Al principio de la pandemia, varios especialistas pronosticaron que habría un aumento en el total de nacimientos en México. Ya es posible, un año y medio después, recabar evidencia para determinar si su predicción fue incorrecta o si sucedió algo muy diferente.
Desde que inició la pandemia se especuló no sólo sobre su efecto en la actividad económica, sino también qué tanto podía afectar la fecundidad. Patricio Solís, profesor de El Colegio de México, realizó una encuesta en Twitter hace unos meses para preguntarles a los usuarios qué pensaban que iba a ocurrir con los nacimientos en la pandemia. El 50% contestó que iban a aumentar, el 31% que iban a reducirse, el 9% opinó que no cambiarían y el 10% dijo que no tenía idea. Los cálculos de Conapo al inicio de la pandemia también consideraban que los nacimientos podrían aumentar, que más mujeres se convertirían en madres.Las razones para pensar que podía haber un aumento de los nacimientos en la pandemia son diversas. En primer lugar, dado que las parejas iban a pasar más tiempo juntas debido al confinamiento, les daría más tiempo para tener relaciones sexuales y, potencialmente, tendrían un número mayor de hijos. En segundo lugar, el número de consultas de planeación familiar y la cantidad de mujeres que usan métodos anticonceptivos se redujeron. En tercero, al menos en la Ciudad de México, la interrupción legal del embarazo también disminuyó. Cuarto, especialmente en el caso de niñas y adolescentes, se advertía que la violencia sexual estaba incrementando durante la pandemia; si a eso se le suma que ese grupo tiene menos información sobre salud sexual, se tiene como consecuencia un posible aumento en los nacimientos. Hubo preocupación en la sociedad porque sabemos que un número mayor de embarazos adolescentes conllevan deserción escolar y afectación de los ingresos futuros.Sin embargo, el supuesto principal sobre el aumento de nacimientos en la pandemia –con los aspectos recién mencionados– es que la frecuencia de las relaciones sexuales aumente o se mantenga al mismo ritmo que antes de la pandemia o que el estrés no cambie. Ahora sabemos que el estrés cambió, de hecho, las afectaciones a la salud mental se triplicaron. A mayor estrés o ansiedad disminuyen la probabilidad de embarazo y el deseo sexual. En cuanto a la frecuencia de las relaciones sexuales, al parecer hubo una disminución, aunque esto debe tomarse con cierta reserva porque las muestras que se usan en ese tipo de investigaciones son pequeñas. De cualquier forma, es difícil concentrarse en concebir un hijo (o incluso pensar en esa posibilidad) cuando las personas acaban de perder sus empleos o tienen incertidumbre acerca del futuro. Todos estos aspectos posiblemente afectan de manera diferenciada a las mujeres, según su edad: la violencia sexual y la información son clave en niñas y adolescentes, mientras que el estrés y la incertidumbre pueden ser más relevantes entre las mujeres de mayor edad.Para analizar si hubo un aumento de nacimientos en la pandemia, utilizo datos provistos por la Secretaría de Salud (SSA) y el Inegi. La SSA los recaba por medio de los certificados de nacimiento emitidos en instituciones de salud y los recopila en el Subsistema de Información sobre Nacimientos (Sinac). Estos certificados incluyen datos como la edad, la escolaridad y la ocupación de la madre, así como el peso y la puntuación en la prueba Apgar del recién nacido. Ese conjunto de estadísticas difiere de las estadísticas vitales reportadas por el Inegi, que se recaban por medio de las actas de nacimiento expedidas por los registros civiles (el Inegi publica esta información con un rezago; además, no necesariamente se registran todos los nacimientos ocurridos). El Sinac los agrega en cubos dinámicos que son fáciles de utilizar, y la ventaja es que los actualiza continuamente. Por ejemplo, la actualización que uso en este artículo se realizó el 26 de octubre de 2021 e incluye los nacimientos hasta septiembre de este año. Para minimizar los problemas de rezago en la inclusión de nacimientos en la muestra incluyo los datos hasta julio de 2021. De cualquier manera, también presento información trimestral usando la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2015-2021, que les pregunta a las mujeres de al menos doce años cuántas hijas o hijos nacidos vivos tienen.La evolución de los nacimientos al mes (en miles) para toda la población y por grupo de edad se presenta en la Gráfica 1 (Fuente: Sinac). El Panel A muestra que había alrededor de 160 mil nacimientos al mes en 2018. Los nacimientos son estacionales: hay más en agosto, septiembre y octubre que en otros meses. También han ido disminuyendo conforme pasa el tiempo. Parece que no hay un cambio claro en la tendencia hasta enero de 2021. Debido a que las restricciones a la movilidad en México empezaron a finales de marzo e inicios de abril de 2020, esperaríamos ver cambios en los nacimientos precisamente hasta enero 2021. Sin embargo, esta gráfica muestra que la tendencia de nacimientos en la pandemia disminuyó. Para los grupos de edad (10-14, 15-19, 20-24, 25-29, al menos 30 años) se presenta una pauta relativamente similar.
Nota: Datos del Sinac.
[read more]Una mejor forma de averiguar si ha habido un cambio en los nacimientos es pensar de manera similar al “exceso de mortalidad”. Para calcularlo, se contabilizan las muertes de los años anteriores y se predice una cantidad de muertes “esperada”. Como la pandemia ha causado más muertes que las esperadas, se habla de un “exceso de mortalidad”. En cuanto a los nacimientos en la pandemia, no sabemos si hay exceso o déficit. Para descubrirlo, utilizo un modelo muy simple –explicado en la nota de la siguiente gráfica– que permite predecir los nacimientos “esperados” en el periodo de la pandemia. Luego simplemente comparo los nacimientos que hubo contra los del pronóstico.La Gráfica 2 incluye esta comparación en términos del cambio porcentual de los nacimientos en la pandemia, según el grupo de edad de las madres. En el periodo de estimación de enero de 2018 a junio de 2020, la diferencia entre los nacimientos observados y los pronosticados fluctúa alrededor de cero. Sin embargo, se observa claramente que en enero de 2021 hubo una reducción en el número observado con respecto al pronóstico, de entre 9% y 15%, entre las madres con al menos quince años de edad. El único grupo que presenta un aumento con respecto al pronóstico es el de niñas que tienen entre 10 y 14 años. Como se esperaba, por lo que mencioné sobre el impacto diferenciado, el efecto de la pandemia en los nacimientos no es homogéneo para todos los grupos de edad. Las niñas sí tuvieron más nacimientos que lo “esperado”, y eso es lo que auguraban los especialistas, es decir, derivaron de un incremento en la violencia sexual. Sin embargo, en contra de otras predicciones, no se observa un exceso de nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años o en mujeres de mayor edad. Al contrario, se observa claramente un “déficit” de nacimientos.
Nota: Datos del Sinac. Se corre una regresión del logaritmo natural de los nacimientos al mes contra una tendencia y variables dicotómicas de mes para el periodo 2018:1 a 2020:6. Luego se hace la predicción y se grafica la diferencia entre el observado y la predicción.Este déficit de entre 9% y 15% en el mes de enero de 2021 no fue permanente. Al igual que la situación económica del país, los nacimientos en este grupo se han ido recuperando paulatinamente: para junio de 2021, el déficit estuvo en alrededor de 1-5%. Este resultado no parece deberse a un problema en el origen de la información. Cuando calculo el porcentaje de mujeres con al menos un hijo nacido vivo por grupo de edad usando la ENOE, encuentro resultados relativamente similares. La Gráfica 3 muestra que para el periodo de pandemia hay un ligero cambio de tendencia en cuántas mujeres tienen al menos un hijo.
Nota: Datos de la ENOE.
México no es el único país en esta situación. Otros estudios académicos han encontrado que, por lo general, la fecundidad se mueve de la misma manera que el ciclo económico: una peor situación económica enfrentada por las familias se relaciona con menor fecundidad. En Estados Unidos se reportó una caída en el número de nacimientos en la pandemia de 9% en enero de 2021. Para España la caída fue todavía mayor, alrededor de 20%.No cabe duda de que la pandemia ha modificado muchos de nuestros hábitos y preferencias sobre el futuro de nuestras vidas. En el caso de los adultos que mantienen relaciones consensuadas, un aspecto que cambió fue el deseo de concebir una hija o un hijo. Aunque las gráficas indican que los nacimientos se han ido recuperando lentamente, no sabemos si volverán a su tendencia natural, si aumentarán más o si se reducirán de forma permanente. Parafraseando al investigador Patricio Solís, ¿usted cree que el rebote sea mayor o menor que su tendencia natural? Mi pronóstico es que regresará a su tendencia natural, pero el momento en el que suceda estará ligado necesariamente a la recuperación económica. ¿Cuál es su pronóstico?-----------Raymundo Campos es profesor e investigador del Centro de Estudios Económicos en El Colegio de México, doctor en Economía por la Universidad de California en Berkeley. Twitter: @rmcamposvazquez; sitio web: http://cee.colmex.mx/raymundo-campos.[/read]