido con sus ahorros. “Para mi papá, mi mamá y mis cuatro hermanos era sagrado ir a la montaña, al campo y hacer picnics de horas y horas”.
Concepción Orvañanos tiene 20 años de carrera en el mundo textil. Su primera firma, Arroz con leche, cumplirá dos décadas en 2022 y Yakampot, diez años de existir. Esa experiencia le ha permitido encontrar otras formas de expresión y reflexión. Kēntro, fundado en 2016, es un ejemplo franco. “Kēntro quiere decir centro en griego y formamos esta comunidad partiendo de que toda nuestra percepción de la realidad se construye a través del cuerpo y el movimiento. Para mí la forma más fácil de sacar mis emociones y de combatir mi ansiedad o depresión es sacudiéndome, moviéndome”. Lo expresado por Orvañanos lo logran a través de clases donde combina el ejercicio –cardiovascular, de fuerza y flexibilidad– con la meditación. Además de estas clases, se organizan caminatas a las montañas, al Pico de Orizaba por ejemplo, para entrar en contacto con la naturaleza y llevar la idea de movimiento a otros límites.
Yakampot, otra de sus firmas, es un ejemplo más de su relación respetuosa y reflexiva con la naturaleza. “Pensamos la innovación como una respuesta empática a los retos ambientales y sociales que se nos presentan y creemos en la ropa como un espacio seguro que permite al cuerpo habitar una época en constante movimiento”, dice el nuevo manifiesto al que se ceñirá rumbo a su segunda década.
Actualmente Concepción Orvañanos se encuentra preparando una nueva colección para Yakampot, un proceso que la llena de entusiasmo porque esta firma le fue fundamental para mantener su centro claro durante la pandemia. Para Orvañanos trabajar con esta firma específica, en el contexto actual, tiene una pertinencia franca. Yakampot significa “lugar donde nace el agua” y desde su nombre la firma demuestra que una de sus preocupaciones esenciales es el respeto por el origen de la salud y la vida.
A través de los distintos proyectos de Concepción Orvañanos queda de manifiesto que para ella, tanto en lo profesional como en lo cotidiano, la naturaleza es inspiración, motor personal y un lenguaje propio.
Concepción Orvañanos es una artista y empresaria que no sólo acude a la naturaleza como parte de su proceso creativo, sino para lograr llevar una vida en armonía, y su trabajo es un ejemplo de cómo se puede impulsar la sustentabilidad desde su dimensión social.
Hablar con la emprendedora detrás de firmas como Yakampot, Arroz con Leche y Collectiva Concepción revela algo inusual y emocionante sucediendo en el diseño textil. Concepción Orvañanos se mueve de forma grácil entre la literatura, la sustentabilidad, el diseño y lo espiritual. En este ir y venir entre disciplinas descubre finos detalles donde colocar la mirada y fijar la escucha.
“¿Qué rol juega la naturaleza en mi trabajo?,” repite la pregunta en voz alta antes de hilar una reflexión que lleva macerando en su cabeza desde que tenía 28 años. “Me da perspectiva: soy algo chiquitito en un universo gigante. Al estar en la naturaleza tomo consciencia de que mi paso por el universo es efímero y conecto con la idea de que todo lo que hagamos debe ser coherente con la Tierra y la perfección de sus ciclos”.
La conexión con lo natural que marca el trabajo de Concepción Orvañanos no sólo es parte de su inspiración y su imaginario, sino de sus decisiones de consumo. “La industria de la moda es una de las que más contamina”, dice con visible preocupación y comparte el dato de que en promedio una prenda se usa sólo dos o tres veces antes de ser desechada. De acuerdo con el Programa para el medio ambiente de las Naciones Unidas (UNEP por sus siglas en inglés), cada segundo se incinera en el mundo el equivalente a un camión de basura llena de ropa, simplemente porque el 57% de las prendas que ya no se quieren usar se tiran en un lugar de reutilizarse, como confirma un estudio realizado por la universidad de Princeton en 2020.
Según el propio UNEP de seguir esta tendencia, en el 2050 la industria de la moda sería responsable del 9% de los microplásticos en el océano y del 25% de las emisiones de carbono del planeta.
“Nosotros en la casa tenemos una regla: si vas a comprar algo, debes sacar algo de tu clóset. Si toda tu ropa funciona y no quieres sacar nada, entonces no compres nada”, cuenta Concepción sobre su dinámica familiar para contribuir a formar una nueva forma de consumo. Pero esa actitud consciente no se queda dentro de su casa.
“La dimensión social de la sustentabilidad tiene que ver con ofrecer empleos dignos, integrar telas sustentables y mejores para el medio ambiente”, detalla Concepción Orvañanos.
Cuando era niña pasaba todos los fines de semana a una casa en el estado de Hidalgo que su padre había construido con sus ahorros. “Para mi papá, mi mamá y mis cuatro hermanos era sagrado ir a la montaña, al campo y hacer picnics de horas y horas”.
Concepción Orvañanos tiene 20 años de carrera en el mundo textil. Su primera firma, Arroz con leche, cumplirá dos décadas en 2022 y Yakampot, diez años de existir. Esa experiencia le ha permitido encontrar otras formas de expresión y reflexión. Kēntro, fundado en 2016, es un ejemplo franco. “Kēntro quiere decir centro en griego y formamos esta comunidad partiendo de que toda nuestra percepción de la realidad se construye a través del cuerpo y el movimiento. Para mí la forma más fácil de sacar mis emociones y de combatir mi ansiedad o depresión es sacudiéndome, moviéndome”. Lo expresado por Orvañanos lo logran a través de clases donde combina el ejercicio –cardiovascular, de fuerza y flexibilidad– con la meditación. Además de estas clases, se organizan caminatas a las montañas, al Pico de Orizaba por ejemplo, para entrar en contacto con la naturaleza y llevar la idea de movimiento a otros límites.
Yakampot, otra de sus firmas, es un ejemplo más de su relación respetuosa y reflexiva con la naturaleza. “Pensamos la innovación como una respuesta empática a los retos ambientales y sociales que se nos presentan y creemos en la ropa como un espacio seguro que permite al cuerpo habitar una época en constante movimiento”, dice el nuevo manifiesto al que se ceñirá rumbo a su segunda década.
Actualmente Concepción Orvañanos se encuentra preparando una nueva colección para Yakampot, un proceso que la llena de entusiasmo porque esta firma le fue fundamental para mantener su centro claro durante la pandemia. Para Orvañanos trabajar con esta firma específica, en el contexto actual, tiene una pertinencia franca. Yakampot significa “lugar donde nace el agua” y desde su nombre la firma demuestra que una de sus preocupaciones esenciales es el respeto por el origen de la salud y la vida.
A través de los distintos proyectos de Concepción Orvañanos queda de manifiesto que para ella, tanto en lo profesional como en lo cotidiano, la naturaleza es inspiración, motor personal y un lenguaje propio.
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