Imagina una noche serena de mayo. Tus amigos y tú observan el cielo, que ha oscurecido sin dejar rastros de las nubes diurnas, la luna se alza en su fase creciente. De pronto un aroma enérgico y profundamente floral impregna la escena, se trata de una creación curiosamente irrepetible: Hendrick's Lunar Gin llegó a México.
Desde la llegada de la ginebra holandesa a Inglaterra, alrededor del año 1500, en la isla británica pequeñas y grandes destilerías han incursionado en la sofisticación del proceso de producción del gin. Sin embargo, hasta ahora, no hay ninguna propuesta que pueda compararse con el dejo herbal y curiosamente infusionado de Hendrick’s Gin, una peculiar destilería –originaria de Girvan, en la costa oeste de Escocia– reconocida desde Gran Bretaña y hasta México por los paladares más excéntricos.
A diferencia de la ginebra, o dutch jenever, el gin es un líquido que nació en tierras inglesas. Aun cuando ambos destilados son extraídos principalmente de las uvas de enebro y el segundo líquido está inspirado en el primero, en el gin el sabor de las bayas de la planta predomina con mayor intensidad. No obstante, e incluso cuando el enebro es una especie de origen mediterráneo que crece en el norte de África, toda Europa y la parte noroccidental del Himalaya en Asia, el gin en la singular fábrica de Hendrick’s se crea no sólo a partir de las uvas de enebro, sino de la mezcla, el destilado y la infusión de una sinfonía de más de 11 ingredientes que son reunidos de todas las orillas del mundo.
Hendrick’s, de la mano de la maestra destilera Lesley Gracie, fusiona semillas de cilantro, pimienta cubeba, raíz de lirio, cáscara de limón, manzanilla, milenrama, raíz de angélica, semillas de alcaravea, cáscara de naranja y flor de saúco, en dos alambiques singularmente dispares entre sí. Los alambiques son utensilios para destilar, usualmente altos, en los que se calienta un líquido hasta convertirlo en vapor. El primero es un Carter Head que evapora los ingredientes hasta la parte amplia de su cuello para obtener un destilado, o espíritu, delicado, y el segundo es un Benett, un artilugio que data de 1860, en el que las hierbas y semillas se humedecen para producir un destilado rico y complejo. Así, ambos líquidos son maridados y luego infusionados con otros acentos, según la edición de Hendrick’s, para obtener un gin fuera de lo ordinario.
Cada año, y directo del Cabinet of curiosities de Lesley Gracie en Girvan, Hendrick’s presenta al mundo inusuales ediciones limitadas. Este año, en una época en que el efecto de la luna y los astros han recuperado su popularidad en la cultura, llega a México la mística Hendrick’s Lunar Gin, su montura estelar del año. La botella conserva la forma distintiva de Hendrick’s, pero en un sofisticado azul profundo, como la noche. El destilado está elaborado con el brotar nocturno de esencias florales, equilibrado con el calor de especias horneadas y terminado con una ráfaga crujiente de críticos. Es perfecta para activar el espíritu noctámbulo y contemplativo, para disfrutar a sorbos lentos y elucubrar en compañía de colegas mientras toman un baño de luna.
Los matices que hacen realidad el Hendrick’s Lunar Gin fueron seleccionados cuidadosamente por Lesley Gracie, quien al describir Hendrick’s Lunar Gin, señala: “Es un sentimiento. Es esa sensación cuando disfrutas de una noche realmente tranquila, cuando el cielo está despejado y las estrellas brillan afuera. Me gusta ese sentimiento y quería embotellarlo y compartir historias bajo las estrellas”.
Exquisito, aromático y ligero, pero consistente al mismo tiempo, así es el espíritu inconfundible de Hendrick’s Gin. Una destilería que se distingue por sus sabores inusitados. Conoce más sobre su más reciente y cautivadora edición, Hendrick’s Lunar Gin, aquí.