Un choque social entre "buenas personas"

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

* * *

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* * *

En la pieza, nominada al Tony como Mejor Obra de Teatro, el dramaturgo estadounidense cuenta la historia de Margie, una madre soltera del sur de Boston que, tras ser despedida de su trabajo como cajera en una tienda de dólar, ve en Mike, su antiguo vecino y novio convertido en un exitoso doctor, la oportunidad perfecta para salir adelante. Sin embargo, su relación con el médico podría influir en su suerte más de lo que ella espera, después de que queda al descubierto una sucesión de malos consejos, encuentros inesperados y una serie de decisiones que lo avalan como lo que la sociedad identifica como una "buena persona". "Es una obra que te emociona, porque literalmente pasas de la risa al llanto; de la risa descarnada a la franqueza y la identificación profunda", detalla del Río.Uno de los principales retos a los que se enfrentó el director para este montaje nacional fue la adaptación del argumento a la realidad social de la Ciudad de México, un lugar que, mucho más que Boston, enfrenta serios choques de clase. "Fue un proceso complejo el de adecuar el texto a un espacio que tiene sus propias particularidades y llenarlo de referencias para que sienta verosímil", cuenta el también productor.Basándose en su propia traducción, del Río y Paula Celaya realizaron un trabajo de investigación en los barrios que retrataba la obra originalmente y el comportamiento de la gente que ahí vive, buscando establecer una similitud con el entorno mexicano. De ahí el cambio del suburbio de Southie en Boston, a la colonia Nezahualcoyótl en Ecatepec; del barrio central de Chestnut Hill, al distrito financiero de Santa Fe; de una tienda de dólar, a un Waldo's en la gastada Avenida Central. Todo con la intención de que el texto se entienda y se adapte al público mexicano. "Teníamos que tener el contraste de realidades y adecuar las circunstancias sociales para tener contextos absolutamente verosímiles. Nos dimos la libertad de adecuar todo sin traicionar el espíritu del texto original", relata el director.[caption id="attachment_216075" align="aligncenter" width="715"]

buenas personas teatro milán, destacada

Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

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Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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En la pieza, nominada al Tony como Mejor Obra de Teatro, el dramaturgo estadounidense cuenta la historia de Margie, una madre soltera del sur de Boston que, tras ser despedida de su trabajo como cajera en una tienda de dólar, ve en Mike, su antiguo vecino y novio convertido en un exitoso doctor, la oportunidad perfecta para salir adelante. Sin embargo, su relación con el médico podría influir en su suerte más de lo que ella espera, después de que queda al descubierto una sucesión de malos consejos, encuentros inesperados y una serie de decisiones que lo avalan como lo que la sociedad identifica como una "buena persona". "Es una obra que te emociona, porque literalmente pasas de la risa al llanto; de la risa descarnada a la franqueza y la identificación profunda", detalla del Río.Uno de los principales retos a los que se enfrentó el director para este montaje nacional fue la adaptación del argumento a la realidad social de la Ciudad de México, un lugar que, mucho más que Boston, enfrenta serios choques de clase. "Fue un proceso complejo el de adecuar el texto a un espacio que tiene sus propias particularidades y llenarlo de referencias para que sienta verosímil", cuenta el también productor.Basándose en su propia traducción, del Río y Paula Celaya realizaron un trabajo de investigación en los barrios que retrataba la obra originalmente y el comportamiento de la gente que ahí vive, buscando establecer una similitud con el entorno mexicano. De ahí el cambio del suburbio de Southie en Boston, a la colonia Nezahualcoyótl en Ecatepec; del barrio central de Chestnut Hill, al distrito financiero de Santa Fe; de una tienda de dólar, a un Waldo's en la gastada Avenida Central. Todo con la intención de que el texto se entienda y se adapte al público mexicano. "Teníamos que tener el contraste de realidades y adecuar las circunstancias sociales para tener contextos absolutamente verosímiles. Nos dimos la libertad de adecuar todo sin traicionar el espíritu del texto original", relata el director.[caption id="attachment_216075" align="aligncenter" width="715"]

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Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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En la pieza, nominada al Tony como Mejor Obra de Teatro, el dramaturgo estadounidense cuenta la historia de Margie, una madre soltera del sur de Boston que, tras ser despedida de su trabajo como cajera en una tienda de dólar, ve en Mike, su antiguo vecino y novio convertido en un exitoso doctor, la oportunidad perfecta para salir adelante. Sin embargo, su relación con el médico podría influir en su suerte más de lo que ella espera, después de que queda al descubierto una sucesión de malos consejos, encuentros inesperados y una serie de decisiones que lo avalan como lo que la sociedad identifica como una "buena persona". "Es una obra que te emociona, porque literalmente pasas de la risa al llanto; de la risa descarnada a la franqueza y la identificación profunda", detalla del Río.Uno de los principales retos a los que se enfrentó el director para este montaje nacional fue la adaptación del argumento a la realidad social de la Ciudad de México, un lugar que, mucho más que Boston, enfrenta serios choques de clase. "Fue un proceso complejo el de adecuar el texto a un espacio que tiene sus propias particularidades y llenarlo de referencias para que sienta verosímil", cuenta el también productor.Basándose en su propia traducción, del Río y Paula Celaya realizaron un trabajo de investigación en los barrios que retrataba la obra originalmente y el comportamiento de la gente que ahí vive, buscando establecer una similitud con el entorno mexicano. De ahí el cambio del suburbio de Southie en Boston, a la colonia Nezahualcoyótl en Ecatepec; del barrio central de Chestnut Hill, al distrito financiero de Santa Fe; de una tienda de dólar, a un Waldo's en la gastada Avenida Central. Todo con la intención de que el texto se entienda y se adapte al público mexicano. "Teníamos que tener el contraste de realidades y adecuar las circunstancias sociales para tener contextos absolutamente verosímiles. Nos dimos la libertad de adecuar todo sin traicionar el espíritu del texto original", relata el director.[caption id="attachment_216075" align="aligncenter" width="715"]

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Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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Señorita Julia: El universo femenino de Cassandra Ciangherotti

La obra que sale mal: Amor a la catástrofe en el Teatro Helénico

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En la pieza, nominada al Tony como Mejor Obra de Teatro, el dramaturgo estadounidense cuenta la historia de Margie, una madre soltera del sur de Boston que, tras ser despedida de su trabajo como cajera en una tienda de dólar, ve en Mike, su antiguo vecino y novio convertido en un exitoso doctor, la oportunidad perfecta para salir adelante. Sin embargo, su relación con el médico podría influir en su suerte más de lo que ella espera, después de que queda al descubierto una sucesión de malos consejos, encuentros inesperados y una serie de decisiones que lo avalan como lo que la sociedad identifica como una "buena persona". "Es una obra que te emociona, porque literalmente pasas de la risa al llanto; de la risa descarnada a la franqueza y la identificación profunda", detalla del Río.Uno de los principales retos a los que se enfrentó el director para este montaje nacional fue la adaptación del argumento a la realidad social de la Ciudad de México, un lugar que, mucho más que Boston, enfrenta serios choques de clase. "Fue un proceso complejo el de adecuar el texto a un espacio que tiene sus propias particularidades y llenarlo de referencias para que sienta verosímil", cuenta el también productor.Basándose en su propia traducción, del Río y Paula Celaya realizaron un trabajo de investigación en los barrios que retrataba la obra originalmente y el comportamiento de la gente que ahí vive, buscando establecer una similitud con el entorno mexicano. De ahí el cambio del suburbio de Southie en Boston, a la colonia Nezahualcoyótl en Ecatepec; del barrio central de Chestnut Hill, al distrito financiero de Santa Fe; de una tienda de dólar, a un Waldo's en la gastada Avenida Central. Todo con la intención de que el texto se entienda y se adapte al público mexicano. "Teníamos que tener el contraste de realidades y adecuar las circunstancias sociales para tener contextos absolutamente verosímiles. Nos dimos la libertad de adecuar todo sin traicionar el espíritu del texto original", relata el director.[caption id="attachment_216075" align="aligncenter" width="715"]

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Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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De la piel y sus destellos: Los muertos del Foro Shakespeare

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En la pieza, nominada al Tony como Mejor Obra de Teatro, el dramaturgo estadounidense cuenta la historia de Margie, una madre soltera del sur de Boston que, tras ser despedida de su trabajo como cajera en una tienda de dólar, ve en Mike, su antiguo vecino y novio convertido en un exitoso doctor, la oportunidad perfecta para salir adelante. Sin embargo, su relación con el médico podría influir en su suerte más de lo que ella espera, después de que queda al descubierto una sucesión de malos consejos, encuentros inesperados y una serie de decisiones que lo avalan como lo que la sociedad identifica como una "buena persona". "Es una obra que te emociona, porque literalmente pasas de la risa al llanto; de la risa descarnada a la franqueza y la identificación profunda", detalla del Río.Uno de los principales retos a los que se enfrentó el director para este montaje nacional fue la adaptación del argumento a la realidad social de la Ciudad de México, un lugar que, mucho más que Boston, enfrenta serios choques de clase. "Fue un proceso complejo el de adecuar el texto a un espacio que tiene sus propias particularidades y llenarlo de referencias para que sienta verosímil", cuenta el también productor.Basándose en su propia traducción, del Río y Paula Celaya realizaron un trabajo de investigación en los barrios que retrataba la obra originalmente y el comportamiento de la gente que ahí vive, buscando establecer una similitud con el entorno mexicano. De ahí el cambio del suburbio de Southie en Boston, a la colonia Nezahualcoyótl en Ecatepec; del barrio central de Chestnut Hill, al distrito financiero de Santa Fe; de una tienda de dólar, a un Waldo's en la gastada Avenida Central. Todo con la intención de que el texto se entienda y se adapte al público mexicano. "Teníamos que tener el contraste de realidades y adecuar las circunstancias sociales para tener contextos absolutamente verosímiles. Nos dimos la libertad de adecuar todo sin traicionar el espíritu del texto original", relata el director.[caption id="attachment_216075" align="aligncenter" width="715"]

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Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

* * *

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En la pieza, nominada al Tony como Mejor Obra de Teatro, el dramaturgo estadounidense cuenta la historia de Margie, una madre soltera del sur de Boston que, tras ser despedida de su trabajo como cajera en una tienda de dólar, ve en Mike, su antiguo vecino y novio convertido en un exitoso doctor, la oportunidad perfecta para salir adelante. Sin embargo, su relación con el médico podría influir en su suerte más de lo que ella espera, después de que queda al descubierto una sucesión de malos consejos, encuentros inesperados y una serie de decisiones que lo avalan como lo que la sociedad identifica como una "buena persona". "Es una obra que te emociona, porque literalmente pasas de la risa al llanto; de la risa descarnada a la franqueza y la identificación profunda", detalla del Río.Uno de los principales retos a los que se enfrentó el director para este montaje nacional fue la adaptación del argumento a la realidad social de la Ciudad de México, un lugar que, mucho más que Boston, enfrenta serios choques de clase. "Fue un proceso complejo el de adecuar el texto a un espacio que tiene sus propias particularidades y llenarlo de referencias para que sienta verosímil", cuenta el también productor.Basándose en su propia traducción, del Río y Paula Celaya realizaron un trabajo de investigación en los barrios que retrataba la obra originalmente y el comportamiento de la gente que ahí vive, buscando establecer una similitud con el entorno mexicano. De ahí el cambio del suburbio de Southie en Boston, a la colonia Nezahualcoyótl en Ecatepec; del barrio central de Chestnut Hill, al distrito financiero de Santa Fe; de una tienda de dólar, a un Waldo's en la gastada Avenida Central. Todo con la intención de que el texto se entienda y se adapte al público mexicano. "Teníamos que tener el contraste de realidades y adecuar las circunstancias sociales para tener contextos absolutamente verosímiles. Nos dimos la libertad de adecuar todo sin traicionar el espíritu del texto original", relata el director.[caption id="attachment_216075" align="aligncenter" width="715"]

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Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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En la pieza, nominada al Tony como Mejor Obra de Teatro, el dramaturgo estadounidense cuenta la historia de Margie, una madre soltera del sur de Boston que, tras ser despedida de su trabajo como cajera en una tienda de dólar, ve en Mike, su antiguo vecino y novio convertido en un exitoso doctor, la oportunidad perfecta para salir adelante. Sin embargo, su relación con el médico podría influir en su suerte más de lo que ella espera, después de que queda al descubierto una sucesión de malos consejos, encuentros inesperados y una serie de decisiones que lo avalan como lo que la sociedad identifica como una "buena persona". "Es una obra que te emociona, porque literalmente pasas de la risa al llanto; de la risa descarnada a la franqueza y la identificación profunda", detalla del Río.Uno de los principales retos a los que se enfrentó el director para este montaje nacional fue la adaptación del argumento a la realidad social de la Ciudad de México, un lugar que, mucho más que Boston, enfrenta serios choques de clase. "Fue un proceso complejo el de adecuar el texto a un espacio que tiene sus propias particularidades y llenarlo de referencias para que sienta verosímil", cuenta el también productor.Basándose en su propia traducción, del Río y Paula Celaya realizaron un trabajo de investigación en los barrios que retrataba la obra originalmente y el comportamiento de la gente que ahí vive, buscando establecer una similitud con el entorno mexicano. De ahí el cambio del suburbio de Southie en Boston, a la colonia Nezahualcoyótl en Ecatepec; del barrio central de Chestnut Hill, al distrito financiero de Santa Fe; de una tienda de dólar, a un Waldo's en la gastada Avenida Central. Todo con la intención de que el texto se entienda y se adapte al público mexicano. "Teníamos que tener el contraste de realidades y adecuar las circunstancias sociales para tener contextos absolutamente verosímiles. Nos dimos la libertad de adecuar todo sin traicionar el espíritu del texto original", relata el director.[caption id="attachment_216075" align="aligncenter" width="715"]

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Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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En la pieza, nominada al Tony como Mejor Obra de Teatro, el dramaturgo estadounidense cuenta la historia de Margie, una madre soltera del sur de Boston que, tras ser despedida de su trabajo como cajera en una tienda de dólar, ve en Mike, su antiguo vecino y novio convertido en un exitoso doctor, la oportunidad perfecta para salir adelante. Sin embargo, su relación con el médico podría influir en su suerte más de lo que ella espera, después de que queda al descubierto una sucesión de malos consejos, encuentros inesperados y una serie de decisiones que lo avalan como lo que la sociedad identifica como una "buena persona". "Es una obra que te emociona, porque literalmente pasas de la risa al llanto; de la risa descarnada a la franqueza y la identificación profunda", detalla del Río.Uno de los principales retos a los que se enfrentó el director para este montaje nacional fue la adaptación del argumento a la realidad social de la Ciudad de México, un lugar que, mucho más que Boston, enfrenta serios choques de clase. "Fue un proceso complejo el de adecuar el texto a un espacio que tiene sus propias particularidades y llenarlo de referencias para que sienta verosímil", cuenta el también productor.Basándose en su propia traducción, del Río y Paula Celaya realizaron un trabajo de investigación en los barrios que retrataba la obra originalmente y el comportamiento de la gente que ahí vive, buscando establecer una similitud con el entorno mexicano. De ahí el cambio del suburbio de Southie en Boston, a la colonia Nezahualcoyótl en Ecatepec; del barrio central de Chestnut Hill, al distrito financiero de Santa Fe; de una tienda de dólar, a un Waldo's en la gastada Avenida Central. Todo con la intención de que el texto se entienda y se adapte al público mexicano. "Teníamos que tener el contraste de realidades y adecuar las circunstancias sociales para tener contextos absolutamente verosímiles. Nos dimos la libertad de adecuar todo sin traicionar el espíritu del texto original", relata el director.[caption id="attachment_216075" align="aligncenter" width="715"]

buenas personas teatro milán, destacada

Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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Un choque social entre "buenas personas"

Un choque social entre "buenas personas"

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El director mexicano Diego del Río estrena Buenas personas, escrita por David Lindsay-Abaire, en el Teatro Milán.

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Para el joven director mexicano Diego del Río, no hay nada más atractivo que un buen texto. Su carrera, considerada por muchos como una de las más prodigiosas de la escena teatral contemporánea, ha sido prueba de ello, enlistando trabajos como El principio de Arquímedes, del español Josep María Miró; WIT: Despertar a la vida, de Margaret Edson; La gaviota, de Antón Chéjov; el famoso musical RENT, de Jonathan Larson y recientemente El zoológico de cristal, de Tennesse Williams, por la actualmente está nominado a la primera entrega de los Premios Metropolitanos de Teatro como Mejor Director.

Sin embargo, un texto original de David Lindsay-Abaire, autor de Rabbit Hole (titulada en su montaje nacional como La madriguera y Al otro lado del corazón, en la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Aaron Eckhart), siempre rondó en su cabeza como un pendiente a cumplir en un futuro cercano: Good People, estrenada en Broadway en 2007 con Frances McDormand en el papel principal.A siete años de su primer encuentro con la obra y con un intento previo por levantar su producción, que quedó inconclusa, aún contando con una traducción hecha en colaboración con la también actriz Milena Pezzi, del Río tiene la oportunidad de cumplir con este compromiso pendiente con Buenas personas, que se presentará en el Teatro Milán todos los fines de semana hasta el 7 de octubre. "Los proyectos encuentran su lugar y su momento, y creo que esta es una obra muy pertinente para la realidad actual de nuestro país", explica el director en entrevista con Gatopardo.

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Cuauhtli Jiménez, Fabrina Melón, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Arcelia Ramírez y Monserrat Marañón integran el reparto de Buenas personas - Cortesía: Playhouse Entertainment[/caption]Como en todos sus trabajos previos, la complicidad que el director entabla con su grupo de actores es uno de los elementos más interesantes a desarrollar durante la producción de su obra. En esta ocasión, los involucró incluso con el proceso de adaptación del texto a nuestro país. "Los elencos siempre se conjugan por la admiración que siento por los actores, por la capacidad de imaginármelos en los personajes; porque me interesa llevarlos a cierto lugar y que estén dispuestos a trabajar, a entrar en un proceso conjunto", señala.Para el reparto de Buenas personas, del Río se rodeó de personas con las que ya había trabajado anteriormente como Concepción Márquez y Odiseo Bichir; actores con los que había querido trabajar, como Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón, e interpretes a las que admira y buscaba agregar a su repertorio de colaboradores, como Montserrat Marañón, a quien el director considera talentosísima y Arcelia Ramírez, quien entró al proyecto en sustitución de Karina Gidi, previamente confirmada para interpretar el papel principal. "Arcelia es una de las mejores actrices que tenemos en el teatro mexicano y está encarnando a Margarita desde un lugar tan real, tan profundo y tan tridimensional, que yo estoy sumamente emocionado", confiesa el director.Con el estreno de Buenas personas, Diego del Río busca atrapar a los espectadores con una historia franca, que en momentos toca la realidad con una irreverencia inaudita, mezclando en una sola pieza lo que él considera una combinación adictiva: un gran texto, de un gran autor, interpretado por grandes actores. "La gente se va a encontrar con una historia que los hará, no solamente sentir muchas cosas, sino pensarla y recordarla mucho tiempo, más allá de lo que dure este montaje", sentencia.Buenas personasHasta el 7 de octubreTeatro Milánwww.teatromilan.com

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