Un pueblo en tragedia
Andrés Olascoaga
Fotografía de Karla Guerrero
El Teatro Helénico albergará el estreno mundial de Dogville, adaptación del filme de Lars von Trier.
A principios de la década pasada, el controvertido director danés Lars von Trier enfocó toda su atención para realizar lo que muchos considerarían una inusual hazaña cinematográfica. Con un nutrido grupo de actores y sólo un par de elementos escenográficos, apegando el cine de la corriente dogma a la simplicidad teatral, von Trier contaría en diez episodios la trágica historia del pueblo ficticio de Dogville, en las afueras de Colorado.
En Dogville (2003), protagonizada por Nicole Kidman, el cineasta mostraba la representación básica de una sociedad a punto de la convulsión, jugando con la moralidad de sus personajes en un cuento que, aun con similitudes con pasajes bíblicos, capturaba las emociones humanas más básicas y también las más peligrosas.
Trece años después del estreno de la cinta, el dramaturgo y crítico mexicano, Miguel Cane, realiza otra hazaña: llevar al teatro la historia de von Trier y demostrar cómo, en el México de 2018, esas emociones siguen rigiendo a las sociedades contemporáneas.
En la puesta, que se presenta en el Teatro Helénico los lunes a las 20:00hrs desde el pasado 24 de septiembre, la actriz Ximena Romo interpreta a Grace, una joven fugitiva que llega buscando refugio al perdido pueblo de Dogville. Después de ser arropada por Tom Edison (Sergio Bonilla), hijo de uno de los personajes más importantes de la comunidad, la chica comienza a congraciarse con los demás pobladores a través de su trabajo y generosidad. Sin embargo, su relación se transformará en un violento juego de poder cuando los habitantes descubran quién es la persona a la que recibieron en sus hogares.
Para su estreno en escenarios mexicanos, los primeros que la adaptan al mundo del teatro, el equipo de producción realizó un cuidadoso trabajo de adaptación en donde, a falta de elementos cinematográficos como la edición o el uso de tomas a contraplano, apuestan por la sobriedad teatral inherente al texto. “Dogville es una pequeña sinfonía de varias capas”, comenta el director Fernando Canek en entrevista con Gatopardo. “El lenguaje ya cambió, la estridencia que exigen los públicos modernos también por la influencia del cine te obliga a que la propuesta escénica sea más dinámica, aunque también se busque que el trabajo interno sea notable”.
Canek decide utilizar su experiencia en el teatro musical y de grandes producciones para romper con la propuesta de von Trier: “Necesito mantener el distanciamiento que propone el cine dogma y el distanciamiento que propone el teatro para que el público se mantenga en juicio con la obra, vean transiciones, entiendan el cambio de ritmo y entren a nuestro imaginario”.
Así, el director se apoya de una estructura escenográfica minimalista, un diseño sonoro 14.1 y el trabajo interpretativo de su reparto, donde también participan Claudia Ramírez, Luis Miguel Lombana, Pablo Perroni, Gerardo González, Francisco de la Reguera, Mercedes Olea, Carmen Delgado, Rodolfo Arias, Judith Inda, Ana Kupfer y Christopher Aguilasocho, quienes recurren a la narración vocal colectiva y la pantomima para desarrollar el día a día de sus personajes y el entorno que los rodea. “La simultaneidad de elementos es lo que traduce esa visión de lenguaje teatral”, señala el director.
Como un acto de vouyerismo colectivo, la versión teatral de Dogville invita al espectador a plantearse preguntas básicas sobre el comportamiento humano y nuestro instinto, que ha llevado a la ruina a civilizaciones con el paso de los años.
Dogville
Hasta el 10 de diciembre
Teatro Helénico
www.helenico.gob.mx
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