México está inmerso en una crisis de muchas caras, y sí, tenemos muchas razones para gritar, pero no precisamente en tono de celebración. Con el pretexto de lo que solemos llamar “mes patrio” decidimos abrir un espacio para el análisis y el debate en torno a los problemas más profundos de nuestro país y atrevernos a plantear estrategias como sociedad civil para solucionarlos.Se trata de dejar de lado el típico "grito de Independencia" y utilizar la voz, en cambio, para imaginar maneras de enmendar el rumbo.Estas son las voces de ciudadanos de distintas edades, profesiones e ideologías que decidieron sumarse a esta intención, esperando que no se quede solo en eso.
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¿Cuáles son los tres problemas que más te preocupan de México? En un principio me fue difícil pensar en solo tres, por lo que traté de enfocarme en los últimos 12 años de mi vida, ya que durante éstos, mi vida política y social fue más intensa. Una de las cosas que más me impresionó fue que la ciudadanía aceptara a presidentes impuestos, ya sea por fraude o manipulación; lo segundo, fue lo tibio de la reacción de las personas que viven en ciudades pequeñas (yo en ese momento vivía en Irapuato) ante lo fraudulento de las elecciones presidenciales de 2006 y de 2012 y en tercer lugar, la terrible desigualdad que existe.Siempre he pensado que aceptar lo que nos toca vivir es algo que debemos hacer para poder seguir adelante, pero me he dado cuenta que en México aceptamos todo, pero todo. Aceptamos por ejemplo, que otras personas nos usen y nos digan cómo tenemos que vivir, vestir y relacionarnos. Aceptamos las mentiras como verdades y en muchos casos la injusticia como justicia. Aceptamos lo increíble: a la mafia más grande del mundo como parte de nuestra familia. Esa tibieza termina extendiéndose a muchos aspectos de nuestras vida. Somos tibios para quejarnos, para opinar, para pensar, trabajar, saltar, llorar y gritar. Este problema es el más difícil de sobrellevar, porque parece que para despertar nuestro espíritu, tenemos que llegar a los extremos.Desde que tengo uso de razón he visto desigualdad, pero hasta hace poco tiempo soy verdaderamente consciente de ella. ¿Por qué hay gente que tiene demasiado y otros que tienen nada? ¿Por qué todos debemos pagar los mismos impuestos? ¿Por qué seguimos pensando que el pobre es pobre porque quiere? Tener algo verdaderamente nuestro es un lujo que la persona con pocos recursos económicos no puede darse. Lo único propio que tenemos, es la consciencia de que no es justo.¿Qué le pedirías a las autoridades para solucionarlos?Pedirles algo a las autoridades es algo muy difícil para alguien que se ha desencantado con la clase política. Pero si existiera la posibilidad, le pediría al presidente que cumpla todo lo que ha prometido. Creo que eso podría ser un muy buen comienzo.¿Qué debemos hacer como sociedad civil para erradicarlos? La sociedad civil se encuentra enmarañada en un gran proceso de transformación, pero es uno tan complejo y difícil que no permite el hallazgo de soluciones verdaderamente útiles que arreglen las cuestiones de fondo. Como sociedad civil tenemos que cambiar de mentalidad a una que anteponga al humano antes que el beneficio económico. Como ciudadanos tenemos que empezar por lo que en teoría es lo más obvio. No debemos aceptar la injusticia y no reprimir nuestra furia ante los hechos que nos lastiman. Debemos cultivar un sistema de creencias formado con opiniones de todas las fuentes posibles, mirando hacia todos los puntos cardinales y colores y no temer expresarlo en voz alta cada que sea necesario.También le pediría a la ciudadanía que no coman animales, porque los animales no son cosas que podemos usar y desechar, porque sus huesos, su sangre, su cerebro y sus ojos son igual de vulnerables al dolor y las desigualdades que vivimos día a día. Hasta que podamos sentir verdadera compasión hacia ellos, entonces podremos darle a cada desaparecido el lugar que le corresponde y no dejarlo en el vacío de la legalidad.
-Patricio Bustos, diseñador
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